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Resurgir de las cenizas de Herbay, primera parte - La rebelion por pilaf chan

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Notas del capitulo:

Hoy me gustaría compartir con ustedes una sorpresa que recibí hace unos días, un hermoso regalo de una artista increíble, quien le dio vida con su arte a una de las escenas icónicas de este fic.

La escena representada está extraída del capítulo 19 'El camino directo a Ceres', que por cierto es uno de mis favoritos. Para ver el trabajo, hagan clic aquí: https://twitter.com/advntsafterdark/status/1512331560351064064?s=20&t=i4DerlRq6hO8DrZYD7Bk_g (contenido para adultos nsfw - requiere una cuenta de twitter +18). Si les gusta, haganlo saber al artista con un me gusta o un comentario.

Nuevamente gracias a advntsafterdark, fue emocionante ver cobrar vida una imagen que hasta ahora solo existió en mi imaginación.

Los rumores sobre la habilidad del nuevo comandante se extendieron rápidamente y en poco tiempo los reclutas pasaron de quinientos a mil quinientos.

Aunque Gideon se sentía cómodo en su nuevo papel de oficial del ejército mestizo, Aylin y Creek no compartían la misma desenvoltura. La vida del soldado no era sencilla y lidiar con muchachos de los suburbios lo era aún menos, sobre todo para una chica y un eunuco disfrazados.

Desde el comienzo, Creek se tomó muy en serio su rol de jefe de cocina, pero había muchas bocas que alimentar y una sola persona no era suficiente para hacer frente a una cantidad tan grande de trabajo.

Tal y como había prometido, Gideon puso a su disposición un escuadrón con la órden de ayudarlo, pero los soldados mestizos no querían obedecer a un extraño que nunca vieron en Ceres, además sin vello en la cara y en el cuerpo, con una cabellera extraña y un aspecto débil. Él era indeciso, carente de autoridad e incapaz de imponer respeto.

Perseguirlo y burlarse de él se convirtió en uno de sus pasatiempos favoritos, y la única razón por la que no lo golpeaban era que no querían desafiar la ira de su comandante. De hecho, no les quedaba claro qué tipo de relación tenían Creek y Neel con el comandante Noa, pero sin duda estaban vinculados a él de alguna manera, ya que iban y venían juntos todos los días. El pobre eunuco no podía esperar a que llegara la noche para finalmente ir a casa y llorar en su cama.

Aylin/Neel, en cambio, estaba acostumbrada a defenderse. Cuando vivía en Eos no toleraba a las mascotas prepotentes y se oponía con todas sus fuerzas a los que intimidaban a los más débiles. Levantaba la voz y a menudo también las manos, hasta que las discusiones se convertían en peleas.

Más de una vez, los guardias tuvieron que separarla de la manada y llevarla a casa con unos cuantos moretones en el cuerpo y la recomendación para Gideon de imponerle reglas y enseñarle modales, o en alternativa mantenerla encerrada en el apartamento.

Pero Lord Lagat estaba orgulloso del temperamento rebelde de Aylin, y cuando ella le explicaba por qué había actuado así, no podía más que darle la razón. Por lo general, Gideon arreglaba las cosas yendo a hablar con Orphe y los amos de las otras mascotas involucradas en la pelea, y pagándoles los daños.

El problema de Aylin no era la debilidad espiritual, sino la falta de destreza física y entrenamiento. La diferencia entre ella y sus camaradas era tan evidente que Gideon tenía la esperanza de que se rindiera y retirara voluntariamente del ejército, pero Sid empezó a darle clases de defensa personal a escondidas.

Aylin era inteligente, ágil y rápida. Gracias a los consejos de su profesor, aprendió a explotar sus fortalezas y a utilizar la técnica allí donde sus músculos no llegaban. Pronto fue capaz de vencer a oponentes mucho más fuertes que ella en el combate, el secreto era saber exactamente dónde golpear y cómo.

Además, tenía una carta ganadora. Resultó ser tan buena con las armas de fuego que rápidamente se convirtió en un punto de referencia para todo el pelotón. Muchos acudían a ella en busca de consejos y práctica.

Las esperanzas iniciales de Gideon resultaron vanas y las preocupaciones sobre su seguridad infundadas, ya que Aylin demostró ser capaz de defenderse tanto física como verbalmente. No se dejaba intimidar por quienes la acusaban de ser frágil, de tener unos rasgos demasiado delicados, el cabello muy suave o ningún vello corporal. Respondía con estilo y, si era necesario, entregaba algunos golpes certeros.

En cuanto a Creek, le costó más tiempo pero con el paso de las semanas también logró ganar algo de confianza en sí mismo. No había nada que pudiera hacer respeto a sus compañeros que lo intimidaban y no obedecían sus instrucciones, excepto quizás, hablar con Gideon sobre ello, pero eso empeoraría las cosas porque los mestizos despreciaban a los espías y a aquellos que se hacían defender por el comandante.

Así que se refugió en su trabajo y puso todo su empeño en preparar platos sabrosos y nutritivos. Los que vivían en los barrios marginales estaban acostumbrados a comer poco y mal, por lo que conquistarlos por sus estómagos no fue difícil. Normalmente obtenía buenos resultados. Las pocas veces que, por distracción, calibraba mal algún ingrediente, quemaba el arroz o dejaba el pan a medio cocer, no era tan grave porque las abundantes cantidades de Stout les hacían olvidar rápidamente a los muchachos el mal sabor de la comida.

Nunca consiguió ganarse el respeto, pero sí logró la aceptación y cooperación de sus compañeros de cocina, y eso era suficiente por el momento.

Los días en el campo de entrenamiento se estructuraban con precisión y regularidad. Cada escuadrón, dirigido por su líder, practicaba el uso correcto de las armas, el combate cuerpo a cuerpo, las técnicas de asalto, la estrategia militar, la resistencia y la destreza física.

Aproximadamente tres meses después del inicio del adiestramiento, la junta dictaminó que el ejército estaba listo para atacar a Guardian. De cualquier manera, no podían esperar más. Los nuevos acontecimientos relacionados con la detención forzosa de Katze y Raoul en Eos, exigían que se dieran prisa.

***

Situado al sur de Herbay y al oeste de Ceres, Guardián era una imponente estructura de acero y hormigón que se extendía a lo largo de cientos de kilómetros. Su superficie casi coincidía con la de los propios barrios marginales.

Separaba a Ceres de Dana Burn y del desierto de Amoi, y era el hogar de todos los niños de Ceres así como de la mayoría de las mujeres mestizas. El resto de la población de Guardian se dividía entre tutores, profesores, androides encargados de la vigilancia y científicos que realizaban experimentos secretos en las mazmorras.

Guardián nunca fue atacado, por lo que no había un verdadero ejercito protegiéndolo. Lo que disuadía de raíz cualquier intento de invasión eran los escudos protectores, que al levantarse creaban una cúpula de acero de tres metros de grosor que rodeaba y cubría toda la estructura.

Como era imposible derribarlos, Gideon y sus hombres tendrían que jugar con el efecto sorpresa, es decir, ingresar en secreto a un grupo de reconocimiento en un momento en que los escudos protectores se encuentren desactivados, infiltrarse en su sistema de seguridad, y manipular el mecanismo que los levanta desde el interior, para que el resto del ejército acceda sin obstáculos.

Una vez dentro, un grupo de mil jóvenes bien entrenados no tendría problemas para acabar con un puñado de androides. No necesitarían utilizar todas las fuerzas a su disposición para este ataque, y podrían dejar quinientos soldados en Ceres para defenderla.

El comandante Noa y su junta estaban en posesión de mapas detallados de Guardián y de un Blondie que conocía todos sus secretos, Iason Mink. Sólo faltaba alguien que fuera capaz de meterse en su sistema terminal y violarlo con rapidez y precisión.

Como no se podía recurrir al talento innato de Katze, el más adecuado para esta tarea resultó ser Riki, que gracias a su experiencia en el mercado negro había adquirido considerables conocimientos informáticos. Obviamente, Iason se mostró reacio a dejarlo participar en la misión, pero la falta de alternativas y el confinamiento forzoso de Raoul y Katze en Eos lo convencieron. No había tiempo para buscar a otra persona.

El equipo de asalto estaría formado por Riki, Sid, Norris, Luke, Maxi y, sorprendentemente, Aylin, quien tendría la tarea de distraer a los guardias en la entrada para que los demás pudieran entrar sin ser vistos y acceder al sistema informático sin que nadie diera la alarma.

Al igual que su hermano Iason, Gideon también se oponía a la idea de que su mascota fuera un miembro de primera línea de la misión, pero Sid de alguna manera logró convencerlo de que, en realidad, el papel de Aylin no suponía ningún riesgo importante.

Solo tendría que correr hacia la puerta vestida con ropa de mujer, decir a los guardias que se escapó de Ceres y estaba buscando protección. Entonces, fingiría estar enferma. Mientras los androides estarían ocupados en rescatarla, Sid, Norris, Riki y Luke aprovecharían para abrir paso hacia el interior.

Poco después, llegaría Maxi, aparentemente borracho y con un comportamiento violento, quien se haría pasar por la pareja de Aylin y le exigiría regresar a casa de inmediato. La agitación causada por la embarazosa situación, le daría a Riki tiempo para manipular el sistema.

***

El día del ataque, todo el ejército estaba apostado detrás de la colina entre Ceres y Guardian. Eligieron atacar de noche porque la visibilidad era reducida y la mayoría de los residentes de Guardian estaban durmiendo.

El grupo de reconocimiento se había reunido en otro punto de la colina, Gideon estaba con ellos para las recomendaciones finales.

"Tan pronto como el sistema que levanta los escudos esté desactivado, tendrás que alertarme con este transmisor", instruyó el Blondie, entregándole a Sid un pequeño objeto redondo con un botón. "Será la señal para atacar.”

Se dirigió entonces al joven de pelo negro. “Riki, tendrás poco tiempo. Cada minuto es precioso. Cuanto más tardes en manipular el sistema, mayores serán las posibilidades de que los descubran o de que les pase algo a Aylin y Maxi".

"Lo sé. Confía en mí", contestó el mestizo, aparentemente muy seguro de sus propias habilidades.

Todos los soldados iban equipados con armas láser bien ocultas bajo la ropa. Aylin llevaba indumentaria de mujer desechada, prácticamente trapos. Maxi vestía su habitual ropa de mecánico manchada de aceite.

El trabajo de Sid, Norris y Luke consistiría en proteger a Riki mientras manipulaba el sistema, vigilar su espalda y noquear discretamente a cualquiera que se acercara. Todos ellos llevaban una fiel reproducción de los uniformes de los empleados de Guardian.

Gideon le dirigió una última y elocuente mirada a Aylin, que parecía decir: ‘Ten cuidado. Vuelve a mí con seguridad.’

La chica asintió, salió de su escondite y empezó a correr hacia Guardian, seguida a poca distancia por los antiguos miembros de Bison y Maxi.

Gideon volvió a ponerse al mando del resto del ejército. Su corazón artificial latiendo y el receptor agarrado en la mano, esperando la señal para atacar.

***

Las mascotas y la mayoría de los Elites seguían durmiendo, lo que hizo que la torre estuviera sorprendentemente tranquila. Katze estaba lavando el suelo de uno de los muchos pasillos de Eos.

Realizaba su trabajo de forma mecánica y apática. Con la cabeza baja, como se le había ordenado. No quería problemas.

Percibía las miradas despectivas de los que pasaban a su lado, y esto sólo cuando tenía la suerte de que alguien lo mirara.

Sí, porque la mayoría de la gente en Eos se comportaba como si Katze fuera invisible, chocando con él sin desviar su camino, lo que a veces lo hacía caer al suelo y derramar agua sucia.

El uniforme naranja de los muebles de tipo D tenía el poder de despersonalizar totalmente a un individuo. Anularlo dejándolo desprovisto de valor e identidad.

Katze siempre creyó que ser un mueble fuera el peldaño más bajo de la sociedad. Hombres que ya no eran hombres. Criaturas asexuadas que vivían en función de la familia a la que servían.

Pero estaba equivocado. Ese uniforme naranja era el último peldaño.

Y para Katze era aún más difícil que para los demás.

De hecho, la mayoría de los muebles de tipo D llevaban una máscara de sumisión durante todo su tiempo de servicio, pero luego, al regresar a su pabellón, volvían a ser personas que socializaban entre sí.

Katze no. Su corazón entumecido y marchito no permitía que otros se acercaran a él. Durante los últimos tres meses, cada vez que otro mueble intentó hablarle, él respondió con monosílabos y luego se retrajo en sí mismo. Tan pronto como terminaba de comer, regresaba a sus aposentos.

De repente, un pitido agudo resonó por todas las esquinas de la torre, distrayendo a Katze de sus pensamientos. Una proyección holográfica se materializó en medio del corredor. La voz femenina que acompañaba la transmisión, anunció noticias impensadas.

"Guardian fue invadido.

Un ejército de más de mil mestizos tomó durante la noche el control de la fortaleza. La cúpula protectora se levantó inmediatamente después de la invasión, impidiendo la llegada de refuerzos desde Tanagura.

El ataque fue rápido e inesperado. Debido a una falla técnica, Guardian no pudo levantar sus escudos a tiempo. Nadie salió de allí y no hay noticias de sus residentes.

Las sospechas recaen sobre el misterioso magnate del planeta Galan, Minosi Kan".

La proyección mostraba una toma en vivo de Guardian con la cúpula protectora levantada. En Eos, el silencio se convirtió en un zumbido. Muebles, guardias y algunos Elites presentes empezaron a hablar al respecto.

Katze fue sacudido por algo largamente evitado, quizás una emoción. Tuvo que apoyarse en la pared para mantenerse en pie.

¡Iason lo había logrado! Una pizca de esperanza revoloteó en su pecho.

***

En el apartamento de la última planta de la torre de Eos, Raoul escuchó incrédulo la noticia.

‘¿Es eso posible?’

Se había prometido a sí mismo que no lo haría, ¡pero tenía que saberlo! Fue a encerrarse en su estudio y cogió el comunicador especial que llevaba apagado desde el inicio de su encierro, hacia tres meses. Tecleó las coordenadas numéricas de Guy y pulsó el botón de inicio.

El holoproyector reveló la imagen de un hombre emocionado y sorprendido. Los dos se miraron durante unos minutos, en silencio.

Entonces, Guy sonrió. - ¿Oíste eso? ¡Tenemos a Guardian! -

Raoul asintió. El torbellino de emociones que llevaba dentro pugnaba por salir, pero el rostro de yeso tras el cual se había refugiado, seguía resistiéndose.

- Te sacaremos de ahí, ¿vale? - El mestizo continuó con optimismo. - Prométeme que no estás perdiendo la esperanza. -

La boca del Blondie permaneció cerrada, así que fue Guy quien siguió hablando. - ¿Cómo estás? -

- Estoy bien - respondió finalmente Raoul.

- ¿Sabes algo de Katze? -

- Nunca salí de mi apartamento. -

- Oh... - el hombre no pudo ocultar su decepción. - Si por casualidad te enteras, haznos saber si está bien... -

El Elite volvió a asentir. En su rostro, una expresión de hielo.

- Te echo de menos... - confesó el mestizo. Su voz se quebró ligeramente con melancolía.

Una imperceptible inflexión de tristeza veló los ojos de Raoul, pero no fue suficiente para romper la máscara.

Guy hizo acopio de energía y subió el volumen de su voz. - Te sacaremos de ahí, es una promesa, pero nos llevará un poco más de tiempo. - Su tono se volvió casi enojado. - ¡Debes ser fuerte, Raoul, tienes que hacerlo por Katze! No estás solo, nos tienes a nosotros y a Benson, pero él no tiene a nadie, y si no puedes darle tú la fuerza, nadie más lo hará. Está bien si no quieres hablar conmigo. Aíslate. Compadécete de ti mismo, si quieres. Pero asume tu responsabilidad con Katze. ¡Que sepa que no lo abandonamos! -

Raoul se derrumbó. Tomó su cabeza entre las manos y luchó por mantener la calma, pero las emociones comenzaron a brotar en forma de llanto silencioso. Cuando cuatro semanas de angustia terminaron de derramarse, golpeó con fuerza la superficie del escritorio.

- ¡Ni siquiera sé si Katze está vivo! Estaba frente a mí, en agonía, ¡y no pude hacer nada para ayudarlo! -

- ¡Está vivo! - Afirmó Guy con confianza. - Debes creerlo. Júpiter no podría matarlo porque lo necesita para mantenerte bajo control. ¡Búscalo! Sé que no puedes hablar con él, ¡pero no te rindas! Hazle saber de alguna manera que estás a su lado y no has perdido la esperanza. Dale fuerza aunque creas que no la tienes. Tienes que hacerlo por ti también, ¡porque no puedes seguir atormentándote así! -

Raoul inhaló aire y para recuperar la compostura. - Tal vez esta llamada telefónica fue un error. Yo... no quiero ponerte en peligro... -

Guy sonrió. - Bombon, esta es una guerra. Todos estamos en peligro, pero el gran montón de chatarra no nos asusta. ¿Es por eso que nunca me llamaste? ¿Para protegerme? -

Lord Am asintió. - Sí. Si Júpiter descubriera lo que significas para mí, él ... -

El mestizo volvió a sonreír. Esta vez no era una mueca forzada en sus labios para mostrarse estoico y desdeñoso, sino una emoción sincera.

- Estaba empezando a preguntarme si todavía te importaba. Si Júpiter se entera de mí, lo enfrentaré. Te estoy esperando, bombón, y lo seguiré haciendo hasta el fin de los tiempos. Tengo que cocinar algo para ti con las herramientas que me regalaste, ¿recuerdas? Llámame cuando estés listo para hacerlo. -

Raoul también curvó su boca en una pequeña sonrisa. Acarició la imagen proyectada, tal vez imaginando bajo sus dedos el calor del hombre que, sin decidirlo, había empezado a amar, e interrumpió la comunicación.

***

Después de eliminar a los guardias y asegurarse de que todos los niños y las mujeres estuvieran a salvo y bien protegidos, los lideres de los varios escuadrones hicieron que el personal de Guardian se reuniera en una sala. Tratando de mantenerlos tranquilos, les explicaron que serían catalogados y enviados a Ceres en los próximos días, donde serían juzgados además de recibir alojamiento y obligaciones.

Entre ellos se encontraban los últimos descendientes del clan Kuger, constituido por Judd, su esposa y su hijo Manon. Ellos representaban la familia que gobernó Guardián durante generaciones y que fue responsable de la mayor parte de los abusos perpetrados allí, así como de los oscuros experimentos que se realizaban en las mazmorras.

Las mujeres y los niños también serían enviados a Nueva Ceres, colocados en instalaciones adecuadas e integrados gradualmente en la sociedad. Todavía quedaba un largo camino por recorrer.

Los mestizos celebraron su victoria emborrachándose con Stout.

Riki, al no poder unirse a las celebraciones porque aún no había anunciado oficialmente su regreso, lo hizo en privado, encerrado en una habitación con sus compañeros del equipo de reconocimiento.

Aylin probó la Stout por primera vez. Tras unas primeras arcadas, se acostumbró al sabor y empezó a engullir el oscuro y alucinógeno líquido amargo como si fuera un mestizo en la peor taberna de Ceres. Al cabo de un rato comenzó a perder la cordura y se aferró a Sid tambaleándose.

El joven intentó recostarla en el sofá, pero Aylin no estaba dispuesta a dejarlo ir y lo convenció de que se acostara junto a ella. Se aferró a su líder y se durmió en cuestión de segundos.

El soldado se quedó durante horas observando a ese ángel rebelde de pelo púrpura y piel diáfana, rozando su cara de vez en cuando. Hasta que él también terminó durmiéndose.

Maxi y Norris cayeron, entrelazados carnalmente el uno con el otro, después de la octava botella.

Riki y Luke fueron los últimos, compartieron la última tostada y se metieron entre risas en sus sacos de dormir.


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