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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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Después de aquella incómoda escena finalizaron su cena sin demasiados inconvenientes, siendo lo único relevante el que Wangji tuviese que acomodarle los palillos porque gracias a los nervios los estaba usando al revés.

Pasaban pocos minutos después de las nueve cuando Wangji dejó salir un largo bostezo, adormilado llevó un mechón de cabello detrás de su oreja, volviendo en seguida a los papeles que revisaba y seguramente no eran demasiado relevantes; Wuxian agradecía que el muchacho tratara de seguirle el paso en su inestable ciclo de sueño, pero no sería sencillo hacerlo cuando llevaba años con el mismo horario, donde dormía apenas daban las nueve y despertaba antes de que los gallos siquiera se hubiesen levantado. Muchas veces, incluso, cuando decidían tener sexo en la madrugada, caía rendido apenas llegaba al orgasmo, abrazándolo por la espalda.

Su comportamiento alegraba el atormentado corazón Wei Ying, así que resolvió devolver una de las tantas cosas que Lan había hecho por él.

— Ah~ Estoy muerto— comentó, alejando con una mano el papel para talismanes en el que estaba escribiendo— Creo que me iré a la cama

— Descansa— respondió el otro, sin despegar la mirada de lo que hacía.

Wuxian infló los cachetes, inconforme.

— ¿No me vas a acompañar? Creí que dormir juntos era lo último que te avergonzaría con todas las cosas que hemos estado haciendo estos meses— alegó jueguetón, con ese matiz de burda coquetería que solía utilizar mucho en el pasado.

Wangji volteó el rostro, exclamando en tono indiferente— Desvergonzado

Bingo.

— Vamos~ Lan Zhan, estoy agotado y tú también— Ya teniéndolo en su red Wei quiso llevar las cosas un poquito más lejos; gateó cuan felino en dirección al omega, dejando manchas de tinta sobre la alfombrilla bordada cada vez que ponía una mano en el suelo. Una sonrisa complacida se instaló en su rostro cuando, al obligar a Lan a verle a la cara, este le mantuvo la mirada, no mostrando una pizca de vergüenza pese a lo que había dicho anteriormente.

Raudo pero sensual tomó al muchacho por las mejillas, acunando su rostro caliente entre sus manos manchadas, dejando salir la frustración de la energía resentida en la forma de un apasionado beso húmedo y ruidoso. El ambiente empezó a subir de intensidad, como cada vez que se quedaba a solas con Zhan; su entusiasmo aumentaba a un ritmo demasiado rápido para ser normal, sin embargo, los ojitos dorados brillando adormilados fueron su único freno.

Esas se habían tratado de unas semanas particularmente largas, con peleas constantes y poco descanso, hasta alguien tan resistente como el increíble Hanguan-Jun se veía agotado.

— ¿Vamos a dormir?— inquirió amable.

Wangji asintió.

Se dejaron caer sobre la cama de Lan, que estaba justo al lado de la ventana del jingshi, la luz de las lámparas exteriores entraba en un rayo diagonal, apenas iluminando el interior que, al apagar su única fuente de luz, había quedado en casi completa penumbra.

Esa noche en particular Wangi lucía un tanto más inquieto que de costumbre, removiéndose un par de ocasiones antes de finalmente encontrar una posición en la cual pareció encontrar la comodidad. Al instante en que fue rodeado por los fuertes brazos de Lan, Wuxian percató un poco más de calor a lo acostumbrado, aún cuando el omega era una persona de sangre caliente, esto seguía siendo algo exagerado. Apenas levantó la cabeza para preguntar percibió unos suaves ronquidos, que aunados al acompasado subir y bajar de su pecho, indicaban claramente su compañero estaba dormido.

No tardó demasiado en olvidarse del asunto y dejarse arrastrar por el cansancio.

Unas horas más tarde algo le sacó de su letargo, el sándalo y la hierbabuena habían regresado en la forma de un pesado aroma casi asfixiante, siendo seguidos por una empalagosa dulzura que se le pega en la parte trasera de la garganta; el alfa se incorporó en seco, liberándose del rígido abrazo en el cual se encontraba apresado, todo el jingshi apestaba a Lan Zhan y a hormonas omega, hormonas que le estaban rogando anudarlo y llenarlo de semen. Se talló el rostro en ademán frustrado, al tiempo que podía sentir con horrorosa claridad como empezaba a desarrollarse un problema en sus pantalones.

Después de una buena sesión de sexo en su tienda de campaña, tras la cual Wei se había preocupado por el aroma inusualmente fuerte de Wangji, este último se abrió un poquito con él, revelándole que era un omega de celos bastante irregulares, pues mientras lo normal era un periodo de tres días cada tres meses, él podía pasar hasta un año sin presencia de absolutamente nada, confesando a su vez que, para ese momento, su cuerpo llevaba dos ciclos omitidos, y de aquella conversación habían transcurrido poco más de dos meses.

Un quejido adolorido, por poco imperceptible, interrumpió las exhalaciones pesadas del alfa.

Cuando una persona lleva largos periodos sin presentar un celo, ya sea por problemas físicos o utilización de supresores, al volver estos llegan más fuertes, azotando el cuerpo con oleadas de dolor, jaquecas, náuseas y temperatura elevada, siendo insoportables de mantener sin un correcto cuidado.

Maldita sea.

Ying se levantó de un salto, casi tropezando al bajar de la cama, su omega estaba sufriendo y él necesitaba hacer algo al respecto, incluso si su propio cuerpo le ordenaba darle la vuelta al omega y penetrarlo hasta descargar en él, haciendo que con el solo pensamiento su piel quemara en ardiente excitación contra el roce de su ropa.

No podía, no ahora.

Recordó vagamente en dónde se guardaban las hierbas medicinales, se tambaleó hasta el pequeño estante y revolvió todo hasta dar con aquellas atadas por un lazo rojo; con la cabaña dándole vueltas logró tomar la tetera, lanzar un poco de cada planta al agua y hacerla hervir con un talismán. Una vez estuvo listo regresó a la cama con un pequeño vaso entre sus temblorosas manos.

— La-Lan Zhan, Lan Zhan necesito que hagas algo por mí— titubeo de pie a un metro de la cama, obteniendo como única respuesta un quejido entrecortado contra la dura almohada en la que el otro hundía el rostro, adolorido. Tragó saliva en seco, haciendo un horrible ruido en el proceso; no quería acercarse más, porque sabía que si tenía el cuello de Wangji a su merced terminaría marcándolo y follándoselo después, y no quería forzarlo a nada. Su creciente preocupación se materializó como una sensación de vacío en el estómago, al tiempo que su pie derecho golpeaba el suelo ansiosamente.

— Lan Zhan por favor, necesito que bebas esto— suplicó. 

Era obvio que Lan no estaba en las condiciones para hacer algo más que hundirse en las mantas mientras se quejaba tan despacito que era complicado oírle, y Wuxian tenía algo danzando en su mente que era demasiado arriesgado para siquiera intentarlo: Él podría llenarse la boca con el brebaje y pasárselo de esa forma al omega, pero eso ameritaba estar cerca a sus glándulas aromáticas, y por ende su lado alfa bien podría, a su vez, descontrolarse al verse tan lleno del olor de Wangji.

No quería hacerle daño, pero no había otra manera.

Tomó valor, aferrándose a aquello que usaba cada vez que la energía resentida se acumulaba dentro de sí, tomó un largo sorbo y, acortando la distancia, se agachó. Con las manos movió el rostro de Zhan, liberó un poco de su aroma cítrico para hacerle saber que todo estaría bien, al tiempo que sus labios agrietados se posaban sobre los del muchacho, comenzando a pasarle el supresor; su reflejo de deglución hizo el proceso más sencillo, razón por la cual logró darle toda la dosis, repitiendo el proceso.

Sin embargo, el alfa no abandonó los labios ajenos pese a ya haber terminado. La boca se le hacía agua con su dulce olor, había comenzado a frotarse contra los muslos de Lan mientras salivaba, enteramente perdido.

Cuando sus adoloridos caninos rozaron la piel expuesta del cuello del omega fue que reaccionó.

Se separó de él como si el más ligero contacto le deshiciera la piel. Sintiéndose culpable pero demasiado caliente para lamentarse se dejó caer de nalgas al suelo, recargándose contra la cama, abrió su túnica, bajó sus pantalones e inmediatamente tomó su hinchado miembro con la mano: apenas rozó piel con piel un escalofrío de alivio le recorrió la columna. Pronto inició con un impaciente vaivén, apretando la base y rozando la punta como Wangji lo hubo hecho en el pasado, imaginando que eso rodeando su pene era la el cálido interior del omega, apretando cada vez que le susurraba todo lo que deseaba hacerle, lo bueno e indudablemente maravilloso que era.

El ritmo en su mano se aceleraba conforme sus pensamientos viajaban, fabricando la imagen mental de Zhan montándolo con rudeza, casi pudiendo escucharle gruñir al golpear su próstata en cada movimiento, meneando las caderas a paso marcado, con Wuxian admirando su cuerpo celestial lleno de sudor.

Eso fue suficiente para correrse en su mano, manchando con hilos blanquecinos su pecho desnudo y tu túnica negra.

Instantes después escondió el rostro entre las mantas, sintiéndose sucio; él era Wei Wuxian, leía historias eróticas y veía recopilaciones de dibujos sexuales desde que tenía trece años, masturbándose también desde aquella tierna edad, más recientemente había tenido sexo como un animal, en toda posición e incluso en sitios bastante extraños como una cueva, a mitad de un pueblo fantasma o dentro de un cuartel subterráneo después de pelear contra los cultivadores Wen; su lengua había probado cada rincón del cuerpo de Wangji y ciertamente tenía una boca bastante suelta en cuanto a hablar sucio se refiere.

Pero hasta él tenía límites.

Y masturbarse pensando en una persona que, para más inri, estaba inconsciente a su lado, sonaba a algo que haría un verdadero pervertido.

Ya un poco más consciente se incorporó, limpió su mano en su ropa sucia, se puso una de las túnicas limpias de Lan y, luego de colocar en la pared un talismán congelante, se disculpó con el ido muchacho, prosiguiendo a escapar sigiloso en dirección a Primavera Helada.

No quería ni pensar en lo que acababa de hacer.

Recorrió el camino de memoria, evitando puntos donde podría ser visto, teniendo en cuenta que la vestimenta blanca sobresalía horriblemente entre la oscuridad de la madrugada. Esquivó un par de vigilantes, se golpeó el dedo pequeño del pie con una roca enorme e hizo un montón de ruido al lanzarse contra el agua casi congelada del lago, pero lo logró, que lo sacaran a patadas era lo de menos.

Hundió la cabeza en el agua, sintiendo como se le congelaba el cerebro.

Zhan y él eran... ¿Amigos sexuales? ¿Amantes?...  Bueno, ahí había algo, no podía negarse aunque quisiesen -que no querían-, no obstante, una cosa era una cosa y otra cosa era otra cosa, el que hubieran tenido sexo innumerables ocasiones no significaba que Wei tuviese el derecho de manosearlo cuando estaba inconsciente, no era ético, moralmente aceptable ni sano para su relación; lo recién sucedido solo le traía más inseguridades, porque cualquier alfa no lo habría siquiera intentado, pero la maldita energía resentida lo tenía más sensible que de costumbre, haciéndolo a su vez menos prudente.

— ¿Maestro Wei? — preguntó la suave voz de Xichen, el joven se acercaba al lago en su típico caminar tranquilo, apenas entró al agua Wei pudo verle mejor, advirtiendo que venía descalzo, con el cabello suelto y solo portando su túnica interior. Se veía hermoso— Creí que usted no era un ave madrugadora— bromeó el omega.

— Sí, bueno... por algo se empieza— respondió incómodo; siempre le dio la sensación de que Xichen sabía mucho más de lo que decía, por lo cual se le hacía pesado estar a solas con él, pues sentía que le analizaba a fondo con un simple vistazo— ¿Qué pasa?— preguntó nervioso al pasar unos segundos, tiempo durante el cual Xichen no le quitó los ojos de encima.

— Se ve terrible— dijo el otro, sincero.

Wuxian no pudo evitar sonreír.

— Mire quien habla, ¡El joven Lider de Secta Zewu-Jun debería empezar a dormir más o va a terminar teniendo más ojeras que rostro!— le apuntó con el dedo, jugueton.

Xichen dejó salir una entretenida risa principesca— Debería, espero que el trabajo disminuya a fin de mes o voy a tener que pedirle ayuda a mi prometido otra vez— suspiró, sumergiéndose un poco más en el agua congelada.

— No quiero ser entrometido, pero creo que a Chifeng-Zun le molestaría más verlo tan agotado que prestarle un par de sirvientes o venir él mismo, además, mi hermano me contó que está obligando a Huaisang a ser responsable, lo deja a cargo cada que debe abandonar Qinqe Nie, lo cual parece hacer más seguido a propósito

— Me contó eso, dice que el joven Huaisang llora y le ruega cada que va a salir— respondió divertido.

Ahora fue turno de Wuxian para reírse.

Luego de su corta conversación ambos permanecieron en silencio, disfrutando del tranquilo ambiente nocturno a su alrededor, al menos hasta que Lan habló:

— Joven Wei, ¿Sucedió algo con mi hermano? Usted no estaría despierto tan temprano de no ser por Wangji

El aludido casi se ahora con su propia saliva al escucharlo, maldito omega perspicaz.

— Ah, ehm— carraspeó nervioso, pensando en si valdría la pena el veto de los Recesos por atacar con ghouls al entrometido y medio desnudo líder de secta, aunque al final descartó la idea tal como había llegado, cediendo— S-sí, él entró en celo hace un par de horas, le preparé la infusión supresora y lo dejé descansar con un talismán de frío en la habitación, eso le bajará la fiebre 

Xichen pareció pensar las cosas un poco, llegando a una rápida conclusión en cuestión de segundos: — No quiero sonar grosero pero, ¿Por qué no se quedó allá? Si hacía frío de todos modos

De repente y para su enorme vergüenza, al saberse descubierto, el rostro de Wei se coloreó de oscuro rubí.

— Esa actitud habla muy bien de usted, Maestro Wei, creo que si esto sigue así podré confiarle a mi hermanito sin preocupaciones— declaró el otro, contento, dando una palmada complacida al final de su frase, luciendo como si de verdad estuviese sopesando los pros y contras de permitir una unión entre el despreciable Patriarca de Yiling y su preciado hermano menor.

Sintiéndose extrañamente humillado e indudablemente expuesto el alfa se levantó con un brinco demasiado tenso, arrastró su dignidad junto a su túnica empapada de salida hacia la parte baja del lago, mientras oía a Lan ceder unas ruidosas carcajadas que sonaban casi malignas; ya en la orilla se dio media vuelta, hizo una corta reverencia y, con el rostro completamente rojo, exclamó antes de salir corriendo:

— ¡Gracias por los buenos deseos!

 

 


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