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Außerordentlicht por Ari_123_love

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El sonido del motor del auto llenaba el silencio que había en auto. Todo lugar estaba lleno de aquel intenso ahora, y más que nada había una gran tensión sosteniendo los hilos de cada uno. Taemin se estiró, colocando su mano sobre la pierna de Minho, acercándose lo suficiente para recostarse por un breve momento en su hombro. Esa sencilla acción permitió que el alfa pudiera exhalar, liberando algo de la tensión que estaba halándole en todas las direcciones.

-Eres guapo cuando no puedes controlarte.- Taemin se burló, riendo en cuanto fue mirado duramente. -Anda, repréndeme, lo seguiré pensando.

-Estás provocándome.- Minho gruñó, rodando los ojos ante la obvia actitud del omega. -¿Cuál es el motivo para que estés comportándote como un mocoso ahora?

-Vamos a enlazarnos, debo asegurarme que quieras hacerlo incluso si soy un mocoso insoportable.- Bromeó un momento. -Estás tenso, pensando en cosas que no deben de ser…

Minho frenó, había llegado al lugar donde se encontraba el departamento de su chico. Aun así, no detuvo la máquina, tomándose un segundo para respirar antes de hablar.

-No quiero que apresuremos las cosas, sólo porque nuestro enlace dice que se nos acaba el tiempo.- Se frotó el rostro. Si se desconcentraba un poco, la temperatura en él volvía a subir y lo único despierto serían sus instintos que le gritaban arrinconara a Taemin lo antes posible para marcarle como suyo de una vez por todas. -No queríamos esto…- Exhaló, tragando duro ante la vista. Taemin tenía el cabello despeinado, y los ojos brillantes. Su boca era color rosada, quizás por ese estúpido chapstick de fresa que siempre llevaba a todos lados. Además, su aroma era una invitación total a comerlo, a descubrir si en verdad su piel sabía a moras silvestres mientras llegaba al clímax del orgasmo.

Agitó la cabeza, una vez más dándose cuenta de que estaba cediendo ante la presión en su interior. Era un alfa queriendo marcar a su omega, estaba desesperándose por hacerlo.

-No, queríamos esto, sólo…no ahora.- Taemin le aseguró, frotándole los brazos como consuelo. -Pero ¿cuándo dejará de ser ahora? Está bien Minho, por favor, hazlo, márcame.

Minho buscó la mirada de Taemin. Lo sabía, Taemin hablaba bajo la influencia de su celo afectándole. Estaba provocando que Taemin lo quisiera. Y aunque quisiera escusarse en eso, todavía estaba esa pequeña voz en su cabeza recordándole que Taemin había huido del enlace en su primer momento. ¿Por qué no lo habría de repudiar después del calor?

-Puedo leer tu mente.- Taemin le sacó de sus pensamientos, moviéndose a lo largo del tablero del auto, hasta poder sentarse sobre el regazo del alfa. -Bueno, no como tal, pero veo que piensas en tu mirada. Tienes miedo de un omega.

Minho gruñó, cediendo ante las provocaciones del chico.

-Quiero cuidar de ti, mocoso.- Le corrigió.

-Deberías ganarte ese derecho, márcame y seré tuyo con todo y derechos.- Insistió, besando a lo largo de la quijada del hombre alto. -Puedo ser dócil si me lo pides, lo prometo.

-¿Por qué querría eso?- Minho bufó, rodando los ojos. Sus manos habían vagado inconscientemente a la cintura de Taemin, agarrándole bajo un firme apretón. -Mi Taemin es un mocoso que disfruta ponerme en vergüenza al no pensar en lo que dice en ningún momento.

Taemin rio, alcanzando la oreja del alfa y besando detrás de ella.

-Está bien, me quieres por quien soy, ¿qué más podría pedir?- Exhaló. -Ah, ya sé, márcame por favor.- Rogó, casi lloriqueando. -Por favor alfa, quiero ser tuyo.- Se agitó, frotando su cuerpo contra el contrario, sintiendo como aquel aroma excitante que venía de Minho le llenaba los pulmones en ultima instancia, haciendo que su piel ardiera en desespero. Realmente quería esto, quería calmar aquella comezón que había iniciado el día que le conoció, la incomodidad de no saberse cerca de Minho todo el tiempo. Mandar al diablo cualquier otro plan, sólo ser devoto a la palabra de su alfa, eso era algo que ya no sonaba tan absurdo.

-Ya eres mío omega.- Gruñó, cediendo ante aquellos lloriqueos. ¿Qué había más hermoso que un omega dispuesto a someterse? Su cabeza estaba lo suficientemente nublada ya como para seguir cuestionándoselo. Retiró la llave del auto, no perdiendo ni un segundo en desenredar a Taemin de su cuerpo. Simplemente le cargó, sintiendo por primera vez una fuerza que jamás había sentido. Tal vez era la expectativa de al fin estar completo.

Taemin apenas le soltó, lo suficiente para volver a poner los pies en el suelo al entrar al edificio. Se aseguró de tomarle en mano, corriendo escaleras arriba hasta llegar a su piso. Probablemente todo mundo el día de mañana sabría lo que había sucedido, no había modo en que ese aroma tan fuerte fuera a desaparecer pronto. Un alfa estaba en celo, y su omega se encontraba cediendo su libertad ante ello.

No se fijaron mucho en si las puertas cerraban detrás de ellos, o si había objetos estorbándoles en el pasillo que llevaba a la habitación de Taemin. Sólo fueron conscientes de los besos y caricias, junto a los susurros de deseo y amor. Taemin arrastró a Minho hasta al borde la cama, dejándose caer junto con él.

-Taemin…

-No. No serás culpable de nada, yo no me arrepentiré. Somos una pareja que quiere enlazarse, y no hay nada de malo en eso.- Le aseguró, besando la siguiente objeción que el alfa diría. Trepó sobre el alfa, sentándose de regreso en su regazo. -Eres un buen alfa al estar tan preocupado por mi, quiero que seas mi alfa, reclamarte tanto como tú a mí.

-Eres perfecto Taemin.- Minho exhaló, acariciando la cintura del omega.

-Si, lo soy.- Rodó los ojos, burlándose. No esperó más, sacándose la camisa que llevaba puesta. Se deleitó ante el sonido que Minho hizo al perder el aliento, bajando hacia la cintura de sus pantalones. Se detuvo cuando Minho le tomó por las muñecas, vibrando un gruñido desde el fondo de su pecho. -¿Minho?

-Yo…- Reverberó por lo bajo.

-Sexy.- Taemin asintió, dejándose hacer por las manos del alfa. Su pantalón fue desabrochado, pero no quitado. Se retorció ante el tacto de las manos cálidas recorriéndole por dentro de la ropa, despertando las mariposas en su estómago. Jadeó al ser empujado contra la cama, quedando totalmente a merced del alfa. Alzó su cabeza, exponiendo su cuello, no había más palabras para la situación.

Minho gruñó, repartiendo besos a lo largo de ese cuello blanquecino. Si bien como alfa estaba más que deleitado con la sumisión de Taemin, extrañaba esa parte que le sacaba de quicio.

-En realidad disfruto que seas un mocoso malcriado.- Rio, pellizcándole en la cadera a penas lo suficientemente fuerte como para hacerle reír.

-No sé si te gusta ser torturado, o quieres que hable hasta que te saque de quicio para poder ponerte todo mandón y caliente.- Apretó los labios en un puchero, pasando sus manos alrededor del cuello del alfa. -¿Cómo es que tu estás totalmente vestido y yo estoy apenas a medio vestir? No es justo.

-Tienes razón, no lo es. Me encargaré de esto.- Le aseguró, recorriendo con besos la mandíbula de Taemin, mientras sus manos se encargaron de jalar sus pantalones lejos de sus piernas.

-¡Minho!- Chilló. -Ahora estoy desnudo y tu no.

Minho simplemente rio, siguiendo trazando un camino de besos, recorriendo cada espacio que había visto, y cada espacio que todavía tenía por descubrir. Pincho a Taemin un par de veces, escuchándole reír y quejarse con bajos ruiditos, hasta totalmente envuelto en su juego. Podía olerlo en Taemin, estaba más que listo.

-Min…por favor…- Rogó, ojos nublados, boca entre abierta. Una de sus manos recorría la línea de botones en la camisa de Minho, desesperado por desabotonarlos.

El alfa le ayudó, pasando cada botón por su ojal, abriendo lentamente la camisa. Ambos tenían la mirada fija en el contrario. Minho mirándole como un depredador, Taemin sintiendo total adoración. Soltó una risita boba cuando Minho le besó los dedos de la misma mano, uno a uno, delicadamente, bajando hasta llegar a su muñeca. Talló sus labios sobre aquel lugar donde se sentía el latido constante del corazón, sus colmillos bajaron ante la provocación. Alzó la vista, encontrándose con el cuello expuesto del omega.

Era un baile sensual entre los dos. Minho fue cuidadoso, sin rasgarle la piel antes de tiempo. Soltó pequeñas mordidas sobre aquella tensa piel, incitándole, esperando escuchar cada gemido y gruñido que viniera del omega. Al contrario de Taemin, garras ya al descubierto, paseándose por la espalda de Minho, instigando cada instinto del alfa. Fue cuestión de tiempo antes de que Minho estuviera totalmente desnudo, ambos cuerpos frotándose para convertir sus aromas en uno solo. Era más un ritual, que seguían ciegamente, rasguños, labios rasgados ante besos salvajes. Minho giró a Taemin, deslizando sus colmillos por los hombros, marcándole con finas líneas rojas como las que él mismo llevaba en su espalda gracias al descontrol en Taemin. Sus manos vagaban por la cintura del omega, acariciando sensualmente, recorriendo hasta bajar y encontrar su excitación húmeda. Sus garras bajaron, enterrándose en aquella porción de suave carne donde se había aferrado. Cuerpos uniéndose en más de un sentido. Jadeos, gruñidos, en conjunción con movimientos fluidos, otros bruscos. Las vibraciones de sus almas tomando el mismo ritmo, hasta llegar a ese climax de sentidos y sinsentidos.

Minho hundió sus colmillos en el espacio entre el cuello y hombro de Taemin, rompiendo la piel e inundando su boca en sangre caliente. No lo pensó demasiado, trabó su mordida de ese modo, empujando fuerte contra el cuerpo contrario, hasta completar el momento. Sin embargo no se sentiría satisfecho del todo, hasta que se completara ese enlace. Incluso luego de haberse anudado en un orgasmo áspero, con su aliento entrecortado en desesperación, buscó acomodarse junto a Taemin de una manera en que el omega se encontrara lo suficiente cómodo como para alcanzar el mismo punto entre el cuello y el hombro, mordiendo y completando su acoplamiento. Sólo así ambos sintieron la satisfacción total, completándose.

 

 

 

 

 

Minho despertó ante el aroma intenso de café. Se sentía algo confundido, con la cabeza dándole vueltas casi como si hubiese estado en un estado demasiado intoxicado durante toda la noche. Y entonces los recuerdos golpearon. Se alzó de golpe, descubriendo que en efecto se encontraba solo, en la cama de Taemin. Miró a su alrededor, terminando de procesar todo. Había estado ahí un par de veces antes, aunque nunca habían llegado más lejos que besos. Ahora estaban enlazados. Le confundía, no haberse dado cuenta en que momento ambos cuerpos habían sido lo suficientemente libres, como para separarse.

Pero incluso así, podía sentirlo. Dentro de su pecho, no sólo sentía sus emociones, había algo más ahí. Algo extra.

Si tan sólo no sintiera que se trataba de angustia. Se puso en pie, buscando lo mínimo de su ropa, con tal de salir en búsqueda de su omega. Sabía que esto pasaría. Reprimió un bufido, enredándose entre las piernas de sus pantalones, antes de poder subirlos de manera adecuada, y correr hacia Taemin.

No corrió mucho, le halló en la cocina. Taemin se encontraba sentado en la barra, mirando su máquina de espresso. De ser otro momento, Minho hubiese hecho algún comentario acerca de que Taemin no necesitaba tomar tanta cantidad de cafeina, haciéndole reír. Pero ahora, ni siquiera sabía cómo saludarle.

-Taemin…

El llamado quitó la vista de su lugar seguro, centrándose en Minho por primera vez desde que despertó. Entonces lo sintió, la preocupación de Minho invadir cada uno de sus propios pensamientos.

-Oh Min, no es así, no estoy arrepentido…- Exhaló, extendiendo su mano para que Minho se acercara. Se sintió en paz una vez que el alfa se acercó, sin haber titubeado. Le abrazó por la cintura, hundiendo el rostro en su pecho por un momento.

-¿Entonces qué ocurre amor?- Suspiró, acariciando la espalda de Taemin en un gesto consolidar, pero para sí mismo.

Taemin exhaló, dándose un momento antes de hablar.

-Soy fotógrafo, Minho.- Comenzó, sin dar alguna pista más hacia donde iba tren de pensamiento.

-De acuerdo.- Asintió. -Si, supongo que todavía nos faltan cosas por aprender del otro. Realmente nos volvemos muy estúpidos cuando estamos juntos.- Trató de aligerar el ambiente, buscando hacerle reír. Cosa que funcionó, devolviéndole un poco de paz al oír ese ruido. -Yo trabajo para las empresas Koo, manejo más que nada los permisos de importación y exportación.

-Eso explica por qué nos conocimos en un consulado.

-Si, estaba viendo los nuevos puntos en el papeleo de una carga que había sido retrasada.- Minho buscó levantar el rostro de Taemin, afligiéndose ante la mirada triste de su pareja. -¿Qué pasa amor?

-Yo estaba ahí solicitando un permiso de estudiante.- Exhaló. -Minho, voy a estudiar una maestría en el extranjero.

-Oh…- Le tomó un segundo darse cuenta de lo que eso implicaba. -¿Por qué no lo mencionaste antes?

-Tu lo dijiste, nos volvemos estúpidos cuando estamos juntos. Cada que te veía, o platicaba contigo sólo pensaba en que me gusta cómo ríes, o el color de tu piel. Que es divertido cuando te molestas y gruñes porque me hace sentir un escalofrío agradable por todo el cuerpo.

Minho ahogó una risa, sintiéndose satisfecho al escuchar como Taemin se sentía con respecto a él. Usualmente el Omega disfrutaba molestádondole y mostraba sus afectos en un lenguaje un poco más corporal, así que era agradable escucharle vocalizarlo por una vez en su vida.

-Supongo que si, además no es algo que sueles decir en las primeras tres semanas en qué conoces a alguien. Realmente somos estúpidos.- Exhaló, besando el cabello de Taemin. -Pero Taem, amor ¿qué es lo que te angustia tanto?- Sospechaba a lo que se debía, pero necesitaba escuchar los pensamientos de Taemin, no sólo sentirlos.

-No sé qué va a pasar con mi vida ahora. Digo, estamos enlazados, pero esta era una oportunidad que había esperado por tanto tiempo.- Su voz empezó a quebrarse al final de la oración.

-¿Por qué crees que es una oportunidad perdida amor?

Taemin se separó de Minho, mirándole con los ojos abiertos por completo.

-¿Vas a dejarme ir?

Minho ahogó un gruñido, sabiendo que no era culpa de Taemin que pensara así. Sino de cómo la sociedad esperaba que todos actuarán.

-Taemin, mi amor, no pienso así, no soy así. Te lo seguiré probando por el resto de mi vida de ser necesario. No quiero dominar tu vida para que así estés a mi lado, es tu vida y quiero que seas feliz por ti mismo.- Le tomó por el rostro, apretando sus mejillas antes de regalarle un beso. -Honestamente, tienes metas increíbles, y me hace sentir orgullo de ti. ¿Por qué querría robarte eso?

-¡Minho!- Taemin lloriqueo, abrazándole una vez más.

-Está bien amor, ¿cuánto tiempo tenemos aún juntos?

-Poco más de un mes.- Afirmó, soltando un resuello cansado. La angustia que sentía había desaparecido, y también la preocupación que sabía venía de Minho.

-Bueno, eso es realmente poco.- Minho tronó la lengua contra su paladar. -Supongo que tendremos que tener una luna de miel exprés.

-Hablando de exprés, realmente necesito mi espresso.- Taemin bostezó, tallándose la cara ahora con sueño.

Minho suspiró rodando los ojos antes de soltar a Taemin y permitirle tomar su café.

-No creo que haya modo de que puedas cafeinar más tu cuerpo.- Señaló. -Realmente me sorprende que no huelas a café permanente.

-Bueno, se supone que olemos de manera que el otro lo encuentre más atractivo. Y tú, cariño, tampoco me hueles a café.- Gimió, alegre al sentir el trago amargo y calienten del café deslizarse por su garganta. -Lo que si hueles, y mucho, es a sexo.

-¿A si? ¿Qué deberíamos hacer al respecto?- Atrapó al omega por la cintura, besándole en el cuello, bajando hasta hallar la marca nueva que decoraba su piel. -Nos acabamos de enlazar, estaremos en un extraño frenesí durante tres días. 

-Estoy muy seguro que nos las arreglaremos.- Suspiró, accediendo a seguir a Minho de regreso a la habitación.

 

 

 

Los tres días pasaron más rápido que lo que en realidad pudieron disfrutar. No sólo era el sexo, sino esa etapa tan fundamental para terminar de conectar cada punto en su enlace recién establecido.

Minho revisaba la lista de videojuegos que Taemin tenía, decidiéndose por uno. Taemin se acomodó a su lado, terminando por recostar la cabeza en el regazo del alfa, viéndole jugar. No estaban precisamente hablando, pero tampoco había silencio. Era uno de esos momentos en donde empezaban a reconocer los sentimientos del otro mezclados con los propios en su enlace.

-Nos creo que…debamos decirles que nos acoplamos.- Minho suspiró. Era extraño, pero estaba empezando a acostumbrarse a sentir la reacción de Taemin antes de que hablara. Así que el no sentir nada le asustó. Miró al omega, este sólo le devolvía la mirada de manera lejana. -Taemin…

-Estoy de acuerdo.- Asintió. -No quiero que te critiquen o piensen mal de ti por dejarme ir así de fácil.

-No me interesa lo que piensen de mí, Taem. Pero no quiero que te presionen a quedarte.- Le acarició la línea de la mandíbula. -Tienen que pasar sobre mí antes de que te hagan sentir mal.

Supo que el calor en su pecho provenía de los sentimientos de Taemin, el omega le miraba con cariño profundo. Asintió, acurrucándole de nuevo en su regazo.

-¿Cómo explicaremos que nos desaparecimos tres días?- Traviesamente buscó quitarle el mando a Minho, interrumpiendo su juego. -Apestamos el uno al otro.

-Es tan lindo cuando dices que apestamos.- Minho se burló, poniendo los ojos en blanco. -Estamos enamorados, una escapada de 3 días no suena descabellado. En cuanto a nuestro aroma, sólo di…

-¿Qué eres posesivo?- Taemin rio. -Quienes te conocen no creerán eso.

-La gente cambia cuando conoce a su persona especial.- Se encogió de hombros. -Tal vez lo crean.

-Y dime, ¿cómo fue que cambiaste señor Choi?

-Mi trabajo siempre fue mi prioridad, ahora solo pienso en que quiero verte feliz y haciendo todo lo que deseas hacer en este vida.

Taemin se alzó de golpe, con lágrimas en los ojos se abalanzó sobre Minho y le abrazó rápidamente. No sé detuvo a pensarlo, le cubrió en besos por todo el rostro, hasta perder el aliento.

-Yo nunca vi mi vida a lado de alguien, ahora no sé cómo imaginarme el futuro sin que estés tú en él.- Resolló entrecortadamente. 

-Cambiamos Tae, y está bien, porque cambiamos juntos.- Minho recibió alegremente los cariños que Taemin le estaba dando. -Tae…

Taemin sintió una vergüenza inexplicable antes de darse cuenta que se trataba de Minho. Colocó su mano sobre la mejilla tibia y rosada, sonriéndole para que se animará a decir lo que pensaba.

-Me gustaría que vivieras conmigo este mes, así mi…- Se aclaró la garganta un segundo. -Mi departamento se quedará con tu aroma, al menos por un tiempo.

-Si, si claro. Lo que me pidas, lo haré Min.- Asintió frenéticamente. -No quiero dejarte sólo por tanto tiempo.

-¿Crees que así sea para todos?- Tomó la mano de Taemin, besando los nudillos uno por uno. -Su enlace, ¿se sentirá así?  

-No lo creo amor, saber lo que el otro siente nos obliga a hablar con sinceridad.- Agitó la cabeza, suspirando. -¿Cuántos casos no se saben que termina mal porque nunca se dijeron cómo se sentían? Esto…- colocó su mano sobre el pecho de Minho. -…es algo nuestro.

-Nuestro.

 

 

 

 

 

El sonido del aeropuerto era ensordecedor, Minho trató de esconder su ansiedad, pero no pudo escapar de la mirada de Taemin. El omega ya se había despedido de su familia, e incluso de la familia de Minho que también había ido a despedirle. Unos cuantos amigos le habían dado palabras cálidas de apoyo y buena suerte antes de entrar a la sala en donde le darían el último adiós.

Sabía que era su turno de despedirle, sólo trataba de retrasar el momento un poco más, para así poderle ver y recordar cada detalle en él. Su mes juntos había pasado demasiado rápido, demasiado feliz.

-Min…- Taemin le tocó el brazo, llamándole.

-Está bien, sólo quería verte un momento más.- Aceptó. -Ven aquí mocoso, necesito que me abraces antes de que te vayas.

Se fundieron en un largo abrazo, sólo sintiendo sus emociones enredarse y comprenderse.

-Te llamaré en cuanto llegue, y te mostraré todo el lugar.- Taemin exhaló, tratando de sonreír. -No voy a dejarte dormir.

-Suena excelente.- Apretó el abrazo, hundiéndose en el aroma de Taemin por última vez en los siguientes dos años.


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