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La Elección por Liss83

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Las bodas wakandianas eran muy diferentes a las americanas, y no es que James hubiese estado en muchas, pero las había visto en las películas con las que Nakia y Shuri estaban obsesionadas, porque lo estaban. Sobre todo si salía un tal Chris Evans. Pero si en realidad querían hablar de chicos guapos, él los prefería morenos, cuerpos esculpidos, voz suave y mirada penetrante pero juguetona. Que sonriera todo el tiempo y le pusiera ojos de gato del tamaño de una pantera. Pero lo que realmente lo derretía era que estuviera esperando a los pies de un altar en un hermoso jardín, ataviado con un dashiki negro de hombre estilo Wakandiano con bordados dorados con un pantalón blanco y una tiara discreta que dejaba en claro su posición. A su lado estaban sus padres con sonrisas tranquilas, mientras todos a su alrededor cantaban al ritmo de tambores

 

 

 

-          Respira – dijo Negus de manera disimulada mientras avanzaban por el pasillo

-          Se ve guapísimo – dijo James para sí mismo sin dejar de mirar a su novio

-          Y será tuyo en un par de minutos – susurro su padre y cuando James volcó a mirarlo parecía que no había dicho nada

 

 

 

James quería correr, volar, y arrojarse a los brazos de ese hombre como si su vida dependiera de ello, pero a la vez sus piernas le temblaban, y su cerebro olvidaba como poner un pie delante del orto para caminar al mismo tiempo que amenaza con negarse seguir funcionando. ¡Se iba a casar con la persona de la que se había enamorado siendo niño! ¡Y se iban a convertir ambos en los líderes de toda una nación! Empezaba a dejar de tener miedo para sentir terror. Pero justo en ese momento su mirada se cruzó con la sonrisa tranquila de T´Challa quien parecía tan seguro de sí mismo como siempre

 

 

 

-          Creo que te esperan – dijo Negus sonriendo

-          No importa donde me lleve la vida – dijo James – mi mayor orgullo en la vida es ser tu hijo – y lo miro sonriendo

-          Te deseo mucha felicidad – dijo Negus –, pero si algo no sale bien, no tengas miedo de regresar a casa. Siempre te voy a proteger

-          Gracias babba – dijo James con lágrimas en los ojos que contrastaban con su sonrisa radiante

-          Hola – susurro un T’Challa con una sonrisa boba que se ganó un carraspeo por parte de su padre y una risa burlesca por parte de M’Baku

-          Hágalo feliz por favor, mi señor. Es todo lo que le pido – dijo el líder de la tribu del rio – es uno de mis dos mayores tesoros

-          Y el mío, babba – dijo T´Challa besando la mano al anciano, haciendo sonreír tanto a sus padres como a su futuro suegro

-          ¿Estamos listos? – pregunto Zuri y la pareja sonrió tomándose de las manos y todo se silenció – entonces empecemos. Los invito a presenciar la unión de un alma que hasta hoy ha vivido  en dos cuerpos diferentes. T’Challa, hijo de T’Chaka y príncipe de Wakanda, y James, hijo de George, criado por Negus – la auxiliar de Zuri se acercó con un cuenco y la pareja unió sus frentes – que el amor que los trajo hasta aquí se multiplique – dijo dibujando en sus rostros unas runas como si fuesen un solo lienzo – y traiga prosperidad, honor y gloria a Wakanda – los reyes se acercaron a paso firme escoltado por dos Doras Milaje – Yo, Zuri, hijo de Badú, te corono, T’Challa Udaku, como Rey de Wakanda y protector de las cinco tribus – y tomando la corona de cabeza del padre se la coloco al hijo – todos gritaron llenos de júbilo pero Badú hizo una seña par que guardasen silencio

-          Mi amor por mi país es tan grande que me ha llevado a buscar a la persona idónea para gobernar a mi lado – dijo T’Challa fuerte y claro mientras tomaba la tiara que su madre portaba en su cabeza para colocarla sobre la de James – y en mi corazón – le susurro – James Barnes, hijo de George, criado por Negus, te corono rey consorte de Wakanda

-          Wakanda – dijo Zuri – te presento a tus soberanos – y todos se inclinaron frente a los nuevos soberanos antes de volver a estallar en gritos de alegría cuando T’Challa rodeo la cintura de su, ahora esposo, para besarlo dulcemente

 

 

 

Cuando se separaron, James pudo ver las sonrisas sinceras de Negus y Nakia. Los rostros orgullosos de los padres de T’Challa. La aprobación en la mirada de los líderes de las otras tribus y la alegría en todo el pueblo. Y cediendo al impulso se abrazó a su esposo que le susurro un te amo en Xenoa al oído

La fiesta no se hizo  esperar y ninguno dudo en bailar en medio de su pueblo

 

 

 

Cerca de la media noche la pareja caminaba de la mano por los pasillos desérticos del palacio. Sonrisas cómplices y mejillas sonrojadas como un par de adolescentes que se fugan de sus padres. Había sido un día largo pero hermoso

 T’Challa abrió la puerta y le cedió el paso para entrar. La habitación principal había sido adecuada para la ocasión. Pétalos de flores de todo tipo era la alfombra del lugar, en la cual destacaba una cama King size, también cubierta con pétalos. James sintió como la puerta se cerraba detrás suyo y un escalofrió recorrió su cuerpo.

 

 

 

-          ¿quieres tomar algo? – dijo T’Challa y en su voz se notaba el nerviosismo, y James negó con la cabeza – ¿estás bien?

-          ¿Puedo ir al baño? – dijo James con un hilo de voz

-          Por supuesto – dijo el príncipe algo desconcertado – es esa puerta – dijo señalando hacia una esquina del lugar

-          Perdón – dijo el americano apenado y prácticamente corrió hacia el lugar mientras T’Challa solo exhalaba

 

 

 

Si la habitación principal era gigante, el baño no se quedaba atrás. Tallado en mármol negro, el lugar estaba decorado con pequeñas cabezas de panteras que sobresalían de la pared. Se lavó las manos y luego el rostro. ¡Por Bast, estaba ardiendo por dentro! De repente el agua no era suficiente ¿podría tomar un baño para calmarse? ¿O seria irrespetuoso? Debería preguntarle a… su esposo. El hombre que lo estaba esperando para… mejor olvidarse del baño. Cerró los ojos y exhalo. Cuando se tranquilizó lo suficiente, abrió los ojos y miro hacia un lado y vio una bata de noche. No pudo evitar morderse el labio inferior.

 

 

 

Parado en el balcón de la habitación principal, el recién coronado rey, ya vestido con su bata para dormir, miraba la luna tratando de calmar su alocado corazón. Había conocido al hijo adoptivo del jefe Negus a los diez años, cuando el hombre lo había llevado a palacio para pedirle a su padre su venia para criarlo. Se veía asustado y no hablaba mucho. Tenía un hermoso cabello negro que le llegaba casi hasta los hombros. En sus ojos se veía el miedo de lo que había ocurrido, sus padres se habían ido con Bast.

Las visitas al palacio de parte de Negus con su hijo, y las suyas a la tribu del rio acompañando al rey para ir interiorizándose con el trabajo que algún día asumiría, había  forjado una amistad sincera y duradera con el americano, quien con el correr de los años había despertado emociones que sus amigos sentían por otras chicas de su edad. No le importaba lo que dijeran, solo que James quisiera estar a su lado. Incluso había llegado a plantearse la idea de renunciar a todo e pedirle al hombre que amaba irse a otro lugar donde si pudieran vivir su amor. Porque siempre sintió que sus sentimientos eran correspondidos

 

 

 

Un ruido detrás suyo lo hizo girarse para ver a su esposo parado en mitad de la habitación con la mirada en la alfombra mientras se mordía el labio inferior vistiendo una bata muy similar a la suya

Se acercó lentamente y toco los labios del más joven para que dejase de lastimarse. Le levanto suavemente y vio su sonrojado rostro enmarcado por sus cabellos castaños

 

 

 

-           Quiero… que hagamos… una promesa – dijo T’Challa –. Una solo nuestra. Una lejos de la corona y las responsabilidades que tenemos con Wakanda – y James lo miro intrigado – decirnos la verdad… siempre. Incluso la tontería más… boba o vergonzosa

-          Nunca te he ocultado nada – dijo James – ni lo haría

-          Lo sé – dijo T’Challa – y quiero que continúe así. Conmigo no tienes que sentir vergüenza – dijo el moreno – yo estoy aquí para cuidarte, para entenderte, para amarte y hacerte feliz

-          Es que… – dijo James – me apena…

-          James… Udaku – y este se sonrojo – ¿quieres decirme algo?

-          Yo… te amo…  – dijo este – de verdad… quiero… bueno… no… bueno… si pero… – y no pudo evitar mirar la cama de reojo y bajar el rostro

-          ¿James, alguna vez has estado con un… alguien? – pregunto T’Challa suavemente

-          Perdón – dijo este negando – no sé qué hacer. Bueno si me lo expli…

-          Sabía que eras perfecto – dijo el moreno levantándole el rostro – pero no cuanto – lentamente le levanto el rostro y acaricio los labios de su consorte con los suyos arrancándole un suspiro – te propongo algo – dijo con los ojos cerrados y la frente apoyada en la contraria – acostémonos y durmamos. Si quieres hablamos un rato

-          ¿Qué? – dijo James sorprendido

-          Mañana – dijo T´Challa agarrando sus manos –, cuando despertemos, te robo un beso. Nos aseamos, bajamos a comer algo. Podemos dar un paseo. Visitar la tribu…

-          ¿Me  estás diciendo que…? – dijo el nuevo habitante del palacio

-          Sigamos siendo novios – dijo T’Challa – ya sabes, besos risas, complicidad, sin el miedo de tener que… contenernos como hasta ahora, y cuando el momento surja de a poco nos vamos soltando hasta llegar… a ese punto

-          ¿Y si demoro mucho? – dijo James algo nervioso

-          Tenemos la eternidad – contesto su esposo besándole el torso de la mano – no demoraras tanto como crees

-          Eres muy bueno conmigo – dijo James

-          Solo quiero hacerte feliz – dijo T´Challa – ¿nos acostamos? – Se quitaron sus batas quedando en pijamas y se metieron a la cama - ¿quieres ver las estrellas? – y James lo miro asustado – no de esa forma aun – se corrigió el soberano con una carcajada – mira – y tomando un control apretó unos botones y el techo de la habitación tomo el aspecto de un cielo estrellado

-          Es hermoso – susurro James sorprendido y luego miro a su alrededor – es como…

-          Estar en la pradera – dijo T’Challa sonriendo –. Sabía que te iba a gustar

-          ¿Shuri lo diseño? – pregunto James intrigado sin dejar de inspeccionar el cielo

-          Lo tenia en mi anterior habitación, pero le pedi que lo colocase aqui – dijo el nuevo monarca – Sabe cuánto me gustaba escaparme de noche y me lo regalo una vez que me castigaron.

-          Una de tantas – dijo James y ambos rieron – ¿Por qué hablaste en pasado? ¿Ya no te gusta escaparte?

-          No desde hoy – respondió T’Challa y ambos se miraron mientras tomaba la  mano de su esposo antes de volver a fijar su vista en las estrellas

Notas finales:

Feliz Navidad


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