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Außerordentlicht por Ari_123_love

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-Te ves enfermo.

Taemin apartó la vista de la pantalla de su laptop, frunciendo el ceño por un segundo hasta que su vista se aclaró. Miró a su amiga, agitando la cabeza en negación.

-No lo estoy, sólo muy cansado. No he podido arreglar estas fotos todavía.- Bostezó, cubriéndose la boca con una mano y terminando de estirarse al alzar el brazo contrario.

-Esas fotos están bien, te lo estás tomando demasiado apecho ¿sabes?

-Irene, es que ¡ugh! ¿Cómo pudo decirme que me falta visión? Estúpido profesor Müller.- Rodó los ojos, remedando por lo bajo las palabras que su maestro le había dado en su última entrega de proyecto. -Terminaré su clase con una nota de excelencia, para que sepa qué es visión.

-Reitero, te lo estás tomando demasiado apecho.- Puso los ojos en blanco de nuevo. -¿Has comido tan siquiera? Podría asegurar que no has tocado tu refrigerador en un largo rato.

-Si, comí una manzana hace…- Miró el horario en su pantalla. -¿Dos horas? bien, entendido.- Frunció los labios en un mohín. -Iré a casa y comeré algo. De cualquier modo, no hay más que pueda hacer.

-Buen chico.- Ella le animó.

-Si, sí, como sea. Sé que estás insistiendo, porque Seulgi te lo pidió. Dile que estoy bien.- Se quejó, exhalando. -Realmente me molestó ese comentario de Müller, pero no me mataré de hambre por ello.

-¿Seguro? Estabas a punto.- Irene se burló, sabiendo que Taemin no aceptaría su testarudez. -Si necesitas algo, dinos. Seulgi quiere que vayas a cenar con nosotras pronto, supongo que quiere checar que en realidad estés bien.

-Y tú eres una alfa diligente que está entregando el mensaje, lo entiendo.- Rio. -La siguiente semana, lo prometo. Que haya entregado este proyecto.

-De acuerdo. Por cierto, Schulz quiere verte en su oficina lo antes posible, a eso vine en realidad.- Le dio un par de palmadas en la espalda. -Pero eso me pasa por ser una alfa diligente ante los recados que me encargan hacer.

-Búrlate. Sabes que lo eres cuando se trata de Seulgi.- Taemin colocó los ojos en blanco, terminando por recolectar sus cosas y meterlas en su mochila. -¿Qué crees que Schulz quiera?

-La última vez que un profesor me pidió verme en su oficina, siendo que era quien sobresalía, terminé pidiendo la residencia por trabajo.- Irene se encogió de hombros, siguiendo a Taemin hasta la salida de la universidad. -Sé que es algo bueno, le agradas a Schulz.

-Si, lo sé.- Se mordió el labio por un segundo, terminando por exhalar.

Después de despedirse de su amiga, Taemin se dirigió hacia el metro. Lo cierto era, que la idea de que le ofrecieran una propuesta de trabajo era tan aterradora como fascinante. Y no podía dejar de pensar en ello, para bien o para mal. Todo el camino se movió en modo automático, hasta llegar a su departamento. Sacó su laptop de su mochila, conectándola al tomacorriente de inmediato para que se cargara en lo que terminaba de guardar unos archivos al mismo tiempo. Aprovechó para también cambiarse de ropa, y mirar rápidamente en la pequeña cocineta que tenía qué podría prepararse de para cenar. Si tenía que admitirlo, pensar a diario qué prepararse de cenar, era agotador, así que muchas veces terminaba saltándose esa comida. Pero ya que había sido regañado, se decidió por una vez en su vida seguir un consejo amigable, y buscar qué cenar.

El sonido de videollamada le hizo quitar su atención de la comida, corriendo de inmediato al escritorio donde estaba su laptop. La aceptó, sonriendo de la manera más amplia posible al ver a quien estaba del otro lado de la llamada. Su día acababa de mejorar.

-Minho.- Exhaló, como si un gran peso se hubiese alzado de sus hombros y pecho. Ni siquiera recordaba haber sentido que se instalaba ahí la última vez que terminaron una llamada, pero definitivamente había sentido su peso desde entonces.

-Hola amor, ¿acabas de llegar?- Como siempre, Minho le preguntaba interesado en su día. -Te ves cansado.

-No eres el primero que me lo dice, créeme.- Rodó los ojos, riendo. -Si, acabo de llegar. Pensaba cenar, y después continuar trabajando. ¿Qué hay de ti? Es media noche ahí, cariño. No deberías desvelarte si mañana tienes una junta.- Recordaba que Minho le había contado los sucesos importantes en su semana, y llevaba seguimiento de todo lo que ocurría.

-Oi, quiero hablar con mi amorcito antes de irme a dormir.- Minho comentó en tono burlón, riendo al ver como Taemin ponía los ojos en blanco. Se aclaró la garganta, regresando a su típico tono de siempre. -Sólo quería verte, saber que estabas bien. Sé que día es mañana, así que me estaba preocupando.

-Nunca puedes evitar preocuparte, Min.- Taemin le sonrió, sabiendo que era cierto.

Habían podido resistir tanto tiempo separados, sin perder la cordura, quizás por su extraño enlace. Después de todo, ¿qué tanto te puedes sentir alejado de alguien, si siempre sientes lo que está sintiendo? Si Minho estaba teniendo un buen día o no, lo sabía; así como el mismo Minho sabía  siempre si necesitaba una llamada para asegurarle que las cosas estarían bien, o para escuchar la buena noticia del día.

-No, es lo que hago, preocuparme por mi omega.- Suspiró, sonriendo a medias ante la cámara. -Te mandé un paquete, para que puedas estar un poco menos incómodo en tu celo, debería estar llegando temprano mañana. Sólo espero que sea a tiempo.

-Gracias Min.- Sabía que su aprecio y amor llegarían a Minho por su enlace, no tenía necesidad de comentarlo, lo podía ver en su rostro. -Es lindo, pero me temo que te empezarás a quedar sin sudaderas o camisas más pronto que tarde. Deberías dejar de mandármelas. Te prometo que, si me siento demasiado incómodo, tomaré supresores. De cualquier modo, no tengo clases mañana, y metí papeles para faltar los siguientes dos días. No tendré que salir de aquí hasta el lunes, lo suficiente para que mi celo haya terminado.

-Mis camisas y sudaderas no se han terminado en este año y medio, ¿por qué se habrían de acabar pronto? Además, las sigues mandando de regreso cuando dejan de oler, malcriado.- Rio, satisfecho con el puchero que Taemin claramente hizo ante la cámara. Suspiró, mirándole por un largo segundo antes de hablar. -Cena y vete a dormir, te siento frustrado, no vas a llegar a nada hoy.

-Supongo que…te haré caso esta vez, señor alfa.- Exhaló una corta risa. -Estoy más cansado de lo que quiero aceptar en realidad. Desearía que estuvieras aquí para abrazarme mientras duermo.

-Quieres mimos ¿eh?- Un pequeño jugueteo en la voz de Minho hizo que Taemin rodara los ojos. -Imagina que lo hago, porque también deseo estar abrazando en este momento, y mientras duermes.

-Entonces me apresuraré para ir a dormir. Buenas noches, mi amor.

-Buenas noches Taemin, te amo.

-Y yo a ti.

         

             

             

El sol apenas empezaba a mirarse por el horizonte. Era una mañana fría, aunque el clima en Alemania solía ser muy parecido al de Corea, había días en que Taemin simplemente resentía el frío. Hoy lo hacía, y sabía que se trataba de esa aquella incomodidad que estaba sintiendo por sus hormonas.

En cuanto escuchó que llamaban a la puerta, corrió a abrir, firmando rápidamente por recibir el paquete. No pretendía ser grosero con el cartero, cerrándole la puerta de inmediato. Sólo estaba demasiado desesperado por poder abrir el paquete. Su corazón latía ansioso, alegre de poder tener algo de Minho de nuevo. Él no sólo enviaba prendas, Minho siempre se encargaba de mandarle un poquito de su hogar, recolectando todo lo que su familia y amigos querían enviarle y empaquetándolo junto.

Taemin sonrió, al abrir la caja lo primero que sintió fue ese agradable aroma a días de verano en la playa, con el mar golpeando las costas llenas de arena. Ese era Minho, su Minho. Sacó la sudadera que estaba perfectamente dobla por encima de otro par de prendas, que Taemin luego revisaría. No quería moverlas demasiado para que no empezaran a perder su aroma tan pronto. Tras colocarse la sudadera, y dejar de sentir ese frío que sabía se trataba más por la falta física de su alfa durante su celo, se sintió en suficiente calma para poder revisar el resto de la caja. Minho le había mandado snacks y dulces, así que no pudo evitar sentirse consentido. Estaba siendo mimado por su alfa, incluso desde lejos. Se regocijó, abrazándose a la cintura con la sudadera para así sentirse cerca de él. Sabía que Minho sentiría su emoción y agradecimiento, así que no se contuvo, permitiendo sentirse de ese modo por un largo rato antes de seguir revisando la caja.

Un par de fotos de su familia, tomadas en la última reunión, e impresas en papel de fotografía. Minho siempre asistía, y a Taemin le hacía feliz saber que incluso no estando ahí, su familia acogía a Minho de la manera más cálida posible. También había un par de cosas que la hermana de Minho le mandaba, como libros y películas. Ella se había encariñado particularmente con su nuevo hermano político, haciendo refunfuñar mucho a Minho. Eso también le hacía feliz. En esencia, era feliz cuando Minho recolectaba todos esos pequeños detalles de su familia, extendida si era necesario aclarar. Porque le hacía sentir que todavía seguido atado allá, y que no le habían olvidado.

Sin darse cuenta se sintió con más ganas de llorar que de sonreír. Detestaba estar en celo, que sus pensamientos dejaran de estar en orden por ese lapso tan alocado de sus hormonas. Y detestaba tener que pasarlo lejos de Minho. Dejó todo de lado, arrastrándose de regreso a su cama donde se cubrió hasta la cabeza con un cobertor, tratando de desaparecer antes de que la incomodidad empeorara.

  

           

Horas más tarde, se encontraba jadeando, febril, esperando a que el reloj corriera más rápido para poder contactar a Minho. Necesitaba verlo, escuchar su voz, hacer algo desesperadamente ya. No siempre su celo se comportaba de esta manera, pero las veces que ocurrían eran un suplicio.

Tan desesperado y necesitado estaba, que decidió no esperar más, tomando su celular para llamar a Minho. Sólo esperaba que ya hubiese acabado con su reunión, no quería interrumpirle, y tampoco ser ignorado. Lloriqueó, aferrándose a sí mismo en lo que escuchaba la llamada ser procesada. Un timbre, dos.

-¿Amor?- La voz de Minho siempre se sentía como un alivio, Taemin exhaló entrecortadamente esperando a oír más. -Tae, está bien, no estoy en junta. Puedes decirme lo que necesitas.- Y Minho siempre sabía los motivos de Taemin, aun estando tan lejos, le leía tan bien.

-No quería hacerlo, pero no lo soporto más.- Chilló. Usualmente no prestaba tanta atención al debate de si masturbarse o no, e incluso en días usuales, Minho y él había compartido ese tipo de llamadas calientes con la expectativa de sexo telefónico. Pero cuando se trataba de su celo era distinto, era el anhelo de poder escuchar la voz de Minho, de imaginar que estaba ahí haciéndole y deshaciéndole a su placer.

-¿Quieres que te guíe no es así?- La voz del alfa era pesada, vibrando a lo largo de su conexión. -Podría hacer eso, pero eres demasiado malcriado como para seguir mis indicaciones.- Le tentó, riendo al escuchar el gemido infructuoso de su omega. -En cambio, creo que simplemente hablaré de cosas mundanas, parece que te agrada mucho oír mi voz.

-¡Minho!- Lloriqueó, necesitado. Su mano se encontraba ya tratando de deshacerse de ropa, demasiado incómoda para traerla en un día así. -Lo que sea, lo que quieras, por favor.

-Está bien Tae, estoy cuidando de ti, así que sé bueno.

-Sí, sí, lo que quieras. Lo seré, lo haré todo.- Suspiró, sintiendo alivio al fin cuando escuchó aquellas palabras que le dieron órdenes de cómo actuar ante su calor. Sólo debía sobrevivir, una vez más. Mes con mes, hasta que su separación al fin terminara, y entonces todo habría valido la pena.

          

      

               

                

                  

El lunes a después de haber ido a clase, se encontraba dirigiéndose a la cafetería. El calor y deseo se habían quedado atrás, junto a su celo, se decía a sí mismo. Regresó a ser él de nuevo, con un objetivo en mente, pasar con excelencia la materia de su profesor Müller. Gruñó por lo bajo, esperando que el lugar que siempre elegía para ponerse a trabajar no estuviera ocupado. Le quedaban veintiocho horas para terminar de acomodar ese portafolio de fotos, y usaría cada hora sabiamente.

O ese era el plan. De camino a ese lugar mágico, arrinconado en la cafetería, se encontró con Irene. Ella siempre lucía como si no tuviera ningún pendiente qué hacer o entregar, algo que Taemin no comprendía ya que la extraña mujer estaba cursando su segunda maestría ya. ¿Cuál era su secreto? Tenía que lograr convencerla de que se lo dijera.

-¡Irene!- Llamó su atención. -¿Vas a la cafetería?

-No, ¿debería?- La chica se detuvo, esperando a que Taemin la alcanzara. -Te preguntaría donde estuviste la semana pasada, pero puedo adivinarlo. Apestas.

¿Lo hacía? Taemin apartó la mirada, sabiendo exactamente a lo que se refería su amiga. Su celo había terminado, pero no había dejado de usar la ropa de Minho. Debajo de su suéter llevaba una de las camisas que el alfa le había mandado, sintiéndose seguro.

-No lo noté.- Suspiró, reanudando su marcha hacia la cafetería.

-Nunca lo pregunté, porque realmente no es de mi incumbencia, pero ¿cómo lo hiciste? Siempre hueles igual, así que puedo decir que te ves con alguien. Y sólo los días que te desaparecer, así que me preguntó cómo hallaste a alguien que te ayude en tu celo, tan rápido en cuanto llegaste. ¿Tienes un novio alemán? ¿Por qué nunca nos has hablado de él a Seulgi y a mi?

Taemin se ahogó con su propia respiración, casi tropezándose. Se estaba abochornando por las suposiciones de Irene, aunque no estuvieran tan equivocada. Sólo tenía un detalle mal, el más importante.

-No tengo un novio alemán.- Aclaró, suspirando en un intento de recuperar el aliento. -En realidad es el aroma de mi pareja.- Esta vez se tomó la ligera libertad de bajar algo el cuello de su camisa y suéter para que se pudiera ver su marca.

-Pero, vives solo.- Frunció el gesto, tratando de pensar en algún indicio en Taemin que mostrara que vivía con su pareja. Aunque ella y Seulgi habían ido al departamento de Taemin a cenar un par de veces, nada indicaba que había alguien más ahí viviendo.

-Es porque es así. Mi pareja, Minho, está en Corea.- Exhaló. Nunca se había dado cuenta que realmente no habían tenido mucho la oportunidad de decir ese tipo de cosas en voz alta. El día que habían acordado mantener su acoplamiento para sí mismo, se había vuelto su secreto más atesorado. Y sin embargo, aquí estaba contándoselo a la pareja de su mejor amiga, quién también era su amiga. Era extraño, porque sentía que ninguna de las dos los juzgarían por la extraña decisión de vida que él y Minho habían tomado.

-Nunca imaginé que fueras a ser casado. Wow, ¿cómo funciona? Ustedes dos han estado separado por tanto tiempo, ¿es alfa? ¿No debería estar contigo?- Ella estaba legítimamente confundida, y a pesar de su bombardeo de preguntas, no sonaban incriminatorias como alguna vez Taemin llegó a temer de que sucedería si alguien se enteraba.

-Ven, mi mesa está libre, la necesito para trabajar.- La arrastró hasta su lugar preferido de la cafetería. -Minho y yo no registramos nuestro acoplamiento, así que técnicamente no estamos casados.

-Ya veo, pero ¿por qué?- Se dejó caer en la silla, colocando su mochila sobre la mesa. -Suena extraño.

-Minho y yo nos conocimos el día que terminé mis trámites para poder venir aquí.- Se encogió de hombros, suspirando. -No pudimos ir en contra de nuestro enlace, así que nos enamoramos y terminamos por enlazarnos. Sólo tuvimos un mes para poder disfrutar nuestra vida juntos, como tal.

-Oh, que problemático.- Irene asintió con la cabeza comprendiendo. -Debió haber sido muy difícil para ustedes.

-Algo sí, pero Minho quería que yo completara mis sueños. Es realmente muy bueno conmigo.- Suspiró, sin darse cuenta la sonrisa tonta que se había plasmado en su rostro. -Me envía todo tipo de cosas suyas, para que pueda estar un poco más cómodo durante mi celo.- Exhaló, jalando el cuello de la camisa por encima del cuello del suéter. -Supongo que incluso en días normales necesito sentirlo cerca.

-Eso es natural, es tu alfa.- Irene le dio un par de palmadas en el hombro. -Seulgi tal vez no lo parezca, pero puede llegar a ser muy pegajosa.

-Tu no pareces ser el tipo de alfa que es mimosa.- Taemin rio, volviendo a reír cuando su amiga lo miró mal. -Exactamente por eso.

-Insoportable.- Rodó los ojos. -Pero creo que ahora entiendo por qué te desapareces por completo cuando tienes tu celo.- Concordó. -Estás en una situación muy extraña. Nunca imaginé que un alfa dejaría ir a su omega de tal modo.

-Minho piensa de otra manera.- Asintió. -Creo que, en parte, la razón por la que ni siquiera registramos nuestro acoplamiento, fue para que yo no tuviera que reiniciar el proceso de pedir permiso para estudiar en el extranjero, ahora con la aprobación de un alfa en mi vida.

-Oh es cierto, así son las cosas en casa…- Irene susurró. -Seulgi y yo hemos estado aquí tanto tiempo que…

-A veces uno se olvida ¿no?- Chasqueó la lengua. -Y aun así, lo que más deseo es regresar a casa pronto y ver a Minho. No sólo verlo, quiero abrazarlo y besarlo, y que me mime.- Se tapó el rostro, escondiendo su frustración. Nunca había dicho todas estas cosas en voz alta, y ahora simplemente empezaban a desbordar de él en la primera oportunidad.

-Pero, ¿no sería extraño para ustedes? Quiero decir, en realidad no tuvieron mucho tiempo como para poder decir que aprendieron a vivir juntos, y ser una pareja. A pesar de que, lo han sido por casi dos años ya.- Explicó.

-No lo sé, nunca pensamos tan lejos. Somos algo estúpidos cuando estamos juntos.- Trató de apartar las preocupaciones riendo. -Supongo que es un problema que llegará cuando estemos ahí, en ese punto.

     

    

      

Pero ahora que había prestado atención en sus preocupaciones, no podía dejar de darles vueltas. Había estado toda la tarde preguntándose cosas, su camino a casa fue prácticamente un momento de introspección. ¿Cómo le harían cuando pudieran empezar a vivir una vida juntos de pareja? ¿Qué pasaría si las cosas empezaban a ser difíciles? Ciertamente, en el mes que lograron estar juntos, había sido su etapa de luna de miel, nada que dijeran o hicieran interrumpirían con su estado de ánimo pegajoso y cursi. Además, estaba aquel punto que había surgido en una de sus rumiaciones, y ya no podía dejar ir. Ni siquiera tenían momentos de práctica de vivir juntos, porque Minho nunca le había ido a visitar. Taemin si había ido a Corea un par de veces, pero habían sido viajes cortos. ¿Por qué Minho nunca le había visitado?

Suspiró, levantándose de su cama para acercarse al escritorio y encender su laptop. Podría intentar llamar a Minho, no era tan tarde aún como para ser molestia. Pero, ¿qué y si le molestaba con sus dudas? Mordió su labio inferior, debatiéndose en qué hacer. Quizás sólo estaba sobre exagerando las cosas. Se decidió por no hacer la llamada, cuando le llegó la solicitud de una videollamada.

Minho siempre sabía cuándo lo necesitaba.

 Aceptó la llamada, quedándose sin palabras al ver a su alfa. Quería llorar, y a la vez se preguntaba por qué estaba actuando así si ya no estaba en su celo. Se sentía, por primera vez, como un mocoso malcriado en realidad. Uno, que estaba empezando a sentirse inseguro.

-Hola…- Torció una sonrisa a medias. -Pensé que no haríamos nuestra llamada usual hasta mañana.- Trató de recomponerse, actuar normal.

-Sentí que necesitabas que te llamara.- Indicó, alzando una ceja mientras le escrudiñaba. Taemin sabía que si Minho decía algo, se quebraría y empezaría a llorar de inmediato.

-Yo…- Lo trató, de excusarse. No pudo llegar demasiado lejos, sin hacer una mueca triste.

-Amor, dime qué te está afligiendo. No soporto la idea de que te sientas mal y no saber cómo puedo ayudarte a qué mejore.- Suplicó. Y dándose cuenta que Taemin no hablaría, recurrió a su última estrategia. Con Taemin simplemente había aprendido a usar su voz de mando sin sonar rudo, sólo lo suficientemente firme. -Se bueno, cariño. Necesito que hables.

Taemin gimoteó, tallándose los ojos antes de dar una larga calada de aire y empezar a poner en orden sus ideas. Le tomó algo de tiempo, mascullando entre dientes.

-Min, ¿por qué nunca has venido a verme?- Preguntó por lo bajo, tan quedito que si Minho no hubiese estado viendo la imagen y siguiendo el movimiento de sus labios, no le hubiese entendido.

-¿Amor?- Minho sonaba consternado, frunciendo el ceño un momento en lo que procesaba la pregunta. -¿Te preocupa que nunca haya ido a verte?

-Ciertamente, sí…- Exhaló. -Sé que estamos conectados de otra manera, y nunca le di importancia, pero ahora…Le conté a mi amiga Irene acerca de nosotros. Fue extraño hablarlo con alguien por primera vez, pero me sentí feliz de que el mundo supiera que estamos enlazados y somos una pareja como tal.- Se pasó las manos por el cabello. -Fue bastante comprensiva. Hasta donde pudo llegar a imaginarse nuestra relación; no le conté de nuestro tipo de enlace…Pero, me hizo pensar, ¿cómo sabemos que realmente haremos todas las cosas bien una vez que estemos juntos de nuevo? Cuando voy de visita, usualmente mi familia me lleva con ellos, porque no saben que tú y yo ya estamos juntos como tal…Y tampoco has venido nunca…No tenemos esas peleas en la mañana por quién se arregla primero, o por qué estamos comiendo lo mismo por tercer día seguido. Minho, a veces olvido hacerme de comer, ¿qué será de nosotros cuando estemos juntos? ¿Estaremos juntos algún día?- Vomitó cada palabra poco a poco subiendo su nivel de ansiedad, hasta que sólo quedó un revoltijo de sus ideas y temores.

-Taemin.- Minho le llamó de nuevo firme, haciéndole que tomara una respiración profunda y su ansiedad disminuyera apenas un poco. -Nunca he ido a visitarte, porque sé que interrumpiré tu rutina. No porque no te quiera. Si nos vemos, será tan difícil volver a separarnos, y no quiero que sufras por eso…Perdóname por no haberlo consultado contigo, no quiero que pienses que es porque no quiero verte, o no quiero saber si pelearemos en las mañanas por el baño, o en las noches por la cena.- Le aclaró. -Muchas veces…me detuve de comprar un boleto para estar un poco más cerca de ti. Pero no me sería suficiente sólo por un tiempo. Tampoco quería robarte tu independencia, no con esto. Es un proyecto que iniciaste antes de mí.

-Pero te conocí mientras tanto.- Taemin lloriqueó, dándose cuenta que estaba lagrimeando sin querer. -Es estúpido, lo sé. Nunca lo había pensado, y ahora estoy aterrado. Tal vez, sólo es que te extraño demasiado, y ya falta poco para que acabe, no sé por qué no puedo seguir siendo paciente. Mi celo cada vez se vuelve un poco más insoportable, a veces siento que estoy demasiado ocupado, y quisiera tanto estar contigo. Es todo agrupándose.

-Sólo tienes que decirlo.

-No quiero que dejes todo abandonado sólo porque estoy llorando.- Trató de reír, terminando en un gemido lastimoso.

-¿Qué clase de alfa sería si no voy tras el llamado de mi omega? A quien amo.- Le retó a responder. -A quien más amo, de hecho.

-¿No estás molesto porque pensé en que no querías batallar con lo nuestro?- Hizo un puchero, sintiendo un poco más de alivio que al inicio de su conversación.

-¿Estar molesto porque te preocupas por nuestra relación? Por supuesto que no. Si tienes preocupaciones, quiero que me las digas, no que las escondas.- Exhaló, suavizando su gesto. -Creo que, tarde o temprano íbamos a tener esta conversación, pero eso no significa que sea malo.

-Me gustaría que vinieras…- Admitió por lo bajo, encogiéndose de hombros.

-¿Sabes? No he tramitado vacaciones en un largo rato, podría hablar con mi jefe.

Minho sonrió, haciendo que Taemin se sintiera totalmente debilitado ante él. Empezó a llorar sin saber exactamente ahora por qué, sólo sabía que estaba entre aliviado y abrumado. Podía sentir el cariño de Minho, y su propia confusión arremolinarse dentro de sí.

-¿Podrías apurarte por favor? Tenías razón, ahora que sé que vendrás, creo que la separación será totalmente insoportable.- Sus palabras se tropezaron unas con otras, resollando. Quería y necesitaba estar cerca de Minho lo antes posible.

                

           

       

         

             

-¡Minho!- Taemin alzó la voz, brincando alto una y otra vez, asegurándose que el alfa le viera a lo lejos. Por supuesto, muchas más personas que sólo Minho le estaban mirando, debido al pequeño escándalo que estaba haciendo. -¡Minho! ¡Min! ¡Min!- Se repitió, sonriendo de oreja a oreja al ver que las puertas se abrían, dejando pasar a su alfa. Se sentía atontado y risueño, mirando como Minho buscaba alrededor hasta hallarle con la mirada.

-Taemin.

No fue necesario que Minho lo dijera en voz alta, el omega ya había corrido hacia él, abrazándole con desesperación. Le rodeó con ambos brazos, disfrutando de poder tocarse por primera vez en un largo rato. Minho había podido programar sus vacaciones una semana después de haber tenido esa conversación con Taemin, arreglando las cosas lo suficientemente rápido como para estar ahí en cuanto antes. No sería tanto tiempo como a ambos les gustaría, pero si era mucho más tiempo que otras personas tenían.

-Hola amor.- Taemin habló con su rostro aún enterrado en el cuello de Minho, disfrutando de su aroma real, y no sólo el vago recuerdo en una camisa que había viajado por la mitad del mundo.

-Hola cariño.- Incluso si no se miraban, la sonrisa de Minho se escuchó por completo en el susurro de sus palabras.

Más pronto que luego se dieron cuenta que debían separarse y moverse de ahí, no querían convertirse en un espectáculo para las demás personas en el aeropuerto. Taemin alegremente tomó la mano de Minho, enredando dedos y halándose para que pudieran dirigirse a la salida. Minho apenas alcanzó a volver a tomar su maleta y seguirle el paso al omega.

-Estás demasiado emocionado, cariño.- Rio, encontrando muy lindo el puchero que Taemin le dirigió. -Había extrañado ver lo muy efusivo que eres.

-¿Yo? ¿Efusivo?- Fingió ofenderse. -Min, amor, deberías ver cómo te pones cuando se trata de ser apasionado. No hay modo en que me ganes.- Le mostró la lengua, burlándose. -Ven, ahí podemos parar un taxi.

-Guía el camino Tae.

El camino al departamento de Taemin estuvo lleno de historias que ya se habían dicho, pero no era igual contarlas por medio de una llamada telefónica o de video, a contarlas en persona y reaccionar a ellas. Se encontraron tan embebidos en su mundo, que no notaron las miradas extrañadas del taxista que les dio de vez en cuando por hablar en un idioma totalmente distinto al de él, o incluso las miradas de sorpresa del par de vecinos de Taemin que se toparon en el elevador, al esta vez ver a un Taemin acompañado.

No miraron a su alrededor en ningún momento, ni siquiera luego de que Taemin empujó a Minho dentro de su departamento, obligándole a soltar su maleta, para poder volver a hundirse en él y exigir un abrazo. Sólo así, totalmente rodeado por Minho fue capaz de exhalar con alivio.

-Esta es mi casa.- Suspiró, arremolinándose lo más que pudo en el pecho del alfa, hasta sentir que se le acababa el aire y tener que alzar el rostro. Le sonrió a Minho, sabiendo que estaba comportándose de manera extraña y mimada, pero no le importaba. Desbordaba felicidad.

Así como Minho. El comportamiento tan errante en Taemin no era más que el resultado de sus emociones chocando y mezclándose con las de Minho. El estaba un poco más calmado en el exterior, pero eso no evidenciaba el hervidero de emociones que bailaban dentro de sí.

-Déjame verte Taemin.- Le suplicó, tomándole del mentón para así tener un ángulo más claro. -Eres mucho más guapo de lo que se puede ver en la cámara. Odio cómo te ves a través de la cámara de tu laptop y de tu celular.

-¿Lejano?- Alcanzó a decir, antes de reír por el rodar de ojos del alfa. -Tú estás más guapo que la última vez que pude besarte.- Se alzó de puntillas para robarle un beso.

-Hey, no sé si sentirme ofendido o no por eso.- Rio, tomándole de las manos para que no escapara. -Creo que estaré ambos.

-Adelante mi amor, no te detendré de sentir.

Esa noche durmieron enredados, sin hacer nada más. Lo único que necesitaban era reconectar con el tacto, después se harían cargo de sus demás necesidades.

       

      

           

Taemin todavía tenía que ir a su clase al día siguiente. Después de haber despertado y corrido por todos lados tratando de recolectar sus cosas, se había asegurado de dejarle a Minho la dirección de la universidad, y específicamente su campus. No se imaginó que, a pesar de la barrera del idioma, Minho iría a buscarle a la hora en que se suponía terminaba. Verlo ahí había sido una verdadera sorpresa.

-Min, ¿qué haces aquí?- Se apresuró a llegar a su lado y darle un beso en la mejilla.

-Sólo quería conocer el lugar donde has pasado tanto tiempo.- Miró a su alrededor, tratando de imaginar a Taemin ir y venir, apurado por entregar algún trabajo. -Este lugar es bonito.

-No tanto cuando está enterrado en nieve, y tienes una fecha de entrega que termina en tres horas.- Taemin se quejó. -En fin, ven, quiero que conozcas a alguien.

Minho sintió que debía acostumbrarse a que Taemin le arrastrara a todos lados con aquella emoción propia de él. Sólo contuvo una risa, siguiéndole el paso hasta llegar a donde Taemin le llevaba.

-Minho, ella es mi amiga Irene. Es coreana, y junto a Seulgi, su esposa, me ayudaron mucho a acostumbrarme a estar aquí para no resentir las diferencias culturales.- Taemin introdujo alegremente a la chica que acababa de salir de la misma aula de la que Taemin había salido antes. -Irene, él es mi Minho. Vino a verme porque se lo pedí.- Agregó lo último con un toque de risita consentida.

-Hola, Taemin me ha hablado mucho de ustedes a decir verdad. Es bueno al fin conocerte.- Minho saludó, tratando de no sentirse tan incómodo con la introducción.

-Más le valía, me sentiría ofendida si no.- Irene suspiró. -Me temo que Taemin no ha hablado mucho de ti. Es bueno también conocerte. Saber que Taemin no está solo es tranquilizador.

-Gracias por cuidar de Taemin, cuando yo no pude hacerlo. Ayudarlo a acostumbrarse a estar aquí.- Admitió, viendo que la chica alfa en realidad se sentía más como una mamá hacia Taemin, que como una amenaza.

-Está bien, a Seulgi y a mi realmente nos agrada.- Entonces Irene se giró, señalando acusatoriamente. -Todavía no has ido a hablar con Schulz, cada que me ve en los pasillos me pregunta si te he visto y si te he dicho que vayas a hablar con él.

-Eso era lo que se me olvidaba.- Taemin masculló por lo bajo, mordiéndose la punta de su índice. -Está bien, iré más al rato. Tengo que venir a arreglar unos papeles de cualquier forma, y ahorita quiero llevar a Minho a que comamos algo.- Se encogió de hombros, minimizando su recordatorio. -Por cierto, Irene, espero que tú y Seulgi puedan ir a cenar a mi departamento esta noche. Quiero que Seulgi también conozca a Minho.

-Si, le diré. Ahí estaremos.- Ella asintió. -Tengo que irme, fue un gusto conocerte Minho.- Se despidió, dejándole de nuevo solos.  

-¡Bien! Ahora, tú y yo Min, iremos a recorrer mis lugares favoritos de aquí, porque quiero que conozcas todo.- Taemin rio, girando a Minho para direccionarle hacia la salida del lugar. -Y después tendré que ir a comprar cosas para la cena, porque ciertamente no tengo nada para preparar algo en mi departamento.

Minho sólo alcanzó a reír, antes de tomar la mano de Taemin y enredar  sus dedos con los del omega.

-No olvides que tienes que hablar con tu maestro. Por lo molesta que había sonado tu amiga, parece que has estado olvidándolo por demasiado tiempo.

-Tal vez…- Mintió. -Sólo se me sigue olvidando, me vi envuelto en un proyecto enorme, así que lo pospuse. Iré antes de ir al supermercado.- Le aseguró.

-Está bien, si tu dices.- Rio, preguntándose si su lindo omega realmente haría la lista de cosas que acababa de hacer mentalmente.

         

         

       

En realidad si hicieron todo lo que Taemin había dicho. Después de comer y pasear por todo lugar que Taemin quiso mostrarle, había regresado al departamento de Taemin. Taemin acomodó todo rápidamente, antes de volver a salir para terminar de hacer sus vueltas del día y comprar insumos para hacer la cena. No se tardó mucho en realidad, pero Minho notó que Taemin volvió algo callado. Podía sentirlo, no sólo estaba pensativo, sino algo confundido. Una extraña confusión que era enterrada por completo cada que su mirada se dirigía a Minho. Taemin definitivamente traía algo en mente.

Trató de ver hasta dónde llegaría antes de que Taemin hiciera mención alguna, mientras tanto le ayudó a empezar a hacer la cena. Conversaban de pequeñas cosas, las cotidianas que no podían disfrutar el uno del otro. Antes de que se dieran cuenta, la noche caía y las amigas de Taemin habían llegado y tocaban el timbre. Taemin corrió a recibirlas y hacerles pasar.

-¡Taemin!

Minho se giró, para ver a la chica omega que se encontraba abrazando a Taemin con un enorme entusiasmo. Ella era más alta que Irene, y por su manera de actuar, parecía ser un poco opuesta. Pero veía el mismo agrado por Taemin en ella, que el que tenía Irene.

-Seulgi, quiero que conozcas a Minho. Es mi alfa.- Dijo con orgullo, presentándolos. -Min, ella es mi mejor amiga, Seulgi. 

-¡Que bueno es conocer a la pareja de Taemin!- Ella se apresuró a saludarle, siento tan efusiva como Taemin podía llegar a ser. Minho en realidad pudo ver por qué eran amigos.

-Parece que Taemin realmente les preocupaba.- Ofreció disculpas. -También me alegra conocerte.

-Taemin puede ser misterioso cuando se lo propone.- Ella desestimó. -Pero me alegra que tenga a alguien y sea feliz.

-¡Oh! Llegaron antes, aun no termino de hacer la cena.- Taemin se dio cuenta, quejándose. -Está bien, podrán verme terminar de cocinar.- Se decidió por hacer un show de su cena.

-Eh, no me siento tan emocionada por ello.- Irene suspiró, haciendo que Taemin le mostrara la lengua de manera grosera.

-Está bien, yo si quiero verte cocinar Taemin.- Seulgi aplaudió, buscando sentarse en la mesa, mientras Taemin volvía a lo suyo.

-¿También eres fotógrafa?- Minho le preguntó, sentándose a la mesa luego de ver que ambas chicas habían tomado un lugar.

-¿Yo? No, eso es algo en lo que Irene es buena, yo no.- Señaló, girándose para pellizcar la mejilla de su alfa. Luego de haberla hecho sonrojar, terminó de responder. -Soy catadora de vinos, trabajo para una vinería en Bélgica.

-Vaya, ¿no es difícil cruzar todos los días de país?- Exhaló sorprendido.

-No realmente.- Desestimó. -Además, Irene trabaja aquí y tiene sus clases aquí, me gusta regresar, en vez de hacerla ir a Bélgica a diario. Creo que es más práctico de ese modo.

-Ya veo.

-He tratado de convencerla de lo contrario varias veces, no se deja.- Irene rodó los ojos. -Le gusta viajar entre las fronteras.

-No puedo imaginarlo.- Minho frunció el ceño, pensando. Para su suerte, vio que Taemin estaba terminando la cena, así que se puso en pie y le ayudó a servir todo para llevarlo a la mesa.

-¡La cena está lista!- Taemin comentó, sentándose a lado de Minho y empezando a disponer todo.

-Se ve muy bien Taemin.- Seulgi le animó. -Has mejorado en tu cocina.

-Ah, simplemente soy bueno si me lo propongo.- Se quejó haciendo un mohín.

-Si, claro amor.- Minho rodó los ojos, ahogando una risa.

-Por cierto Taemin, ¿hablaste con Schulz?- Irene preguntó, esperando escuchar una respuesta positiva.

Taemin guardó silencio por un momento, antes de asentir. Torció los labios antes de suspirar y decidirse por hablar en este momento,

-Él quería verme, porque le gusta mi técnica.- Se encogió de hombros. -Y quiere ofrecerme un trabajo cuando termine la maestría. Quiere que sea su asistente. No sólo como un segundo fotógrafo, también le ayudaría en sus clases.- Explicó.

Sabía lo que significaba, incluso sabía lo que el silencio que se instauró en la mesa quería decir. Pero, sentir la preocupación venir de Minho fue un poco más realizadora que todo lo demás. Ese era una muy buena oferta de trabajo, pero significaba no volver a Corea. Subió la mirada, dándose cuenta que de hecho las chicas miraban a Minho, como si intentaran adivinar cuál sería su reacción. Él también se lo estaba empezando a preguntar, porque sólo recibía confusión y preocupación venir de Minho.

No esperó que Minho le fuera a tomar de la mano y darle un ligero apretón tranquilizador.

-¿Es un buen trabajo entonces?- Preguntó, diciéndole sin palabras que estaba bien si quería tomarlo.

Pero, ¿lo estaba?

-Más que bueno. Además, él es un buen mentor.- Asintió.

-Entonces, está bien si lo consideras.- Le aseguró, sin sonar que estaba herido por la situación. Taemin se dio cuenta que tampoco sentía alguna emoción negativa venir de Minho, sólo parecía mantenerse en calma.

Irene y Seulgi se miraron entre ellas, antes de que ambas se aclararan la garganta y continuaran la conversación cambiando de tema. Después de esa noticia, la cena no duró mucho. Y, aunque platicaron por un rato, las chicas se terminaron yendo más temprano de lo planeado.

-Min…- Taemin sostuvo el aliento, acercándose al alfa. -¿Está bien si lo considero?- Se atrevió a acercarse en donde estaba Minho sentado, sentándose sobre sus piernas y acomodando la cabeza sobre su hombro, para ese modo dejar su cuello expuesto en señal de total rendición.

-Realmente lo está, no tienes por qué preocuparte.- Minho le acarició, bajando su nariz para pasarla por el cuello de Taemin. -Es tu decisión si tomas el trabajo o no. Después podemos ver cómo arreglaremos las cosas. Yo, podría ser transferido. Tenemos una cede en Francia, y si tu amiga viaja todos los días a Bélgica, creo que yo podría ir a diario a Francia.- Planificó. -Oh, no lo sé, tal vez podría buscar trabajo aquí.

-Eso sería si decido tomar el trabajo.- Taemin señaló, deteniendo la lluvia de ideas de Minho.

-¿Hasta cuándo tienes para pensarlo?- Exhaló, cerrando los ojos y deteniendo su frente sobre la de Taemin.

-Hasta que termine el semestre.

-De acuerdo, hay tiempo todavía. Promete que lo pensarás bien antes de tomar una decisión, ¿si?- Suplicó, y en su suplica hubo un montón de sentimientos desbordándose, que Taemin no pudo hacer más que gemir y tratar de consolar a su alfa.

Minho se había mantenido calmado, pero obvio que escuchar tales noticias le estaban afectando.

-Lo haré Min, te lo prometo. No haría nada sin pensar bien las cosas, por nosotros.

Y entonces se mantuvieron en silencio, compartiendo sus sentimientos a través de su enlace y su abrazo.

   

  

   

Al pasar de los días, Minho tuvo que volver a Corea, dejando a Taemin lloriqueando de nuevo por la enorme separación física que había entre ambos. Volvieron a su rutina de llamarse todos los días, teniendo videollamadas cada día de por medio, contándose su día a día, y lo que esperaban que sucediera al día siguiente. Así corrió el tiempo, haciendo que Taemin tuviese que tomar una decisión más definitiva más pronto que tarde.

-¿Ya te has decidido?- Irene le cuestionó.

Taemin asintió, paseando el trozo de pastel que tenía en su plato. Había salido a comer con sus amigas, luego de que oficialmente las clases que él y Irene se terminaran. Sólo faltaría la papelería final, y estaría oficialmente graduado de su maestría.

-Sí, tomé una decisión.

-¿Vas a quedarte?- Seulgi preguntó, sonando un poco aterrorizada de escuchar que esa era la respuesta.

-Lo pensé. Schulz tiene una enorme cartera de clientes, y de galerías en donde muestran sus fotografías…Pero, ya no quiero eso.

-¿Vas a volver?- Esta vez, Irene sonrió, aliviada de ver que Taemin estaba tomando una decisión que ponía una sonrisa en su rostro.

-Le dije a Schulz que, si un día ocupaba un contacto en Corea, podía llamarme. Llamé al estudio fotográfico donde antes trabajaba, están más que felices de que vuelva y me ofrecieron un empleo de nuevo.- Suspiró de manera ensoñada.

-¿No te vas a arrepentir?

-No, antes tal vez, pero ahora…-Asintió, sabiendo que en qué lugar estaba puesto su corazón ahora. -Si no hubiese conocido a Minho, le hubiera dicho que sí a Schulz sin pensarlo, ese era prácticamente mi plan de vida. Pero conocí a Minho, y él ha cuidado de mi de esta manera tan bella que, ahora quiero ser yo. Quiero ir a casa y ayudarlo a cumplir sus sueños, formar sueños juntos y alcanzarlos. No podría quedarme aquí, y hacerle venir dejando atrás todo lo demás que él quiere. O simplemente pedirle que él se quede allá cumpliendo sus sueños individuales, sin que formemos sueños juntos.

-Estoy orgullosa de tu decisión Taemin.- Seulgi le apoyó. -Extrañaremos tenerte por aquí.

-Siempre podemos ir a visitarlo.- Irene le aseguró. –¿No es así Taemin?

-Por supuesto.- Asintió, bajando la mirada para esconder su sonrisa. Regresaría al fin a casa, donde quería estar.

 

  

  

  

  

Minho miró la revista entre sus manos, no sentía realmente deseos de leerla. Era su día libre, y usualmente eso significaba que todo el día lo pasaba hablando con Taemin. Pero Taemin estaba haciendo sus papeleos finales, para terminar su maestría, así que había estado ocupado los últimos días. Honestamente, le extrañaba y mucho. Además, tenía esa pequeña ansiedad de todavía no saber qué había decidido el omega al respecto de su oferta de trabajo. No podía empezar a hacer planes, si no sabía si Taemin se quedaría o regresaría a casa. Casa. No sería casa sin Taemin, así que donde sea que Taemin estuviera, se había decidido a seguirle. Quería registrar oficialmente su enlace, y comenzar a vivir en pareja. Sabía que Taemin quería también eso, así que daba igual si lo hacían en Corea, Alemania, o Luxemburgo de ser necesario, le seguiría a donde fuera.

Se exaltó al escuchar el timbre de su departamento. Había estado tan inmerso en sus pensamientos, que había olvidado por completo su alrededor. Se puso en pie, dirigiéndose hacia la puerta. Realmente no esperaba a nadie, pero tampoco se tomó la molestia de mirar por la mirilla primero. Tal vez era su hermana con el nuevo chisme de su oficina y quería contárselo para distraerle de su solitud. Tal vez era alguien que buscaba otro departamento, y se había confundido.

No esperaba ver a su omega, maleta en mano, sonriéndole de oreja a oreja con aquella mirada traviesa que siempre le había caracterizado.

-Hola Minho.

-¡Taemin!- Sintió que se le escapó la vida en ese suspiro, abrazándole desesperadamente. ¿Era real? ¿Estaba aquí en su puerta? Le apretó lo más que pudo, deseando poder fundirlo contra su pecho y no dejarle escapar jamás. –¿Qué estás haciendo aquí?

-Bueno, volví antes. Sólo me falta recibir ciertos papeles y mi diploma, pero al ser extranjero, me los pueden enviar por paquetería, así que no lo pensé, decidí regresar en vez de esperarlos.- Explicó todo de corrido, antes de terminar de perder el aliento por el abrazo de Minho.

-¿Esto significa que no aceptaste el empleo?- Soltó apenas un poco al omega, llenándole la cara de besos hasta el final atrapar sus labios en uno más largo.

-No, no lo acepté. Ya había cumplido mi sueño, quería regresar y empezar a trabajar en nuestra vida juntos.- Confesó. -¿Puedo entrar?

Minho se dio cuenta que seguían en la puerta, y aunque estaba renuente, soltó a Taemin para dejarle entrar. Le ayudó con esa maleta que llevaba, tal parecía que había salido del aeropuerto para ir directamente a su departamento.

-Amor, ¿y tus demás cosas? Oh cielos, ¿tu familia sabe que has vuelto?- Se dio cuenta, Taemin había regresado antes de tiempo, y él no lo sabía, era probable que su familia tampoco.

-Mis cosas están en camino, llegan en dos días. En cuanto a mi familia, ¿les puedo avisar mañana que regresé? En este momento, quiero estar contigo.

Minho volvió a abrazarle, negándose a separarse de nuevo de su omega.

-Temprano mañana les dices, es incorrecto que hayas vuelto y no lo sepan.- Suspiró, dándose cuenta que él también odiaría no saber si su familiar no había regresado a casa antes de tiempo. -Además, quiero decirles de nuestro acoplamiento.

-¿Quieres registrar nuestro enlace cuanto antes?- Taemin cubrió su boca para esconder una risita. -Está bien, yo también quiero que lo sepan ya. No volvamos a separarnos, ¿de acuerdo? Si quieres viajar, me temo que iré contigo.

-No querría que fuera de otro modo, mi amor.- Minho asintió. -Gracias por volver a casa.

Taemin sonrió, sintiendo su enlace vibrar con todas sus emociones una vez más. Minho era su casa, y estaba feliz de estar con él de nuevo.

Fin


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