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Amor de cristal por RLangdon

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Ya pasaba de las once de la noche cuando Naruto se dejo caer exhausto sobre una de las sillas del local. Su camisa blanca había adquirido un sutil tono grisáceo por las partículas de polvo impresas en la tela. Su cabello rubio estaba aun mas alborotado y sus zapatos negros no habían tenido mejor suerte luego de que Hinata dejara caer la cubeta de agua sobre sus pies por el accidental sobresalto que le provocó el rubio al preguntarle en un susurro cual era el precio del sashimi, puesto que era muy olvidadizo en cuanto a valor económico se refiere
 
Si Naruto hubiera intuido que el padre de Hinata lo contrataría ese mismo día, a pesar de que ya fueran casi las cinco de la tarde, probablemente se habría presentado hasta el día siguiente, o al menos elegido una vestimenta mas "apropiada" para las labores que el adulto le encomendó. Y es que el rubio no estaba enterado de que por las noches la heladería pasaba a segundo plano mientras la cortina del local aledaño se abría para dar paso a los comensales en aquel restaurante con delicias nocturnas
 
Naruto no tuvo que pensar mucho cuando Hiashi le ofreció amablemente elegir entre uno de los dos locales para ser de ayuda. Por supuesto había elegido el restaurante, ya que, además de tener la cena gratis, el horario se acomodaba mejor a su rutina diaria
 
Lógicamente, Jiraiya no le permitiría frecuentar a Itachi por las noches, por cuestiones de respeto según el mayor, por otro lado no le negaría ausentarse unas horas de su hogar para ir a trabajar. Así que, vería a Itachi por las mañanas durante los recesos, por las tardes fijarían citas para conocerse mejor y las noches las emplearía para trabajar…momento, ¿Dónde quedaba la hora del descanso?
 
Quizá no pensó muy bien ese detalle…
 
-Naruto-kun…- llamó con timidez la chica de cabello negro azulado. Sentada en otra de las mesas cercanas y con su cristalina mirada fija en el atractivo rubio de piel tostada que miraba con cansancio el techo mientras reposaba sus piernas sobre la silla frente a él
 
-¿Eh?- perdido en su ensoñación, se vio obligado a abandonar sus pensamientos para situar su mirada en la sonrojada chica que ensortijaba con cierta timidez un mechón de cabello en su dedo índice
 
-B-Bueno….yo- Hinata miró en todas direcciones, esquivando la hermosa mirada del rubio. Olvidándose completamente de lo que iba a decirle. –M-Me alegra que…que mi padre te diera el empleo- escupió finalmente, agitada y avergonzada por la amistosa sonrisa que se expandió en los labios de Naruto, este se limitó a mostrar su pulgar en alto al tiempo que se ponía de pie
 
-Fue gracias a ti- se sinceró, pensativo. –De no ser por la buena referencia que diste sobre mí, aun estaría afuera buscando otro empleo- rió por lo bajo, provocando que las mejillas de la muchacha ardieran aun mas. –Te debo una- se despidió al reparar en la hora. Seguramente Jiraiya… ¡Jiraiya!
 
A toda prisa, Naruto abandonó el local, hurgando entre sus bolsillos, en busca de su celular. Se había olvidado por completo de encenderlo después de clases. Ahora se sumaría otro castigo a la lista, y a ese paso, Naruto podría usar las hojas donde Jiraiya anotaba los castigos pendientes para tapizar no solamente su recamara, sino el vecindario entero
 
Rayos…
 
Con un prolongado bostezo, Naruto hundió su rostro sobre sus brazos. Los estudiantes iban y venían a su alrededor, algunos con sus almuerzos, otros tantos conversando animadamente, y por vez primera, él solamente deseaba dormir. No era muy alentador el hecho de que terminara exhausto en su primer día de trabajo, los severos regaños de Jiraiya no ayudaron mucho a tranquilizarlo la noche anterior pero al menos se alegraba de haber podido enviarle un mensaje a escondidas a Itachi para informarle que había conseguido el empleo y podrían comenzar a salir a partir de ese día luego de que las clases finalizaran
 
En cambio a como creyó sentirse luego de las pocas horas de sueño, estaba sumamente cansado, los brazos le dolían y el recuerdo divertido de él sobre uno de los banquillos altos tratando de colocar uno de los carteles ya no era tan gracioso como le había resultado la noche anterior. Lo único que le reconfortaba era su compañera de trabajo, Hinata como se había presentado en uno de los cortos descansos para tomar la cena
 
Ya se conocían desde algún tiempo pero Naruto solía ser lo suficientemente despistado como para olvidarse del nombre de aquella curiosa y cohibida chica. Bueno, era agradable su compañía, hablaba poco y no lo reprendía cuando cometía errores, tales como el de confundir el pedido de dos clientes
 
-Naruto…
 
Además, ahora podría ayudar a Jiraiya con los gastos de la casa, ya no se sentiría una carga para el mayor y tendría un poco de dinero extra para gastarlo en lo que quisiera
 
-Naruto
 
No que le importara el dinero pero los útiles escolares eran indispensables, sin contar los zapatos que había estropeado y debía reemplazar…
 
-Naruto- el aludido sintió que le acariciaron la espalda, un fuerte escalofrío lo recorrió entero, haciéndole estremecer
 
-Itachi- saludó sin mucha animosidad al reparar en el susodicho. Ya no estaba molesto con él por lo sucedido, no podía estarlo luego de cancelar su cita para poder conseguir el empleo, bien, ya era todo un experto en posponer y cancelar citas, deberían darle un premio por eso
 
-¿Qué tal tu primer día?- sonrió cálidamente el moreno, tomando asiento frente al soñoliento chico, cuyas ansias de contar hasta el mas mínimo detalle de la noche anterior se habían ido al suelo, junto a su bocadillo de arroz a medio comer
 
Tenía mucho sueño y ni siquiera logró dormir en clases, no después de que les presentaran a su nuevo profesor, uno muy bien parecido pero bastante atento con el grupo. Kakashi Hatake se volvería un dolor de cabeza para él pero ya se las ingeniaría como lo hizo con el resto de sus profesores
 
Aunque por otro lado le preocupaba el hecho de que Deidara no asistiera ese día tampoco, quizás debería llamar para preguntar por él…debería
 
-Cansado- bostezó el rubio, refiriéndose tanto a la pregunta de Itachi como a su actual estado
 
-¿Trabajaras de noche?
 
Naruto se forzó en mantener los ojos abiertos, asintiendo torpemente mientras sentía como sus manos eran tomadas con delicadeza por las de Itachi, acariciándolas con suavidad. Si no estuviera adormilado le reclamaría por hacer eso en público pero ni siquiera estaba al tanto de lo que ocurría a su alrededor ni de si alguien más los miraba
 
-¿Qué puesto te dieron?- continuó hablando Itachi al no recibir comentario alguno de parte de Naruto, sabía que se sentía cansado pero quería hablar con él, era como una extraña necesidad vital, la misma que se hacía presente cuando lo besaba, y vaya que ahora tenía ganas de hacerlo
 
-No me han fijado uno todavía- respondió Naruto, dejando caer nuevamente su cabeza sobre la mesa. –Ayudare en la cocina, en la caja y también seré mesero
 
-¿Continuas molesto por lo de ayer?- se aventuró a preguntar el moreno, aunque Naruto se mostrara más comunicativo con él y no le hubiera reclamado al respecto, no debía dar por sentado que el asunto había quedado en el olvido, no a sabiendas de que Naruto aun no lo perdonaba por aquel intimo encuentro en su casa
 
-Eres tan…- Naruto volvió a incorporarse sobre su asiento, zafándose de inmediato del firme agarre de Itachi sobre sus manos. Lo observó enfadado, más que fastidiado con aquella pregunta. Y lo peor de todo era que no tenía ningún insulto para usar contra él, Itachi era inteligente, apuesto, elegante, serio, orgulloso. –Ah…- suspiró al toparse con la bella mirada escarlata
 
-¿Tan qué?- la urgente necesidad de saborear los labios ajenos despertó en Itachi. Los grandes ojos azules lo miraron con cierto deje de confusión en ellos
 
-Tan guapo- musitó sin darse cuenta de sus propias palabras, estaba demasiado ocupado observando las pupilas carmesí y esas largas y tupidas pestañas que contrastaban a la perfección con ellos
 
Itachi rió con suavidad, desafortunadamente la campana sonó momentos después, indicando la hora de entrada
 
-Te veré a la salida- recorrió la silla hacia atrás. Naruto se limitó a asentir en ademan. Casi podría asegurar que se había resfriado pero prefirió no decir nada al respecto
 
Los ojos celestes examinaron con detenimiento su imagen en el espejo, se sentía mal, muy mal, lo suficiente como para querer saltarse las dos últimas clases que tenia con ese profesor de cabello plateado que parecía haberse ensañado con él puesto que estaba muy al pendiente de sus movimientos, no se le escapaba nada, a diferencia de los demás maestros, Kakashi si se tomaba la molestia de vigilarle durante la clase, cuidando que no se durmiera, que prestara atención a la clase y no se distrajera garabateando cualquier tontería en su libreta
 
Tosió un par de veces sobre el pañuelo desechable que sostenía en su mano, la cabeza le dolía mucho pero aun así saldría con Itachi, se lo había prometido y esta vez, realmente quería ir. No se sentía obligado de tener que aceptar una cita con el apuesto moreno pero tampoco le agradaba mucho la idea de salir en ese estado
 
Cansado, apoyó ambos codos en el lavamanos, apartando momentáneamente su mirada celeste del reflejo frente a él. Seguía sintiéndose cansado, adolorido. Los pasos a sus espaldas lo forzaron a erguirse de nuevo. El recién llegado pareció no haberle visto pues ni siquiera le miró cuando se dirigió a otro de los lavábamos del fondo
 
Naruto parpadeó al ver a Deidara. Aun de perfil, pudo apreciar perfectamente la gasa en la nariz del otro. Su cabello largo y rubio le cubría parte del rostro. Tuvo que apartar la mirada cuando lo vio acomodarse el flequillo tras el oído. Su mirada se suavizó rápidamente, los últimos días se había sentido verdaderamente frustrado a causa del estrés que le propiciaban aquellas situaciones tan dramáticas de las que, tanto él, como Deidara eran participes
 
Ambos eran muy buenos amigos y aun no terminaba de asimilar como es que terminaron riñendo como dos niños pequeños por un muchacho. El mismo que lo tenía en las nubes con su pura imagen, y de cierta forma, aun se sentía un traidor
 
Deidara no merecía ese golpe, así como tampoco él merecía el trato brusco que le otorgaba. Su amistad estaba destruida pero al menos quería dejar las cosas claras, sin resentimientos, sin rencores
 
-Deidara- nombró cuando el aludido se enjuagó el rostro
 
-¿Qué quieres?- preguntó molesto, tomando un trozo de papel para secarse el rostro húmedo. Naruto se acercó hacia él, la mirada de condolencia que portaba no le agradó para nada a Deidara, pero no demostró mayor interés
 
-Pedirte perdón por lo de…- Naruto se rascó la nuca, nervioso y un tanto apenado por sus acciones. –Por lo de tu nariz- completó en un tono más suave pero igualmente perceptible para Deidara
 
-¿Solo eso?
 
Levemente, Naruto arrugó las cejas, no entendía a que se refería con aquella pregunta
 
-Si- susurró con parsimonia. Deidara se encogió de hombros, aparentemente indiferente
 
-¿Dejaste de acosar a Itachi?
 
Naruto ladeó la cabeza mientras tamborileaba sus dedos contra el cristal. No perdería la calma de nuevo, y mucho menos volvería a golpear a Deidara. Solo debía ser paciente, aunque era por demás lógico que Deidara no estaba al tanto del asunto, ya que él no acosaba al moreno, sino al revés
 
-Me gusta Itachi- admitió sin remordimiento alguno. Deidara apretó con fuerza la quijada. –Y a Itachi le gustó yo- el tono de su voz disminuyó un poco. Una sonrisa extraña jugó en los labios de Deidara
 
-Ni siquiera te conoce- alegó, sintiendo tensos los músculos faciales. Naruto miró sus zapatos, sin poder contradecir nada, era cierto, se conocían muy poco pero ese calor inusual en su pecho cuando veía a Itachi lo hacía cuestionarse tantas veces el hecho de que se estaba enamorando de él, rápido, demasiado rápido, tanto que la sola idea le aterró. No quería enamorarse de él pero tampoco alejarse…tan confuso
 
-Lo intentaremos- trató de no sonar agresivo al comentarle a Deidara las intenciones de ambos, logrando con ello aumentar más la ira del otro. –Se que te falle, que fui un mal amigo pero tu tampoco…
 
-Está bien- carraspeó Deidara, apaciguando su impulso de golpear a Naruto, este lo miró incrédulo. –Haz lo que quieras, te perdono e informo- añadió lo último con una sonrisa déspota que desconcertó aun más a Naruto. –Que a partir de mañana formare parte de Akatsuki
 
Naruto sintió una punzada en el pecho, ya no sabía si se trataba de su estado de salud o de la premisa de Deidara, aunque ¿Qué importaba?, a él le ofrecieron un puesto con anterioridad y lo rechazó, no porque quisiera mantenerse alejado de Itachi, sino porque la tarea era más que suficiente para él, recién habían finalizado los exámenes y el detestaba los libros
 
-Me parece bien- forzó una sonrisa. –Te deseo suerte en el grupo de debate
 
Deidara sonrió satisfactoriamente
 
-Igual te perdono- colocó su mano en el hombro de Naruto y segundos después se alejó
 
Naruto se preguntaba si Itachi estaba enterado de que Deidara se uniría a su grupo de debate pero optó por no mencionar nada de ello cuando el atractivo moreno se aproximó a él, sujetando la mochila sobre su hombro
 
-¿A dónde te gustaría ir?- inquirió Itachi una vez que salieron del instituto. Naruto se aseguró de llevar varios pañuelos desechables consigo, evadió la mirada de Itachi durante el trayecto a su casa, e Itachi dio por sentado que se trataba de alguna invitación como la vez pasada, aunque le pareció extraño el hecho de que Naruto no le informara nada
 
-Hay un parque cerca de mi casa. –comentó Naruto cuando estaban por llegar. - Unas calles después
 
Itachi sonrió, comprendiendo al instante la indirecta. Con su mirada al frente, rozó la mano de Naruto, entrelazando los dedos con los del rubio, quien, confundido, dejo de caminar
 
-¿Te molesta que te tome de la mano?- se aventuró a preguntar. Ya sabía que a Naruto le disgustaban las muestras de afecto en público pero no encontró ningún inconveniente con tomarlo de la mano
 
-No- confesó Naruto, haciendo presión en el agarre, sorprendiendo al mayor por aquel repentino cambio. –Me gusta que lo hagas
 
Un calor abrasador envolvió el cuerpo de Itachi, la calidez proveniente de las pupilas azules, similares a la tonalidad del cielo y a la vez tan brillantes como un rayo de sol en plena mañana fue lo que lo dejo perplejo por unos segundos
 
En silencio, continuaron caminando rumbo al parque, Itachi tuvo que controlarse para no besarlo ahí mismo. Naruto se veía tan apetecible con el suave rubor adornando sus mejillas. Recordó cuan suave era la piel del rubio y se tentó a acariciar su mejilla apenas Naruto se detuviera en la entrada del parque
 
Era sumamente extraño que Naruto se decidiera por el parque para su segunda cita, aunque ciertamente la primera no contaba como tal
 
-¿Por qué te fijaste en mí, Itachi?- el silencio fue roto por el rubio una vez que tomaron asiento en una de las tantas bancas cercanas a los arboles de cerezo. Los últimos días la estabilidad del clima era tan impredecible como la relación que, difícilmente se estaba dando entre ellos. La luz del sol era tan amena en compañía de otra persona, e Itachi se percató de ello al sostener la confundida mirada de Naruto, dudaba, Naruto seguía dudando de sus intenciones a pesar de comprenderlo, se estaba impacientando de nuevo
 
Con mucha tranquilidad, soltó un suspiro. Una sonrisa a medias se formó en sus labios
 
-Si te soy honesto, no lo sé- las cejas de Naruto se contrajeron con disgusto pero se abstuvo de hablar cuando Itachi colocó un dedo sobre su boca, silenciándolo con suavidad. –Es la primera vez que realmente me intereso por alguien- admitió dubitativo. –He tenido citas, en su mayoría han sido chicas
 
Naruto sintió cierta incomodidad agolpándose en su pecho. Temiendo que tal vez Itachi estuviera confundido respecto a su orientación sexual
 
-Cuando estoy contigo me siento diferente- acarició los nudillos de Naruto con los dedos. –Es una sensación agradable, me gustas Naruto, y mucho
 
El aludido bajó la mirada, incapaz de mirar por más tiempo los intensos ojos de Itachi. Se sentía tan estúpido por haber dudado, sus palabras parecían ser sinceras, al igual que aquella sonrisa que le obsequiaba solo a él. Misma que no pudo observar hasta que el mayor le instó a alzar la vista, tomándolo con suavidad del mentón
 
-Me gusta estar contigo- prosiguió el moreno, acortando la cercanía entre ambos rostros. Tan cerca que Naruto pudo sentir la respiración de Itachi golpeando su rostro. –Y me gustaría más si confiaras en mí
 
-Confió en ti- articuló Naruto para sorpresa de Itachi. –Pero no tengo nada que ofrecerte y tu…bueno, nosotros somos…diferentes
 
-¿Por qué estaría al lado de una persona como yo?- inquirió Itachi, analizando el rostro de Naruto, centrándose en sus labios. –Seria igual de monótono que hablar con un espejo
 
-Supongo- meditó Naruto, moviendo sus pies con insistencia. Sus pupilas tintinearon al ser tomado de las mejillas por Itachi con la intención de besarlo, intención que se desvaneció de inmediato al percatarse de lo calientes que estaban
 
-Estas ardiendo- se preocupó, retirando enseguida sus manos para situar el dorso de una de ellas sobre la frente de Naruto, este asintió, apenado del doble significado del comentario, si estaba ardiendo, sentía que algo le quemaba el pecho y eran las palabras de Itachi, en ese momento solo quería permanecer más tiempo junto a él, no importaba donde ni como, las barreras de incertidumbre se habían roto por completo
 
-Te llevare al hospital- Itachi lo tomó firmemente de la mano. Naruto necesitaba descansar, tomar algún medicamento y después guardar reposo, lo había estado presionando en tener una cita y seguramente por ello Naruto no le comentó nada al respecto
 
-No quiero ir al hospital- se negó Naruto al salir del parque, frenándose en seco y tirando de su brazo hacia atrás, zafándose del agarre de Itachi, quien, alarmado, se devolvió dos pasos para volver a tomarlo de la mano. –Quiero estar contigo- Naruto lo sujetó de los hombros, obligándolo a inclinarse para poder alcanzar los tibios labios del mayor
 
Extrañado, Itachi cerró los ojos, rodeando la cintura de Naruto con ambos brazos, apegándolo más a su cuerpo, profundizando el contacto labial, aun a sabiendas de que podría enfermarse también. Suavemente, sus labios se movieron sobre los ajenos, fundiéndose en un acalorado beso que duró poco más de cinco segundos. Naruto se separó por la falta de aire, ocultando su rostro en el pecho de Itachi, deseando quedarse así lo que restara del día, aunque los vieran y los señalaran, aunque el sueño lo venciera y aunque…
 
-Tengo que trabajar- profirió de pronto, retirando con suavidad las pálidas manos que acariciaban su cabello dorado
 
-No puedes- sonrió Itachi, divertido de presenciar aquel gesto infantil en el rostro de Naruto, un reproche que el rubio no exteriorizó
 
-Es mi segundo día, si falto seguro me despiden
 
-Te llevare a tu casa- Itachi ignoró las palabras de Naruto para tomarlo una vez mas de la mano
 
-Iré a…
 
-Necesitas descansar, iré a la farmacia mientras tú…
 
-¿Me perdonas?- el semblante de Naruto se tornó reflexivo e Itachi no pudo menos que preocuparse aun mas, restándole importancia al hecho de que el chico desviara el tema
 
-¿Por…?
 
-Por dudar- cabeceó Naruto, sintiendo los estragos del sueño y un ligero escalofrío en su espalda
 
Una sonrisa reconfortante se apreció en los labios de Itachi, apenas unos instantes luego de que decidiera tomar un taxi para llevar al terco muchacho a su casa
 
Ya en el vehículo y sobre su regazo, Naruto permanecía recostado. La mirada de Itachi se situó en el cuerpo del rubio, un suave rubor cubriendo sus mejillas a causa de la fiebre, su frente ligeramente perlada por el sudor y sus labios incitándolo a besarlo de nuevo
 
-Tengo que ir a la heladería- susurró Naruto adormilado, con los ojos aun cerrados y sus labios levemente entreabiertos
 
Itachi acercó sus labios a su oído para tranquilizarlo
 
-Iré en tu lugar- anunció en voz queda para que solo él lo escuchara, aunque el chofer no parecía tomarles mucha importancia pues ni siquiera los había mirado cuando abordaron el vehículo. Apenas unas cuantas calles y pese a resultar ridículo el hecho de abordar un taxi dada la cercanía con la casa de Naruto, Itachi accedió a ello
 

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