La noche se le hizo eterna a Bucky ofreciéndole el brazo a Negus para que se apoyase mientras saludaba y conversaba con los presentes. Y no es que le molestase ayudar al anciano, por Bast, daría la vida por su padre, el hombre que lo cuido y lo amo desde el día que se quedó solo en este mundo siendo apenas un niño. Lo que en realidad tenia era rabia por no poder ser elegible para ser el compañero de vida de la persona que amaba debido a su sexo. Dos hombres no le podían dar un heredero a la corona.
A veces deseaba tanto que todo hubiese sido al revés, y fuese T’Challa quien hubiese sido adoptado y criado en Estados Unidos. Estar junto sería mucho más fácil, aunque fuese egoísta el pensar así
A T’Challa le había costado alejarse de la compañía de Nakia, pero lo había logrado, sin embargo a pesar de buscar a James con la vista no había podido encontrarlo. Entendía hasta cierto punto la reacción de su amigo, pero lo necesitaba cerca para lo que venía durante esa noche.
Sintió una mano en su hombro y giro a mirarlo.
- ¿Nervioso? – pregunto T’Chaka sonriendo
- Quiero hacerlo – dijo el príncipe – pero tengo miedo de equivocarme. ¿Y si…?
- ¿Aceptas un concejo de alguien que ya estuvo en tu lugar hace algún tiempo? – dijo el rey y T´Challa asintió nervioso – escucha tu corazón. Un rey que tiene paz en su casa podrá concentrarse mejor en servir a su pueblo – y sonriendo se alejó para conversar con Negus
- ¿y qué hago si mi paz es quien más guerra me quiere dar? – susurro T’Challa
- Dile lo que representa en tu vida – dijo su madre pasando a su lado – la guerra no es otra cosa que falta de comunicación – y se alejo
Media hora más tarde, Bucky estaba orgulloso de haberse mantenido lo más lejos posible del príncipe, aunque le hirviese la sangre el ver que Nakia buscaba estar a su lado en todo momento. Todos sabían que era la elegida ¿tenía que pavonearse de esa manera? Sonrió y se concentró en lo que le decía M’Baku
- Señores por favor – dijo T’Chaka llamando la atención de todos que paulatinamente fueron guardando silencio – bienvenidos. como todos saben, hoy es el cumpleaños número veinticinco de mi amado hijo, pero también la fecha marcada por nuestras tradiciones para que se comprometa en matrimonio con la persona que lo acompañara a reinar sobre Wakanda – y todos aplaudieron –. como llama la tradición, es mi deber preguntar a cada jefe de tribu si entre ellos existe alguien a quien consideren con las capacidades necesarias para asumir junto al príncipe el mando de Wakanda? – y Nakia sonrió alzando la barbilla
- Esta noche – dijo su líder de nombre Taye – la tribu Comerciante no aspirara a unirse a la tribu Dorada y deja a mi príncipe la libertad de elegir a quien su corazón se lo ordene – e hizo una venia que el heredero agradeció inclinando levemente la cabeza
- Esta noche – dijo su líder de nombre Marjani – la tribu Minera no aspirara a unirse a la tribu Dorada y deja a mi príncipe la libertad de elegir a quien su corazón se lo ordene – y nuevamente T’Challa saludó
- Esta noche – dijo su líder de nombre M’Baku – la tribu Jabari no aspirara a unirse a la tribu Dorada y deja a mi príncipe la libertad de elegir a quien su corazón se lo ordene – y nuevamente T’Challa saludó
- Esta noche – dijo su líder de nombre W’Kabi – la tribu de la Frontera no aspirara a unirse a la tribu Dorada y deja a mi príncipe la libertad de elegir a quien su corazón se lo ordene – y nuevamente T’Challa saludó
- Esta noche – dijo su líder de nombre Negus – la tribu del Rio no aspirara a unirse a la tribu Dorada – y tanto Nakia como Bucky miraron sorprendidos al hombre – y deja a mi príncipe la libertad de elegir a quien su corazón se lo ordene – esta vez en el rostro del joven monarca se dibujó una pequeña sonrisa
- Babba – susurro Nakia sorprendida en el oído de su padre
- Príncipe T’Challa – dijo el rey – las tribus de Wakanda han hablado
El joven moreno se puso de pie y respirando hondo hizo una venia ante los monarcas antes de sacarse su corona y entregársela al rey mientras de manera disimulada su hermana sonreía y su madre asentía. Lentamente bajo del lugar donde estaban los tronos y camino en silencio hacia donde estaba la tribu del rio. Le tomo la mano a Negus y le beso el dorso
- Vengo sin arma y sin corona – dijo con voz alta y clara –, solo como un hombre enamorado, a pedir su bendición para desposar a la única persona con la que me siento vivo – y Nakia sonrió aún más mientras Bucky luchaba porque sus lágrimas no caigan ¿Por qué ese infierno no podía terminar ya? – su hijo – y ambos jóvenes lo miraron sorprendido – James, el lobo blanco
- No está en mis manos darle esa respuesta, mi príncipe – dijo el anciano y sonrió mirando – sin embargo cuenta con mi venia
- James Barnes – dijo T’Challa arrodillándose frente a este bajo mutismo absoluto de la sala – Lobo Blanco ¿te casarías conmigo?
- Calla tu cabeza y deja que tu corazón hable – le susurro Negus a su hijo y le guiño el ojo cuando el joven lo miro
- Yo… acepto, mi príncipe – dijo este con una sonrisa radiante
- Como ya dije antes – dijo Negus sonriendo – tienen mi bendición – T’Challa se acercó a su ahora prometido y con sumo cuidado le coloco un collar de oro, mientras todos aplaudían
- La boda de los príncipes de Wakanda se celebrara en dos meses – anuncio el rey y toda la sala rompió en vítores, mientras Negus y los reyes sonreían
- Por fin puedo decírtelo sin miedo – susurro el príncipe en el oído de James – te amo. Por cierto, necesitamos ponerle un nombre al hijo de Celestina ahora que te oficialmente te quedaras – y otra hermosa sonrisa adorno el rostro de su futuro consorte
Horas más tarde, la pareja llego de la mano hasta la cabaña del americano conversando entre sonrisas. James estaba nervioso ya que T’Challa mientras caminaban le había explicado que no era el primer caso en el que el rey o el príncipe heredero desposase a un varón, por lo cual debían hacer un ritual para darle a Wakanda la siguiente línea sucesoria. T’Challa pensó que eso haría que su prometido se replantease su respuesta, sin embargo se mostró decido a dar ese paso de su mano
- Me alegra que mis futuros soberanos se sientan tan dichosos con su decisión – dijo Negus – pero como padre debo pedirte T´Challa que las visitas se realicen dentro de un horario prudente
- Entiendo – dijo este mientras ambos sonreían
- James, por hoy puedes dormir aquí – dijo su padre – pero mañana empacaras muy temprano y volverás a mi casa
- ¿Por qué? – dijo el joven sorprendido
- Debes pasar este tiempo en casa de tu familia – dijo T’Challa – para que el día de la boda nadie ponga en duda tu honorabilidad
- Oh – dijo Bucky – no sabía eso
- ¿Mañana nos vemos? – dijo T’Challa y Bucky miro a su padre
- Hay mucho que preparar – dijo Negus sonriendo – así que no se preocupen se verán mucho estos meses
- Hasta mañana mi príncipe – dijo Bucky sonriendo
- Hasta mañana mi futura reina – dijo este besándole la mano – permiso
- Alteza – dijo Negus y este lo miro – hace unos días le preste a su majestad un libro sobre tradiciones de nuestro país… es una reliquia familiar – y a Bucky se le hizo extraño que su padre le preste libros al dueño de la mejor biblioteca del reino
- ¿Tradiciones…? – dijo el príncipe intrigado pero al instante sonrió – me parece… haberlo visto. Me asegurare que mañana mismo retorne a sus manos
- Muchas gracias – dijo Negus
- A usted – dijo el príncipe aún más feliz y tomando la mano del anciano le beso el dorso antes de alejarse casi saltando
- ¿Feliz? – dijo Nakia saliendo de entre las sombra
- Nakia – dijo Bucky – yo…
- No quiero hablar contigo – siseo la morena – ¿Por qué lo hiciste, babba? ¡yo también lo amo!
- Lo sé – dijo su padre
- ¿Entonces por qué no propusiste mi nombre? – sollozo la chica
- En realidad si lo hice – dijo Negus –. El príncipe tenía la libertad de elegir cualquier nombre, pero él decidió no elegir el tuyo porque no te quiere como su reina, solo como su amiga – la abrazo – y tú mereces alguien que te amé a ti. Que te elija cada segundo de la vida, así como el príncipe elije a tu hermano
- Nakia… – dijo James – si esto te lasti…
- Cállate idiota – interrumpió la guerrera – ¿sabes que es lo peor de todo esto? – pero ninguno de los hombres contesto – que no te sienta el dorado como a mí – y James sonrió – ven aquí – dijo abrazándolo
- A ti te sienta todo hermanita – dijo James correspondiéndole el abrazo
- Por supuesto – dijo Nakia – soy la reencarnación de la diosa Sekhmet – y sonrió
Negus sonrió. Sus hijos merecían ser felices