Bajó corriendo las escaleras a toda velocidad, deteniéndose apenas un par de segundos en el comedor para tomar un rápido e improvisado refrigerio que consistió en una tostada con mantequilla y un vaso de leche fresca.
-Adios, mamá, te veo luego- Kushina, que yacía de espaldas frente a la hornilla, apenas tuvo tiempo de parpadear al sentir el firme y fugaz beso en su mejilla. Se giró al instante, desanudandose el delantal en el proceso, y atisbó a Naruto saltando irresponsablemente por la ventana.
-¡Naruto!- gruñó colérica ante semejante prueba de bandalismo. Corrió hacia la ventana y lo vio dirigirse a toda carrera hacia el distrito de los Uchiha. -Le dije a Minato que no lo involucrara, dattebane- se golpeó el entrecejo y pensó en reprender al insensato de su marido más tarde. Ahora que Naruto tenía aquella misión "extremadamente secreta" apenas si convivían juntos como familia. Además, Minato casi nunca salía de la oficina.
Tal vez no era mala idea hacer una visita a Mikoto, asi ella la pondría al tanto de lo que estaba pasando en su propia casa y con el resto del clan.
***
A medida que se adentraba en el barrio del clan Uchiha, Naruto se detenía esporádicamente para saludar a uno que otro aldeano al paso. Extrañamente, nadie le devolvía el saludo, todos actuaban igual de raros y taciturnos, como si sopesaran alguna amenaza en el entorno.
¡Pero eso era imposible!
Su papá se encargaba de reforzar la seguridad en la villa cada cierto tiempo, y además había una barrera que impedía el paso a forasteros. Por lo tanto, el verdadero peligro yacía fuera y no dentro de Konohagakure.
Disminuyó la velocidad al divisar al conocido ninja intercambiando unas secas palabras con otro de los miembros del clan. Naruto estuvo atento a los gestos expectantes de uno, y la actitud circunspecta de otro.
Quiso acercarse y entonces recordó algo importante, una duda que venía amedrentandolo desde algunas noches atrás.
Se encaminó con pasos seguros hacia la comotiva, esbozando una amplia y carismática sonrisa mientras cruzaba los brazos tras de su nuca en actitud relajada.
-Hablamos más tarde- concluyó tajantemente uno de los Jounnin, dándole la espalda a Shisui cuando el Uzumaki acortó la distancia entre uno y otro.
-¿De qué hablaban?- indagó el rubio a la expectativa.
El rostro impávido de Shisui ensombreció por una milesima de segundo.
-Nada importante- restó relevancia con un encogimiento de hombros. -Asuntos del clan.
-Todos son tan misteriosos aqui, dattebayo- Naruto chasqueó la lengua, irritado por desconocer cada aspecto de la vida de esos Shinobi. -¿Vas a lo de Itachi?- registró la zona con la mirada, si no calculaba mal, la casa del genio rompecorazones Uchiha estaba a pocos metros de allí.
"¿De nuevo con tus homosexualidades?"
Naruto cerró los ojos, intentando acallar la queja interna de su "huesped". Siempre que se trataba de los Uchiha, Kurama gustaba de molestarlo.
-En realidad iré a entrenar un rato- se explicó el mayor, haciendo girar uno de sus kunai en su dedo índice en tanto miraba con estoicismo el horizonte. -Seguramente Itachi estará ocupado hasta tarde. Le encomendaron una misión y...
"Y a mi me ordenaron vigilarlo" arrugó el ceño ante el pensamiento, pero suavizó el gesto al ver a Naruto frente a él con las manos juntas en muda suplica.
-¿Puedo ir?- días atras habían acordado entrenar, sin embargo, las labores del clan eran cada vez más ajetreadas. Y aunque Minato les había asignado una lista con misiones de rango menor, aún acataban la estricta normativa en pos de afianzar lazos con el resto de Shinobis y civiles de la hoja.
-Bueno- Shisui fingió meditarlo, llevandose el pulgar al mentón y cerrando los parpados para dar mayor realismo a su indesición aparente. -Si lo pides de ese modo, es mi oportunidad para vengarme por lo de antes.
-¡¿Eh?!- saltó Naruto, apuntandolo con el índice. Su expresión aniñada se deformó a una de confusión e intriga. -Ya te dije que no sé nada- y era verdad. El que Shisui insistiera en sentirse ofendido por la jugarreta de antes, lo tenía genuinamente ajeno, desentendido y confundido. Era él quien debía molestarse con ellos por no entrenarlo. Tampoco creía haber hecho gran cosa al engañarlos con una nota falsa. Claramente su plan que implicaba la arena de gato no había tenido éxito.
-Te advierto que no seré suave.
Naruto esgrimió una sonrisa zorruna.
-¿Quien te pidió que lo fueras?
***
El terreno estaba despejado, el clima era idóneo y no había mayores obstáculos de por medio.
Naruto había estado gustoso de fanfarronear sobre las habilidades que le habían sido enseñadas por su padre y su padrino, pero cambió de parecer cuando Shisui activó el sharingan.
Definitivamente ellos estaban a otro nível en genjutsu. Jamás podría equipararse con ese par en ese sentido, pero aún asi...
-¡Kage bunshin no jutsu!- realizó la serie de sellos manuales y concentró la mayor cantidad de chakra posible, manteniendo la mirada baja en todo momento. Si no lo veía a los ojos, estaría seguro.
-¿Clones?- Shisui alzó una ceja con diversión al reparar en las decenas de copias rodeándolo. Pelear contra el hijo del Hokage sería divertido después de todo.
Además...
Recordó el falso beso y un chispazo de enojo lo hizo subir la guardia.
Imitó la serie de sellos antaño efectuada por Naruto y esperó a que se dispersara la neblina para ponerse en posición de ataque.
-¡Eso es trampa!- replicó Naruto con las cejas contraídas en un rictus de molestia, frunció los labios al contemplar las decenas de copias emparejandose con las suyas. Esperaba una tecnica super "guay" nunca antes vista y el Uchiha solo lo copiaba, como si no mereciera la pena enfrentarse a él. -Si eso quieres- se sentó en posición de loto ante la mirada escéptica de Shisui, reuniendo y moldeando chakra hasta que sus parpados adquirieron la distintiva pigmentación naranja y sus pupilas se amoldaron a su nueva forma.
-Senjutsu- Shisui sonrió a medias, el hecho de que Naruto se pusiera serio le divertía en exceso, y por si fuera poco, lucía arrebatadoramente atractivo en modo Sennin.
No, no, no. Diablos, no. Naruto no podía gustarle, maldita sea. Ya había pagado su ingenuidad con creces en la bodega de utilería para que encima la situación se repitiera. Naruto solo quería burlarse de él, jugar mediante sus encantos y luego hacer de cuenta que nada había ocurrido. No volvería a caer en ese truco.
Poco a poco los clones del Uzumaki se redujeron hasta llegar a tres. Shisui, sin embargo, no dispersó su jutsu, aguardó a que Naruto se incorporara para atacarlo directamente.
Tal y como esperaba, Naruto repelió el golpe, tomándolo del brazo para posicionarse a sus espaldas, inmovilizandolo para que sus dos clones atacaran simultáneamente.
-Eres rápido- reconoció antes de predecir la trayectoria de cada golpe para asi poder esquivarlo. -Pero yo lo soy más- lo tomó del cuello de la chamarra y lo derribó al tergiversar su patada.
Naruto rodó en el suelo, su técnica se desvaneció al cabo de unos segundos.
-¿Es en serio?- rió Shisui al ver el puchero del rubio. -¿Un minuto es tú límite?
-¡Gasté mucho chakra con los clones, dattebayo!- se defendió, poniéndose de pie en el acto. Si Kurama no fuera tan resentido y molesto, le pediría una buena cantidad del suyo, pero no quería lidiar con sus burlas mordaces y negro sentido del humor por sus inclinaciones sexuales.
-Y asi termina el entrenamiento- repuso el Uchiha, viendo a sus copias desaparecer una a una.
-No- negó Naruto, volviendo a invocar varias decenas de copias. -Aún puedo vencerte.
-Testarudo- arguyó Shisui, enviando a los escasos clones a su lado. Naruto sonrió seguro de sí cuando sus copias arremetieron los primeros golpes, pero su gesto burlón se esfumó al notar lo que pasaba.
-Imposible- parpadeó. Los clones no habían desaparecido.
-¿Sabes por qué me llaman Shisui del cuerpo parpadeante?
Naruto miró atónito en derredor, reprimiendo el impulso de darse un buen golpe en la frente por su estupidez.
No eran clones.
Lo había engañado.
-Diste por hecho que usaría la misma tecnica- uno a uno los clones de Naruto se desvanecieron en una nube de humo, produciendo el caracteristico sonido agudo hasta que no quedo nada.
-Eres...- Naruto apretó los labios con impotencia, agachando la mirada hacia sus pies en señal de derrota. Shisui lo observó detenidamente, contrariado al notar el cambio brusco en la actitud del Uzumaki, tal vez se había excedido en su afán de humillarlo. -Increible, dattebayo- lentamente alzó la vista, levantó el pulgar y sonrió de manera juguetona.
Shisui apartó al instante su mirada, se rascó la nuca con un gesto deshinibido y procuró atenuar la calidez instalada en sus mejillas.
-Escuché que te gustaba el ramen- comentó, empezando a andar resueltamente hacia el Uzumaki. -Podríamos ir por un par de tazones.
Naruto asintió al instante.
-Un par no es nada- sonrió jocoso y le siguió el paso. -Solo no pidas ramen dietético, es la peor receta de Teuchi San.
Shisui sonrió para sus adentros. No le cabía la menor duda de que Naruto era una caja de sorpresas.
Y para bien o para mal, estaba deseando descubrirlas todas.