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Cosecha de cerezas, tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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La bata cubría la cama. 

Mientras Heeseo abrazaba una almohada, todos sus nervios parecieron estar concentrados en el hermano mayor que estaba detrás de él. Después de todo, era la primera vez que practicaba sexo anal y estilo perrito.

El hermano mayor, que siempre decía cosas agradables para relajarlo, solo miraba entre sus piernas sin decir ni una sola palabra. Estaba nervioso así que no sabía que hacer o de que manera mover las manos ¿Tenía que verlo? ¿Debería ver para el frente?

"Aquí, ¿Hee-seo jugó con esto?"

Hee-gyeom lo agarró por las nalgas. Le gustaba demasiado la sensación de sus dedos dentro de él así que Heeseo tragó un suspiro. Se sentía, igual a tener un calor resbaladizo comiéndoselo todo...

"Ajá."

"Tu hermano ni siquiera te enseñó algo como eso, ¿Qué hiciste?"

"Puse mis dedos dentro. Lo hice como lo hace mi hermano en mi vagina"

"Así que por eso el baño tomó tanto tiempo".

"Sí."

Con solo tener sus caderas levantadas en alto, Heeseo se estremeció y pareció gatear un poco hacía adelante. Había un sonido vergonzoso de sus membranas mucosas cuando empezaban a adherirse entre si para ocasionar una fricción.

"Ya estás mojado".

Cuando frotó su grieta, Heeseo se tensó y comenzó a apretar fuertemente las sábanas. Era divertido que se asustara tanto incluso después de haberlo estado seduciendo con tanta audacia.

El hombre frotó el área que su hermano había tocado en secreto cuando tomó un baño... No era nada probable que su ano se abriera fácilmente para recibirlo así que una sensación de "culpa tardía" le hizo cosquillas en la base del estómago. El niño, quien debió haber estado jugueteando torpemente con el agujero escondido entre sus piernas, tal vez pensaba que sería tan fácil como sentir sus dedos o similar a lo que pasaba con la parte de enfrente.
Fue gracias a su influencia que el hermano menor, que no sabía nada, había hecho despertar el deseo que sentía por él de este modo tan descarado. Pero igual sabía que incluso el sentimiento de culpa era el combustible que intensificaba sus ganas de tener sexo.

Su voz se volvió un poco más reservada:

"Hee-seo, ¿Tocaste el interior?"

"Si, lo hice…"

"¿Te sentiste bien?"

Hee-seo negó con la cabeza, que estaba todavía bien enterrada en la almohada, y comenzó a decir que en realidad no había sentido nada. Cuando se tocó, su ano no se abrió fácilmente y no se mojó, por lo que fue un poco doloroso.

Hee-seo deseaba poder sentir algo más intenso o similar a lo que pasaba cuando tocaba su vulva.

El hermanito contuvo la respiración y levantó las nalgas, como un gato estirándose. Todos sus nervios estaban concentrados en el hombre que estaba detrás de él así que Hee-seo respiró fuerte, como un niño que intentaba calmar un desmayo oliendo un paño de alcohol, y luego, casi sin que se diera cuenta, fue testigo de como unos labios comenzaron a tocarle en la espalda.

"¡Ummm!"

Se sorprendió hasta el punto en que su parte baja comenzó a temblar. Se mordió la boca, sacudió sus caderas y aunque estaba diciendo que no le gustaba que hiciera eso tan de la nada, permitió que Hee-gyeom lo sostuviera con ambas manos para poderlo acomodar encima del colchón.

El cariñoso hermano mayor disfrutaba mucho de hacer sentir bien a su hermano menor. Ya fuera chupándolo en los labios, mordiendo sus pechos o abriendo sus piernas para que pensara en cualquier otra cosa que pudiera relajarlo. Ahora Hee-seo, que ya se había acostumbrado a que le chuparan la vagina, incluso aunque todavía era tímido, pareció estar completamente absorto en sentir la lengua que mojaba su trasero.

La mano que sostenía la almohada se hizo más fuerte:

"Uf, hermano... Como me lames es tan... ¡Ah!"

Gyeom chupó el agujero de su hermano como un animal despiadado y sucio, provocando, lógicamente, que se escuchara un sonido vergonzoso de agua en su piel cuando cambiaba de posición. Su vagina y su agujero trasero se estremecieron y la mucosidad se condensó hasta mezclarse con el semen que salía desde su verga. De alguna manera, estaba ansioso y no podía respirar bien.

"Ah, ah, ah..."

Podía sentir a la perfección la lengua que lamía ampliamente entre sus nalgas. Como un perro con un mal hábito. Sus ojos no brillaban con tanta intensidad como cuando jugaba con su pene o su vagina, pero el calor seguía acumulándose y volviéndose más insoportable cada vez.
Heeseo apretó y aflojó su agujero mientras sacudía su cintura, todavía con las nalgas bien levantadas en dirección a su hermano. La lengua puntiaguda de Gyeom se movía de dentro hacía afuera y marcaba los lugares que no hubiera conocido de no ser porque había decidido aventurarse por si mismo.

El cosquilleo subió por su estómago y finalmente, hizo que sus lágrimas brotaran hasta derramarse. Hee-seo, murmuró de una manera completamente suplicante:

"Se siente tan... ¡Es tan profundo!"

La sensación de su boca, moviéndose en su agujero, empujó a Heeseo muy cerca de su clímax. Sin embargo, no fue suficiente estimulación para aliviar un calor tan infinitamente ardiente como el que le estaba haciendo sentir. Casi pareció como si estuviera frotando su trasero descaradamente en la cara de su hermano.

"Me gusta, hermano... Me gusta."

El sonido de frotar y de chupar estalló de manera obscena por el cuarto.

A Gyeom parecía gustarle mucho eso de acariciarle por detrás y frotarle las nalgas. De hecho, cada vez que tenía sexo con él, había una sensación de alivio, de amor profundo e incluso los amargos celos que alguna vez se acumularon en su pecho, comenzaban a evaporarse hasta que ya no quedaba nada. Ese era el elemento que más excitaba a Hee-seo. Que lo abrazara y lo consolara incluso cuando no estaba familiarizado con eso.

"¡¡Ah!!"

Heeseo finalmente cayó en un orgasmo.

La parte superior de su cuerpo, que se había derrumbado sobre la sábana, tembló con fuerza y se volvió en algo que estaba completamente a merced de Hee-gyeom. El hermano, que había besado sus nalgas rojas y maduras mientras las amasaba hacía arriba y hacia abajo, se levantó, le dio la vuelta al niño y se sentó finalmente entre sus piernas. Y ya que lo había agarrado por el tobillo para dejarle al descubierto el pubis, Heeseo terminó por mirarlo con unos ojos increíblemente asustados:

"Ah, en esta posición... Yo no..."

"Te gusta que tu hermano te abrace ¿No es verdad?"

"Sí. Me gusta eso, pero..."

Sin embargo, su hermano consiguió abrazarlo con fuerza justo antes de que pudiera hablar. Después de eso, los labios de Hee-gyeom se aflojaron en una sonrisa que revelaba lo mucho que pensaba que el niño, que estaba siendo increíblemente honesto con él, era lindo hasta un nivel de verdad incomprensible.

Gyeom se bajó los pantalones y se frotó unos genitales que ya tenía bien levantados para ese momento. Por supuesto, se veía muy diferente al pene que estaba colgado de la parte inferior del abdomen de Heeseo:

"Vamos a ir paso por paso, ¿Lo recuerdas? No tienes que parecer tan espantado, mi amor."

Hee-gyeom rasgó el envoltorio del condón con los dientes. Pareció como si Hee-seo estuviera revelando abiertamente todo el deseo sexual que sentía por él.

Gyeom sonrió: "¿Puedo ponerlo?"

"Sí. Ponlo. Hazlo rápido, por favor."

"Es la primera vez que lo hago de esta forma y quiero que sea perfecto."

Gyeom besó tiernamente a su hermano y comenzó a deslizar su pene por entre la grieta de su culo. Todo estaba empapado de líquidos y secreciones que hacían todavía más evidente el movimiento del orificio de su ano, cerrando, aflojando y apretando con fuerza una y otra vez hasta que pareció completamente insoportable de mirar y de sentir.

Hee-gyeom besó sus labios tan pronto como miró a su lindo hermanito, quien había bajado sus pestañas para... Dejarse llevar. Luego, pareció soltar un suspiro y cuando finalmente presionó sus genitales contra su agujero, Heeseo sollozó una vez más:

"Ay..."

El agujero que Hee-seo tocó en secreto en el baño y que Hee-gyeom aflojó con su lengua, se estaba abriendo a la perfección para poder recibirlo. Hee-gyeom tomó con cuidado el cuerpo desnudo de su hermano menor, que seguía haciendo muecas, e hizo que envolviera sus delgadas piernas alrededor de su cintura para hacerle más fácil la inserción:

"Hee-seo, ah ¿Estás bien?"

"Sí, ah... Estoy muy bien."

"Eres terco".

Cuando presionó un poco más la cintura en su dirección, un glande completamente abultado comenzó a abrirse camino entre sus nalgas. Hee-seo, que estaba tan nervioso como si fuera su primera vez teniendo sexo, tragó saliva y comenzó a quejarse otra vez. Parecía sorprendido y asustado a partes iguales así que Hee-gyeom movió lentamente su cintura para que su hermano menor pudiera relajarse, de modo que pudo entrar finalmente en un agujero que nunca antes había usado.

En respuesta al gesto de frotar suavemente entre sus piernas, la pared interior, que pareció estar bien cerrada, se le abrió de una manera casi perfecta. Heeseo se aferró a él:

"Ah, ah, hermano."

"Dime si te duele, Heeseo. No intentes aguantarlo todo."

"No es doloroso así que, ah..."

El hermano mayor, que estaba excavando lentamente en el sitio secreto de su hermano menor, comenzó a parecer un poco más desesperado que al inicio. De hecho, cada vez que tiraba de su espalda y la levantaba, la inserción se profundizaba tan considerablemente que comenzó a parecer estar inmerso por completo en él. Era tanto así que apenas y dejó escapar un gemido.
Sin embargo, aunque la sensación de un gran y grueso trozo de carne entrando por su vagina era familiar para Heeseo, la sensación de golpear su agujero trasero era completamente desconocido. Estaba tan confundido como cuando le abrió el cuerpo por primera vez.

"Ah, ah, ah, hermano... ¡Hermano! Espera, espera un poco. Espera."

"¿Por qué? Heeseo me suplicó que lo pusiera aquí, ¿Verdad?

La inserción comenzó a ganar velocidad gradualmente. Hee-gyeom, que en otras circunstancias habría apaciguado con ternura a su hermano menor quejumbroso, no lo cuidó y se dirigió de inmediato a tomar lo que quería.
La carne, que había empujado hacia las profundidades, se aflojó lentamente y comenzó a frotarse como para alcanzar su propia estimulación.

Conteniendo la respiración, terminó por hundir su pene todavía más profundo.

"¡Oh por...!

Las piernas blancas, que lo estaban envolviendo, no pudieron resistir el momento de placer y se estiraron por completo sobre la cama. Heeseo se aferró a su hermano mayor con ambos brazos, murmuró un montón de palabras incomprensibles y terminó por sollozar. El pene, que le había llegado a algún lugar del interior, giraba alrededor de la parte baja de su estómago y en algún momento, incluso se sintió como si se hubiera pegado de la misma manera en la que el suyo lo hacía con la parte inferior de su abdomen debido a tanto semen.

Cada vez que su hermano lo penetraba, el estímulo en el interior comenzaba a ser tan emocionante que el sonido salía muy alto

"Ah, ah, ah, hermano. Hermano."

"Ah, Hee-seo".

"Me siento tan bien..."

Era otro lugar desde donde su hermano lo estaba haciendo sentir bien, pero el moco seguía fluyendo desde su vagina como si estuviera esperando por tener su pene. El líquido era resbaladizo y ahora estaba cayendo hacia sus pliegues así que, lógicamente, había un sonido vergonzoso cada vez que lo follaba. Hee-gyeom, que frunció el ceño, soltó una breve carcajada.

"Estás demasiado húmedo, mi amor. Ah, ni siquiera sé desde donde te estás mojando".

"Ah, hermano."

"Hee-seo... Pareces sentirlo bien sin importar el hoyo en el que lo ponga. Ah, ¡Dios mío!"

"Ugh, ¿Qué debo hacer, hermano? ¿Qué debo hacer? Se siente... ¡Um!"

Perdió tanto la cabeza que dejó abierta la boca. Era igual a si sus palabras no estuvieran siendo procesadas correctamente por su cabeza.

Hee-seo, que estaba débil de placer, era tan lindo que Hee-gyeom no pudo hacer nada más que darle la vuelta lentamente y besarle en el costado. A eso, le siguió un suave ruido de piel contra piel y entonces, los lloriqueos y regaños de Hee-seo comenzaron a aparecer uno tras otro. 
Gyeom sostuvo a su hermano pequeño en sus brazos y frotó el área donde más le gustaba. Dijo: "Todo va a estar bien."

"Ahhhhhhhhhhh..."

Cuando sus cuerpos quedaban superpuestos, se sentía igual a si el hermano mayor se estuviera comiendo al hermano más pequeño. Solo las manos, que colgaban de la espalda de Hee-gyeom, y sus piernas, temblorosas y separadas, eran las únicas que podían hablar honestamente sobre lo mucho que le encantaba que estuviera enterrado dentro de él. Lo feliz que era de que le hiciera el amor. Los ojos de Hee-gyeom, mirando a Hee-seo, se volvieron más afectuosos debido a esto:

"Hermano, ¿De verdad estás bien? ¿Te sientes bien?"

"Está bien, hermano. Estoy bien..."

Hee-seo no podía controlar la emoción de su voz. No sabía que sería tan encantador que lo penetrara por el culo.

En realidad, cada vez que lo metía profundamente y lo comenzaba a frotar, se filtraba un sonido completamente vergonzoso desde su boca. La parte inferior de su abdomen se apretaba, la parte inferior de su espalda se levantaba y sus nalgas comenzaban a temblar con demasiada fuerza. Hee-seo siguió sus instintos. Bajó la mano que se aferraba a su hermano y tocó de inmediato la piel de su entrepierna. Sin darse cuenta de que Gyeom se había quedado quieto como para mirar lo que estaba haciendo, llenó el espacio vacío con sus dedos y comenzó a acariciarse.

"Um, um, hyung, ah."

"Heeseo seo ¿Tu coño se siente muy vacío?"

Riendo como loco, el hermano agarró una de sus manos y las separó para ser solamente él quien comenzara a masturbarlo utilizando los dedos. Su vagina, que no dejaba de chupar y succionar, pareció abrirse tanto que lloró muy fuerte.

"Ah ¡Hermano! ¡¡Hermano!!"

"¿Se siente bien poner ambos?"

"Uf, es tan bueno... Está delicioso cuando lo haces así."

Mientras su pene entraba y salía lentamente de su agujero, comenzó a sentir un montón de deseos apresurados por tocarse más fuerte la vagina. Originalmente, era un niño honesto con sus necesidades, pero cuando aprendió que podía sentirse bien, entonces pareció como si hubiera dejado de tener miedo de abrir la boca para pedir.

"Necesito más."

Hee-gyeom sacó los dedos de su vagina y decidió agarrarle la barbilla en su lugar. Luego, cuando lo atrajo hacia él para besar su cuello, lo atravesó tan profundamente que gimió:

"¡Ah! Hermano..."

La espalda de Hee-seo se sacudió. A demás de en su "zona erógena", Hee-seo, a quien le gustaba que lo penetraran profundo, acababa de llegar a su clímax con solo sentirlo en su trasero.

Hee-gyeom miró a su hermano, que estaba conteniendo la respiración, sacó su pene durante un largo rato y luego lo volvió a insertar hasta hacer que el hermanito menor, que ya había derramado un montón de lágrimas, finalmente llorara:

"¡Ah! ¡Ah, por Dios!

"Hee-seo. Mi amor, abre los ojos."

"Ya no puedo más, ya no puedo... ¡Acabo de correrme! Ah, ah..."

Su hermano menor, que tenía un período de transformación impresionante, estaba creciendo sin parar. Era muy honesto y sexy y estaba pensando que los días en los que podía consolarlo con lindas palabras ya estaban quedando completamente atrás. En realidad, le preocupaba que algún día se diera cuenta de la realidad y se fuera de sus brazos para descubrir su sexualidad por su cuenta. Hee-gyeom se volvía loco mientras más se enamoraba. Ese era un hecho.

"Voy a... Voy..."

"Ah, Heeseo, Heeseo..."

Hee-gyeom, que codiciaba a su hermano menor, respiraba con la misma dificultad con la que lo estaba haciendo el niño. Bajo sus cuerpos, había un sonido continúo de fricción húmeda y luego, los ojos de Hee-seo se pusieron blancos ante la sensación de que su hyung entraba profundamente, lo tocaba y lo frotaba sin parar ni una sola vez. Apenas y respiraba a través de sus labios entreabiertos.

Nunca imaginó que sería tan bueno.

En el futuro, cada vez que tuviera relaciones sexuales con su hermano mayor, no sabría donde decirle que lo metiera.

Mirando a su hermano, todavía con una visión increíblemente borrosa, Heeseo dejó que su emoción se revelara por completo en sus facciones. Sus ojos fruncidos, las gotas de sudor y los gestos apresurados intensificaron la sensación sexual entre los dos. Y Gyeom podía decir muy honestamente que siempre que veía a su hermano, gemir y querer más de lo que le daba, sentía en su interior un éxtasis emocionante. La motivación que necesitaba para meterlo más adentro y hacerlo mejor.

"Ah, ah, ah."

El hermano menor, que siempre parecía estar detrás de su hermano mayor, estaba siempre por delante en cuanto al sexo. Heeseo ya había alcanzado el orgasmo, pero Hee-gyeom, aferrándose a sus delgadas piernas, empujó y empujó en un intento por conseguir lograr lo mismo. La pared interior del niño pareció retorcerse.

"Ah, hermano ¡Ay, hermano!"

"Todo está bien, todo está bien mi amor."

"Ah, me voy a morir ¡Ahhh! Voy a morir."

Heeseo inclinó la cabeza y dejó escapar un sonido bastante ronco. En el momento en que su piel chocó con fuerza contra su trasero, se sintió como si hubiera sido invadido hasta una profundidad a la que no hubiera tenido que llegar en primer lugar. Y tardíamente, un líquido delgado comenzó a fluir desde un pene que ya parecía estar muy cansado de tanta acción.

Hee-gyeom se movió lento, agarrando a su hermano menor mientras todavía estaba temblando contra él. Y Hee-seo, que había sentido que ese enorme pene se retorcía dentro de su culo, comenzó a experimentar la agradable sensación de tener a su hermano eyaculando sin salirse.

Hee-gyeom suspiró:

"¿Cómo estás, Heeseo?"

"Bien..."

Hee-gyeom se inclinó y besó a su hermano una y otra vez porque realmente no podía evitar amar al pequeño niñito que era honesto. Heeseo sacó la lengua y respondió al gesto igual a como lo hacía normalmente. La mano que acariciaba su cuerpo desnudo era cautelosa, pero las huellas rojas, ocasionadas por sus movimientos rudos durante el sexo, permanecían en su clavícula, en la cadera y en los lugares a la que se había aferrado todo este tiempo para hacer que no se separara de él.

Heeseo lo miró atentamente mientras el hermano mayor, que había dejado de estar entre sus piernas, tiraba el condón al bote de basura. Tenía una expresión tan cansada que Hee-gyeom se acercó otra vez, lo acarició y preguntó en voz bajita, como si susurrara la historia de algún libro:

"¿Dónde crees que es mejor poner mi pene?"

Heeseo, que se había emborrachado con el beso amistoso de su hyung, parpadeó y miró hacia arriba. Era una pregunta que no se había imaginado escuchar inmediatamente después de tener sexo. Cuanto más lo pensaba, las respuestas más vanas llegaban a su mente y la conclusión de que sería mejor si llenaba el frente y la parte posterior al mismo tiempo, parecieron tomar mayor fuerza.

"Ambos."

"¿Sientes que es aburrido tener la vagina vacía durante el sexo?"

"Solo… Pienso que se sentiría mejor."

"Entiendo."

Debido a que era una voz llena de afecto, Hee-seo se olvidó por un momento de la vergüenza y sonrió también. Una mano grande le acarició suavemente la mejilla y la oreja enrojecida. Le acomodó el cabello e hizo que la somnolencia después de un sexo satisfactorio creciera hasta el extremo.
Hee-seo cerró los ojos e inclinó la cabeza contra el agradable toque. Hee-gyeom, que estaba mirando todo en silencio, suspiró una vez más y luego, contrario a lo que creía que iba a hacer, agarró el pene de Hee-seo entre los dedos y lo estrujó.

"¡Ahhh!"

"¿Ya te vas a dormir?"

"Oh, no. Si quieres hacerlo de nuevo... Entonces yo también quiero."

"Jaja, ¿Estás de acuerdo?"

Las mejillas de Hee-seo se enrojecieron cuando el hermano mayor se limitó a sonreír.

Hee-gyeom se levantó un poquito de la cama y besó un montón de veces una mejilla que ya estaba roja, como un melocotón maduro. Los ojos de Hee-seo fluyeron a lo largo de la mano de Hee-gyeom solamente para notar que estaba sacando un condón del cajón de la mesita de noche. Abrió los labios, como si estuviera a punto de decir algo importante, pero luego los cerró. Con los ojos hacia abajo, murmuró una palabra que no pudo escucharse bien y, finalmente, tras pensarlo demasiado, sacó una frase apresurada ante el sonido del papel rompiéndose:

"¿No podemos hacerlo sin condón?"

Fue una petición tímida pero segura.  Incluso entonces, cuando sus ojos se encontraron con los de Hee-gyeom, su impulso no murió.

"Si lo haces atrás, ni siquiera existiría la posibilidad de tener un bebé."

Hee-gyeom miró a su hermano menor, quien hablaba en voz baja aunque igual decía exactamente lo que deseaba hacer. Tiró el condón que había estado a punto de ponerse en el pene y acarició el cuerpo desnudo de su hermano de arriba para abajo. Hee-seo, que se estremeció a un punto en que incluso apretó muchísimo más los muslos, lo miró y luego abrió sus propias piernas para hacerle entender que estaba bien para él.

El hermano comenzó a frotarse en su trasero.

"Hee-seo. ¿Lo pongo así?"

"Ah... Sí."

Sus genitales, que no estaban cubiertos con nada, presionaron el estrecho espacio entre sus piernas. Hee-seo, que había tragado el aliento para no caer ante la presión, se relajó lentamente y comenzó a cerrar los ojos para entregarse a lo que sea que deseara hacer con su cuerpo. Su agujero, que ya se había aflojado debido a las acciones de hace un momento, aceptó su pene sin importar lo duro o grande que se hubiera puesto esta vez e incluso pareció poder sentir la temperatura corporal de su hermano, firme y pesada, y cada parte de su carne golpeando desde dentro.

Confundido por el placer, Heeseo agarró la almohada de nuevo. Las piernas atrapadas por Hee-gyeom, temblaban tanto que hasta se veía en la curvatura de los dedos de sus pies.

"¿Te gustan tanto las vergas desnudas?"

"Uf, hermano, hermano..."

"Ah, ya veo que es verdad."

Lo que se había estado moviendo en su interior fue ganando fuerza gradualmente. A medida que aceleraba, cavaba con mayor profundidad y luego comenzaba a golpear y a golpear como si quisiera perforar cada parte de su culo.
Y tal vez había sido porque estaba consciente de que no estaba usando condón, pero comenzó a sentirse más caliente y más duro que de costumbre.

En realidad, Hee-seo pareció no poder soportar la forma en que apuñalaba solo los lugares que eran agradables para él. Es decir, en el sexo que habían tenido anteriormente, el cuerpo que iba rápido había llevado a Hee-seo hasta el clímax en un segundo. Ahora iba lento y constante.

"Ah, ah, ah, ah, ah..."

"Dijiste que querías probarlo sin condón, Heeseo. No puedes arrepentirte."

"No, no lo... Ah, es que se siente bien. Se siente bien."

"Sí. Y como hyung lo hace lentamente, eso quiere decir que vamos a tener más tiempo para disfrutarlo."

Hee-gyeom no demoró en penetrarlo mientras besaba su rostro. El hermano menor, que aún no había salido completamente del primer clímax, aceptaba a su difícil hermano mayor entre gemidos, gritos, maldiciones y sonidos que apenas y se podían aguantar debido a la intensidad con la que los estaba dando. En broma, Gyeom se quejó de que sus labios bonitos se estaban volviendo molestos así que le apretó las mejillas y le metió la lengua.

Hee-gyeom, por supuesto, no se dio cuenta de la presencia o ausencia de la película de 0,02 mm en su pene mientras se movía. La sensación de su interior, abriéndose y apretando, siempre fue tan fantástica como para hacerlo sentir completamente mareado. Quizás, solo el deseo de monopolizarlo acababa de tomar mayor control sobre él gracias a esto.

"Heeseo... Ah, Heeseo, mi amor."

"Hermano, ah… Más rápido. ¡Ve más rápido!"

El sonido de sus fluidos brotaron desde abajo mientras entraba y salía de su ano. Los hermanos, buscando placer el uno en el otro, perdiendo el aliento y luego intentando respirar una vez más, se agarraron de las manos incluso pese a que antes Heeseo había sujetado una almohada. Se miraron, se frotaron la lengua y se tocaron los lugares más íntimos de cada uno. Y en el momento en que comenzaron a perseguir el placer, solo quedó el sonido de su respiración, sus latidos y sus jadeos.

Conforme avanzaba el tiempo, solo existió el sonido del clímax de los dos.

"Ah, ah, ah, hermano. Hermano."

"Ah, Heeseo."

El orgasmo les pegó fuerte en la cabeza. Heeseo entregó su cuerpo tembloroso a su hermano mayor y estiró los brazos mientras que Hee-gyeom lo abrazaba fuertemente y disfrutaba del persistente regusto que le había dejado la eyaculación.

Con cuidado, Gyeom sacó los genitales y secó la frente sudorosa de Hee-seo. El semen fluyó de inmediato por las grietas de su trasero...

Heeseo, que sollozaba sin siquiera abrir los ojos, bajó lentamente la mano hasta la parte inferior de su vientre. Cuando su hermano mayor se salió, había logrado sentir claramente el semen que se había esparcido por el interior hasta fluir entre sus piernas. Sus párpados temblorosos se abrieron un poco más y, con la cara completamente enrojecida, Hee-seo sonrió y dijo:

"Estar de esta manera con mi hermano… Hace que sienta como si fuéramos un matrimonio."

Hee-gyeom de repente dejó escapar un suspiro bastante pesado. Abrió de par en par el cuerpo desnudo de su hermano e imprudentemente excavó dentro de su culo una vez más. Hee-seo, que exhaló de alivio por un momento, tembló, con las piernas bien abiertas, y gimió diciendo que lo que estaba haciendo era demasiado difícil de manejar. Sin embargo, Hee-gyeom continuó haciendo lo mismo sin tener en cuenta sus quejas o lo que pudiera llegar a sentir. El interior de su hermanito estaba mojado con semen y sus genitales parecieron empaparse de nuevo con moco.

"Hee-seo. ¿Tú quieres casarte conmigo?"

"Por supuesto. Quiero hacer eso con mi hyung."

"Entonces debes ser fuerte. Deberíamos aprender a tener sexo como pareja."

Hee-gyeom agarró suavemente a su hermano pequeño, lo sentó encima de él y comenzó a penetrarlo tan profundo como lo había querido en un inicio. Heeseo apenas y pudo estirar los brazos para sostenerse de él...

En medio de un placer vertiginoso que era difícil de controlar, Hee Gyeom era el único en quien podía apoyarse. El único en el mundo a quien podía darse el lujo de amar.

"Sí… Seré fuerte por ti."

La respuesta fue absorbida por su hermano de inmediato.


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