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La Elección por Liss83

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El día había sido largo pero divertido. Su primer visita a la casa familiar como un hombre casado. Felizmente casado. Habían decidido regresar caminando para tener tiempo para ellos. James estaba feliz de haber podido ver a su padre y se había auto-prometido que lo llamaría a diario por sus piedras kimoye. Era muy consiente de toda las responsabilidades que involucraba el trono. Durante años había presenciado las conversaciones de su padre y… su suegro, ¡qué raro sonaba eso!, pero nada en este mundo haría que olvidase a su babba

 

 

 

-          ¿Se puede saber de qué se ríe mi reina? – pregunto T’Challa

-          De eso – dijo James – que soy tu rey consorte, no reina – y aunque no giro a verlo sabia claramente que el moreno había levantado una ceja – La verdad es que… nunca pensé que… nosotros…

-          Yo tampoco – dijo el moreno entendiendo por donde iba su esposo. Se miraron y lanzaron una carcajada

-          Fue un lindo día – dijo James – gracias

-          Solo fue una muestra de lo que será el resto de nuestros días – dijo el rey besándole la mano que sostenía entre las suyas

 

 

 

Al día siguiente, T´Challa se presentó en la oficina de su padre para empezar revisar unos papeles, mientras que James lo hizo al despacho donde solía trabajar la reina. Estaba emocionado y aterrado a la vez. ¿Y si hacia algo mal y dejaba a T´Challa en vergüenza? Sabía que habría momentos en que su esposo debería salir de viaje encabezando la delegación del país y él debería tomar las riendas del mismo, pero… ¿podría? Y cuando debiera viajar con él ¿sabría comportarse a la altura? Él había sido criado por un campesino, y no es que se avergonzara de ello, pero no había recibido la educación de su esposo. No sabía desenvolverse en ese mundo.

 

 

 

-          ¿En qué piensas tanto? – dijo Shuri abrazándolo desde atrás y sobresaltándolo

-          ¡Shuri! – protesto poniéndose una mano en el pecho cerrando los ojos – me vas a matar de un susto

-          Aun no – dijo la princesa – primero debes darle un heredero al trono

-          Pago por ver – dijo una voz  detrás de ellos

-          ¿Y tú que haces aquí? – dijo James sorprendido – ¿no deberías estar con la reina?

-          ¡Ay, hermanito! No sé en qué país vives pero te cuento – dijo Nakia – Wakanda cambio de reina hace dos dias. Por lo tanto yo ya cuido a otra persona. Y que bueno porque parece que esa persona es medio tarada

-          ¿Estás diciéndome que ahora eres mi guardaespaldas? – dijo James sorprendido

-          A menos que el rey se haya casado con otra persona y todo el país hubiese tenido una ilusión óptica – dijo Nakia y Shuri se rio – si tarado, a partir de hoy soy tu guardaespaldas

-          Pero yo no necesito…– dijo James

-          después hablamos sobre el nivel intelectual de mi cuñado – interrumpió Shuri – Ahora quiero saber sobre la noche de boda

-          ¿Tú también? – dijo James

-          Técnicamente eres una mujer ahora – dijo Shuri

-          Y casada – añadió Nakia

-          Por lo tanto estas calificado para decirnos que esperar de la nuestra – dijo Shuri y Nakia lanzo una carcajada

-          ¡Nakia! – reprendió su hermano

-          ¿No quieres que…? -  dijo Shuri

-          No les puedo decir nada porque no aun pasó nada ¿sí? – dijo James cruzando los brazos

-          ¿T’Challa no…? – dijo Shuri sorprendida

-          ¿Por qué creen eso? – dijo James intrigado

-          Era su noche de boda – dijo Shuri – tenía que…

-          James, buenas tardes – dijo la su suegra – todo en orden – y las más jóvenes se rieron

-          Las odio – dijo él completamente sonrojado

 

 

 

Había sido el día más agotador de su vida. Entre el traspaso oficial del despacho de la reina, hacerse cargo de los empleados, supervisar las cosas, escapar de los comentarios de su cuñada y su hermana, y recordar cómo comportarse correctamente, estaba más que agotado.

Por fin la noche había llegado y se podría escapar a su habitación. Pero ahí estaría T’Challa esperándolo para… y aunque le había dicho que le daría tiempo, sabía que este no sería eterno. Ya había pasado una semana de la boda y él no lograba consumar su matrimonio. T’Challa no lo presionaba, pero él no era tan tonto como para saber que todos estaban pendiente de que las pruebas saltasen, y el hecho de que no sucediese estaba dejándolo muy mal parado.

 

 

 

Ser el príncipe heredero era agotador en extremo, ¿pero ser rey…? ¡Ya no podía más! Todo lo que T’Challa quería en ese momento era darse un buen baño, meterse en la cama y dormir con su esposo entre sus brazos. No había encontrado nada más relajante que la sensación de tener la cabeza de James sobre su pecho mientras rodeaba firmemente su cintura y  enterraba la nariz entre sus sedosos cabellos. Aunque dormían con ropa íntima, el contacto con esa piel le sabía a gloria

Entro sonriendo imaginando a James en el mismo estado, pero él le ayudaría con su cansancio. Lo había pensado esos días y ya sabía cómo dar un paso más en la intimidad  con su pareja. Tal vez tampoco llegarían hasta el final, pero sería un avance importante. Sin embargo un sollozo desde el balcón lo alarmo de sobremanera y corrió hacia el balcón

 

 

 

-          ¿James, cielo, este bien? – dijo T’Challa abrazándolo

-          ¡No quiero! ¡No quiero! – repetía mientras se zafaba del abrazo – ¡por favor no! Perdóname, no quiero desangrarme

-          ¿Estás herido? – dijo T’Challa – ¡Okoye, llama al médico! – grito y escucho ajetreo afuera mientras la general entraba deprisa

-          ¡No quiero! – repetía

-          Cálmate James y dime que tienes – dijo con voz tranquilizadora

-          No por favor – gimió este llorando – yo te amo, pero no quiero, no quiero. perdóname

 

 

 

Ya había pasado una hora desde que el medico estaba en la habitación de los monarcas a puerta cerrada. Su madre también estaba ahí a pedido de un histérico James que impuso esa condición para dejarse revisar. T’Challa le había pedido a Nakia que mandase traer a su padre, pensando que la cercanía del anciano tranquilizaría a su esposo

La puerta se abrió y el doctor Omari salió junto con la reina cerrando tras él

 

 

 

-          ¿Cómo esta James? – dijo el rey nervioso

-          Necesito hablar con usted, mi señor – dijo el medico

-          ¿Cómo está mi hijo? – exigió Negus

-          Le di un sedante y está durmiendo – dijo el doctor – solo fue una crisis producto de la mala información

-          ¿Mala Información? – pregunto T’Chaka intrigado

-          Hable por favor – dijo T´Challa – somos una familia

-          Cuando el rey consorte hizo el ritual, las mujeres de la tribu le hablaron sobre sus primeras experiencias sexuales – dijo Omar – Al parecer ellas tuvieron… fueron un tanto traumáticas. Y dado el sexo de su alteza no es el de ellas…

-          James tiene miedo a tener sexo y yo lo he estado presionando – dijo el rey  pasándose las manos por la cara – ¡Soy un imbécil! Justo lo que no quería hacer

-          Yo ya le explique desde el punto de vista médico – dijo el hombre – pero sería bueno que alguien que allá pasado por una experiencia similar…

-          Yo hablare con mi yerno, doctor – dijo Ramonda –. Le explicare todo y le aclarare sus  dudas. Debo enmendar el terrible descuido… él no tiene a su madre viva y era mi deber orientarlo igual que a un hijo

-          El acto sexual debe ser una entrega a partes iguales – dijo el hombre mirando al joven rey – ninguno debe sentirse presionado así hayan obligaciones de por medio. La primera vez de una persona debe ser un momento mágico e inolvidable, para no causar traumas posteriores y se tenga una vida sexual plena

-          Por James yo esperaría toda la vida – dijo T’Challa – así supiera que no va pasar nada

-          Entonces el rey consorte está en inmejorables manos. Él descansara unas horas – dijo el doctor – y debería despertar ya tranquilo. Si me necesitan no duden en llamarme

-          Gracias doctor – dijo T’Chaka – Ayo, acompáñalo por favor

-          Perdón – susurro el joven rey bajando el rostro – yo…

-          No has hecho nada de lo que te tengas que avergonzar – dijo Negus –, y si cometiste un error, estas a tiempo para enmendarlo. Solo… dale tiempo

-          Sería bueno que te quedaras esta noche, Negus – dijo T’Chaka – James te necesitara cuando despierte

-          Gracias, mi señor – dijo el anciano haciendo una reverencia

-          Majestad… – dijo tímidamente desde la puerta

-          Tú también, cuñada – dijo T’Challa – por favor, quédate

-          Gracias – dijo ella más tranquila

 

 

 

La luz del sol le molestaba los ojos por lo que se movió. Abrió los ojos lentamente y noto que estaba en la habitación que compartía con el rey. Toda la angustia volvió. Amaba a su marido más que a su propia vida, pero…

 

 

 

-          Tranquila mi reina – dijo este

-          T… – sollozo James

-          Todo está bien – dijo el rey suavemente – y es que tengo a mi lado al hombre que amo

-          Perdona… – suplico el americano pero un beso suave sobre sus labios lo silencio

-          Iremos a aun más despacio – dijo T’Challa – y antes que lo preguntes, no, nunca me voy a cansar de ti.

-          Pero yo no puedo…

-          Yo quiero solo lo que tú me puedas dar, nada más – dijo el moreno – porque con eso ya estoy en la gloria misma – y le limpia sus lágrimas con besos delicados

-          ¿En serio me vas a esperar? – sollozo James

-          En serio te amo – susurro su marido uniendo su frente a la suya cuando alguien carraspeo desde la puerta

-          ¿Babba? – dijo James sorprendido

-          Buen día mi pequeño – dijo Negus sonriendo

-          Debo revisar algo – dijo el rey – ahora vuelvo. Te amo – dijo antes de salir

-          Es el indicado para ti – dijo el anciano sonriendo – ¿puedo? – y James abrió los brazos hacia él

 

 

 

_______________

 

 

 

Ya habían pasado dos semanas desde la boda. Ramboda había cumplido su palabra. Había esperado unos días para que James se sintiera mejor y lo había llamado al jardín para conversar. Le había hablado tal y como le hubiese hablado a Shuri y había respondido a todas sus preguntas con una sonrisa maternal. Para el joven había sido bastante vergonzoso al principio, por lo que le había dicho que las ancianas de la tribu ya le había explicación

 

 

 

-          No dudo de sus buenas intenciones – dijo la reina madre – pero fueron sus experiencias las que te causaron este miedo. El sexo no es una tortura, y menos cuando hay aun amor tan grande como los que mis reyes se tienen.

 

 

 

Esa noche  en especial estaba algo fresca para el clima común de Wakanda en esa época del año. Tras un día ajetreado para ambos monarcas, T’Challa decidió darse un baño antes de dormir. James aun no subía a la recamara por lo que se podría tomar su tiempo en la tina. Se colocó sus audífonos y cerró los ojos. Se empezaba aquedar dormido cuando sintió que alguien entraba en la tina e instintivamente sonrió. Una mano recorrió su pecho con devoción

 

 

 

-          Buenas noches mi reina – dijo mirando las orbes azules  que tenía en frente

-          Bienvenido a su habitación, mi rey – dijo James con sonriendo y lo beso dulcemente

-          Tramas algo ¿cierto? – dijo T’Challa entrecerrando los ojos

-          Nop – contesto el de cabello largo pero amplio aún más su sonrisa – en realidad si quiero pedirte algo – y su esposo agudizo su mirada ganando una risa casi infantil de parte de su esposo

-          Tú pide y yo obedezco – dijo el soberano – pero quiero un beso a cambio

 

 

 

 


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