Solo había pasado un día desde que Rin volvió a casa, faltaban un par de días para que el celo de Haru comenzara y todo había estado en orden, seguía tomando sus supresores y Rin los inhibidores así que todo estaría bien.
Aunque aun había algo que preocupaba a Rin, pues un día mientras hacía limpieza encontró entre las cosas de Haru que había buscado diferentes artículos que podían ser necesarios en la relación entre alfa y omega.
Suponía que lo tenía presente sólo en caso de ser necesario, y aun así le preocupaba que lo considerara una opción y no lo hubiera comentado con él. No iba a armar un escándalo por ello, pero hablaría con él para saber que ocurría.
—Haru tenemos que hablar —en cuanto volvió lo enfrentó, era mejor solucionarlo rápido que dejar pasar el tiempo—. Sé que acordamos que haríamos lo necesario para estar bien y que tu celo fuera más sencillo para ambos, y quisiera no tener que hablar de esto porque parecerá que estuve revisando tus cosas y para nada es lo que sucede...
—Lo siento —ni siquiera dejó que terminara esa oración, ya sabía a que se refería Rin y era mejor enfrentarlo—. Sabes lo difícil que se ha vuelto lidiar con esto, que cada vez es más difícil controlarme para no marcarte y como me altera ver otros alfas cerca de ti.. Sigo creyendo que no mereces eso, y aunque digas que no es necesario prefiero estar preparado para cualquier situación.
—Oye, oye... —no pudo evitar reír mientras acariciaba suavemente su mejilla—. Sé lo difícil que es para ti hacer todo esto, y por eso quiero apoyarte tanto como pueda. Lo que menos quisiera es que tuvieras que usar algo para evitar que me marques y que pueda lastimarte... Pero quizá no sea tan mala idea tenerlo como una opción —tomó su mano apretándola suavemente sin dejar de verlo.
Haru lo miraba con atención, sabía que aun tenía algo por decir aunque estaba siendo difícil para él comenzar. Quizá lo mejor sería ser quien continuara, así le daría la confianza que necesitaba, pues era consciente de lo que Rin pensaba al respecto.
—La gargantilla fue una idea absurda, lo sé. De ninguna manera pienso que debas usarla, pero estaba confundido y por un momento creí que quizá si la usabas podría obligarme a creer que estamos enlazados y por fin dejaría de preocuparme por los alfas a tu alrededor.
—Espera, aun no digo nada —seguía riendo, Haru era dulce, pero a veces elegía las soluciones más extrañas—. Tienes razón, es una idea absurda la gargantilla. Pero estuve pensando, y creo que de verdad necesitamos algo que muestre que tú y yo somos compañeros.
Lo miraba con la confusión grabada en su rostro, no entendía que es lo que estaba sugiriendo y la forma en que lo miraba mientras jugaba con su mano.
—Quizá... Podríamos usar anillos a juego, como los de matrimonio —seguía jugando con su mano evitando su mirada, era un tanto vergonzoso sugerirlo, pero era mucho más acorde a la relación que tenían que la gargantilla y sería mucho más romántico mostrar sus anillos.
—También eres extraño... —sonrió apretando sus manos mientras lo miraba con ternura, Rin siempre sería un romántico y no quería que fuera diferente—. ¿Quieres que intercambiemos votos también...? —quería retarlo, era divertido ver a Rin avergonzado.
—En realidad, eso me encantaría —por fin lo miró y en su rostro estaba grabada la ilusión que le hacía escuchar a Haru diciéndolos.
—¿Y debería llamarte esposo también...? —había comenzado a reír también mientras hablaba sobre sus labios, fue quien comenzó esa competencia y no podía dejarlo así.
—Esa también es una maravillosa idea... —no dejaría a Haru ganar tan fácilmente.
Luego de unos instantes mirándose de forma retadora compartieron un suave beso mientras se abrazaban. Quizá las cosas no siempre se resolverían tan fácil y tendrían que enfrentarse a situaciones mucho más complicadas en el futuro, pero mientras estuvieran juntos encontraría una respuesta.