Tan pronto Rin llegó a casa entró a la habitación, tomó toda la ropa de Haru y la amontonó sobre la cama dejando apenas un espacio para poder acomodarse dentro. También llevó consigo algunos de los regalos que conservaba de cuando Haru le confesó sus sentimientos y se acurrucó entre todas las cosas.
Haru volvió a casa un poco más tarde que de costumbre, también tuvo un día complicado y se desocupó un par de horas después de su última clase. Quería llegar pronto a su hogar para descansar un poco, pero al llegar supo que algo no estaba bien.
Fue hasta la habitación y encontró a Rin cubierto con su chaqueta mientras abrazaba su almohada durmiendo tranquilamente entre el montículo de ropa que había construido a su alrededor.
—¿Qué es esto? —Rin olía diferente, era obvio que estaba estresado y él lo sabía.
—Volviste... Ni siquiera escuché cuando llegaste... —frotó suavemente sus ojos mientras se levantaba para poder verlo—. Bienvenido...
—Es bastante extraño que me des la bienvenida con este caos sobre la cama —estaba a punto de quitar algunas de las cosas para poder acercarse a él pero Rin se lo impidió—. ¿Y cómo se supone que duerma si no hay espacio aquí?
—Hay espacio suficiente para los dos —Rin comenzaba a despertar y empujó un poco las cosas a su alrededor para hacer más espacio.
—¿Qué pasa? —se sentó a su lado mientras lo miraba, sabía que no estaba bien y prefería que él se lo dijera.
Rin huyó de su mirada mientras se aferraba a la almohada, sabía que Haru no se detendría hasta obtener una respuesta y no quería tener que explicar porque estaba actuando de esa manera.
Sorpresivamente, Haru ocupó el espacio que le había ofrecido en un principio y rodeó su cuerpo suavemente frotando su cabeza lentamente contra él. Rin se frotó contra él también dejándose invadir por el calor de Haru.
Realmente había necesitado tenerlo cerca durante todo ese tiempo y logró sentirse mucho más tranquilo una vez que estuvieron juntos. No sabía si era solo porque estaban destinados, porque amaba a Haru o porque estuvieron a punto de enlazarse, pero todo era diferente cuando él estaba ahí.
—¿Estás listo para explicarme que ocurrió? —seguía frotándose lentamente contra él mientras se aferraba a su cuerpo.
—Me sentí mal, sigo alterado con todo esto y quería sentirte cerca —no podía seguir ocultándolo más, no mientras Haru se notaba tan preocupado por él.
—Prometiste que me llamarías si lo necesitabas —no intentaba regañarlo, pero le preocupaba que Rin no quisiera contarle algunas cosas incluso si era importante.
—Ambos estamos ocupados, no necesitas que te moleste con mis problemas.
—No eres una molestia, y tus problemas me importan —seguía abrazándolo con fuerza, quería que confiara más en él—. Quizá no lo recuerdes, pero cuando te confesé lo que siento por ti te dije que no intento ser tu alfa, quiero ser tu compañero, estar aquí para apoyarte y enfrentar el futuro. Si lo que necesitas es tenerme cerca lo voy a hacer, solo dímelo.
—Lo siento, solo... Es difícil lidiar con esto a veces —río un poco mientras recargaba su peso en él—. Pero serán solo unos días mientras la herida cicatriza y me esforzaré tanto como tú para que esto pase rápido y todo vuelva a ser como antes ¿De acuerdo?
Haru no respondió, solo siguió aferrado a su cuerpo esperando con eso aliviar un poco del estrés que cargaba. Rin ahora se sentía mucho mejor y estaba decidido a volverse más fuerte, ambos debían esforzarse y no dejaría a Haru cargar con todo él solo.