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Seducción Indirecta por mfernandasadiklover

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Notas del capitulo:

Hola, comenzare con mi clásica pero no menos importante disculpa por el retraso. no es excusa pero voy a mudarme y varios miembros de la familia ya mueren de estrés incluida yo. bueno no tanto.

lamento mucho si el capítulo tiene faltas de ortografía o problemas en el texto, son bienvenidas a comentar si algo así sucede para corregir. 

además, este es el penúltimo capítulo. El próximo todo termina si sale como quiero, soy la indecisión en persona después de todo.

Espero sinceramente que hasta el momento les haya gustado y que se queden hasta el final. 

advierto que hay escenas un poco fuertes, me encantan las cosas sucias, no las escribiré muy bien pero no puedo detenerme xD jajaj

¿qué más puedo decir? ¡nos leemos en las notas finales!

Draco caminaba como un pavo real mostrando sus preciosas plumas, tenía la nariz alzada y una sonrisa socarrona. La gente le dirigía miradas de lado, curiosas y confundidas.

Jamás sabrían por qué el hombre estaba caminando como si fuera el dueño del edificio. Draco lamió su labio inferior recordando la cara de Harry esa mañana.

No solo había terminado su trabajo, sino que además gracias a su intervención habían dado con el asesino. En menos de una semana. ¡Ja! ¿Estúpidos diarios que dirán ahora? ¿Qué le mueve el trasero al salvador para que no lo echen del ministerio? Medianamente cierto, pero no en este caso.

Se sentó en la oficina del Auror jefe y disfruto muchísimo de los halagos que Harry le dio con todos los aurores escuchando.

“Inteligente, capacitado e increíblemente eficiente”. Draco elevó ligeramente su nariz, continua Harry tienes mi atención pensó satisfecho. “No solo eso, sino que además fue capaz de resolver en cuestión de días lo que nosotros no fuimos capaces de hacer en semanas. Deberían aprender de él aurores incompetentes”.

Tampoco te pases estúpido Potter pensó sintiendo las miradas asesinas a su espalda. Nada mejor que ser llamado inútiles por el héroe que elogia a un mortífago inteligente.

Cuando los hombres se retiraron también se levantó para irse. Pero como siempre descubrió que la puerta estaba cerrada. Mirándolo por sobre el hombro, elevo una ceja.

“¿algo más?” dijo lentamente, con sus ojos grises observó atentamente el rostro del hombre. La mirada seria le dejó curioso y lo hizo acercarse.

Harry le hizo un gesto para que se sentara nuevamente. Miró curioso la carpeta que fue puesta en el escritorio.

“Puede que haya llenado de elogios tu persona, pero la mitad era mentira, está repleto de errores, corrígelos, aquí y ahora, antes de que los aurores se den cuenta y se burlen de ti señor Malfoy”. Draco le dirigió una mirada incrédula y abrió los archivos para leer.

No podía ser posible que tuviera errores, era más probable que Voldemort volviera a que él cometiera un error en su trabajo. Así que, increíblemente confundido y frustrado reviso las páginas.

Harry le miraba atentamente, cada movimiento, incluso el gesto más pequeño quería memorizarlo, es que era tan atractivo, se veía igual al Malfoy que vio hace años y entró en su oficina. Se preguntó si todo había cambiado, se mordió el interior de la mejilla, si lo desnudaba ahora, podría saber cómo era el cuerpo varonil de Draco antes del cambio.

Eso era tan excitante, se mordió el labio inferior, deslizar las manos por su pecho seguramente masculino, puede imaginarse a sí mismo en una cama con Draco a su disposición. Pasar la lengua por su diminuto ombligo, oh de solo pensar en que conocerá el miembro de la serpiente antes de que fuera adorablemente pequeño.

“Auror Potter, no encuentro los errores”. La voz de Draco le hace aclararse la garganta. Sentía los pantalones ligeramente más apretados, se acomodó los lentes porque por unos breves momentos lo vio desnudo. Eso fue peligroso.

“¿necesita ayuda incluso para que yo revise por usted?” le dice sin interés. Lo ve arrugar la nariz y las cejas, que lindo.

Draco no le responde porque quiere revisar que todo esté en orden y meterle el informe por la boca al idiota. Escucha un ruido, pero no tiene interés por lo que no logra notar como Harry se levanta de su asiento.

Harry se mueve hasta el hombre rubio. Se apoya en el escritorio y se aclara la garganta para tener la atención del hurón. Este le mira enojado de ser distraído y vuelve a concentrarse a los archivos.

“Señor Malfoy, se le olvida algo”. Draco eleva la vista al escucharlo, su rubia ceja se levanta curiosa. “La última vez que estuvo aquí, se llevó algo que me pertenecía”. El dragón siente que le arde el rostro, Harry le sonríe.

“¿quiere que se las devuelva?” le pregunta asqueado y dudoso. Harry sonríe aún más grande.

“Sí están usadas aún mejor”. Draco se levanta de inmediato. Pero sabe que no puede irse porque el otro seguramente sigue sin desbloquear la puerta.

“¿no le da vergüenza señor cerdo Potter?” dice Draco hastiado, deja el informe de lado, obviamente era una mentira para hacerlo bajar la guardia. La cual era bastante obvia, pero ingenuamente creyó al verse atacado.

“Que tiene de malo pedir que te regresen algo que es tuyo”. La voz de Harry le sorprende parece genuinamente asombrado de la negativa de Draco.

“Esa era mi ropa interior”. Dice con los dientes apretados, Harry se mueve y su rostro queda muy cerca. Draco traga saliva y parpadea rápidamente, la sonrisa del salvador aumenta. Sabe que el huroncito lo hace cuando se pone nervioso o quiere un beso.

Las dos alternativas son buenas para él. Mueve su cabeza suavemente para negar lo que dice Draco y aprovecha de inhalar el aroma de su chico al poder estar tan cerca.

“¿Cómo podrían ser tuyas si no te conozco?” responde Harry y su sonrisa se vuelve burlona. No hay nada como saber que estás ganando una pelea.

Draco se queda en silencio, ¿qué puede decirle? No hay necesidad piensa. Se levanta de la silla bajo la atenta mirada de Harry. Ama esto, ser el centro de atención del chico que le gusta.

Desabrocha su cinturón y sonríe porque la boca de Harry se abre asombrada. Luego simplemente se baja los pantalones.

Adora cada segundo el observar la cara boba de Harry tratando de mirar debajo de su camisa que por desgracia para ambos cubre lo suficiente para que no logré apreciar sus bonitos tesoros de serpiente.

Luego deja un bóxer nada apasionante en la mano del tonto y acomodándose la ropa le mira sonriendo satisfecho de sí mismo por dejarlo sin palabras. Que bien se siente poder dejar a Potter sin comentarios porque su cerebro hizo corto circuito, cien puntos para Slytherin.

“¿abres la puerta?” le pregunta con calma. Harry observa la ropa y lo mira a él rápidamente. Asiente velozmente, demasiado rápido para el gusto de Draco que esperaba que lo atrapara contra la pared.

Está por abrir la puerta cuando escucha algo, gira la cabeza levemente, lo ve mirándolo con la ropa en la nariz y la mano metiéndose bajo sus pantalones.

“Dígale a mi secretaria que no me moleste con nada, ¿ha entendido señor Malfoy?” Draco con las orejas coloradas se va rápidamente, por temor a desear quedarse, Potter es un bastardo sucio.

Un bastardo asqueroso que ahora mismo se está masturbando con tu ropa. Le ardieron las mejillas de inmediato, llego a su oficina y como aprendió del error pasado esta vez sí tenía prendas de repuesto.

Las semanas pasaron rápidamente de la misma forma. Trabajar, huir del coqueteo u acoso, llegar a casa, jugar con su hijo y finalmente arreglarse para salir a un bar muggle.

Le toma mucho esfuerzo hacerlo, no porque no tenga ropa o se sienta incómodo en ella, sabe que se vería hermoso incluso con las camisetas mugrosas de Harry. El problema es si Potter conoce que saldrá.

De que le sirve ir a un bar si Potter no está para seguirlo. Por lo que ese día antes de salir del trabajo intencionalmente comentó su salida. Si es que a Harry le interesa de todos modos, seguramente ahora en casa con su amada esposa cenando y no puede ponerle atención a nada más.

“Papá, otra vez estás poniendo una cara extraña, ¿hice algo malo?” Scorpius le mira desde la puerta del baño. Draco trata de relajarse, está dejando salir su mal humor.

“Scorpius que dijo papá”. Le reprende por salir de la cama. El niño sonríe mostrando su carita preciosa para que no se enoje. “Ve a la habitación es hora de dormir, iré pronto”.

Le da un beso en la frente cuando logra que se duerma, no hay nada como un libro sobre Harry Potter para dormir. Lo mira por última vez antes de irse, tan lindo.

El bar es justo como pensó que sería, sucio, ruidoso y sin Potter. Bebe sentado en la barra sin ánimo, lo invitan a bailar varias veces, pero no tiene humor para fingir ser amable, por lo que rechaza a la joven mujer que le mira con los ojos marcados por maquillaje.

Draco se maquilla mejor que ella, sonríe porque Potter siempre le dijo lo talentoso que es. Siente que algo vibra detrás de él, lo hace estremecer, un escalofrío recorriendo su espalda, eleva las cejas y toma apresuradamente su bebida, Harry está aquí.

Sonríe al sujeto que está a su lado, el hombre mueve su cabeza satisfecho de que la insistencia sea recompensada. Draco le coquetea, sutil, débil, sin interés, pero su sonrisa ladeada le ayuda a que el desconocido tome confianza.

Draco se siente ligeramente inconforme, lleva dos minutos con la cara tensa sonriendo, pero aún no hay rastro de Potter a su lado, se muerde el labio inferior, solo una mirada se dice antes de girar su cabeza.

No hay rastro de Harry, observa el lugar la gente se mueve y se le vuelve imposible saber si Potter sigue en el bar. Enojado, muy, muy cabreado decide que esta noche va a follar sea con el estúpido ese o no.

Bebe rápidamente, el chico a su lado parlotea sin callarse, y Draco solo quiere estamparle el vaso en la cara para hacerle saber lo que opina del deporte muggle.

El hombre parece confiarse al notar que Draco está cada vez más ebrio. Se acerca y su mano roza el brazo del hurón.

“Soy amigo del dueño, ¿quieres ir a una habitación?”. Es solo un momento, un pequeño pestañeo, está viendo unos ojos marrones y luego la mandíbula tensa de Harry cubriendo su vista.

“¿Qué intentas Malfoy?” escucha que preguntan, el malestar provocado por el alcohol parece intensificarse, porque al verlo se siente increíblemente mareado. Harry se ve como si fuera a masacrar al chico, la arruga entre sus cejas es muy marcada en su rostro, su respiración agitada y sus evidentes celos le hacen tragar saliva.

“Qué importa, no estoy en el trabajo para que me controles” Draco pide una copa más para poder resistir la tentación de pasar sus labios por el rostro atractivo del imbécil ese, además la cabeza le va a estallar, tal vez no debería tomar tanto. La ira que siente no ayuda a su autocontrol.

“Disculpa, yo estaba hablando con él”. Draco eleva su vista para mirar detrás de Harry, el chico del bar le mira a ambos enojado por la interrupción. El Slytherin abrió sus ojos un poco y bebió rápidamente para poder soportar las pequeñas agujas de magia picando su piel.

Enojar a Potter no parece algo muy inteligente, pero un muggle no sabe sobre los peligros.

“Potter, él tiene razón, deberías irte”. Harry se giró de inmediato, mirándolo asombrado, seguramente no se esperaba que Draco dijera algo como eso.

Potter sonrió incrédulo, ¿su dragón acababa de… preferir a otro hombre?

Draco pensó muchas cosas sobre como reaccionaria Harry, triste, rogándole que se detuviera.

Racional, rogándole que se detuviera.

Incluso violento, obligándolo a que se detuviera.

Pero no de la forma en que lo hizo, simplemente un suspiró cansado y se fue. Lo dejo ahí solo con el tipo ese. Incrédulo abrió su boca y miró fijamente la espalda mientras se marchaba.

¡Cierto es lo que dijo que hiciera! ¿Pero qué sujeto que dice amarte te deja en un bar solo? Debería haberlo tomado del brazo y obligarlo a volver a la mansión. No solamente resignarse y marcharse como un imbécil. ¿Acaso ya no importaba si se acostaba con otros? ¡Pues bien! si eso quiere.

“Bueno ahora estamos solos, ¿estás bien?” la voz del hombre se escucha lejana, no está para nada feliz, se siente inusualmente mareado y triste. Prefiere al Potter celoso que es capaz de golpear a un repartidor por verlo en poca ropa.

Se siente abandonado, como si no le importara lo suficiente. Se muerde el interior de la mejilla, ¿es normal estar tan triste o solo es el alcohol en su sistema?

“Vamos a esa habitación que mencionaste”. Le dice Draco, se joda Potter, que se pudra, el muy imbécil, cretino asqueroso. Ojalá que se te rompan las gafas y que te muerda un perro.

El lugar es angosto y sinceramente le pone enfermo. El hombre le dice muchas cosas para mejorar el ambiente, Draco suspira, es una pésima idea. Siente que está actuando impulsivamente para nada, como un tonto que quiere llamar la atención de un imbécil.

“Dame algo para beber”. El chico asiente rápidamente, intenta complacer a la belleza rubia que todos en el bar codiciaron al verlo. Draco planea irse cuando salga, pero en el momento que esta por levantarse siente el cuerpo muy pesado, se tambalea y vuelve a caer. ¿Qué está mal?

Siente que el corazón martillea en su pecho, está comenzando a ponerse nervioso, no debió aceptar subir, es más ni siquiera tuvo venir a un lugar donde no estaba cómodo, pero como siempre Draco enfadado no tiene el mejor control de sí mismo.

Cerró los ojos tratando de pensar, cada vez se sentía más adormilado, y sabía qué dormirse en una habitación de un bar con un hombre listo para tener sexo era pésima idea. Trato de moverse una última vez, fue imposible. En que se había metido pensó quedándose dormido.

Luego de eso no recuerda mucho, puerta abriéndose, ruido, voces y un montón de sufrimiento. Un gemido escapa de su boca al poder moverse nuevamente. Se obliga a cerrar los ojos para concentrarse, intenta abrirlos a pesar de que tiene miedo de seguir en el cuarto angosto del bar.

¿Su mansión? Se pregunta cuando su vista recorre el lugar, deja escapar un suspiro tranquilizando su pulso acelerado. Por un momento realmente se asustó.

¡Oh por merlín! Piensa y se levanta rápidamente, quiere vomitar, las náuseas son tan fuertes que tiene que ponerse la mano en la boca tratando de calmarse. Trata de normalizar su respiración, pestañea para disipar la humedad de sus ojos.

Luego intenta pensar qué está pasando. Recuerdos vagos y confusos llegan a su mente, mueve su cadera y da un suspiro aliviado, no duele, su zona inferior parece estar a salvo. Siente un repentino dolor en el pecho, al mirarlo ve que uno de sus pezones fue perforado, una delgada barra atraviesa la carnosidad y termina en una pelotita redonda ¿un cascabel?

Potter hijo de puta. Bastardo asqueroso, mestizo huérfano, cara rajada.

Se levanta rápidamente de la cama, el baño jamás ha estado tan lejos, el espejo le muestra que no fue un sueño en lo absoluto, realmente tiene un cascabel colgando de su pezón, ¡oh por merlín! ¿Qué está pasando? ¿Sigue soñando? Deja escapar un jadeo cuando lo roza con los dedos, le duele muchísimo.

“¿Qué diablos pasó anoche?” se pregunta. ¿Potter le hizo esto? ¿No se había marchado? Por Salazar que horrible dolor de cabeza.

“Bueno jamás fuiste bueno para beber”. Draco deja escapar el aire, sabe que no tiene mucha tolerancia, pero no hay necesidad que se lo repitan. Abre los ojos un poco y por medio del espejo ve detrás, Harry le mira con la cabeza ligeramente inclinada, evaluando su cuerpo.

“¿Qué diablos haces aquí?” le pregunta, sinceramente no sabe que gesto debe intentar para plasmar todos sus sentimientos. Siente por un momento que el corazón se detuvo de la sorpresa.

 

Harry no es el hombre más planificador del mundo, tampoco utiliza mucho su parte racional. Pero hay momentos en que se sorprende de sí mismo, este es uno de esos. Jamás pensó que haría algo así, era ilegal y si otro ser humano se enteraba seguramente le miraría como si el héroe tuviera un gran problema en la cabeza.

Pero no cambiaría nada, no cuando Draco está sollozando mientras lo llama en quejidos lastimeros. Se lo lleva en un parpadeo, la mansión le permite entrar y agradece que Malfoy no lo haya sacado de la red de seguridad del lugar.

Lo recuesta en la cama, está balbuceando y se nota muy ebrio para darse cuenta de lo que sucede a su alrededor. Le besa la frente, murmura su nombre y sonríe cuando ve los ojos grises mirarlo.

“Te amo, mucho, muchísimo Harry”. El tierno balbuceo le obliga a suspirar y recostar su cabeza en el pecho del chico. Siente su corazón latiendo rápidamente, sonríe cuando su nariz se frota contra la dureza que encontró bajo la ropa. Extrañaba tanto esto.

“También te amo, mucho, muchísimo, Draco”. Susurra aun sabiendo que no lo escuchaba. Malfoy estaba totalmente fuera de sí. Hablando y moviéndose. Seguramente inconscientemente asustado de todo. “Estoy aquí”. Le dice dándole un suave beso en la frente sudorosa.

Draco no parece estar muy consiente que salió del bar, ni siquiera de que esta Harry a su lado, lo peor es que se dormirá en cualquier momento, y eso no es algo que el Gryffindor vaya a permitir, sinceramente aún está enojado por lo que pasó.

Abre la camisa para exponer el pecho marcado de cicatrices, deja escapar un jadeo al observar cómo ha cambiado el cuerpo de Draco. Es tan perfecto como siempre, incluso más, Harry los había visto de lejos, pero esto era mucho mejor.

Incluso aunque no ha tocado lo suficiente parece que el cuerpo de Draco recuerda la cercanía de Harry por lo que está subiendo la temperatura rápidamente. No para de llamarlo entre gemidos.

“Tú no eres Harry”. Le dice entre sollozos, Harry eleva la vista para mirarlo. Los ojos grises están empañados. Sus manos débilmente toman sus hombros para alejarlo.

“Lo soy”. Responde el Gryffindor, pero Malfoy niega rápidamente. Empuja para alejarlo y Harry, ya que no quiere verlo llorar se retira.

“No es así, eres el chico del bar, estoy ebrio y veo al tonto que me gusta”. Harry sonríe un poco, sus dedos tocan la mejilla caliente y sudorosa.

“Soy el tonto que te gusta, ningún otro”. Draco se queda en silencio, recuesta suavemente su mejilla en la mano de Potter.

“¿realmente lo eres?” pregunta susurrando, Harry repentinamente nervioso se acomoda los lentes. Quiere besarlo, lo desea tanto que le es difícil pensar en otra cosa.

“Totalmente seguro”. Le dice y sonríe un poco al notar que Malfoy comienza a relajarse menos temeroso de su tacto. Parece volverse más suave, como si el toque de su mano lo tranquilizara.

“¿no me dejaste solo en el bar?” le preguntan nuevamente, tiene la voz temblorosa de nuevo y como todos los que se pasan de copas esta por llorar.

“Oh dragón, como si eso fuera posible, simplemente me perdiste de vista unos segundos”. Separa su mano del rostro tibio y escucha un lloriqueo nuevamente.

“Mentiroso, ya no te importa si me voy con otro. Me dejaste de nuevo”. Draco intenta sentarse en la cama, pero Harry no se lo permite, utiliza su palma para empujar su pecho y que caiga nuevamente. El reclamo le duele un poco, es cierto, lo hizo.

Es mejor preparar lo que usará para demostrarle que no planea dejarlo ir. Ya que parece que Malfoy tiende a olvidar lo mucho que le gusta. Tal vez si lleva una muestra de amor que duele, entonces no lo olvidará tan fácil, y así no buscará gente para llamar su atención.

Draco grita un poco cuando sus manos frías tocan su pecho ardiendo. Bonito piensa, tan hermoso. Trata de calmarlo acariciando suavemente su cuello.

“Huroncito, me encanta poder tocarte nuevamente”. Deja besos ligeros en los pequeños bultos de carne. Es casi un sueño hacerlo. Finalmente, de nuevo amarlo como desea, después de esperar una eternidad.

Lo siente mover los brazos asustados, si fuera Harry también se asustaría al saber que van a herirlo. Pero los jadeos que da, la forma suplicante en que lo llama es tan excitante que no se detendría incluso si Draco se lo pide.

Después de todo, el joven rubio no lo haría. Está desesperado por tener algo a que amarrarse para que la inseguridad que siente sea calmada.

Grita un poco por el frío, Harry se recuesta sobre él, usa su boca para besar las lágrimas, siente la carne de Draco palpitar mientras él desinfecta la zona.

“No”. Gimotea Draco, al sentir que jalan de su piel para tantear donde irá la marca de Harry. “No quiero, va a doler”. La forma en que arrastra las palabras es muy encantadora.

Lo es para Harry, que maliciosamente aprieta el pezón para hacerlo llorar nuevamente. Los gimoteos y los ligeros temblores que recorren el cuerpo pálido lo dejan deseando molestar un poco más.

“Dolerá un poco, pero Draco es un hombre fuerte, puede soportar mi amor ¿cierto huroncito?” le besa suavemente los ojos que lo miran brillantes por las lágrimas, lo ve asentir levemente. Sus labios rojos se abren y Harry no lo piensa mucho cuando está besándolo.

Su respiración es agitada al separarse, Harry parpadea confundido cuando las manos de su hurón tocan sus mejillas.

“Solo si mi Harry promete cuidarme después”. Draco se relaja aun cuando siente que todo a su alrededor da vueltas. La mirada verde del Gryffindor le distrae del dolor. No deja de observarlo.

Y solo se separan cuando el trabajo está terminado, porque si deja de mirarlo siente que se volverá loco. Harry no bebió, así que no sabe por qué comienza a marearse y tiene la mente tan confusa.

Lo observa temblar mientras sus manos aprietan sus hombros para aliviar los nervios y el dolor, siente que la ropa estorba porque le gustaría sentir las uñas clavarse en su piel.

De cierta forma le pertenece a Draco, aunque este a veces se olvide de ello.

“¿dolió?” le pregunta en un susurro mientras lo ayuda, necesita ropa que no sea apretada, intenta alejarse para buscar algo, pero Draco se lo impide.

“No te vayas, no todavía Harry, te dejaré hacerme todas las perforaciones que quieras, por favor, no vuelvas a irte”. Es tal vez el alcohol hablando, Draco no es muy bueno rogando, si le preguntan seguramente dirá que es una mentira y que jamás pasó. Pero los ebrios y los niños siempre dicen la verdad.

Solo por eso, Harry siente que se echara a llorar porque al fin Draco fue capaz de decirle que quiere tenerlo a su lado.

Espera que se duerma para poder cambiarlo a ropa más cómoda. Se recuesta su lado y Draco se acomoda de inmediato sobre el pecho de Harry. Se permite cerrar los ojos y dormir, aún falta para que sea de día.

La luz del sol es incómoda en el rostro, sale de la cama, y sonríe cuando ve dormir pacíficamente al dragón. Ni siquiera parece que va a sufrir una resaca increíblemente fuerte.

Harry baja a la cocina, está sacando una tasa para preparar té, cuando escucha la vocecita de alguien.

“¿es usted Harry Potter realmente?” Scorpius lo miraba con los ojos somnolientos y no parecía asustado de que un hombre extraño estuviera en la cocina.

“¿no tienes miedo de encontrar a un desconocido en la cocina tan temprano?”. Le pregunta y le sirve el chocolate caliente que había preparado para beber.

“Mi papá habla mucho de usted, dice que la cabeza que tiene es como un nido de dragones bebé, y que le gusta usar ropa de vagabundo”. Lo ve beber con rapidez, seguramente es un goloso por lo dulce igual que el padre. Harry quisiera tener un espejo para mirarse. ¿Realmente se ve así? Es exacta la descripción piensa sonriendo.

El niño no parece muy emocionado por conocer al héroe del mundo mágico, seguramente Draco se encargó de quitarle el encanto a su persona. Puede imaginarse al hurón diciendo, no es tan espectacular como sale en los diarios, es un cerdo comiendo y su cicatriz no es tan brillante, dicen que lo es, pero no es cierto.

Se ríe porque intuye que lo hizo realmente, es imposible que un niño de su edad no esté haciendo preguntas, sobre todo lo que sucede.

Cuando le dice que le llevara el desayuno a su padre, Scorpius le sonríe de lado y de inmediato recuerda a Draco, ¿cómo hizo para crear un clon?, es increíblemente tierno. Está tan grande y parece ser un niño muy alegre.

Va a la habitación, sabe que no tiene mucho tiempo, Scorpius esta despierto y pronto querrá desayunar y la atención de su padre. Camina en silencio al notar que la cama está vacía. Quiere observar el rostro de Draco al imaginar que podría estar pasando.

 

¡Cómo lo odia! Grita su mente. Casi puede saborear el pulso de su cuello, quiere morderlo hasta que se desangre.

Se arroja sobre él porque en serio quiere botarle un par de dientes. Pero como siempre nada sale bien y siente que se tambalea cuando Harry le sostiene los brazos y lo empuja contra la puerta.

El pulso acelerado al igual que la respiración, nervioso traga saliva, van a besarlo, peor aún, va a dejarse besar.

Es justo como pensó, maravillosamente satisfactorio, la boca de Harry sobre la suya, la forma en que sus dedos lo mantienen agarrado, pero no es doloroso. O el aroma sutil del chocolate que desprende, su dulzura.

Sabía que extrañaba a Harry, pero no lo había comprendido hasta ahora. Por un momento está asfixiándose con la absoluta felicidad.

Separa sus piernas para permitirle el acceso, lo deja acomodarse, Harry ya no necesita obligarlo, es Draco quien lo apresa esta vez.

Clava las uñas en su espalda musculosa, y saborea cuando Harry gime bajito satisfecho. Su cuerpo es ligeramente levantando. Cómo sus piernas están abiertas Potter aprovecha para frotarse contra su miembro semi erecto.

Da leves jadeos cuando lo escucha murmurar en su oído. No logra entender que dice por qué está concentrado en las manos de Harry en su cadera apretando, en su miembro presionándose con fuerza. 

¿Está no será otra fantasía, cierto?

Últimamente no sabe que es real o no. ¿Qué tal si en realidad está desmayado en el inmundo bar?

“¿Por qué estás aquí?” le pregunta suavemente mientras le observa, los ojos verdes de Harry parecen tranquilizarse un poco.

“No hay otro lugar donde quiera estar”. El beso sabe a miel, chocolate, cosas suaves y maravillosas. Este momento para él, es la definición de amor. Para Draco esta dulzura es agridulce. Lo aprieta contra su cuerpo, ojalá pudiera fundirse con él para no alejarse nunca más.

“¿en eso pensabas cuando me dejabas anoche?”. La voz suena herida incluso si el tono sarcástico intenta ocultarlo. Es la segunda vez que le dice eso, parece que Draco realmente no recuerda. “Ese muggle asqueroso metió algo a mi bebida, es imposible que me desmayara, no bebí tanto, pero tú no estuviste ahí”.

Harry tararea incómodo, parece dudar, Draco le mira entrecerrando los ojos. La magia que sintió en la piel, ¡lo habían hechizado!

“¡fuiste tú!” le recrimina enojado. Harry tiene la decencia de sonrojarse. Pero no parece arrepentido.

“¿hubieses aceptado venir conmigo si te lo hubiera pedido? Tienes que aceptar que dormirte era la mejor opción, no hubo escándalos, ni luchas, solo un Draco suavecito que permitió cuidar de él”. La voz de Harry era tensa, como si recordara algo increíblemente excitante.

¿cuidar? Piensa Draco enojado. ¡Tiene un maldito pezón perforado! una resaca increíble y un estúpido en el baño diciendo estupideces. No está para bromas. Intenta forcejear, pero se rinde rápidamente, si se mueve más siente que vomitara. Mejor le grita.

Le besan nuevamente para ahogar sus protestas, sinceramente, aunque jamás lo diga en voz alta, tener Harry abrazándolo toda la noche y abusando de su cuerpo porque fue incapaz de resistir la tentación es maravilla, pero no debe enterarse, pensara que es un arrastrado. Que humillante.

No solo eso, ¿qué diablos piensa que hace Potter? Para él es una broma, juega con Draco como si fuera una marioneta, parece no entender que quiere todo de Harry, si no es así prefiere no tenerlo.

Por eso clava las uñas en la espalda, esta vez con más fuerza, quiere lastimarlo, dejar huella en su cuerpo justo como Harry ha hecho tantas veces. El beso húmedo le deja tembloroso, la lengua de ese hombre es caliente, ni siquiera parece importarle que Draco no se ha lavado los dientes.

Intenta apartarlo, avergonzado de acordarse, seguramente huele mal, Harry no parece querer darle tiempo para pensar si lo que hacen es correcto o no. Está intentando marearlo con su afecto para que olvide todo.

“Solo un minuto”. Dice con los dientes apretados, el miembro del Gryffindor se roza sin piedad contra su propio pene. Si sigue de esa forma no podrá escapar. Incluso comienza a dudar de querer intentarlo, no puede aceptar la idea de alejarse del cuerpo del chico de ojos verdes, pero siempre cae tan rápido que le da mucha rabia.

“¿Cómo sabré que no escaparas?” le pregunta Harry besando sus párpados. Si sale del baño está seguro que Draco cerrara la puerta y no lo dejara entrar. No se equivoca.

“Solo quiero lavarme el rostro”. Le responde Draco con una diminuta mirada tímida. Se muerde el labio al notar que Harry no quiere separarse. Tampoco le apetece alejarse, está muy cómodo en esta posición, sintiendo todo el peso del mini chico de oro sobre su vulva que ha estado mojada desde el primer beso, por otro lado, desea besar esa boca y no tener aliento mañanero.

“Pasaré mi brazo por tu cuello y apretaré si tratas de jugar alguna broma, llevo mucho tiempo conteniéndome Malfoy”. Draco también está harto de privarse de lo que realmente quiere.

Lo dejan libre, no mucho, apenas su espalda se separa de la puerta es presionada por el pecho de Harry, su brazo musculoso rodeo su cuello, no fuertemente, pero lo suficiente como para perder la respiración al imaginar lo que sucederá si da un paso en falso.

Mirándose atrapado frente al espejo toma el cepillo de dientes, mira a Harry y ve sus ojos verdes brillantes mirándolo fijamente.

Siente que el brazo se aprieta un poco contra su cuello y traga saliva nerviosamente, el miembro de Harry apegarse a sus nalgas, lo escucha suspirar cuando mueve la cadera. El propio Draco jadea al sentir la mano juguetona del estúpido colarse entre sus piernas acariciando sobre la ropa.

“Concéntrate”. Le dicen suavemente, abre la boca, y separa un poco sus piernas, el brazo musculoso se enrosca ligeramente, podía sentir la presión que ejercía sobre su piel. Comienza a cepillarse lentamente siente que si hace movimientos bruscos entonces Harry aprovecharía para cortarle la respiración.

Los dedos de Harry, medio y anular frotaron sus labios vaginales insistentemente, su miembro semi erecto rebota contra la mano morena cuando este decidió que era buena idea darle palmadas hasta ponerlo duro.

Se movió incómodo cuando le bajan la ropa, a través del espejo puede saber que Harry está muy emocionado. Comienza a mover la cadera, simula embestidas para que el cuerpo de Draco recuerde y añore el glorioso placer que siente al tener algo dentro.

Deja escapar un gemido y la pasta de dientes se escurre por la comisura de su boca. El pene de Harry está frotándose desnudo contra la piel de sus nalgas.

Mueve la cadera para profundizar el contacto. No es suficiente, quiere que se frote más profundo. Pero al parecer esa no es la idea de Harry, porque su brazo le corta la respiración, todo su cuerpo se tensa en consecuencia.

Con el corazón sonando en sus oídos se da cuenta de que los dedos que antes solo rozaban ahora están frotándose contra el orificio de su vagina, entran dos de ellos a la vez, su cuerpo comienza a temblar, se está quedando sin aire.

El placer de tener a Harry dentro tampoco ayuda. Lo liberan solamente cuando los dedos están profundamente enterrados, siente el alivio de inmediato, su pecho había estado apretándose y sentía la piel de la garganta ligeramente sensible.

“Apretado, ¿ya no te tocas? Recuerdo que te encantaba hacerlo”. La voz de Harry es una provocación, desea humillarlo, al bastardo parece gustarle ese tipo de cosas. No quiere seguirle el juego, pero está casi por suplicarle que se mueva, siente el ardor intensificarse por el deseo. No es justo.

Cierra los ojos, no soporta mirarse al espejo, no cuando puede admirar como lo deja Potter. Es horrible saber que tiene el rostro sudoroso y sonrojado, y que sus labios entreabiertos dejan escapar jadeos cortos y rápidos por la necesidad que siente.

Está cediendo al placer y a Harry, como siempre. Siente que nada ha cambiado.

Enojado trata de zafarse, pero Potter no está dispuesto a dejarlo, así que curva sus dedos en su pequeño agujero, deja escapar un grito y las piernas parece que fallaran en cualquier momento. Usa sus manos para sostenerse del lavamanos, intenta volver a respirar.

Los dedos salen fuera, trata de tranquilizarse, siente que el líquido caliente le moja los muslos y sabe que si se sigue moviéndose seguirá empapando todo. Decide mejor gritarle, pero lo besan nuevamente antes de eso. Cierra los ojos tratando de salvar su mente y que no se pierda en la broma del placer. Harry no obtendrá eso de él hasta que le pertenezca por completo.

Le mira decidido cuando su boca queda libre, Potter solo lo observa atento, maravillado con la fiereza que muestra, como un huroncito furioso porque su territorio fue invadido, deja escapar un suspiro, debió aprovechar el descuido y follar con sus dedos a Draco hasta volverlo una masita de lloriqueos.

Se acerca, pero Draco mueve su cuello para no ser besado, escucha una risita, hace una mueca al escucharlo, odia que se ría cuando habla en serio, da un saltito al sentir un ligero pellizco en su mejilla. Lo mira con los ojos grises brillantes.

“¿Qué duda tiene ahora esa cabecita tuya?” le pregunta. Harry le toma de la cintura girándolo para abrazarlo, apretando el arisco cuerpo del hurón. Sonríe al notar como su garganta está ligeramente roja, no fue brusco, pero la piel de Draco es demasiado pálida.

“¿realmente me amas?” le pregunta Draco mirándolo fijamente. Harry le sonríe. No importa cuantas veces tenga que repetirlo, si es necesario hacerlo el resto de su vida lo hará, no es problema para él.

“Claro que lo hago, nunca deje de amarte”. Draco desvía la vista, parece triste con su respuesta. Como si amara escucharla y la odiara al mismo tiempo.

“¡¿Cómo estás tan seguro?! ¡No me has visto en seis años! Dices quererme, pero no haces nada para que podamos estar juntos”. La voz de Draco es ligeramente chillona. Deja que a través de ella el miedo y la angustia que siente se filtre.

“Es porque estuvimos todos esos años separados que sé con certeza que te amo. No solo es un sentimiento superficial creado a base de mi imaginación, se nutrió en tu ausencia, se volvió más fuerte. Oh corazón, seis años de espera es suficiente para pensar, si no pude olvidarme de ti durante ese tiempo, ¿por qué supones que lo haré ahora?” Harry con cuidado, le tomo la mejilla para que Malfoy no pudiera evitar mirarlo. Tenía el pecho apretado, ¿y si Draco lo rechazaba?

¿Y si pensaba que no era sincero? Que sus palabras eran superficiales, después de todo, nada ha cambiado. ¿Qué hará si Draco lo rechaza? Si se aburre de esperar y decide que no vale la pena seguir luchando. 

Se quedaron mirando en silencio, temeroso de la respuesta, Draco cerró los ojos un momento, sonriendo levemente oculto su rostro en el pecho de Harry quien aliviado lo abrazó de inmediato. Tenía las orejas más rojas que haya visto en su larga vida.

“¿tú me amas?” le pregunta Harry emocionado, es su turno de escuchar una declaración de amor. Aunque la escuchó anoche quiere que Draco lo diga nuevamente.

“Esas cosas no se preguntan, no eres un niño”. Le responden rápidamente. Sabe que Malfoy está riéndose. Hace mucho que no escuchaba su risa. Es tan bonita y parece realmente feliz. Le besa el cabello, Draco levanta la vista y estira levemente sus labios para que lo bese.

Lo atrapa contra la pared. Lo besa hasta los labios arden, los brazos del Slytherin le rodean el cuello para mantenerlo apresado.

“¿No admitirás que te gusto?”. Le pregunta Harry aun con los labios a una leve distancia de la boca de Draco. Este le sonrió, esa sonrisita burlona e increíblemente molesta.

“¿por qué me sometería a tal humillación?” Le responde y Harry le mira unos instantes, sus ojos, su naricita, la forma en que está sonriendo, siente que el pecho se le aprieta por la ternura que le provoca. Sus pálidas mejillas comienzan a colorearse.

“¿solo me mirarás?” le pregunta en un susurro Draco, su lengua roja sale de su boca y lame lentamente su labio inferior regordete, desea besarlo de nuevo piensa el Gryffindor de inmediato. Harry niega suavemente, hará más que eso. Usa sus manos para sostenerlo de la cintura. Lo obliga a separarse de piernas, quiere frotarse contra él hasta llegar al orgasmo.

Sonríe al recorrer la piel desnuda, la camisa de pijama está abierta y permite que Harry vea todo. Esta vez si logra saber lo que oculta Draco. Su sonrisa se vuelve más grande, tiene un bonito vello púbico rubio, su pene alzado parece muy feliz, se muerde el interior de la mejilla para retener las ganas de bajar y chuparlo.

Niega rápidamente para distraerse, debe concentrarse, no es tiempo de amar el cuerpo de Draco por mucho que desee adorarlo y besar cada pedacito de piel.

“Separa un poco las piernas, quiero que te separes para mí”. Su voz suena más ronca de lo que pensó. Hambriento de Draco, el deseo mostrándose a través de su cuerpo.

Draco se estremece, sus dedos separan sus labios mayores, dejando a la vista, el bonito agujero rojo que chorrea lubricante.

Ciertamente es tan erótico poder verlo. Deja escapar un suspiro deseoso cuando se acerca con su miembro. El glande se frota contra la humedad esparciéndola por toda la zona para que la piel rosita brille.

Levanta la vista, los ojos grises le estaban mirando, sonríe avergonzado, se acerca un poco más, deja escapar un gemido complacido cuando Draco es quien finalmente lo besa.

Mueve la cadera y trata de controlarse y no llegar. Lleva mucho tiempo sin tocar otro, tiene miedo de haberse vuelto un eyaculador precoz.

Tiene el cuerpo caliente, Draco también lo está, su cabello rubio se pega a su frente debido al sudor. Sonríen un poco al separarse, es una de esas sonrisas que se dan cuando estás avergonzado, pero realmente feliz por lo que sucede. Las manos de la serpiente le toman de los hombros al levantarlo.

Tiene la espalda fuertemente pegada a la puerta, su pierna fue levantada para mantenerlo disponible y separado. Harry comienza un suave vaivén de caderas, la piel durísima de su miembro se mueve frotándose contra la zona caliente, dejándolos a ambos jadeantes.

Draco impulsa su pelvis para mejorar el contacto. El Gryffindor quiere meterla, sería muy fácil, seguramente está lo suficientemente lubricado para recibirlo, mira a su hurón, pero este tiene los ojos cerrados, su boca entreabierta deja salir ligeros ruidos que a los oídos de Harry suenan muy calientes.

“¿es bueno para ti?” le pregunta entre jadeos. Aumenta el ritmo, ve extasiado como Draco comienza a temblar por la fuerza que requiere apoyarse en un pie. Harry se detiene, deja libre la pierna carnosa que había mantenido fuertemente apretada.

“¿Por qué?” le preguntan en un quejido lastimero. Siente que tiene el abdomen apretado y que alcanzara el clímax en cualquier momento es injusto que se detenga justo ahora.

“Quiero que lo hagas tú, tócame, quiero llegar en tu bonita mano, de no ser así, no podré evitar, follarte como se debe”. Harry sonrió un poco al mirar la carita de Draco, siempre se sonrojaba cuando especifica lo que quiere.

Dejó escapar el aliento, lamio sus labios deseosos. La piel es suave, dura y resbaladiza al estar empapado de sus propios fluidos. Realmente tiene pene de Harry en su mano. Mira asustado al hombre.

“Vamos, tu mano, muévela, quiero llegar y empapar tu agujero, puedes correrte sobre mí si quieres”. La voz de Harry es cruda, no parece avergonzado, ni temeroso. Es el deseo hablando.

La mano que tiene libre toca su propio miembro. Sisea dolorido al hacerlo, está sensible. Gime bajito cuando masturba el otro pene, se muerde los labios y mira a Harry que se acerca aún más.

Es casi irónico que mueva sus manos con timidez, es después de todo un genio en la masturbación. Tal vez se deba que Harry lo mira sin pestañear. Puede sentir la mirada verde devorando cada acción.

Sus orejas arden cuando las manos de Harry acaricias sus pequeños pechos. El cascabel suena y lo espanta un poco. ¿Tendrá que llevarlo puesto el día de trabajo?

“No te desconcentres”. Le reprende Harry, enojado con la regañina aprieta sus dedos contra el tronco, lo mira desafiante. Quiere que se corra antes. Sabe que puede hacerlo. Es un chico después de todo, conoce los lugares buenos.

La frente de Harry se pega con la suya, escucha claramente como jadea, mueve su mano más fuerte y rápido. Le comienza a doler la muñeca, pero es casi un reto personal intentar que el hombre burlón eyacule antes.

Su propio miembro queda desatendido, enojado bajo su mano, solo con la yema de sus dedos acaricia la zona húmeda. Suspira y Harry le besa los labios, abre su boca para recibirlo. Su lengua se mueve y debido al placer que siente cierra los ojos.

Frota circularmente sus labios vaginales, estimula simulando embestidas pequeñas, a la vez que mantiene preso el tronco de Harry y con su dedo pulgar golpea el pequeñísimo orificio que hay en el glande.

La cercanía de Harry y saber que esta vez no es una fantasía provocada por su cerebro le hace sonreír gustoso.

“Más”. Gime Draco suavecito, solo para que él escuche, sabe que le gusta. La humedad en el glande se intensifica, la usa para mover su mano libremente masturbando el tronco rápidamente hasta la base. El sonido de los testículos moverse, de la piel frotándose contra la palma, le hacen estremecer.

Los sonidos le ponen caliente, debe admitirlo piensa brevemente la serpiente, mejor aun cuando son del hombre que ama. Es tan sensual y erótico, gime bajito y ronco, parece que es una tortura y Draco es el único que lo puede satisfacer. Nadie más que él.

Debe ser porque se acerca su orgasmo, pero siente que la timidez se marcha, se deja llevar desesperado por perseguir la cúspide del placer. Por eso mueve su mano rápidamente contra sí mismo.

Los ojos de Harry están brillantes, sonríe un poco, mira atenta a Draco que parece cada vez más devastado.

“¿no me dirás que se siente rico?” le pregunta Potter en un susurro, lo ve morderse el labio inferior. Harry también desea morderlo.

“¿Por qué piensas que diría algo como eso?” Jadea después de hablar, Draco siente que le falta el aliento, sus músculos tensos palpitan por descansar. Abre los ojos y mira directamente al Gryffindor.

“Lo decías anoche, eras tan lindo”. Replica el chico de ojos verdes jadeando, la mano de Draco se movía sin piedad y de forma brusca sobre su polla, seguramente más interesado en complacerse a sí mismo. “¿no lo recuerdas? Por favor Harry así, muy bueno, continua, oh Potter que rico se siente”. Es una venganza debe serlo.

Draco sabe que es una mentira, o quiere creer que lo es. No le rogó a Potter tiene la certeza absoluta… bueno, solo la mitad de eso.

Lo mira sorprendido cuando Harry se aleja un poco. El otro sonríe, lo toma de la cintura y lo obliga a acomodar su cadera para que sus miembros se rocen, Draco solo observa, se sobresalta al sentir el glande frotando directamente contra su vagina. El pequeño agujero rojo intenso parece palpitar deseoso, cierra los ojos un momento. Si relaja los músculos, aunque sea un poco, sabe que Potter no dudara en entrar.

“Solo la punta, solamente eso, lo prometo”. Niega al escucharlo, es una frase muy común y falsa, ¿acaso no tiene vergüenza de mentir tan descaradamente?, aun así, no hace esfuerzo alguno en apartarse. Todo se siente tan bien, las contracciones pélvicas lo dejan tembloroso de deseo.

Cuando lo besa nota que boca de Harry es tan cálida, cree que, con un pobre beso, por muy bueno que sea se dejará convencer. Ahoga un jadeo cuando siente que se ejerce presión. Sus carnes se contraen para impedirle entrar, intenta no rendirse tan rápidamente, si sigue empujando, aunque sea un poco más.

Realmente va a meterlo.

“Es un paréntesis Potter, el lunes fingiré no conocerte, no te hagas ilusiones”. Le dice con la voz más severa que puede poner. Cierra los ojos y se prepara, no quiere pensar mucho porque sabe que se arrepentirá, recibe un beso largo y juguetón completamente de acuerdo al estado de ánimo del salvador. Se salió con la suya el bastardo. Deja escapar un suspiro tembloroso cuando ve la mano morena guiar el pene hasta su abertura.

Solo hazlo antes de que me arrepienta piensa decirle, pero prefiere guardar silencio, es mucho mejor observar cómo lentamente el pene se pasea por sus labios vaginales hasta frotarse contra su agujero y presiona. Deja escapar un jadeo. Quiere hacerlo, está en un estado desesperado por esto.

“¡papá, es hora de desayunar!” ambos se sobresaltan. Se miran asustados. 

Draco lo empuja de inmediato, como si la cordura hubiese vuelto a su ser con la voz de Scorpius. Tiene el cuerpo tembloroso y enrojecido. ¿En qué diablos pensaba? Se dice enojado. 

“Te lo dije una vez, no me hagas repetirlo, no salgo con hombres casados”. Tiene la voz jadeante, pero los ojos son serios. Irónicamente, cada vez que lo rechaza a Harry más le gusta.

“Pero dragón, yo estoy divorciado”. Le dice sonriendo como si fuera un detalle menor sin importancia. Siente que la muerte se aproxima al mirar la cara de Draco. 

Bueno recibió a la muerte como una vieja amiga, puede aceptar a Draco tratando de ahorcarlo con esos bellísimos dedos o mejor aún que el hurón intente morder su cuello.

Notas finales:

¿bueno que tal les pareció? críticas, dudas, sugerencias, cualquier cosita que quieran decir son bienvenidas.  

espero le haya gustado el capítulo, siento que fue muy largo y muy corto a la vez.

un beso enorme y muchas gracias por leer hasta aquí.

¡sin más que decir, nos leemos en los comentarios!

 


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