Naruto cerró la puerta de su habitación con desanimo. Por más que lo intentaba, no dejaba de pensar en Itachi. No entendía a que se debía el "intento" de disculpa, si es que eso era realmente. O quizás fuera otro truco sucio para aprovecharse de él
No cometería el mismo error dos veces. Estaba decidido a mantenerse firme, no volvería a ceder ante los encantos de aquel apuesto muchacho. Además, a su amigo le gustaba, esa cuestión lo dejaba completamente a la deriva
Si estaba tan molesto con Itachi, si en realidad no le gustaba y si sabía que era incorrecto… ¿Por qué no dejaba de pensar en él?
-Todo es culpa de Deidara- masculló contrariado, dejándose caer sobre el cómodo colchón de su recamara. Mil ideas acudieron a su mente frente a aquel agradable silencio que su alcoba le brindaba. ¿Qué pasaría si Deidara se enteraba de lo ocurrido?
Ese día estuvo cerca de saberlo, no solamente por la presencia de ambos dentro de la biblioteca, sino también por su extraño comportamiento que derivaba de haberse acostado con Itachi. El resentimiento y la culpa no lo dejaban tranquilo, y el hecho de que Itachi lo buscara en el instituto con el motivo de disculparse lo había alterado aun más
-Rayos- arrojó la almohada cuando el fuerte repiqueteo del teléfono inundó las cuatro paredes de su habitación. Se suponía que Jiraiya estaría trabajando, tal vez lo llamaba para decirle que no llegaría a dormir. Su padrino gustaba de divertirse mucho más que cualquier chico de su edad
Sumamente confundido, descolgó la bocina
-Diga- respondió de mala gana, enredando su dedo índice en el cable del teléfono. Tuvo que apartar el aparato cuando el estridente grito le taladro los tímpanos. -¿Deidara?- cubrió su oído para aminorar el volumen de la voz que vitoreaba del otro lado de la línea, efectivamente era su amigo. –"Deidara no entiendo nada de lo que dices"- trató de explicar en voz alta pero su amigo continuaba alardeando cosas inentendibles para él. Por el tono de voz intuyó que estaba alegre pero no comprendía la razón para aquella exagerada felicidad que su amigo le transmitía en el habla
-Te veré en la heladería en quince minutos, hmp
-Espera, Deidara…Dei- pero ya era tarde, la llamada se había cortado. Más bien, la habían cortado intencionalmente. –Me colgó- murmuró al viento. Dejo el aparato en su lugar para después buscar una muda de ropa en el armario. Lo único que había entendido antes de que Deidara le colgara era que quería verlo en la heladería. Ellos siempre frecuentaban la heladería…pero los fines de semana, apenas era miércoles y además él no tenía ganas de comer helado
Suspiró, caminando lentamente hacia la puerta. Ni siquiera se molestó en dejar alguna nota en caso de que Jiraiya regresara antes que él. No demoraría, solo comería un helado y volvería para realizar la tarea de manualidades….o al menos lo intentaría
Caminó pensativo las tres cuadras restantes. Ya podía divisar el local a unos metros de distancia. La fachada azul contrastaba muy bien con el dibujo de un iglú, en cuya circunferencia se apreciaba el nombre de la heladería
Las mesas del exterior estaban vacías en su mayoría. A pesar de que la tarde era calurosa no había tantos clientes como en otras ocasiones, quizás se debiera a que no era fin de semana, entonces el local se abarrotaba y ambos tenían que hacer fila para adquirir un par de barquillos de vainilla y chocolate
Se decidió por entrar, siendo guiado por la hija del dueño de la heladería a una de las mesas. Aquella muchacha de largo cabello negro y ojos grises siempre se mostraba tímida cuando ambos acudían ahí, y esta vez no era la excepción. De hecho, la notaba más nerviosa que de costumbre, su piel pálida como la nieve y esa mirada esquiva cuando trataba de verla a los ojos, era muy linda. Incluso alguna vez llego a mencionárselo a Deidara, recibiendo el vulgar comentario de: es una zorra barata
Él no la consideraba así, simplemente le simpatizaba
-Deidara- sonrió al ver a su amigo sentado en una de las mesas del fondo. Comía animosamente de una copa de helado. Se acercó para tomar asiento, agradeciendo a la muchacha por acompañarlo. –Ya llegue- mencionó entrelazando ambas manos sobre la mesa, la sonrisa seguía adornando su rostro. Deidara dejo la cuchara para verlo a los ojos
-Dije quince minutos no media hora- se quejó con fastidio
-No te entendí nada cuando me llamaste. –Naruto ladeó la cabeza, confundido. -¿Por qué querías que viniera?
-Porque- Deidara sonrió al máximo, incluso Naruto sintió como se le contagiaba la alegría en aquel gesto de su amigo. –Por fin el Uchiha se fijó en mi- enfatizó cada palabra complacido. Naruto le devolvió la sonrisa a la muchacha que recién le dejaba una copa idéntica a la de Deidara sobre la mesa. –"Oye, te estoy hablando"- exclamó alterado al notar que Naruto comenzaba a comer de su helado sin escuchar una sola palabra de lo que decía. Era importante y ni siquiera por esa vez le ponía atención
-Perdón- Naruto hizo un mohín, dejando la cuchara sobre la servilleta. –Te escuche, ¿Quién es Uchiha?- preguntó curioso
Deidara negó con la cabeza
-Amigo- suspiró cansinamente. –Vives en la luna
-No es así, solo no sé quien…
-"Uchiha Itachi", "Itachi Uchiha", ¿quieres que te lo deletree?- Naruto sintió una punzada en el pecho. Pese a que podría tratarse de alguna broma de su amigo, después de todo, Deidara se enfrascaba en hablar siempre de Itachi, refiriéndose a él como su "enamorado"
-Pero…- bajó la mirada, sin saber exactamente qué decir. No le creía, definitivamente no le creía. –Pensé que tenía novia- se esforzó en escupir las palabras. Deidara asintió, dándole la razón
-Sabia que se fijaría en mi uno de estos días, yo te lo dije- anunció con seguridad. –Lo vi en el patio del instituto y me regaló un ramo de rosas hermoso, aun pienso que es un sueño- comentó encantado. Naruto frunció el entrecejo, definitivamente su amigo no mentía. Itachi ahora quería acostarse con Deidara y aquella disculpa no era más que un estúpido truco como lo pensó en un comienzo
-No es posible- gesticulo serió, sus labios temblaron
-Se olvido muy rápido de esa puta- sonrió Deidara, tomando nuevamente la copa. Naruto recorrió la silla hacia atrás. -¿Ya te vas?, aun no te terminas el helado
Naruto negó en ademan
-He perdido el apetito- sacó su billetera para dejar el cambio exacto sobre la mesa. No escuchó lo siguiente que dijo Deidara, solo quería salir de ahí, irse a su casa, olvidar, especialmente…olvidar
A la mañana siguiente despertó más temprano de lo normal. Aun faltaba una hora antes de que comenzaran las clases y él ya se había aseado, desayunado, y preparado el resto de útiles escolares. Había decidido terminantemente faltar ese día al colegio y lo habría hecho de no ser por aquella platica con su padrino durante la noche
Se había pasado las horas encerrado en su habitación, con su rostro pegado a la almohada y su consciencia pidiéndole a gritos que alertara a su amigo sobre ese canalla, y lo haría
Luego de que Jiraiya fuera a su recamara a llevarle un poco de ramen para cenar, le había preguntado por segunda ocasión a que se debía su estado nostálgico y él no supo que responder. Ya no quería mentirle pero tampoco le diría la verdad por miedo a que lo juzgara
Simplemente le había prometido no volver a caer en ese estado que lo obligó a quedarse encerrado en su habitación durante horas. En algo tenia razón Jiraiya, ese no era él
Rara vez entristecía, a pesar de que la vida no le sonreía de la misma manera desde la muerte de sus padres. Estaba cansado de llorar, harto de lamentarse por el pasado, y ahora nuevamente se sentía vulnerable, no entendía la razón y no quería saberla, tenía que relajarse y disfrutar su estancia en el instituto, aclarar esas molestas dudas con su amigo y continuar como si nada hubiera ocurrido, ya estaba decidido
Miró el reloj de pared por última vez, ya era hora. Inhaló profundo y salió de su casa
En el camino se había topado con pocos estudiantes, aun era muy temprano pero él ya no quería seguir divagando tonterías
La entrada del instituto se alzó imponente frente a él
Naruto Irguió su espalda y esbozó una sonrisa radiante antes de entrar
Dos estudiantes de último grado observaron atentos como Naruto se dirigía tranquilamente a su salón de clases
-¡Eh!- Hidan dio un codazo al pelirrojo que no retiraba su mirada de encima de aquel lindo chico de cabello rubio y ojos azules. -¿No es ese el que rechazo a Itachi?- preguntó burlesco. Sasori afirmó con la cabeza
-El mismo- sonrió a medias
-Pobre comadreja, y ni cómo ayudarle, después de lo que ocurrió ayer
-Dijo que no quiere que volvamos a inmiscuirnos- bostezó Pain, restándole importancia a los comentarios de sus compañeros
-Yo opino que Itachi está usando la psicología inversa- terció Sasori, entornando la mirada. –quiere que lo ayudemos pero no quiere decírnoslo
Hidan chasqueó los dedos
-Ya esta, seguro ese chico se está haciendo el difícil- explicó a sus compañeros. –Ya verán como cae como mosca cuando le ofrezca esto- hurgó en su mochila. Sasori rodó los ojos al ver la prenda que Hidan había sacado, era otra túnica similar a la de ellos, solo que no tenía el mismo estampado
-Ni se te ocurra- masculló Pain, cruzándose de brazos
-Calma- le instó Hidan, dándose la vuelta. –A ese chico se le ve impresa la palabra zorro en la cara- corrió en dirección de Naruto, dándole alcance antes de que llegara a su salón. Naruto se detuvo cuando le bloquearon el paso, forzó una sonrisa al encontrarse de frente con el pelirrojo y otro de los compañeros de Itachi
-Hola- saludó, tratando de rodearlos
-"Alto ahí chiquillo"- Hidan colocó su brazo derecho contra el marco de la puerta, afortunadamente no había llegado ningún maestro al salón, apenas unos cuantos alumnos que dormían plácidamente sobre sus bancas
Naruto frunció el entrecejo, dirigiendo su mirada a Sasori, solo había hablado con él antes de que sucediera su encuentro con Itachi
-Mi amigo- Sasori rió al recordar su anterior plática con el olvidadizo muchacho. –Te quiere proponer algo- señaló a Hidan, este le extendió la prenda negra. Naruto lo observó en silencio
-¿Y?- preguntó arqueando una ceja
-Queremos que te unas a nuestro grupo de debate- le ofreció Hidan sin dejar de sujetar la prenda, esperando pacientemente a que Naruto la tomara
-Gracias- Naruto sonrió ampliamente sin tomar la prenda. –Pero no me interesa- retiró el brazo de Hidan de un manotazo para poder entrar al salón. Sasori permaneció boquiabierto al igual que su compañero, semejante rechazo no les había ocurrido nunca
-¡Que cabrón!- insultó Hidan, tirando la prenda al suelo. Sasori rió por lo bajo. –Es perfecto para Itachi- completó con una sonrisa, Sasori le dio la razón
Estaban por irse a sus respectivos salones cuando llego Deidara. El rubio miró confundido a los dos compañeros de Itachi, seguramente tenían algún mensaje para él, era extraño que Itachi solo le diera aquel ramo de rosas sin decirle nada mas, aunque así era él, un hombre serio y de pocas palabras, por eso le encantaba
Deidara se acercó expectante
-"Por Jashin"- Hidan silbó, delineando con ambas manos la silueta de una mujer en el aire. Sasori optó por alejarse a su salón antes de que sonara el timbre de entrada. El rubio lo observó con asco, aquella mirada no le gustaba. –Oye preciosa, ¿tienes planes a la hora del descanso?- era su oportunidad para ligar alguna chica antes de que fuera el acto académico, y esa era perfecta ya que sus compañeras de grupo estaban demasiado "proporcionadas" y él buscaba justamente lo opuesto
-¿Qué dijiste?- Deidara cerró ambos puños
-Que me gustaría comer contigo, muñeca- permitió que una sonrisa se expandiera en sus labios. Deidara se acomodó el flequillo detrás de su oído
-Idiota. –bajó la mirada. – "Soy hombre"- le aclaró molesto. Hidan abrió la boca todo lo que pudo
-¡¿Qué?!- exclamó sorprendido, estaba seguro de que era una chica, plana pero una chica
Naruto dejo el lápiz a la mitad del cuaderno. Ya era la hora del descanso y aunque anteriormente no quería salir, ahora pensaba diferente, claro que iba a salir. No iba a permitir que aquel patán disfrutara tranquilo mientras él se quedaba en su salón. Deidara seguía sonriendo a todo lo que daba y en cierta forma eso lo hería, no comprendía a que se debía…empatía quizás
Aun tenía que advertirle sobre Itachi y detestaba ser él quien tuviera que decírselo
-Dei…- no pudo completar la frase cuando su mejor amigo salió a toda prisa del salón. Seguramente iba a buscar a Itachi. Suspiró fastidiado. Ojala Deidara no fuera tan impulsivo
Itachi miraba distraídamente a los estudiantes de primer ingreso. Había decidido acudir él solo a la cafetería para acercarse y poder hablar con Naruto. Aun no sabía con exactitud por donde proceder, sin embargo, estaba consciente de que era mil veces peor quedarse de brazos cruzados
Naruto le gustaba, cometió un error, un enorme y estúpido error al creer que el comentario de Hidan era acertado. Él mismo se lo había cuestionado con anterioridad y la conclusión era siempre la misma
No podía gustarle un chico dos años menor que él, cuya personalidad era completamente opuesta a la suya. Naruto era alegre, y él serio. Naruto se mostraba relajado cada vez que lo observaba, él en cambio se preocupaba por nimiedades, entre ellas el acto académico
Aquel ridículo evento que secundaba a la entrega de diplomas, la mayoría de sus compañeros de curso ya tenían pareja, había rechazado a varias chicas porque no pretendía asistir al evento, ahora se cuestionaba al respecto, tenía que ir, no era obligatorio pero por vez primera sentía deseos de presentarse a un evento como tal, donde conversan trivialidades, beben y se divierten con tonterías
Aunque ese no fuera el motivo principal para querer asistir, también era el momento adecuado para acercarse más a Naruto. Podría invitarlo como su pareja y después…
Negó con la cabeza al recordar lo ocurrido. Si no hubiera actuado de ese modo, Naruto no estaría disgustado, se sentía un acosador por pensar tanto en el chico, inclusive lo observaba en los descansos. Desafortunadamente Naruto no estaba en la mesa que siempre frecuentaba y él…
Él necesitaba urgentemente que aceptara sus disculpas
Echó ambas manos a los bolsillos de su pantalón y se dispuso a volver a su salón. Miró en derredor en caso de que Naruto estuviera entre la multitud de estudiantes pero no fue así
Retomó la caminata pero se frenó en seco al escuchar la conocida voz junto a la cancha de futbol
Una sonrisa jugó en sus labios. Naruto pateaba con mucha fuerza el balón, como si tratara de canalizar todo el enojo con la pelota, descargar su rabia
No se dio cuenta de la presencia de Itachi, su atención estaba fija en la pelota. Una y otra vez la pateó contra la pared, retrocediendo despacio para después correr a patearla y repetir el proceso
Maldijo por lo bajo cuando el balón se desvió de su curso, yendo a parar a una de las ventanas del salón aledaño
El profesor en turno no tardó en salir del salón. Naruto bajó la mirada, molesto por su estupidez y mala puntería
-"Jovencito"- le llamó el hombre robusto, una cicatriz enmarcaba su rostro. Naruto se acercó lentamente en su dirección
-Yo…
-Disculpe- murmuró Itachi, haciendo una reverencia. Naruto frunció el entrecejo al verlo. ¿Qué hacía allí?, ¿lo había estado observando?
-¿Qué?- el adulto lo miró extrañado
-Debí fijarme al golpear el balón, no volverá a suceder- aseguró Itachi, alzando la mirada. Naruto pestañeó suavemente. ¿Se había culpado en su lugar?
-Creí que…- el adulto rascó su nuca, confundido por el malentendido. Había creído erróneamente que el rubio era el responsable del accidente. –Está bien, tenga más cuidado- agregó pensativo
Naruto se giró sobre sus tobillos, no quería hablar con él, solo era un engaño y él no volvería a caer en su juego
-¡Buu!- Hidan lo abucheó a la lejanía. Itachi entornó la mirada. – ¡Segundo strike!- imitó mover un bate en el aire
-"A la tercera me lanzare yo"- Sasori le dirigió un discreto guiño a su compañero pero sus palabras parecieron no tener efecto en el serio muchacho de ojos escarlata que por segunda ocasión…había sido rechazado
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