—Hablo en serio Haru, quiero que nos enlacemos —giró lo suficiente para poder verlo, era evidente la confusión en su rostro y no pudo evitar reír—. Sé que también lo quieres, no hay porque seguir fingiendo.
Volvió a besarlo, esta vez con suavidad intentando transmitirle todo lo que estaba sintiendo. Los colmillos de Haru seguían expuestos y sin reflexionar mucho antes de hacerlo los dibujó con su lengua.
Un casi imperceptible sonrojo se dibujó en el rostro de Haru y Rin solo pudo sonreír mientras acariciaba suavemente su rostro antes de dar pequeños besos sobre sus labios.
Amaba todo de Haru, principalmente sus expresiones tan sinceras y lo poco que ocultaba con ellas. Mordió suavemente sus labios mientras acariciaba lentamente sus mejillas sin dejar de verlo.
—Nunca había notado lo bien que te ves así... —arrastró las palabras mientras acariciaba sus labios, en todo ese tiempo no había puesto suficiente atención, pero era obvio que su naturaleza expuesta le otorgaba un atractivo inigualable.
Desabrochó lentamente el collar sin perder detalle de las expresiones de Haru, sus ojos brillaban y un gruñido casi necesitado escapó de sus labios. Era evidente que seguía reprimiendo lo que deseaba.
Rin estaba a punto de repetirle lo seguro que estaba de su decisión cuando sintió la respiración de Haru sobre su cuello. Acariciaba lentamente la zona con la punta de su nariz grabando en su mente el aroma pese a que lo conocía a la perfección.
Un suspiro profundo y lleno de expectación escapó de los labios de Rin, había descubierto lo sensible que era ante cualquier cosa que hiciera Haru en ese lugar y solo sentir su nariz recorriéndolo hizo su cuerpo temblar.
—Si al final cambias de opinión y decides que no es lo que quieres me detendré ¿De acuerdo? —besó suavemente sus labios antes de apoyar su frente sobre la de Rin mientras acariciaba su rostro.
—Está bien, aunque no voy a arrepentirme ni cambiar de opinión —sonrió al sentir su tacto y escuchar lo que decía, Haru era muy dulce y siempre se preocupaba por su bienestar.
Compartieron algunos besos mientras Haru acariciaba lentamente su cuello y nuca, quería grabar en su mente cada detalle de ese encuentro, incluidas las reacciones de Rin ante cada cosa que hacía.
Recorrió lentamente su cuello con la punta de sus dedos mientras seguía besándolo, poco a poco bajó hacia su mandíbula y lentamente aspiró el aroma que desprendía volviendo a acariciar la zona con la punta de su nariz.
Rin suspiró profundamente, la forma en que Haru lo tocaba lo estaba volviendo loco y apenas podía pensar en algo más que sentirlo. De verdad estaba ansioso por enlazarse con él y no podía seguir ocultando su deseo.
Sintió la lengua de Haru recorriendo su cuello lentamente y la punta de sus colmillos sobre su piel, lo estaba tomando con calma, demasiada para su gusto, y Rin solo podía aferrarse a su ropa esperando el momento en que por fin dejara de probarlo.
Estaba a punto de pedirle que siguiera y no lo provocara más, pero justo en ese momento sintió los colmillos de Haru clavándose en su piel.
Su cuerpo volvió a tensarse, pero esta vez no fue por el miedo y la inseguridad, sino a causa de la sensación tan confusa que le provocó. Sentir sus colmillos perforando su piel era doloroso, incluso había comenzado a sangrar, pero algo en su interior pedía que no se detuviera.
No sabía si era a causa de lo mucho que deseaba que lo hiciera o si se debía a que están destinados, pero se sentía tranquilo y solo pensaba en abrazarlo con fuerza y no separarse de él ni un instante, incluso si su cuerpo dolía a causa de la herida abierta.
Después de unos minutos Haru por fin se separó de él, el dorado en sus ojos brillaba y sus colmillos aun tenían rastros de sangre. Rin los limpió antes de besarlo suavemente mientras acariciaba sus mejillas frotándose contra él.
—Estás sangrando, tenemos que curar tu herida...
—¿Quieres dejar de preocuparte por cosas sin importancia? Solo abrázame, ya tendremos tiempo para eso —se aferró a él ronroneando un poco, quería tenerlo cerca por más tiempo.
—¿Y el terco soy yo? —lo abrazó también sin querer separarse de él, por más que estuviera preocupado no podía negar que también quería seguir teniéndolo cerca sin preocuparse por nada más.