Capítulo 3
Valentía, Duda y Dolor
Domingo, 14 de octubre 2007 (Día en que Law y Sanji terminaron)
Había terminado con él, aun no comprendía como era posible que algo que parecía duraría para siempre, algo tan hermoso pudiera terminar así, de la noche a la mañana.
Había terminado con él, con la persona que pensó estaría siempre junto a él.
Había terminado con él, con su primer amor, el amor de su vida.
Había terminado con ÉL.
Ese pensamiento era lo único que rondaba en la mente del rubio en esos momentos, se encontraba desbastado, desde que lo conoció pensó que lo mejor que le había pasado en la vida era ese joven de cabellos negros cual carbón y ojos platinados cual luna, y hoy terminaron de la peor manera posible, se sentía sucio y utilizado, sentía dolor y odio hacia Law y su padre y en ambos casos por las palabras tan crueles que habían utilizado contra él, pero también sentía odio hacia sí mismo por ser tan fácil de manipular y utilizar. Sentía odio porque muy en el fondo sentía que se merecía toda esas palabras crueles hacia su persona, era un ingenuo, como pudo siquiera ocurrírsele que merecía amor ¡ÉL! la oveja negra de la familia, el raro, el descompuesto, el imperfecto, pensar en esa palabra le dolió aún más, porque Law le dijo que aun con su imperfección era perfecto para sus ojos, ahora comprendía el porqué, así era más fácil de manipular, oh pobre tonto e ingenuo Sanji, pensó con lastima de sí mismo.
-Soy un ingenuo- Susurro al viento mientras lágrimas de dolor descendían por sus mejías- Como me permití creer en algo tan ridículo como el amor- Golpeo la nada para después presionar sus manos sobre sus ojos- Pero no volveré a caer -Se prometió, mientras en un vano intento se secaba las lágrimas.
Después de lo que le parecieron horas reflexionando todo lo que había pasado hasta el momento, cada una de sus acciones y decisiones, se levantó de la banca del parque en el que se encontraba, inhalo con fuerza y tomo la decisión que cambiaría su vida, era momento de pensar en sí mismo.
Al llegar a su hogar creyó que encontraría muchas cosas, creyó encontraría a su padre esperándolo para luego golpearlo, creyó que lo mandaran al extranjero como había visto en tantas novelas y series, estaba seguro de que lo vería encolerizado o diciéndole palabras de desprecio a penas lo viera, lo que no creyó encontrar y estaba sucediendo era esa calma presente en esa casa que se empeñaba en pensar que era su hogar.
Al dirigirse al comedor miro a su padre el cual estaba leyendo el periódico.
-Termine con él- Fue la frase que rompió el silencio.
-Bien- Fue toda la contestación de su “padre”, cosa que lo extraño y a la vez le enfureció. Para ese hombre lo que acaba de suceder no era nada, simplemente era otro capricho suyo cumplido, no había satisfacción ni desprecio en su rostro, era como si realmente no le hubiera importado.
- Me gustaría hacerle una propuesta- Dijo serio y firme el rubio menor.
-¿Tienes algo que pueda interesarme acaso?- Dirigió una rápida mirada indiferente hacia su hijo que no duro más de unos segundos.
-Déjame estudiar para ser chef- Expuso, vio la furia inmediata de su padre y en cuanto este iba a refutar dijo- pero también estudiare lo que tú me indiques, seré el mejor en ambos estudios y nunca tendrás una queja mía, además…- Sabia que lo que iba a decir lo dejaría a merced de su padre pero no tenía nada que perder- de que permitiré que tú seas el que elija a las personas que pueden ser mi pareja, pero eso con la condición de que me dejaras conservar a mis amigos y no dirás nada sobre ellos.
El mayor encontraba tentadora la oferta, pero era muy ventajosa para su hijo.
-Harás todo lo que yo pida sin queja alguna o no hay trato.
-Hecho- Dudo en si debía estrecharle la mano o no, pero al ver a su padre volver a concentrarse en su periódico decidió dejarlo por la paz, no sabía si había hecho la estupidez más grande o el mejor trato de su vida.
Años después rememorando pensó que no había sido tan malo.
Martes, 28 de noviembre 2017 (Presente)
Decir que volver a ver a Law para el rubio no fue una experiencia agradable y hasta cierto punto traumático seria mentir.
En esos días por mucho que intento alegrarse e involucrarse con los asuntos de su boda no podía del todo, porque aunque si le hacía ilusión el saberse casado con Zoro, también le inquietaba el querer volver a ver a su ex, y es que hacía mucho que había dejado atrás los sentimientos negativos hacia el susodicho y ahora simplemente lo recordaba como un momento feliz de su pasado, no podía negar que sus mejores días de adolescencia fueron al lado de Law, ni como negar que también existía el recuerdo de que había sido su primer amor y su primera vez.
Habían sido dos almas que se encontraron demasiado pronto, tal vez si él hubiera sido más valiente las cosas hubieran sido diferentes, tal vez si él hubiera sido lo que es ahora hubieran estado juntos, pero hasta ahí llega su historia, en un tal vez.
Ese día vería a su prometido después de tanto tiempo, y es que desde el día que se comprometieron le había perdido la pista ya que como el abogado quería pagar la boda en su totalidad aceptaba cada vez más casos y ni que decir de su trabajo en el restaurante, lo cual les dejaba menos tiempo para verse.
Escucho el timbre de su departamento ser tocado y con mucho entusiasmo se dirigió a abrir la puerta.
-Marimo- Se lanzó sobre su prometido mientras lo besaba con todo el amor que podía transmitir.
-Veo que estamos de buen humor cejillas- Paso sus brazos sobre los glúteos ajenos para poder sostenerlo mejor, mientras se adentraba a la casa.
-Deberías agradecer que estoy de buen humor después de dejarme todos estos días sin mi compañero de peleas.
-Prometo que te lo compensare- Le beso despacio el cuello para después rozar sus dientes contra la piel expuesta- Sabes que lo hago por ti- Acomodo al rubio en el sillón para después sentarse a su lado.
En cuanto el rubio vio al otro sentarse decidió que quería más de él, el desgraciado le había dejado un tanto ansioso de contacto después de aquella muestra de cariño y para qué negarlo sentía deseo por su prometido después de tantos días separados, por lo que decidió subirse a sus piernas mientras pasaba sus manos en el cuello del contrario.
-Oh y como piensas compensármelo- Unió sus labios sin mayor intención que el de dejarlos juntos por unos segundos- ¿Qué podrías tener como para hacerme olvidar estos días de amarga tortura? - Decía mientras jugueteaba con los cabellos de Zoro.
-Tengo algo que podría hacerte olvidar hasta tu nombre- Lo tomo de la cintura uniéndolos más- Pero, aunque me encantaría hacerte gritar hasta desgastar tu voz, hoy quedamos de reunirnos con Nami y esa bruja no ha dejado de amenazarme con no dejar que te cases conmigo si faltamos a esta “reunión” así que será hasta en la noche- Le dio otro beso en son de promesa.
-Idiota- Murmuro sonrojado el rubio, pero aun así no se separaron- Nami-san ha estado muy emocionada con todo esto de la boda, en el trabajo no ha dejado de sacar siempre el mismo tema a colación no importa lo muy ocupado que estemos.
-Juro que me sacara una fortuna por su “trabajo” como organizadora. ¿Repíteme por qué la elegimos a ella?
- ¿Por qué te amenazó- Dijo con duda- Y porque no podía negárselo a una de mis mellories. Además, la ayuda es necesaria, solo son 4 meses, el 20 de marzo te volverás el señor Vinsmoke- Le sonrió aun entre sus brazos.
-Y tú el señor Roronoa-Le acaricio suavemente la cintura- Pero creo que terminaras casado con el esclavo de una bruja- Y aunque a Sanji no le gustaba que se expresaran así de una de sus bellas damas lo dejo pasar porque le causaba gracia el poder que tenía su bella dama sobre su pareja.
Después de un cómodo silencio el rubio fue el primero en hablar.
-Me encontré con un viejo conocido- No sabía que le había impulsado a decir aquello, pero ya era demasiado tarde para retractarse, además, no era como que estuviera diciendo algo que no debía o ¿sí?
-Enserio ¿Quién?
-Oh nadie que conozcas, era un amigo de la escuela, nadie importante- No decirle la verdad a su prometido era malo de eso estaba consiente, pero hasta cierto punto se excusaba diciendo que era porque el abogado podía llegar a ser un tanto celoso y no quería que se hiciera ideas que no eran.
-Oh está bien- Le extraño que no quisiera ahondar más en el tema con lo hablantín que podía llegar a ser el rubio, pero quería compartir su tiempo con su casi esposo así que no le dio mayor importancia- ¿Lo invitaras a la boda?
Aquella pregunta dejo al rubio con una extraña sensación.
-No creo, nos encontramos de casualidad es poco probable que volvamos a hacerlo.
-Bueno, es hora de irnos o Nami cumplirá su palabra- Dejo que el rubio se levantara para seguirle.
Estaba despechado lo admite, haber llamado a Bonney no había sido su mejor idea lo acepta, el encontrarse desecho se siente de un asco lo afirma.
30 minutos antes (Casa de Kid y Law)
-Qué raro que me hayas llamado Kid, será que por fin te cansaste de jugar a la casita con Trafalgar- Se rio con sorna una bella chica de cabello rosado- Ustedes nunca fueron compatibles- Lo atrae hacia sí- sabía que tarde o temprano lo dejarías y volverías a mí- Le muerde el labio para luego darle un beso que el pelirrojo siente vacío, entre ellos siempre existió cierta compatibilidad eso no lo niega la de cabello rosa fue una de sus ex amantes, sin palabras de por medio, sin sentimientos que interfirieran, sin compromiso alguno, cada que lo necesitaban tenían sus encuentros, de eso hacía años, dejo de verla en cuanto oficializaron su relación con Law.
Pero ahora después de probar los labios del azabache, después de vivir a su lado por tanto tiempo, después de haberse entregado, por muy furioso que se encontrara no podía sentir nada con nadie más y por eso se odiaba por tener aquellos malditos sentimientos hacia una persona que no dudo ni un instante en abandonarlo.
-Parece que me olvidaste bastante rápido Eustass-ya- El de cabello rojo se sobresaltó al escuchar esa voz que había añorado desde que el dueño de la misma salió por esa puerta que en estos momentos se encontraba abierta.
Y aunque al de ojos grises no se le notaba expresión alguna o su voz denotaba indiferencia total por dentro le dolía, sabía que el de cabello rojo no lo esperaría, pero no pensaba que lo cambiaria tan rápido.
-No tan rápido como tú te olvidaste de mi Trafalgar- Destilo rencor en esa simple oración, mientras tomaba de la cintura a la de cabello rosa.
-Bueno, ustedes continúen con lo suyo yo solo he venido por mis cosas- Estaba a punto de dirigirse a su habitación o la que una vez compartió con su ahora confirmado ex.
-Ni te molestes en dar un paso más- Al ver la intención del contrario le detuvo- Yo ya te hice el favor de empacarte todo, están detrás de la puerta, tómalas y vete, tu rubia te espera- Regresa su mirada a la de cabello rosa la cual sonríe con superioridad al cirujano.
Unos minutos después de que Law sale de la que una vez fue su hogar el pelirrojo con furia contenida toma a la chica del brazo y sin consideración alguna la saca de su casa, sin importarle lo mucho que la chica lo maldice y golpea su puerta. Pero en esos momentos no quiere ver a nadie, se reprende por ser tan idiota y pensar que estar con alguien más arreglaría todos sus problemas.
Enciende la televisión para acallar su mente, pero la música que odia vuelve a atacarlo, y es que sabe que fue mala idea el intentar olvidarlo con Bonney, porque en cada maldito beso vacío intento encontrar el sabor y calor que sabía no podría encontrar en otro que no fuese su amado, ese que sin importarle nada decidió irse detrás de un...
Y lo peor, es que ahora en lo único que puede pensar es en que espera que al azabache no se le ocurra tocar a esa maldita rubia de la misma manera que a él porque está seguro que aquella piel está marcada con su piel, así como ahora sabe que la suya también lo está.