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Encrucijada. por NNK

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Capítulo XXVIII: Dos Renatos.

 

Renato se sintió nervioso cuando pisó su colegio nuevamente, subió las escaleras hasta su salón, mientras mordía sus labios. Siendo sincero no quería volver a clases, pero le había prometido a Alejandro no caer en pánico y continuar su vida para no darle fuerza a su segunda personalidad de salir. Entró en el salón, sintiendo la mirada de sus compañeros encima de su persona, levanto la cabeza y sonrió.

Se dirigió a su asiento, sonriendo. Ricardo y Gabriel le observaban con preocupación, mientras que con Camilo con molestia pura. Suspiro, sentándose en su asiento, miró por la ventana, una punzada en su cabeza, le hizo mantener su mano en su cabeza, sintió hormigueos en el estómago a causa de los nervios, estaba asustado de que esa persona saliera de su ser.

Mantuvo en todo momento, su mirada en su cuaderno tomando nota, ignorando a Gabriel, quien le picaba para que le tomara atención y a Ricardo, que le miraba de reojo con preocupación. Hasta tuvo que ignorar a Cristóbal, ya que le pareció extraño ver que Renato estaba tan callado. Él sabía que no estaba siendo el mismo de siempre, debería estar conversando con sus amigos y riéndose por lo bajo, mientras tomaba atención, pero solo se mantenía callado, esperando que la jornada escolar se terminara de una vez por todas.

El timbre sonó, Renato dio las gracias mentalmente, su cabeza no dolía como el día en el zoológico, pero si tenía un pequeño dolor que le estaba poniendo los nervios de punta. Vio a sus compañeros dejar el salón y él sólo miró por la ventana. Vio por el reflejo de ella, como Gabriel se quedaba al lado de Ricardo, ambos se miraron preocupados, dudando si acercarse o no. Se alegró cuando decidieron salir y dejarle solo.

Cerró sus ojos, respirando lentamente, al volver a escuchar en su mente Dejarme salir. Su corazón se aceleró y abrió sus ojos asustados, negó con la cabeza, no debía asustarse, ni ponerse nerviosa, pero no podía evitarlo. Saco su celular en su paranoia para mandar un mensaje a su padre para que lo sacara del colegio por hoy, no se sentía capaz de seguir manteniendo la promesa de Alejandro.

Tragó saliva, tratando de eliminar ese nudo en la garganta y respiro profundo para evitar llorar, por una tontería como esa. Estaba tan concentrado en sus sentimientos, que no noto cuando Camilo se sentó en el asiento de adelante para mirarle de frente con una sonrisa que solo mostraba malicia.

— ¿Te gustó desmayarte en el zoológico y robarte la atención?—preguntó con enojo, alzando las cejas con una sonrisa sínica.

Renato le tomó atención, sintiendo como la rabia hacía hervir su sangre. Él no estaba jugando en el zoológico, estaba muy enfermo y no pudo evitar desmayarse en el baño.

— ¿Disculpa? —Habló, haciendo que no había escuchado nada—Estaba enfermo, muy enfermo porque me desmayé ¿Recuerdas?—comentó con enojo.

La tensión en el salón subió, al punto en que podía cortarse con un cuchillo, Camilo solo se levanto de la silla y puso ambas manos sobre la mesa de su compañero, sin quitarle la mirada de encima. Renato no se dejó intimidar, él era mucho más peligroso que Camilo, no le importaba que pudiera seguir escuchando Déjame salir, mientras lo miraba.

—Era mi momento de captar la atención de mis malditos compañeros—comentó con molestia.

—Vaya, para ser un chico que quiere a sus compañeros, no los tratas muy bien—comentó con una sonrisa sarcástica.

—Escúchame bien, maldita mocoso—dijo, tomándolo de la solapa de su camisa. Renato ni se inmuto, no iba a dejar que un inexperto como él. Sonrió.

—Te escucho maldito fracasado—comentó con una sonrisa alegre—Jamás había conocido a alguien tan arrastrado como tú. Ricardo jamás se fijaría en un chico que suda desesperación.

Camilo sintió rabia al escucharlo decir eso. Renato había cambiado su expresión, aquello le asustó, pero no iba a dejar que un recién conocido le dijera unas cuantas verdades. Lo empujó con fuerza, haciendo que se cayera de la silla y se golpeara la cabeza. Camilo sonrió al ver que su compañero estaba en el suelo sin moverse.

Renato sonrió, observando al suelo. Ya no le dolía para nada su cabeza. Se levantó y pateó a Camilo, haciendo que este chocara contra la pizarra. Se lamió los labios, mientras llevaba sus manos a los bolsillos en su chaqueta. Amo esa mirada de miedo en el rostro de Camilo. Hace seis años que no veía esa mirada de miedo en una persona y lo hizo sentir satisfecho, Se acerco a Camilo, viendo como él se levantaba asustado, pensó en matarlo, pero llamaría mucho la atención y quería seguir pasando desapercibida dentro de Renato en especial de su padre, que lo había encerrado, convirtiéndolo en una niño estúpido y aburrido.

Camilo observo hacia arriba con miedo, el aspecto de Renato había cambiado, parecía más rudo y peligroso. Su sonrisa causaba escalofríos, tenía miedo. No entendía cómo no lo había reconocido con anterioridad. Suspiro, aliviado cuando Gabriel y Ricardo aparecieron en la puerta, mirándose  con sospecha.

— ¿Estaban peleando?—preguntó Ricardo, avanzando hacia sus dos compañeros— ¿Quién empezó?

Renato observo a Ricardo confundido. Camilo le miraba asustado, quiso preguntarle, pero fue allí cuando se dio cuenta que la voz en su cabeza solo decía Gracias por dejarme salir. Su mirada solo quedó neutra ante la explicación que pedían sus compañeros. Observo a Gabriel apenado, viendo que este se acercaba y le abrazaba.

—Tranquila. No pasó nada grave—susurró Gabriel en su oído. Renato miró a Camilo, quien le evitaba la mirada a toda costa.

—No pasó nada, solo estaba convenciendo a Renato de que saliera de la sala, no estaba mirando y me tropecé y caí. Renato solo quería ayudarme a levantarme—explicó Camilo a Ricardo con una sonrisa.

Ricardo la observo bajo sospecha, miró a Renato, quien le sonreía para convencer a Ricardo. Este suspiro y solo dejó las cosas como estaban. De todos modos los hombres solían resolver sus problemas solos. Además, ellos dos últimamente estaban actuando de manera muy extraña y algo le decía que no debía inmiscuirse en esos asuntos.

La clase comenzo, Gabriel se sentó en su asiento sin quitar la mirada de Renato, estaba preocupado por él, Ricardo primero observo a Camilo y Renato, estimaba a ambos, pero la actitud de ellos, a veces le asustaba. Camilo parecía asustado y Renato confundido.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación.


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