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Pequeño Yang por DenisseZepol

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 – Creo que ya fue suficiente –, comentó KunHang mientras se levantaba de la silla para acercarse a la cama.


 


La respiración del menor de todos estaba agitada y descontrolada, el sudor cubría gran parte de su cuerpo y su pecho subía y bajaba sin control; sentía que sus piernas dolían, sus brazos estaban dormidos y ni hablar de su espalda baja. Su boca aún estaba ligeramente abierta lo cual ayudaba demasiado para tomar el aire que no podía con su nariz. 


 


– Pero aún no termino – señaló DeJun, viendo como el contrario se sentaba cerca de la cabecera de la cama – teníamos un trato. – Agregó, viendo con detenimiento como el menor recibía algunos mimos en el cabello, provocando que girara su cabeza en esa dirección rápidamente. 


 


Una tira de tela negra cubría sus ojos, lo que le imposibilitaba ver lo que ocurría a su alrededor y, aparte, dejaba que su tacto fuera más sensible -cosa que buscaba el mayor-. Algunos mechones de cabello estaban pegados a su frente y otros más se encontraban esparcidos por la almohada que estaba debajo de su cabeza, soltó un ligero gimoteo cuando un par de dedos apretaron una de sus orejas arqueándose levemente en su lugar mientras sentía como el desconocido salía de él. 


 


– Yanggie, ¿puedes continuar? – Cuestionó el mayor en un tono calmado -casi cariñoso-, mientras acomodaba ligeramente el cabello de su menor, – Nos detendremos si eso quieres. 


 


– Aún… puedo – respondió entrecortadamente, con la respiración agitada, – sí puedo – añadió, al no recibir respuesta inmediata. 


 


– Buen chico – elogió, dejando un casto besos en la frente del contrario y dirigiendo la mirada al mayor de ellos, antes de ponerse de pie – última ronda. – Susurró al pasar a su lado. 


 


Ya había visto y escuchado lo suficiente, y por el tiempo que había durado la sesión del mayor, KunHang decidió que lo mejor que podría hacer era simplemente prepara un buen baño para YangYang y la ropa que usaría después del mismo, aunque se debatía si era necesario o no preparar algo para que comiera. Con eso en mente, salió de la habitación y recorrió el pasillo hasta las escaleras que salían del sótano, dejando detrás los nuevos gemidos y gritos por parte del menor, al salir cerró la puerta y dio una vuelta rápida a la cocina, solo para llenar la tetera y dejarla calentando mientras hacía lo demás. Hizo el recorrido lo más rápido posible para llegar al cuarto de baño y comenzar a llenar la bañera; acercó todo lo que utilizaría y dejó las cosas preparadas. 


 


Bajó la intensidad del fuego en la cocina y regresó al sótano en busca del menor. El sonido del contante golpeteo en la pared hizo que se detuviera fuera de la habitación, algunos gemidos del menor llegaban hasta donde estaba y podía asegurar que -por como se escuchaba- él había alcanzado su orgasmo recientemente, cuando el golpeteo terminó, esperó un par de minutos antes de entrar nuevamente. DeJun, quien se encontraba sentado en la cama, mientras se limpiaba un poco y recuperaba la respiración, le dirijo una rápida mirada antes de sonreírle con suficiencia y ponerse de pie, tomando su ropa y caminando hacia la silla donde antes se encontraba el contrario. 


 


Ni lento ni perezoso KunHang caminó hacia el menor, extendiendo una ligera sábana sobre él y después tomando asiento nuevamente cerca de la cabecera para poder desatar sus muñecas. Acarició lentamente cada una, esperando que no terminara con marcas rojas en esa zona, ya que el menor era demasiado cuidadoso con su piel. – Lo hiciste bien, cachorro –, susurró acariciando nuevamente su cabello, obteniendo inmediatamente una sonrisa cansada del contrario. – Estoy orgullosos de ti –, agregó, sonriendo al ver como la cola del menor comenzaba a hacer acto de presencia aún debajo de la sabana. 


 


– Soy un buen chico – susurró Yang, recargando su cabeza en el muslo del mayor – eso fue divertido. 


 


– Vamos a que tomes un baño, ¿de acuerdo? – Comentó KunHang, retirando la tela de sus ojos, – ¿Tienes hambre? – Agregó, alejándose lo suficiente para cargar al contrario. 


 


– Muy poca – respondió, apoyando su cabeza en el pecho contrario – pero dudo mucho que me dejes comer algo de helado – agregó, mientras restregaba su rostro en la ropa del contrario. 


 


– Podría hacer una excepción, sólo si te comportas durante el baño –, señaló KunHang, abriendo la puerta del baño para, después de entrar, cerrarla con el pie. 


 


– Sólo si te bañas conmigo, hace mucho lo prometiste y no lo has cumplido –, acusó mientras cerraba los ojos al sentir como el contrario lo iba introduciendo en el agua. 


 


– Ya hiciste mucho por hoy y no quiero presionarte aún más – dijo el mayor, aunque de igual manera se alejó lo suficiente para poder retirarse la ropa, dejando solamente su ropa interior. – Nada raro Yanggie, ¿De acuerdo? – agregó a la par que entraba a la bañera, justo detrás del menor. 


 


El movimiento frenético de la cabeza del menor del dio algo de gracia, por lo que simplemente dejó que se acomodara entre sus piernas y con la espalda apoyada en su pecho, por loq eu su cabeza terminó sobre su hombro. KunHang, no perdió realmente el tiempo, limpiando lentamente el cuerpo del menor con ayuda de una pequeña esponja y el jabón. La respiración del menor fue más tranquila con el paso del tiempo, haciendo pensar al mayor que incluso se había quedado dormido, hasta que comenzó a limpiar la zona de su pecho y pudo sentir cómo la cola del menor se movía entre sus cuerpos. Sabía que esa era una de sus zonas más sensibles pero debía limpiarlo, por lo que dejando pasar el movimiento de su cola siguió con su tarea. 


 


– Ge∼ – murmuró, flexionando un tanto las piernas,


 


– Casi termino, tranquilo – respondió rápidamente, ayudándose de su otra mano para terminar de limpiar el cuerpo contrario. – Respira lentamente, sabes que eso te ayuda.


 


– Por favor – susurró, tomando la mano derecha del mayor. Su cabeza estaba sobre el hombro del contrario, estirada hacia atrás, por más que tratara de regular su respiración el tacto del mayor no le ayudaba y su cola no dejaba de moverse inquieta. Con algo de dificultad, YangYan dirigió la mano del contrario hasta su miembro, el cual se encontraba nuevamente erecto, y comenzó a masturbarse con ayuda de ambas manos esperando que el mayor tomara el control lo antes posible. – Ge∼.


 


Esa fue la gota que derramó el vaso, dejando de lado todo se KunHang se concentró en atender al menor repartiendo besos por todo el cuello del contrario y, con su zurda, volver a estimular sus pezones, yendo a su propio ritmo y tratando de ignorar la cola que seguía serpenteando entre sus cuerpos. Los suspiros pasaron a ser jadeos y los jadeos a ser gemidos, su cola se enredó en el brazo derecho del mayor y cuando hizo presión el torso de YangYang se arqueó, apretando sus manos en las rodillas del mayor para finalmente regresar a la posición original, sintiendo como su cuerpo tenía algunos espasmos. Con sumo cuidado, KunHang retiró la cola del menor y se levantó lo suficiente para alcanzar el shampoo y terminar de bañar al menor teniendo mucho cuidado de no tocar las orejas de contrario, su cuerpo estaba demasiado estimulado y si volvía a tocar alguna de sus zonas, tardaría aún más en hacer que descansara.


 


Cuando finalmente terminó, se levantó por completo para secarse rápidamente y acercar las toallas y envolver al menor quien ya estaba tratando de levantarse por su propia cuenta, con una toalla envolvió su cuerpo mientras se inclinaba para vaciar la bañera, nuevamente lo cargó pera llevarlo hasta la habitación, dejando que se recostara en la cama mientras él se encargaba del resto, vistiéndolo, secándole el cabello y acomodándolo bajo las cobijas para finalmente dejar que se durmiera, ya que había estado cabeceando cuando comenzó a secar su cabello. Estuvo pendiente un par de minutos, acariciando su cabello y -cuando estuvo seguro que estaba profundamente dormido- salió para ir rumbo a la cocina. 


 


– ¿No crees que lo consientes demasiado? – Preguntó DeJun en cuanto entró a la cocina. 


 


– Sabes que es un cachorro y aun así le exigiste demasiado – Atacó, olvidándose por completo de que iba a prepararse un té. 


 


– La próxima vez puedes unirte en lugar de solo ver – Finalizó el mayor, dandole un guiño y tomando sus cosas para irse de la casa. 


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