La escena le parecía surrealista, en la mesa de aquel elegante lugar su padre escuchaba como un niño pequeño todo lo que Hancock decía, su hermana conversaba sobre kendo con Mihawk y él no se decidía entre el Tartar de Pescado o el Roast Beef. Como habían terminado así? Pues muy fácil, a cierta supermodelo se le ocurrió la brillante idea de estrechar los lazos entre la familia así que todos fueron a almorzar al "nidito de amor" como había sido rebautizado el restaurante.
Pese a lo que pensó, su padre y su hermana se habían tomado muy bien su relación con Mihawk, ni siquiera habían hecho ningún comentario por la diferencia de edad. Sin duda su familia era la mejor.
- entonces, vienen muy seguido a visitar a Zoro?- preguntó la modelo.
- para nada, él es quien nos visita en el pueblo. No venimos mucho, como viste su apartamento no es muy grande y nunca nos deja quedarnos en un hotel. Así que para no molestar esperamos a que el vuelva a casa.
- claro que no se irán a un hotel. La familia tiene que estar junta- dijo el peliverde.
- te das cuenta es por eso que no lo hacemos. Pero esta fue una ocasión especial.- dijo Kuina.
- Especial. Por qué?- preguntó curiosa la pelinegra.
- bueno el bebé estaba triste y papá se preocupó por él.- explicó la peliazul burlándose.
- a quien llamas bebé?- se molestó el peliverde.
- ya, ya chicos no peleen, pero lo que dice Kuina es verdad. La última vez que hablamos te noté decaído pasó algo hijo.
- no, este...yo.
- bueno ahora que lo pienso desde que llegué, he notado un ambiente medio pesado entre ustedes. Al principio pensé que era normal por lo amargado que es mi hermano, pero parece que no. No me digan que pelearon.- pregunto Hancock.
- tuvimos una pequeña discusión pero ahora todo está bien.- explicó el de orbes color miel.
- que hiciste, Mihawk.- le recriminó su hermana.
- por qué asumes que fui yo el que hizo algo.
- entonces fue Zoro?
- no
- pues contesta, que hiciste?
- Yo...
- Que hiciste?
- Me puse celoso porque lo vi con otro.
Todos miraron al peliverde.
- no es así. Papá, Kuina ustedes conocen a Ace y saben cómo es. No me sentía bien físicamente ese día así que no pude quitármelo de encima fácilmente. Pero cuando fui a explicarle él no me quiso oír.
Las miradas volvieron a Mihawk.
- eres un bestia.- fue lo único que dijo su hermana.
- Mihawk-kun, no te molestes por algo así, Ace-chan siempre acosa a Zoro de esa forma pero son como hermanos, nada pasaría entre ellos.
- bueno resuelto el tema, solo queda que hagan las paces, así que adelante bésense.
-QUE!- Respondieron ambos hombres al comentario de la modelo.
- si no se besan, les juro que armaré tal escándalo que saldremos en todos los periódico.
Mihawk miró a Zoro, tomo su barbilla y le dio un suave beso en los labios, sin embargo la expresión triste del chico pareció aumentar.
- valla porquería de beso, con razón anda poniéndote los cuernos- bromeó Hancock.
Luego de la cena dieron un paseo por la ciudad, ya caía la tarde cuando cierta pelinegra tuvo otra de sus brillantes ideas
- Deberían de quedarse con nosotros en la mansión, ustedes mismos lo dijeron la casa de mi cuñadito es muy pequeña para tres personas.
- no es necesario. Como ya dije ellos se quedarán conmigo- insistió Zoro.
- y lo harán, porque tú también te quedarás con nosotros.
- claro que no.
- que tiene de malo, según me contó Doffy mi hermano se queda en tu casa cuando quiere.-Zoro enrojeció- tú mismo lo dijiste la familia tiene que estar junta.
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Una vez en la mansión Dracule, a Koshiro y a Kuina se le asignaron dos hermosas habitaciones. Mientras que Zoro tuvo que dejar sus cosas en la de Mihawk. Las tensiones se relajaron un poco cuando la peliazul propuso cocinar todos en familia. Era un verdadero show ver a Hancock y Mihawk luchando con las cebollas era evidente que nunca habían cocinado. Al final el chef fue Zoro que era el que dominaba el plato.
- esto está delicioso- decía la pelinegra.
- Es un Cassoulet*, es una receta familiar, mis abuelos eran del sur de Francia.- explicó el peliverde.
- Wau Zoro pero haz perfeccionado la receta, ni a mí me sale así de bien- dijo la peliazul.
- es que a Luffy le encanta, y de tanto hacerla supongo que le he cogido el truco.
- Mihawk ven a probar- le llamó Hancock
- no tengo hambre- dijo seriamente el de ojos dorados, nadie pasó por alto el repentino enojo en su voz.
A parte de ese incidente la velada fue un éxito, eran las 11 de la noche cuando todos se retiraron. La tensión en el cuarto del dueño de la casa se podía cortar con un cuchillo.
- iré a mi despacho a leer, así que la cama es toda tuya.- dijo el anfitrión
- no tienes que irte de tu propio cuarto. Si tanto te molesta dormir en la misma cama, yo dormiré en el piso.
- claro que no, eres mi invitado y no es que me moleste dormir en la misma cama, solo pensé que sería incómodo.
- No veo por qué, solo sería dormir y la cama es lo suficientemente grande. O es que quieres otra noche de simple sexo.
Mihawk lo miró entre molesto y dolido- No.
- que casualidad yo tampoco, así que estamos de acuerdo.
Se cambiaron y se metieron a la cama uno de espalda al otro, sin embargo ninguno lograba dormirse. Mihawk se giró quedando de frente a la amplia espalda del muchacho. Las ganas fueron más fuertes que él así que pegó su cuerpo al contrario y lo abrazó suavemente.
Zoro había notado el movimiento en la cama pero desde luego que no se esperaba ese abrazo, por lo que no pudo evitar dar un respingo. - que pasa, cambiaste de idea.- la frase le salió cargada de veneno.
- Perdóname.
Eso sí que no se lo esperaba. Se giró para quedar cara a cara con el mayor.- no me has hecho nada, no veo por qué tenga que perdonarte.- aunque sus palabras sonaban frías por dentro era un manojo de nervios.
- Tú sabes a lo que me refiero, ese día te traté muy mal y no te di oportunidad de explicarte.
- qué más da, tú mismo lo dijiste para que darte una explicación que no te interesaba. Lo que yo haga o no con Ace a ti te da igual.
- estaba celoso
-Que..
- Estaba celoso, y lo he estado desde hace tiempo. El día que entre al bar y te vi jugueteando con Eustass me preguntaste si me pasaba algo, pues si que me pasaba, cuando los vi riendo me dieron ganas de estrangular a ese pelirrojo. Así que imagínate como me puse cuando vi al tal Ace besándote. Sé que eso no es excusa pero me moleste tanto que al final dije cosas que no sentía en realidad.
Zoro lo miraba con los ojos abiertos como platos y un notable sonrojo en la cara.- entonces no era eso lo que me ibas a decir aquella mañana.- preguntó lleno de esperanza.
- no, no lo era.
- entonces que era?
- eso ya no importa ahora.
- quiero saberlo, o es que ya no sientes lo mismo.
Mihawk suspiró - En ese momento quería pedirte que lo intentáramos de verdad, no como una farsa para ocultar nuestros amores platónicos. A pesar de nuestros sentimientos no correspondidos, pensé que si estábamos juntos poco a poco podríamos tratar de ser felices.
- entonces no fue solo simple sexo para ti.
- no, nunca me había sentido tan bien como esa noche. Tú me encantas y este tiempo que hemos estado lejos te he extrañado como nunca he extrañado a nadie…
No pudo seguir hablando ya que lo labios del chico sellaron sus palabras. Inmediatamente correspondió al beso mientras acariciaba la espalda contraria. Se separaron cuando la falta de oxígeno era casi mortal.
- entonces quieres intentarlo- preguntó el mayor mientras acariciaba su mejilla.
- tu que crees- se volvieron a besar. Zoro estaba feliz, podría haberle dicho al mayor lo que sentía, pero pensó que a lo mejor se sentiría presionado. Así que decidió esperar, si sus sentimientos habían cambiado, tal vez los de Mihawk también lo harían eventualmente. Decidió que él lo haría feliz y sacaría a ese maldito pelirrojo de su corazón.
Pese a que deseaba arrancarle la ropa y hacerle el amor de forma salvaje, se contuvo. Di un último beso a los labios ajenos y lo abrazó contra su pecho. No quería que Zoro pensara que lo único que quería de él era sexo. El peliverde estaba un poco decepcionado, esos besos lo habían calentado bastante pero ahora eran pareja y ya tendrían tiempo para saciar sus deseos. Así que se conformó con el cálido abrazo del otro y se quedó dormido
Los despertó el sonido de unas risillas seguidas por el flash de una cámara. Pensaron que estaban soñando pero al abrir los ojos se encontraron con que sus hermanas los miraban mientras cuchicheaban y la mayor de ellas sostenía una cámara.
- Que rayos!- gritó Zoro sonrojándose
Pero otro flash en su cara lo hizo cubrirse.- lo siento cuñadito pero es que se veían tan lindos durmiendo abrazados que no pude evitarlo, esta irá para la sala de mi casa.
- pero que buena idea Hancock, dame una copia. Tengo que comprar un portarretratos nuevo- pidió Kuina.
- FUERA!- Las dos chicas se estremecieron ante la orden del dueño de la casa, por lo que asintieron y se marcharon. No sin antes decirles que el desayuno estaba listo.
Ambos hombres se asearon (por separado) y bajaron a tomar el desayuno. Al llegar a la mesa las dos chicas que habían hecho muy buenas migas aun cuchicheaban, mientras le mostraban las fotos a Koshiro.
Zoro empalideció- Papá no veas eso!
- que tiene de malo hijo, me gusta verte feliz. Las chicas tienen razón esta va directo a la sala- dijo mostrándole una foto donde ambos dormían abrazados con un aire de felicidad irreal.
- si hacen eso no pienso ir a visitarlos, que dirá la gente cuando la vea, pensará que somos unos pervertidos- dijo el peliverde.
- no seas así hermanito, está bien no la pondremos en la sala, pero entonces tendrán que dejar que les tomemos otra menos comprometedora.
Zoro miró a Mihawk y este asintió. Por lo que al terminar de desayunar tuvieron que posar para la nueva foto. Esta fue tomada en el jardín con ambos sentados en un pequeño banco con las manos tomadas y la cabeza de Zoro apoyada en el hombro de Mihawk. El sonrojo del primero y la sonrisa suave del segundo hicieron que la imagen fuera del agrado de las fotógrafas.
Notas finales:
*Cassoulet: guiso hecho con alubias blancas o frijoles y distintas partes de carne animal. Típico de la parte Sur de Francia, concretamente de Languedoc y Mediodía-Pirineos