Claro que estaba asustado después de que Haru lo ahuyentara de esa manera ¿Cómo no estarlo cuando siempre era dulce con él y esa era una evidente intimidación? Era obvio que no estaba bien pues de estarlo nunca hubiera hecho eso.
En cualquier otro momento se hubiera alejado hasta que estuviera más tranquilo para poder hablar, pero no esta vez. Lo que Haru más necesitaba era ayuda, y aunque él no lo quisiera no iba a dejarlo así nada más.
¿O acaso no hablaba en serio cuando dijo que estaban juntos para apoyarse y enfrentar el futuro? Definitivamente iba a intervenir, incluso si eso significaba que Haru terminaría molesto con él por hacerlo.
Tenían una copia de la llave de la habitación y en cuanto pudo reaccionar fue a buscarla. Regresó rápidamente y sin dudarlo abrió la puerta solo para encontrar a Haru hecho un ovillo sobre la cama.
—Haru... —corrió hasta él para abrazarlo, nunca lo había visto así y sólo quería protegerlo.
—Rin de verdad tienes que irte —siguió sin mirarlo cubriéndose a si mismo, sentirlo era reconfortante pero creía que de seguir así no podría contenerse más.
—¿Y qué hay de apoyarnos para enfrentar el futuro? Esto es parte de eso que acordamos enfrentar juntos ¿O eso solo es válido para ti que eres alfa y tienes que cuidarme? —no entendía que esperaba lograr, pero no lo dejaría tan fácilmente.
—No tiene nada que ver con que sea alfa, pero lo mejor será estar solo esta noche... —sintió a Rin tirando de las sábanas y no pudo resistir más, sus ojos estaban completamente dorados y sus colmillos expuestos completamente.
Rin no dijo más y solo lo abrazó con fuerza mientras se frotaba lentamente contra él, no soportaba verlo así y solo podía pensar en estar con él para hacerle las cosas más fáciles. Haru estaba por ahuyentarlo de nuevo, pero se lo impidió.
—Si lo que te preocupa es marcarme deja de pensar en eso, aun no me quito el collar y estaré bien —besó suavemente sus labios mientras acariciaba sus mejillas—. Déjame cuidarte también, estaremos bien.
Haru dejó que siguiera tocándolo mientras se frotaba lentamente contra él, tenía tantas ganas de sentirlo que no pensaba en nada más que tenerlo cerca y dejarse llevar por la suavidad de sus caricias.
Ni siquiera notó en que momento Rin comenzó a besar su cuello lentamente mientras acariciaba su pecho, sus sentidos estaban más alerta y el aroma a brisa de mar invadía sus fosas nasales.
Acarició lentamente su cabello dejándose llevar por la sensación que los labios de Rin sobre su piel y la forma en que dibujaba sus músculos le causaba. Pequeños suspiros escapaban de sus labios y lo único que lo trajo de vuelta a la realidad fue sentir sus manos desbrochando su pantalón.
—Rin, no —detuvo sus manos mientras lo miraba, sabía lo que pretendía hacer y en la situación que estaba no resistiría más.
—¿Vas a decirme que te pone nervioso que tu esposo te toque? —besó suavemente sus labios riendo sobre ellos mientras se acercaba un poco más a él—. No es nada que no hayamos hecho ya, y ni siquiera tenemos que llegar hasta el final —sabía que Haru necesitaba mucho más que solo tenerlo cerca y no podía ignorarlo.
Por eso, pese a la resistencia que ponía, no iba a detenerse hasta saber que Haru se sentía más tranquilo. Siguió repartiendo delicados besos sobre su cuello mientras sus manos seguían el camino que les fue impedido recorrer.
Los suspiros no tardaron en escapar de sus labios mientras sentía las caricias de Rin, y no era solo por lo sensible que estaba ante los estímulos del exterior, sino porque se trataba de la persona a quien ama con quien estaba compartiendo ese momento.
No era la primera vez que lo tocaba de esa manera, pero algo era diferente en esa ocasión y ambos eran conscientes de eso. Los besos no se habían detenido y cada vez subían de intensidad mientras las caricias de Rin no se detenían.
No podía pensar en nada más que él y se dejaba llevar por lo que hacía. Sus sentidos estaban nublados y lo único que podía percibir era el calor de Rin, su olor y su tacto. Estaba perdiendo el control y comenzó a dar pequeñas mordidas sobre su cuello.
Sabía que no lograría nada haciendo eso pues Rin le avisó que aun usaba el collar, pero estaba tan aturdido por su aroma que poco le importaba. Estaba tan ansioso por sentirlo que solo eso le bastaba para estar satisfecho.