– Diálogos;
“...” Resaltar palabras o frases;
---Cursiva--- Recuerdos;
/…../ Pensamientos;
(…) aclaraciones;
MAYUSCULA Gritos.
Negritas punto de vista del personaje y título.
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Capítulo 7: ¡Un trágico amor!: ¡El aguanieve del amor y el deseo!
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Habían pasado varios días desde que Kai y Takao discutieran y Kai seguía actuando como si el chico peliazul no existiera para él…
Una mañana en la preparatoria. Era la hora del receso, Kai caminaba tranquilo por el patio cuando…
–¡KAIIII!!! –Escuchó un fuerte grito a sus espaldas, volteó hallándose con los ojos azules de Max quien lo miraba con enojo.
–¿Qué pasa? –contestó con indiferencia.
–¿Qué, QUE PASA? –Gritó el rubio saltándole una venita en la frente –¡Claro! Para ti todo es perfecto ¿no? –Argumentó con ironía cruzando sus brazos y mirándolo con un contundente desapruebo– Lo has odiado, te has peleado con él y ahora hasta te dedicas a ignorarlo, ¿Pero acaso te has detenido a pensar en como se siente Wy-chan en medio de todo esto? ¿O nosotros? ¿Acaso no te das cuenta de lo duro que es para Wy-chan ver como está Taka-chan después de cómo lo tratas?
Mientras más hablaba más se enojaba, pero eso a Kai poco le importaba, no es que fuera muy común ver a Mizuhara así, pero Kai era muy obstinado y no iba a ceder tan fácilmente. Así es que solo desvió la vista con hastío, pero eso crispó más Max quién con todo el cuerpo rígido y temblando por el enojo dio una fuerte patada en el suelo haciendo temblar el suelo, levantando al tiempo al polvo y al rostro de Kai quien casi pierde el equilibrio con el vaivén, que Max hiciera eso era la advertencia de que tenía que tomar más en cuenta el no hacer enojar al rubio…
–¡Te lo advierto, si haces llorar a Wy-chan o a Taka-chan, no te lo perdonaré! –Dijo apretando su puño frente a la cara de Kai– ¡ENTENDISTE! –Terminó la amenaza mientras que por la sien de Kai escurría una gota de sudor frío, eso parecía ir enserio.
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Eran casi las cinco de la tarde cuando Wyatt legó al departamento.
–¡Estoy en casa! –dijo el chico castaño ingresando al departamento, se estaba quitando los zapatos cuando, Takao se asomó desde el pasillo que llevaba a la cocina, tenía puesto un delantal y una cofia en la cabeza, señal de que estaba cocinando.
–Bienvenido –cerró los ojos con una sonrisa– la cena estará lista en un momento.
Wyatt reaccionó.
–¡AH! ¡Taka-chan! –llegó corriendo a la cocina tras de Takao, percatándose de que Takao ya casi tenía hecho todo– no era necesario que la hicieras, yo me la iba a preparar –Dijo mortificado.
Kinomiya se volteó un poco hacía él.
–Está bien, no es molestia para mi hacértela. Kai-sama siempre come con Rei-sama, así que he pensado que al menos podría hacerla para ti –dijo mirando al castaño y luego cerrando los ojos con una linda sonrisa, aunque para Wyatt no solo se trataba de una sonrisa amable…
–Taka-chan… –le devolvió la sonrisa sin cuestionarlo, aunque era obvio lo que el peliazul estaba ocultando– de repente me ha entrado mucha hambre –dijo para cambiar el tema– Te ayudaré en cuanto me cambie.
–Muy bien, pero más vale que te cambies en tres segundos.
–¡Imposible! –Respondió el castaño y ambos rieron.
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Esa noche…
–¡¡Por qué!! –Gritó furioso Kai pateando una piedra por la calle, la cual chocó contra un poste– /Ni Brooklyn, ni Salima tendrían por que ponerse de parte de Takao/ –pensó Hiwatari al recordar la plática que había tenido hacía unos minutos en Plavi…
…
---¿Entonces, quieres que cuide de Wyatt durante un tiempo? –Preguntó Brooklyn calmadamente, sentado como siempre frente a su laptop y al tiempo que tomaba un poco de te de una taza, a decir verdad estaba sorprendido, Kai no pedía favores muy a menudo. Salima permanecía en silencio y de pie recargada de una de las mesas del restaurante---.
---Sí… ya sé que es repentino, pero…---.
---No importa que sea repentino –le interrumpió el pelinaranja y luego lo miró seriamente–, pero ¿Estas seguro de que está bien lo que haces?---.
Al peligris le sorprendió un tanto la pregunta
---¿Bien?---.
---Kai-kun –hablo la pelirroja acercándose a su novio y a Kai. Éste volteó– Sé como te sientes –dijo con un gesto tranquilo y comprensivo– pero eso no va a solucionar la situación, ¿o si?---.
Kai la miró entre confuso y molesto, le disgustaba que las personas cuestionaran sus decisiones. Y Salima sabía que tenía que tener cuidado, cualquier comentario mal manejado podría poner a Kai todavía más irracional y terco. Cerró sus ojos y hecho sus manos tras su espalda dando unos cuantos pasos de aquí a allá frente al peligris.
---¿Sabes? –Reanudó– he estado pensando en lo que nos contaste y no creo que Taka-chan haya tenido nunca malas intenciones. No le estoy justificando, pero creo que hizo lo que hizo por que es a lo que está acostumbrado ¿no lo crees? tal vez es su forma de demostrar que le importas y que está al pendiente de ti---.
---¡Pero, Salima! –Protestó enseguida---.
---Aun no término– le interrumpió calmadamente, después tomó una de las manos de Kai con las suyas, provocando un ligero sonrojo en Kai agregando– Además, Wyatt-kun, es el único que más sufre por que está en medio de todo esto---.
Kai no puedo decir nada, después de todo una de las cosas que más le importaban en el mundo era el bienestar de su hermano menor y a veces parecían manipularlo con eso, pero él nunca le fallaría a Wyatt.
…
Estaba recordando esto cuando un estornudo lo asaltó de pronto… después de todo hacía frío.
Llegó finalmente al departamento dónde se encontró con Takao dormido en la mesa de la sala, sobre sus cuadernos, al parecer le había ganado el sueño mientras estudiaba. Lo miró con un gesto despectivo; atravesó la sala sigilosamente hasta el pasillo que llevaba a la cocina y a su cuarto y cerró las puertas…
–Nii-san.
Volteó encontrándose con Wyatt.
–Hola –contestó esquivo caminando hacia su cuarto.
El castaño lo siguió con la mirada sonriéndole.
–Has llegado bastante tarde hoy, voy a calentarte la cena –ofreció caminando hacia la estufa.
–No gracias–Dijo abriendo la puerta de su habitación– ya cené.
–Pero Taka-chan te la ha preparado –dijo tratando de persuadirlo.
–¡No se lo he pedido! –Gritó exasperado– ¡No me fastidies! –Terminó de decir y reaccionó ante sus palabras y se volvió de inmediato hacia su otouto– ¡Lo siento! –Dijo visiblemente perturbado por su comportamiento con su hermano– Eso no iba dirigido a ti –aclaró mirando que su hermano se había quedado mirando hacia la estufa y dándole la espalda– Es solo que estoy cansado de ese idiota…
–¡Otra vez con lo mismo! –Gritó Wyatt de pronto sacudiendo a Kai…
–¿Wyatt…?–murmuró… ¿Su hermanito le había gritado?–Es cierto que Taka-chan hizo mal…–dijo con voz lánguida y temblando…– ¡Pero yo sé como se siente Taka-chan! –se dio vuelta bruscamente mientras que quedaba de frente a Kai deshaciéndose sus zafiros en lágrimas.
Al ver eso Kai se quedó atónito.
–Wyatt…
–¿Por qué no entiendes Nii-san? –Dijo Wyatt afligido–Taka-chan no es la persona desagradable que crees… pero tú… tú… no haces nada para comprenderlo… –dijo el chico de cabellos castaños llorando tristemente ante un atónito Kai que no creía haber vuelto a ver a Wyatt llorar así desde que sus padres murieran…
00000000000000ooooInesperado Destinooooo00000000000000Al día siguiente…
–¡Te lo dije bien claro! –Dijo Max aplicándole a Kai un extraño candado y llave de lucha, esto es pasando sus manos por su cuello, y doblándole un brazo tras la espalda para dejarlo inmóvil, pero además con una pierna apretándole por un costado… la pose parecía dolorosa… ¿Qué como terminó Kai así? Tal vez subestimó los entrenamientos duros a los que se había sometido Max ultimadamente –¿Y aun así lo hiciste llorar?
–¡N-no p-pude evitarlo! –Espetó en su defensa, resistiendo el dolor– ¡No puedo evitar ser incapaz de perdonarlo! –Gritó.
–¡IMBECIL! –Gritó Max furioso al escucharlo decir eso y aplicando toda su fuerza, estrujó a Kai quien gritó escuchándose su grito por toda la escuela.
Max soltó a Kai dejándolo todo torcido después de su apretón.
–Todo el mundo se equivoca alguna vez –dijo aun molesto sacudiéndose las manos después de su labor y mirándolo despectivamente– ¿No tienes ninguna intención de disculparte? ¡Eres un tonto!
Fue lo último que dijo mientras que se iba muy molesto, caminando a grandes trancos, mientras que Wyatt y Takao que lo habían presenciado todo junto con Rei trataban de tranquilizar al rubio. Rei incluso se sentía un tanto avergonzado por aquella escena tan rara, pero no dijo nada.
Kai se quedó tirado sobre el pasto recuperándose de la contusión.
–Maldita sea… por que no puedo estar tranquilo…–Soltó en voz baja mirando el cielo y sintiendo como el sol comenzaba a pegarle en la cara, se tapó los ojos con sus manos.
…
---Taka-chan está intentando ser fuerte y fingir que no pasa nada---.
Recordó las palabras de Wyatt la noche anterior.
---Desde que comenzaste a salir con Rei-san, está sufriendo---.
…
Se había metido tanto en sus pensamientos que reaccionó durante la clase sintiéndose extraño y desorientado. Estaba en la clase de cálculo, la profesora explicaba como hacer unas Integrales, viró hacia su cuaderno y no había apuntado nada; pero cuando se disponía a escribir, se le ocurrió voltear hacia dónde se sentaba Takao y lo miró cabeceando… el pobre se había estando desvelando tratando de ponerse al corriente con las clases… Kai lo miró con molestia, desde que empezara su relación con Rei, éste se había alejado levemente, incluso la banca que siempre pegaba a la suya la había retirado… Kai lo miró con desdén… ¿Acaso no había sido lo suficientemente claro cuando le dijo que nunca sentiría nada por él…?
…
---¡Nii-san, por favor… intenta ver al verdadero Taka-chan!---.
…
Justo en ese momento Takao reaccionó de su sueño y alzó la vista desconcertado, lo que generalmente ocurre cuando te duermes en el lugar menos indicado. Se rió de si mismo y se dio un golpecito en la cabeza reprendiéndose así mismo por dormirse en clase.
Kai se percató de todo ello y apartó su mirada.
/¡Por que siempre tienes que hacer tanto!/ –le reprochó mentalmente, ¿Por qué no simplemente se daba por vencido y dejaba de causarle problemas?
…
---Todo el mundo se equivoca alguna vez –Había dicho Max en el patio– ¿No tienes ninguna intención de disculparte? ¡Eres un tonto!---.
…
/¿Por que tengo que ser yo quien ceda? ¿Por qué tengo que ser yo quien me disculpe? ¡Estoy harto de todo esto! ¡Solo quiero que me dejen tranquilo!/ –Dio una ultima mirada al peliazul y volvió a sus asuntos, mientras que por la ventana se veía el inicio de una nevada… la primera de noviembre.
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–Tenía que ser el único día que no he traído paraguas –se quejaba Max de la nevada a la hora de la salida. Él y Rei se encontraban parados junto al portal de interior de la preparatoria mirando el atrio completamente cubierto de blanco, había nevado mucho y seguía nevando –si estaba haciendo mucho sol hace una hora.
–Dijiste que tenías una lesión muy importante hoy –dijo Rei– ¿Estarás bien? Yo tengo un compromiso y debo irme ya.
Max sonrió y agitó su mano para tranquilizar a su amigo de cabello azabache.
–No pasa nada, me las arreglaré…
–Puedes usar él mío si quieres.
Al escuchar eso Max se volvió, era Takao quien le ofrecía su paraguas, rojo con su tranquila sonrisa– Tengo un coche esperándome, así que no voy a necesitarlo.
–¿De veras? –Dijo el rubio ojiazul y lo tomó– ¡Me has salvado el día! –dijo aliviado.
–Debemos ayudarnos unos a otros cuando tenemos una necesidad, ¿no? –Comentó el Ojicarmin. Kai que se había quedado atrás, iba saliendo cubriéndose con su paraguas azul y miró a Max despedirse de Takao en el portal de la preparatoria.
–Gracias Taka-chan, te lo agradezco de veras –fue lo que dijo él rubio corriendo y cubriéndose con el paraguas de Takao, éste lo despidió agitando una mano, junto a él estaba uno de los hombres de negro cubriéndole con un paraguas negro, mientras que otro estacionaba la limusina roja frente a él, él hombre de negro junto a él le iba a abrir la puerta del vehículo, cuando Takao se volteó hacia él y movió su cabeza de modo negativo y se encaminó por otro lado.
Kai alcanzó la salida y miró la limusina pasar frente a él y desvió la vista hacia dónde caminaba Takao solo bajo la nieve
–Takao… –susurró.
Y el dueño del nombre alcanzó a percibir su nombre y se volvió con una sonrisa.
–Si –pero al volver lo único que vio fue a lo lejos a los chicos salir de la escuela, todos con sus paraguas de colores cubiertos de nieve y la caída de los copos de nieve, así como la distancia hacía difícil distinguir a esas personas, se sintió algo tonto ¿Quién iba a llamarlo? ¿Kai…? No… él seguía molesto con él– parece que solo he oído el viento… –sonrió con algo de tristeza, tratando de animarse así mismo.
Kai seguía allí parado mirando a Takao y alguien se paró junto a él, al voltear miró como uno de los hombres de negro se inclinaba levemente hacía él acercándole un paraguas color rojo. Kai lo miró con el rostro serio y entendió la petición, alzó su mano, pero en lugar de tomar el objeto lo empujó, el sirviente lo miró algo sorprendido pero el rostro de Kai era grave y sin decir ni una palabra siguió su camino.
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Takao seguía su camino por aquella calle vacía, nadie más caminaba por allí ni siquiera pasaban coches. Se sentía solo… habían pasado casi cuatro semanas y Kai seguía pasando de él… ahora menos que nunca, no le dirigía ni la mirada, las cosas no iban bien, de hecho, nunca había sido muy buenas, por más que se esforzaba no había progresos en esa supuesta relación ¿Por qué? ¿En verdad había hecho algo tan malo? Primero Rei Kon, después esto…
El viento remolineó agitando su ropa y sus cabellos, sobre los que ya se había acumulado la nieve al igual que en sus hombros.
–Tengo frío… –dijo para si, se volteó revisando el camino por el que había pasado, completamente vacío… sus ojos temblaron, un copo de nieve cayó en su pestaña y la retiró con cuidado con su mano, estaba en esto cuando escuchó un chillido y al alzar la vista, atisbó a un pequeño gato echado en lo alto de la barda, él felino tenía nieve en su cabecita y sobre su lomo, se veía desamparado y al verlo Takao sonrió un poco.
–Gatito… –le llamó, después de todo no era él único solo por allí. Se agachó y colocó su portafolio en el suelo, alzó sus manos invitando al pequeño felino a ir con él– ven aquí.
El gatito chilló y se alejó temeroso.
Takao sonrió de nuevo.
–Ven, anda –pero el felino no aceptó y lanzó un rasguño a las manos de Takao, él se quejó alejando sus manos de él y miró como el animal saltó desapareciendo de su vista– ¿Por qué…?–dijo tiste y se llevó su dedo herido a sus labios ¿Es que acaso a nadie le simpatizaba? ¿En verdad era una molestia? Aquel gatito era como Kai… él se acercaba y trataba de ayudar, pero éste no quería su ayuda ni su compañía, nunca la pidió… y ante estos pensamientos gruesas lágrimas comenzaron a brotar de sus lindos ojos, dichas lagrimas hacían lucir sus ojos como dos cristales frágiles y es que eso… ya era demasiado… no podía más, ya no podía seguir fingiendo que no le importaba y que estaba bien, no... Siguió llorando en aquella solitaria calle, solo y bajo la nieve, mientras que ésta se acumulaba en su cabeza, al igual que alrededor suyo… de pronto se dio cuenta de que los copos seguían cayendo a su alrededor, pero no sobre si. Desconcertado alzó la vista atisbando un paraguas color azul… y se quedó sorprendido, no ante el hecho de que alguien le cubriera, si no porque ese paraguas lo conocía… ¿acaso…? Secó sus lágrimas si conseguirlo del todo y se volteó lentamente y en sus labios se formó una gran sonrisa, al confirmar que era él en verdad.
–Kai-sama…–dijo con los ojos aun húmedos.
El aludido lo miró con un gesto de molestia, pero…
–Vamos a casa –dijo evasivo.
–Si –contestó Takao y se agachó para recoger su portafolio, pero allí se talló los ojos para secar sus lágrimas de nuevo, si Kai estaba allí, era que lo había perdonado, se levantó y sintió como Kai con su mano retiraba la nieve que se había acumulado en su cabeza…
–Kai-sama… –dijo sorprendido, pero con una sonrisa tierna.
Ante eso Hiwatari se ruborizó sin poder evitarlo.
–E…es solo que… n…no quiero que Max me regañé de nuevo –en parte era cierto, pues ver al rubio furioso con él, no era muy seguro, por otro lado… tal vez se había pasado un poco con Takao…
Takao negó y sonrió con la misma ternura ante las intenciones de Kai de ocultar su vergüenza, ver a Kai así no era común.
–Yo sé que no eres esa clase de persona –dijo para tranquilizarlo.
Se echaron a andar los dos y Takao tomó el brazo de Kai, recargándose de él, se sentía inmensamente feliz, por un momento pensó que las cosas no tendrían solución, pero Kai estaba allí, estaba con él, su persistencia al fin estaba dando frutos, aun no se daría por vencido… Kai por su parte se sorprendió un poco ante la acción del peliazul, pero no hizo nada para soltarse de él, por primera vez Takao no le resultó una compañía molesta, pero no quería saber qué significaba eso.
Los dos juntos siguieron por aquella solitaria calle rumbo a casa…
POV Hombres de negro.
Que bien… (Todos llorando de alegría por su señorito)
TZU ZU KU… (Continuará…)