-¿Algún dato?
-Tranquilo, hombre- sonrió Suigetsu ante el apuro del otro. Presionó un par de teclas en el ordenador y esperó a que se imprimieran los datos. -Esto toma su tiempo, ¿sabes?...no puedes recopilar datos sin antes tener la certeza de que la información es correcta.
Sasuke resopló, reprimiendo el fastidio que le ocasionaba estar a la expectativa. Estaba de nueva cuenta en el edificio de la corporación Taka, aguardando con impaciencia por los registros que dictaminarían si Naruto decía la verdad respecto a su hermano gemelo. De ser así, cabían posibilidades de abrir un nuevo juicio alegando negligencia por parte de los peritos y el personal de criminología a cargo del caso.
Lo ridiculo de la situación, era el hecho de que se sentía frustrado por saber la verdad detrás de aquellos asesinatos. De respaldar a un inocente sentenciado injustamente a raíz de los crímenes perpetrados por un tercero que, actualmente, debería ser un convicto.
-Vamos a ver...Aquí hay algo- mordiéndose la comisura de los labios, Suigetsu prestó más atención a los datos arrojados del sistema. Estaba intrigado con toda la situación, ansioso por conocer cada detalle oculto del morboso caso Uzumaki. -Creo que me he equivocado.
Sasuke, que yacía inmovil frente al escritorio, terminó por perder el último vestigio de calma. Rodeó la silla para situarse tras el albino y sus ojos negros se abrieron en asombro ante el documento anexado en el expediente.
-Tenías razón, Sasuke- admitió Suigetsu con un movimiento mecánico de cabeza, asintiendo ante la lógica del orgulloso abogado mientras desplegaba la fotografía en tono sepia de un apuesto moreno que exhibía en sus labios una sonrisa tan perversa como su mirada. -Si tiene un hermano.
-Imprímelo- ordenó el Uchiha, experimentando un inmenso goce, mezcla de adrenalina y entusiasmo.
Sin embargo, la sonrisa pronto abandonó sus labios al recordar la entrevista de la última visita.
"-Mi hermano desapareció cuando yo tenía diez años. Vivíamos en un orfanato a las afueras de los suburbios. Entonces él escapó y me dijo...- calló súbitamente, cerró los ojos y se balanceó inquieto sobre el banquillo.
-¿Qué fue lo que te dijo?- demandó saber el abogado.
-Que me cuidaría siempre."
***
Sasuke dejó salir el aire acumulado antes de tomar la bocina del telefono. Momentos más tarde, Naruto entró a la sala, arrastrando los pies a causa de los grilletes, tenía la mirada fija en el vitral. Y Sasuke notó un leve brillo en sus pupilas azules, como si estuviera consciente de lo que ocurriría.
El convicto de uniforme naranja tomó asiento, separó los labios y volvió a cerrarlos en cuanto notó a Sasuke señalandole el teléfono de junto. Naruto descolgó el aparato y se acomodó la bocina en el oído.
-Quiero que corrobores algunos datos- dijo Sasuke, imperterrito. A pesar de que las llamadas eran grabadas, prefería no correr el riesgo de que algún incauto de la sala les oyera.
Naruto asintió en silencio. Sus irises azules despedían la misma chispa de seducción que Sasuke había visto en su fotografía. Tan malditamente atrayente...
-¿Por qué Namikaze?- cuestionó en tanto analizaba la hoja de registro. Naruto no dudó un solo segundo en contestar.
-La institución que nos acogió desconocía el apellido de nuestro padre. A los dos nos registraron con el mismo apellido pero...- titubeó, indeciso de añadir lo siguiente.
Sasuke lo alentó a proseguir.
-Éramos tan similares que, cuando descubrieron el acta de defunción de papá, optaron por modificar el de Menma a Namikaze. Yo seguí conservando el de mi madre.
-Entiendo- Sasuke tomó nota de lo récien dicho. -Tu hermano escapó del orfelinato a la edad de trece años, ¿es eso cierto?- observó el acta discretamente.
-Si. Menma es mayor tres años que yo.
-¿Por qué no dijiste nada de esto antes?- haciendo los papeles a un lado, Sasuke prestó atención a la expresión contrariada de Naruto.
-Tenía miedo- se removió, dando a entender que le incomodaba hablar del asunto. -Nadie quiso escucharme cuando les dije que yo no era un asesino.
>Me tuvieron detenido en la comisaría por más de cinco horas. Me golpearon hasta dejarme inconsciente, y cuando desperté, me hicieron beber agua con sal...
-Es suficiente- tajó Sasuke con el entrecejo fruncido. No soportaba ver como los labios de Naruto temblaban en clara muestra de estar reteniendo el llanto.
Tratando de serenarse, Naruto se encogió de hombros.
-Luego hicieron los éxamenes y...usted conoce el resto.
-He envíado una copia de los archivos a la físcalia- confesó Sasuke, serio. -Es probable que el juez reabra el caso si se reúnen las pruebas necesarias. Para ello hace falta encontrar a tu hermano, mientras tanto tú...
-Se tiñó el cabello de negro- musitó Naruto contra la bocina. Sasuke se inclinó un poco para escuchar mejor.
-¿Cómo dices?
Naruto tragó en seco.
-Mi hermano se tiñó el cabello de negro días antes de escapar del orfanato. Siempre decía que odiaba ser confundido conmigo porque yo era bueno.
-Naruto- Sasuke se mordió el interior de las mejillas con fuerza, hiriéndose intencionalmente para dejar a un lado su orgullo. -Te creo- hizo una pausa al ver como el rostro del adolescente se iluminaba. -Por eso quise representarte. Las cosas serán diferentes esta vez.
-¿Lo...Lo promete?- Naruto se precipitó hacia la ventanilla cuando Sasuke colgó la bocina. Dudó en acercarse más, pero, al ver que los guardias estaban entretenidos charlando trivialidades, apoyó la mano sobre el grueso vitral que separaba ambos mundos. El de las personas corruptas y las inocentes.
Sasuke se detuvo en su andar. Quería calmar las revoluciones en su pecho que minuto a minuto se hacían más rápidas.
"¿Por qué demonios me siento asi cuando lo veo?- pensó, acercando la mano hacia el cristal, justo sobre el reflejo de la mano trigueña.
En silencio se miraron a los ojos, pactando así una promesa...