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ÍMPETU E INSTINTO por Mon18Zu

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Notas del capitulo:

Hola, después de un breve descanso - por la universidad - voy a volver a publicar. 

A la mañana siguiente, T/N alcanzó a su madre por el pasillo principal del primer piso mientras caminaba por la casa. Fue fácil seguir su aroma, un rastro fresco e indudablemente distinguible para su olfato.

 

Apenas notó su presencia, la omega levantó la mirada aunque no por mucho tiempo.

 

- No tuve oportunidad de preguntar: ¿Disfrutaste el desayuno de ayer? Rico se esmeró mucho.

 

-Sé qué crees que pretendía castigarla, pero no es así – Luego le preguntó, notando la mascada que rodeaba su cuello – ¿Se siente mejor?

 

Comenzaron a bajar las escaleras.

 

-Se quedó en la ducha por casi una hora. Estoy segura de que lo disfruto – T/N asintió – Luego se quedó en cama hasta el anochecer. Mi sirvienta personal le llevó un postre acompañado de un té. Cuando le recordé que debería cuidar su ingesta de azúcar, mencionó que tú le permitías aperitivos sin restricciones – T/N recordó el primer postre que le concedió en aquella habitación de hospital.

 

-Tampoco tuve oportunidad de hacerte notar que contrataste personal – La miró, buscando respuestas en su rostro. Por la noche anterior recibió al mayordomo: un hombre de edad con cabello canoso pero sin duda con un estilo elegante. Su sonrisa le inspiró confianza, así que le permitió el capricho a su madre, a pesar de que el hombre era un alfa.   

 

-Si, este lugar a estado solo tanto tiempo – Dijo, evitando su verdadera pregunta mientras extendía una mano y señalaba descuidadamente alrededor. Luego su expresión se volvió más seria.

 

– No le ayudas nada consintiéndola de esa manera. No me sorprendería que volviera a tomar la audacia con la persona equivocada y entonces…

 

-No voy a dejar que eso pase – La interrumpió, sabiendo que se refería al atentado de Rico contra T/N.

 

-No estarás todo el tiempo con ella – Refutó – Siempre le dije a su madre que tomara conciencia – Negó decepcionada, pero dejó el tema por la paz. Pasaron unos minutos y entonces ingresaron en el comedor donde T/N descubrió que Rico estaba ya allí, bebiendo té.

 

Se había puesto un elegante y refinado vestido y se esmeró en su peinado.

 

Su madre tomó asiento frente a su sobrina y T/N lo hizo en la cabecera del comedor.

 

– Estuve revisando la lista de cuentas que piensas abrir en tu próximo viaje a la capital – Comentó observando y calificando el trabajo mientras una de las sirvientas depositaba una taza de té delante de ella y procedía a retroceder, posicionándose de pie de espaldas a la pared, pasando desapercibida.

 

T/N apenas le echó un vistazo, pero supo que la omega no podía quitarle los ojos de encima.

 

Su madre extrajo un cuaderno de cuero rojo de uno de sus bolsillos y lo abrió en una hoja, dejándolo sobre la superficie. Lo reconoció enseguida porque T/N lo abandonó en uno de los salones después de hacer algunas anotaciones; solo recordatorios.

 

Una doncella diferente colocó una taza de café caliente delante de ella y se retiró.

 

-Me parece bien que Rico tenga su propia cuenta – Continuó – Pero ¿A quién pretendes que le pertenezca la segunda? – Señaló con el dedo índice una línea escrita en la hoja del cuaderno.

 

-Se llama Nanaba – Dijo despreocupadamente. De pronto, su madre soltó una expresión de angustia y ella levantó la mirada, sorprendida. Lo que vio fue el terror en el rostro de su madre un segundo antes de ser reemplazado por la ira. Se inclinó hacia adelante y la enfrentó al tiempo que exclamaba:

 

- ¡¿Embarazaste a una omega?! – T/N parpadeó. Aquello había sonado más como una afirmación que como una pregunta.

 

- ¿Qué? No – Negó, consternada, pero le consternó más ver que Rico escondía una amplia sonrisa tras su taza mientras sus hombros se agitaban. Suspiró y negó nuevamente con su taza de café en la mano – No he embarazado a nadie, Madre – Sentenció antes de dar un trago.

 

La expresión de su madre se relajó pero mantuvo una mueca molesta. Apartó la mirada de la alfa, cerró los ojos con el entrecejo fruncido y bebió, tomándose su tiempo para calmarse.

 

T/N suspiró antes de explicarse.

 

 – Nanaba es una alfa – Dijo – Ambas pertenecemos al mismo escuadrón – Rico la miró con curiosidad.

 

-No entiendo, ¿Por qué abrirías una cuenta monetaria para un alfa que no es de la familia? – La cuestionó su madre. Inclinó el cuello hacia el costado izquierdo y la alfa supo que estaba siendo buena.

 

Decidió ser sincera.

 

-Porque cometí un error – Miró su taza y bebió algo de café, encontrando las palabras – Bebí hasta intoxicarme en el último aniversario de la muerte de papá y la sometí bajo mi dominio de forma permanente. Ahora también es mi responsabilidad – Miró el cuaderno y señaló con la barbilla – Me pareció adecuado.

 

-Agradezco tu sinceridad – Fue su respuesta, tomando nuevamente su taza de té caliente. Por su parte, Rico se mantuvo pensativa, sin decir nada aún – Tu padre también estaría de acuerdo. Es lo mínimo que puedes hacer después de quitarle su libertad – T/N estuvo de acuerdo, pero cambió de tema.

 

-Supongo que piensas quedarte, porque si es así, me gustaría darte un puesto oficial en la compañía…tal vez, nombrarte administradora financiera de la compañía – Se encogió un poco de hombros.

 

Rico alzó la mirada, sorprendida.

 

-Solo si aceptas, no voy a obligarte – Añadió concentrándose en su propia bebida caliente. Cuando levantó la vista, la sorpresa en los ojos de su madre la hizo explicarse – Tienes educación y no me gustaría que te aburrieras una vez que Rico y yo no estemos.

 

-Pero… – Negó, tratando de no apartar la mirada. Se había quedado con los brazos doblados, sosteniendo su taza a la altura de su pecho – Jamás aceptarían a una mujer como yo manejando las finanzas más importantes de la compañía – Aseguró casi en un hilo de voz.

 

-Claro que van a hacerlo – Exclamó Rico, molesta de que su tía pudiera pensar así. T/N vio la necesidad de confirmar esas palabras.

 

-Lo harán si yo se los ordeno – Sus palabras fueron sencillas pero la convencieron – Será en su totalidad trabajo de escritorio, así que podrás hacerlo desde aquí pero seguro tendrás que viajar a la capital de vez en cuando.

 

-Debo pensarlo – Le pidió y T/N dejó de hablar mientras tres de doncellas hacían su trabajo y servían el desayuno.

 

- ¿Cuántos sirvientes hay en esta casa? – La cuestionó, dándose cuenta de pronto de que no podían ser solo cuatro.

 

-Quince – Respondió Rico, lo que T/N no esperaba, pero comprendió que su madre debía de estar enseñándole a administrar el hogar, así que no pidió explicaciones – Dos cocineras, cinco doncellas, dos mozos de limpieza, un mayordomo, un jardinero, dos mozos de cuadra, un mensajero a tus servicios y la sirvienta personal de tu madre.

 

- ¿Un mensajero? Bien, lo necesitaré – Comenzó a comer. El humor de Rico se embelleció, así que al poco tiempo, inició una nueva conversación.

 

-Sé que un alfa puede establecer órdenes a otro por su posición de dominio superior, pero jamás había oído que pudieras usar tu voz alfa con ellos también – Comentó.

 

- ¿Lo hago? – Preguntó descuidadamente.

 

-Si, lo haces. Y funciona – Rico hizo una mueca de disgusto fingida por haberle restado importancia – Le ordenaste a tu tío que mantuviera su distancia y podía jurar que temblaba porque no era capaz de dar un paso al frente.

 

-Si, eso fue extraño. Jamás vi a tu padre hacerlo – Concordó su madre poco antes de devorar una gran uva verde.

 

-Pues tendrán que dejar de hablar de eso – Fue todo lo que dijo.

 


 

Los pasillos del cuartel general de las tropas estacionarias en la capital eran más espaciosos que los que se tenían en el cuartel general de investigación.

 

El sonido de los pasos del comandante Erwin y del capitán Levi fue lo único que ambos escucharon por algún tiempo.

 

Finalmente, llegaron a la puerta del despacho del comandante Dot Pixis y se detuvieron al mismo tiempo.

 

Erwin nunca le pidió a Levi que lo acompañara pero tampoco se negó cuando Levi comenzó a caminar detrás de él, dejando a su escuadrón en la plaza interior de las instalaciones.

 

La mañana los recibió con un sol jovial así que Erwin no llevaba puesto el abrigo, ni siquiera el uniforme. En vez de ello, vestía unos pantalones y una camisa beige de manga larga, que no hacía más que resaltar sus formidables pectorales.

 

Levi entendía que aquella pretendía ser una reunión extraoficial.

 

Erwin entonces levantó el brazo derecho y llamó a la puerta. No pasó mucho tiempo hasta que ésta se abrió, revelando a un hombre de mediana edad, calvo y con arrugas alrededor de los ojos.

 

Pixis no sonrió pero sus ojos revelaron que estaba complacido de ver a Erwin.

 

-Erwin – Dijo – Pasa.

 

Se hizo a un lado y se alejó hacia el interior del despacho, dándoles la espalda antes de colocarse detrás del escritorio, con las manos unidas en su espalda.

 

Erwin lo siguió hasta el escritorio y se detuvo delante. Levi, por su parte, se quedó atrás, cerrando la puerta en silencio. Mantuvo la manos sobre el picaporte unos segundos, con una expresión indescifrable en el rostro.

 

Usualmente los alfas hacían eso: solo se prestaban atención entre ellos, ignorando la mayor parte del tiempo a los omegas, aunque Levi sabía que Erwin no lo hacía a propósito.

 

Como fuera, no le importó.

 

-Entiendo que buscas alguna clase de asesoramiento sobre cómo tratar con los contribuyentes.

 

-Aunque haya sido bajo tu cargo las pérdidas recientes, no puedo dudar de tu experiencia manejándote con los más adinerados del país.

 

Tanto Erwin como Dot tomaron asiento al mismo tiempo.

 

-Los contribuyentes solo esperan que la división a la que donan su dinero tenga resultados – Comentó Dot – Jamás me ha importado. He usado la reputación de las tropas estacionarias todo este tiempo. Pero la verdad es que, sin una invasión parece que siempre tenemos resultados.

 

Levi estuvo de acuerdo.

 

-La familia Brzenska ha sido contribuyente de las tropas estacionarias por mucho tiempo, ¿Qué me puedes decir de ellos?

 

Dot cruzó las manos apoyando los codos sobre el escritorio. Erwin, en cambio, se relajó sobre el asiento.

 

-T/N Brzenska estuvo sentada justo donde estas tú hace casi una semana atrás – Dijo dando seriedad a la situación. Levi lo miró de pie desde donde estaba, prestando atención – En ese momento, supe que iba a perder una buena soldado.

 

-Rico Brzenska – Levi comprendió que no había sido una pregunta.

 

-Hay pocos como ella, seguro lo sabes.

 

-Los rumores son que la soldado T/N se ha posicionado como la líder de la compañía de su familia – Continuó Erwin, redirigiendo la conversación.

 

-Son ciertos los rumores – Dot asintió apenas, cerrando los párpados un momento – La más importante compañía maderera del país, que además tiene fuertes lazos con la industria de las armas.

 

-Solo es una ególatra alfa con dinero – Habló Levi por primera vez, dando un paso al frente – Podemos manejarlo.

 

-No podría concordar contigo del todo. Pero lo sabrás cuando le prestes por primera vez atención de verdad – Levi ni siquiera parpadeó por aquel comentario – Estoy seguro de que te sorprenderá. No es una persona que debas intentar controlar.

 

- ¿Debemos tener cuidado con ella? – Preguntó Erwin con absoluta seriedad.

 

Dot resopló y volvió su mirada hacia el comandante más joven.

 

- ¿Cuidado? – Erwin parpadeó, sorprendido – Si, debes tenerlo.

 

Cerró los ojos y pareció meditar unos segundos antes de proseguir.

 

– Un subordinado del capitán Kitz Neilman, Floch Foster, se atrevió a meterse con su prima pequeña de la peor manera posible y los guardias lo encontraron muerto en su celda la noche siguiente después del juicio justo en el cambio de guardia. Los dos soldados que lo resguardaban estaban tan asustados que ni siquiera pudimos sacarle una palabra al respecto – Luego añadió, en un susurró escalofriante – Temblaban como hojas al viento. Y, sin embargo, eso no fue lo que me impresionó, sino el hecho de que lo hizo delante de mis narices con la absoluta confianza de que obtendría lo que venía buscando.   

 

- Un alfa así es peligroso, sin duda – Concordó Erwin – ¿Por qué no la hiciste arrestar, en todo caso? No le sacaste información a los guardias pero no te cabía duda de su culpabilidad.

 

-Porque la legión es la esperanza de la humanidad y a veces uno tiene que ceder – Erwin asintió, de acuerdo con Dot.

 

- ¿Qué le hizo? – Preguntó Levi casi en un susurro, apenas notando que ya se encontraba justo al costado de la silla de Erwin - ¿Qué fue lo que le hizo Floch a Rico Brzenska?


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