Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Todo es ¿felicidad? por Yakaylex2

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Digimon… y todos los personajes y nombres utilizados, son propiedad de sus respectivos autores (Akiyoshi Hongo y anexos). Fanfic sin ánimo de lucro. Hecho por una fan, para fans.

Notas del capitulo:

Anime: Digimon Adventure

Fanfic relacionado: Crónicas de una fujoshi...

Pareja: Taichi x Yamato x Koushiro

- Taichi, ¡date prisa! - Escucho la voz más sexy del planeta. - ¡Tengo que entrar!


- La luna no va a ir a ningún lado. - Le respondo como cada día de los últimos cinco años.


- En primer lugar, es Nochebuena y no tengo misiones. - Me dice con la voz crispada. - Y, en segundo, ¡ya te dije que no he ido a la luna! - Suelto una risilla mientras salgo de la regadera, ataviado solo con una pequeña toalla alrededor de mi cintura. Yamato de inmediato se ruboriza y yo me río aún más.


 - ¿Qué no tenías prisa? - Le digo seductoramente mientras me acerco a su rostro. Beso su mejilla y desciendo hacia su cuello. Siento como su temperatura comienza a elevarse y entonces...


- Si van a estar con sus cosas, hagan el favor de hacerlo en otro lugar. - Su voz se oye un poco molesta. - Necesito usar el baño. -  Yamato y yo lo miramos. No sé si realmente esa sea su molestia o está celoso, pero ver esa mueca en su rostro lo hace ¡completamente adorable!


- Oh, ¡vamos Koushiro! - Le digo mientras lo abrazo de los hombros fuertemente y beso su cabeza. - Si quieres lo podemos hacer en tu habitación. Así, juntitos los tres. - Su rostro se sonroja.


- ¡Es mejor si lo hacemos también contigo! - Yamato se posiciona del otro lado y besa su mejilla. Koushiro se sonroja aún más.


- No traten de endulzarme el oído con ese tipo de cosas. - Se aparta un poco. – No soy esa clase de chico.


- Entonces, ¿quieres que usemos miel? - Ahora me mira con el rostro pintado de carmín. - Si, como la última vez que...


- ¡Taichi! - Gritan los dos al mismo tiempo y yo comienzo a reír.


- Ok, ok. Solo bromeaba. - Les doy a ambos sus cosas y los empujo hacía el baño. - Por hoy pueden ducharse juntos ya que se les hará muy tarde. - Me miran sorprendidos. Es algo que generalmente no me gusta proponer. - Pero nada de hacerse cosas solo entre ustedes ¿eh?


- Bueno... - Koushiro se pone de puntillas y besa en el cuello a Yamato, que de inmediato se sonroja. - Estamos a mano. - Lo toma del brazo y entran a la ducha.


Mientras me pongo una ropa cómoda - este día el despacho de abogados no abrirá, - reflexiono sobre lo que ha pasado en los últimos años. Desde la secundaria, siempre he estado enamorado de los dos, solo que no me había decidido a aceptarlo. Cuando cumplí los dieciocho años, por fin me atreví a decírselos a ambos. Obviamente creí que ambos me rechazarían, pero afortunadamente no ocurrió así. Y aunque al principio hubo mucho antagonismo entre Yamato y Koushiro, me alegra que ahora coqueteen entre ellos e incluso que hagamos todo tipo de cosas entre los tres. ¡Vamos, que desde hace cinco años vivimos juntos! Soy tan feliz de poder tener a mi lado a las dos personas que más amo en este mundo.


Aunque no todo ha sido felicidad. Hay personas que nos dieron la espalda en cuanto se enteraron de nuestra relación. Es triste pensar que tanto mis padres como los de Yamato se opusieron a esto, a tal grado de romper todo contacto con nosotros. Quien sabe que hubiera ocurrido si los padres adoptivos de Koushiro continuaran con vida.


- ¡Hey, Taichi! - Giro sorprendido en cuanto siento la mano de Yamato halar mi hombro; Como siempre no los escuché entrar. - ¿Estás bien? - Ambos me miran de una manera tan preocupada que mi corazón comienza a derretirse.


- Pero estás llorando. - Dice Koushiro mientras se acerca a abrazarme con ternura y me derrumbo completamente. Siento la mano de Yamato que acaricia mi cabeza y esos gestos me devuelven las ganas de seguir viviendo esta situación. Después de un rato, me separo y los beso en sus mejillas.


- Gracias a los dos, chicos.


- ¿Nos puedes explicar ahora que rayos pasó? - Lo admito, Yamato no es de esos chicos sensibles que te ofrecen su hombro, pero si es muy práctico para resolver ese tipo de situaciones.


- Seguramente es lo mismo que pasó hace un año, y el pasado, y el pasado... - Dice Koushiro. - Taichi, tienes que dejar de pensar en eso.


- Por mi culpa estamos en esta situación. - Ambos mueven su cabeza de forma negativa. - Claro que sí; si no los hubiera obligado...


- ¿Qué tú nos obligaste? – Pregunta molesto. - Tanto Koushiro como yo tenemos nuestro juicio propio y estuvimos de acuerdo.


- Yamato tiene razón. Nosotros elegimos estar contigo.


- Pero es Navidad, deberíamos estar con nuestra familia y ...


- La familia es donde uno la encuentra, y ahora ustedes dos son mi familia. - Dice Koushiro con voz tierna, mientras nos abraza a ambos. Los dos le acariciamos su cabeza. - Desde que comparto mi vida con ustedes, no sé, el vacío ha desaparecido de mi vida. Y ahora soy en verdad muy feliz.


- Estás en lo cierto. – Nos sonríe con esa cara de ángel que siempre nos tranquiliza. -Yo también he olvidado mi soledad. - Lo miro y veo que su sonrisa no desaparece de su rostro. - Además nunca hemos estado solos, nuestros verdaderos amigos y nuestros hermanos siempre nos han acompañado.  - Tiene razón. Realmente todos los momentos que he pasado a lado de ellos dos han estado llenos de felicidad. De pronto se separa de nosotros y puedo notar que va vestido de manera casual. - Olvidémonos de las lágrimas. Es momento de que salgamos en una cita solos los tres. - Miro a Koushiro que se ha puesto a su lado y lo veo con una ropa más ligera.


- ¿Pero que acaso no piensan ir a trabajar hoy? - Les pregunto confundido, ambos se miran y agachan la cabeza decepcionados.


- Es el poco caso que nos haces afuera de la cama. - Dice Koushiro sin pudor alguno.


- Pedimos un día de vacaciones. - Yamato me toma de un brazo y Koushiro del otro. - Prepárate porque nos espera un día fantástico.


- Y una noche también. - Ese pequeño lo dice con una mueca maliciosa mientras se sonríen cómplices. Siento mi cuerpo estremecerse. Cuando se ponen de acuerdo, es señal segura de dolor intenso en todo el cuerpo. ¿De verdad todo es felicidad con esos dos? Creo que comienzo a dudarlo.


- ¡Esperen, chicos! - Grito con verdadero temor.

Notas finales:

Hasta aquí llegó esta historia. Creo que el conocer a alguien con una mentalidad tan cerrada siempre es sinónimo de problemas. ¿Cuántos de nosotros nos hemos quedado con nuestros gustos, preferencias o incluso sentimientos, guardados en el fondo de nuestro corazón? Todo porque no siguen los cánones establecidos por la sociedad. Creo que, si nos permitiéramos ser un poco más honestos con nosotros mismos y con los demás, sin importar el qué dirán o el qué pensarán, disfrutaríamos de una vida mucho más feliz. Al menos en mi humilde opinión. ¡Nos vemos la siguiente historia!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).