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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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Era una última advertencia

[Advertencia]

Castigo por medio de maltrato físico

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Finalmente se ha cumplido un mes desde su última visita a Yunmeng Jiang, era momento de regresar y Wuxian se encontraba realmente emocionado, quería ver a sus hermanos, abrazarlos, jugar con sus sobrinos, disculparse con todos por no haber podido invitarlos a su pequeña boda exprés, explicarles que no fue culpa suya o de Wangji, sino de los amargados ancianos líderes de Gusu Lan que lo odiaban. Estaba nervioso, porque necesitaba ver a su familia, saber que aún con todo lo sucedido ellos permanecían de su lado.

— ¿Has terminado?— le preguntó su esposo desde atrás, dejando reposar cariñosamente una mano sobre su hombro.

— Equipaje listo— respondió sonriente, mostrando orgulloso la bolsa con su ropa perfectamente doblada. Se dirigió a los labios ajenos con coquetería, depositando un suave beso sobre ellos antes de continuar haciéndolo por sus mejillas; estaba contento, al fin vería a su familia y llevaba ya un par de días libre de emociones negativas, su guapo esposo le había ayudado mucho e igualmente deseaba sacarlo a relajarse en las tibias aguas que rodeaban Muelle de Loto.

No obstante eso no podría ser, lo supo al ver la expresión de culpabilidad en los bonitos ojos dorados.

— ¿Pasó... Algo?— preguntó cauteloso, no recordaba haber hecho alguna estupidez en las últimas semanas, tampoco tomó alcohol, ni siquiera salió muchas veces del jingshi, eso debido a su pequeño problema con la energía resentida, además, como Wangji le había preguntado si estaba todo en orden, resto definitivamente no tenía que ver con él.

— No podré acompañarte está vez— respondió, sonando afligido.

Wuxian abrió los ojos, sorprendido— ¿Qué? ¿Por qué?

— Me atrasé con unos pendientes y debo entregarlos en los próximos días

— Creí que no podía salir solo— dijo el alfa, su entrecejo arrugándose en extrañeza e incredulidad.

— Será sólo por esta vez, lo prometo, he pedido permiso a los ancianos y están de acuerdo en que vayas por tu cuenta, ya que has demostrado una gran mejoría— medio explicó el otro por encima, evadiendo en todo momento los ojos analíticos de su esposo, aterrado por la mera idea de ser descubierto. Decidió apelar a su corazón débil— Lo siento

Funcionó. Wei inmediatamente enredó los brazos alrededor del omega, apretándolo con fuerza— No te preocupes, entiendo, pero extrañaré mucho tener sexo con mi esposo todas las noches— finalizó juguetón, amasando el redondo trasero de Zhan con sus manos.

Wangji le dio un ligero empujón— Ridículo

La tensión se redujo a cero cuando Ying estalló en carcajadas ruidosas, dejándose caer de nalgas sobre la cama.

— Te follaría ahora mismo, pero entonces no nos detendríamos en horas y se me haría tarde

Lan suspiró, dándole toda la razón, una vez que empezaban a tener sexo era imposible separarlos hasta que estuvieran satisfechos, o hasta que el propio omega estuviese satisfecho, más bien, pues de los dos era él quien tenía la libido más alta, llegando muchas veces a tener que ser atendido por su esposo con sus dedos y boca.

Se besaron un rato más, hasta que un sirviente vino a avisar que el carruaje estaba listo para partir en la entrada de Gusu.

Ying le dedicó una enorme sonrisa antes de darse media vuelta y salir de su pequeño hogar; al verle marchar tan contento Wangji se sintió mucho peor de lo que estaba esperando, prometió que apenas terminara su castigo físico escribiría "No dirás mentiras" mil veces.

Otro enorme suspiro salió de su pecho, recordando que debía quitarse las túnicas antes de ir al pabellón de castigo.

Wuxian, por su lado, iba más desanimado que hacía un rato; Lan Zhan le estaba ocultando algo, estaba seguro, el omega andaba extraño desde hacía días, haciendo cosas por aquí y por allá, en un principio pensó que era su imaginación afectada por los ataques de ira, entonces se topó con Qiren, que le vio con más resentimiento a lo usual, lo cual bien podría deberse a que distrajo a su amado sobrino de sus deberes.

No quería dejarlo solo, si realmente tenía tanto que hacer, al punto de no poder dejar Los Recesos de la Nube durante unos días, él podría ayudarle a terminarlo. Quería ser un buen esposo, devolverle un poquito de lo mucho que ha hecho por él, por eso decidió volver al jingshi pues tomar algo de tinta y papel.

Lan Zhan ya no estaba.

Sentado en el suelo del jardín empezó a redactar corto pero conciso:

Ey, Jiang Cheng, no podré asistir a nuestra reunión ésta vez, Lan Zhan ha perdido el último mes de su vida cuidando de mí y se ha atrasado mucho con su trabajo, creo que debería regresarle el favor quedándome a ayudarlo. Discúlpame con nuestra hermana y los demás, sé que también les debo la explicación de mi boda ¡Aclaro que no fue culpa mía! Pero ya se los diré la próxima vez que nos veamos ¡Le llevaré un bonito regalo a A-Bao por su primer mes!

Los quiere, Wei Wuxian.

Miró su nota, satisfecho con el contenido pero arrepintiéndose internamente por haberse saltado las clases de caligrafía, solo esperaba que su hermano lo entendiera. Echándose una agotada carrera arribo hasta el carruaje, casi cayéndose al bajar la colina; el carretero se veía un poco harto de esperar, pero se llevaban bien, lo suficiente al menos para que se guardara todas sus quejas y lo saludara como de costumbre.

— Maestro Wei, tardó más de lo usual— dijo, haciendo una reverencia.

— Disculpa, no fue intencional— respondió sincero, de la manga izquierda de su túnica extrajo su carta recién escrita, extendiendola al confundido sujeto— Esta vez no iré a Yunmeng Jiang ¿Puedes llevarla a Muelle de Loto? Es para Sandu Shengshou

El semblante del tipo palideció al escuchar este nombre, incluso retrocedió un poco antes de tomar el pergamino, inseguro.

— No te preocupes, parece un viejo amargado pero le tiene miedo a su esposo cuando se enoja— bromeó con él, aunque no pareció hacer mucho efecto.

Solo bastaron un par de monedas para que el hombre accediera a hacerla de mensajero, y convencer a Yuan de quedarse a ayudar a papá con su trabajo fue más sencillo de lo que creyó, así que solo le quedaba encontrar a su esposo.

Se la pasó dando vueltas por todas las zonas en que podría hallarse Lan Zhan, volvió a jingshi, donde por supuesto no había rastro alguno de él, se paseó cerca a lo que se utilizaba como las oficinas centrales de la secta, incluidas las de Qiren y Xichen, que tampoco estaban ahí; buscó en la biblioteca, detrás de la colina... Y fue solo al regresar que se dio cuenta de un detalle importante: Los Recesos estaban casi vacíos, no se había tropezado con un solo cultivador senior, lo cual en sí mismo era bastante inusual. Las pocas almas que se cruzaba le estaban, indudablemente, evadiendo; no era el tipo de evasión repulsiva, no le miraban con odio o resentimiento, sino que era justo como cuando había llegado: lo estaban evitando porque tenían miedo.

No había hecho nada malo ¿No? Al menos no que recordara ¿Sería esta rara actitud porque esperaban librarse de él y ahora le tenían aquí, cuando debería estar de camino a Yunmeng Jiang? Creía que se llevaba medianamente bien con la mayoría de ellos, incluso se había hecho amigo de varios juniors, por eso no lo entendía.

¿Alguno de los amargados ancianos del consejo le habría levantado un falso? Tampoco sería la primera vez.

— Joven Maestro Wei— una rasposa voz le llamó desde atrás; una anciana bajita y encorvada, con ojos cristalinos por su ceguera casi total le tomaba de una manga, aún traía en su cara el rastro de haber llorado, parecía apenas haberse limpiado las lágrimas— Necesito que intervenga, se lo suplico

— ¿Intervenir, en qué cosa?— preguntó el joven, comenzando a ponerse nervioso tan solo por verla así de afectada.

— Lo tienen, lo tienen en el pabellón de castigo— dijo ella, afligida, las lágrimas haciendo acto de presencia otra vez. Wei sintió su pecho contraerse aterrado al escucharla— Esperaron a que usted se fuera para comenzar la ceremonia en reprimenda, lo siento mucho

Nada más terminó de hablar Wuxian se soltó, yéndose hecho una furia desenfrenada, en una rauda carrera con dirección a donde recordaba se encontraba el bendito salón de castigos. Por los poros le exudaba un peligroso aroma agrio, específico recordatorio para mantenerse alejados de él si no buscaban ser masacrados; su alrededor se bañó en energía resentida color rojo sangre, al tiempo que Chenqing era apretada duramente entre su mano. Nadie se atrevió a estorbar en su camino, incluidos los cultivadores frente a las puertas del pabellón que se supone deberían detenerlo, todos se congelaron, no deseado ni siquiera moverse, para evitar terminar siendo el próximo objetivo.

Wangji estaba de rodillas sobre un escenario de madera, iba descalzo, con el cabello suelto cubriendo en parte su rostro sudado, portando únicamente sus pantalones, la tela blanca de estos últimos estaba manchada de rojo, con sangre que bajaba desde unas feas heridas en su espalda alta; desde su posición podía verle apretar la mandíbula, conteniendo las lágrimas adoloridas.

De pie, a su lado, Qiren sostenía una gruesa tabla de madera en una mano y un látigo en la otra, el látigo de castigo.

En ese momento, por todo el pabellón, un sonido particular se dejó escuchar, resonando peligroso entre las paredes, poniéndole la piel de gallina a los presentes: Un gruñido, largo, gutural, que gritaba "No se le acerquen" en un torbellino de hormonas y energía resentida.

Incluso el líder, Xichen, tomó a su sorprendido pero furioso tío del brazo, retrocediendo con él hasta toparse con una pared. Wei Wuxian era peligroso, lo habían visto terminar con un grupo de sesenta sujetos en segundos, cuando casi matan a Jiang Ning; no quería saber qué reacción tendría al ver herido a su propio omega.

Ying continuó caminado, la barbilla hacia arriba, los ojos brillando en carmesí; sus pasos eran pesados sobre arena, retumbando junto al espeluznante gruñido, que apenas se detenía cuando el alfa tomaba aire para seguir amenazando a quienes le rodeaban.

La sorprendente dualidad del muchacho salió a relucir en cuanto pudo acercarse lo suficiente a Wangji, quien tenía la mirada fija en la madera ensangrentada, sin moverse o decir nada. Se hincó frente a él, cariñoso puso una mano en su antebrazo, evitando tocarle otro lugar, pues no pretendía tocar las heridas abiertas.

— ¿Puedes levantarte?— preguntó en voz baja. Siendo paciente al silencio de su esposo, peinó su cabello enredado lo mejor que pudo, haciendo una trenza ladeada y atándola al final con su propio lazo rojo. No escondió su disgusto al sentir como algunos mechones estaba mojados— El gruñido no era para ti, amor

Las orejas de Lan se tiñeron de rojo, quiso decirle algo por hablarle así en público, pero solo atinó a asentir en reconocimiento.

— Creí que te habías ido— terminó susurrando el otro, la voz ronca, doliente.

Wei hizo un pequeño puchero, soltándole un imperceptible golpecito en el muslo— Si crees que voy a dejar solo a mi esposo entonces deberé recordarte que nos hemos unido y no vas a deshacerte de mí jamás— bromeó a medias, incorporándose en su lugar.

Una vez de pie, Wei extendió su diestra hacia el muchacho sobre el suelo; Zhan la tomó, indeciso, solo para ser levantado cuidadosamente por su marido, quien se quitó su túnica exterior color gris y la pasó delicado sobre los hombros ajenos, expresando una disculpa silenciosa al escucharle sisear por la tela pegándose a sus laceraciones.

Caminaron de vuelta a la salida, pasando entre todo el gentío expectante, silencioso; él evitando mirar otra cosa que no fuese sus manos entrelazadas, Wei Ying gruñendo de regreso, expidiendo enojo a cada paso dado, haciéndolos retroceder aún más.

Quería matarlos, claro, pero no pensaba lastimar más a su esposo, Wangji era lo más importante ahora. 

Notas finales:

Llevo todo el mes queriendo escribir eso, sí  <3


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