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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Te gustaba mucho el sube y baja  ¿Recuerdas?"

Lee Taek volteó la cabeza ante la repentina pregunta de su padre y dijo:

"Me encantaba."

"También te gustaban mucho los columpios, así que una vez que comenzaste a caminar, fuiste hasta este parque y te quedaste allí durante más de una hora diciendo que no ibas a bajarte nunca. Otro niño vino, lloró y me pidió que te quitara, así que fuí por ti y te lleve a otro lado. Jaja no dejabas de llorar. Eras hermoso y muy bonito en ese entonces".

Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Kim San mientras se quejaba del pasado, mirando el parque que ahora no tenía a una sola persona. Lee Taek apoyó la barbilla en el hombro de su padre y dijo:

"Hemos sido tan malos contigo que ahora seguramente ya no somos bonitos para ti".

"Así es."

Ante la firme y rápida respuesta, Isaac sonrió.

"Eso pensé."

"Siento que fueron... Terriblemente injustos conmigo. Yo no merecía eso."

"… Aún así, nos amas ¿No es verdad?"

Kim San miró a Isaac y dijo:

"Los amo... Pero, también lo odio demasiado justo ahora."

"Sabemos que... Que no fue la manera. Somos un poco raros."

Kim San frunció el ceño ante las palabras. No eran solo "un poco" raros. Pensaba que estaban completamente locos. Quizá incluso más locos que Choi Hee-seo. Es decir, al menos Hee-seo no entró en celo con su padre. En un instante, recordó al hombre, quien tenía una brillante sonrisa en su rostro y una voz hermosa que pedía que le abriera las piernas. Quizá la causa de todo esto, había empezado con él.

Isaac pateó una piedra cerca de su zapato y abrió la boca.

"Te hemos amado con locura desde hace más de 7 años. 7 años... Si es corto o si es muy largo depende de cada quien pero... Papá no sabe lo frustrante que fue o lo locos que nos pusimos cuando nos enteramos que no era un cariño normal. Creo que pensamos que esto era lo único que nos quedaba."

Se sintió mareado. En realidad ya había tenido conversaciones similares antes. Muchas veces en realidad. Siempre fue como si se repitieran las mismas voces y situaciones. Cada vez, insistía en no tener sexo con ellos, y los niños gritaban que también lo estaban pasando muy mal. Durante poco más de dos meses, arrastró una relación enferma porque nunca les puso un límite. Si hubiera sido tan cruel con los niños como lo fue con los demás, no habrían llegado nunca a este punto.

Kim San acarició la mejilla blanca de su niño. Su piel era más suave que la de un adolescente. Era clara, como crema fresca, y sumamente bonita.

"Mi hijo... Es porque sigues siendo encantador y hermoso que es difícil para mí. Incluso si quiero odiarte, no puedo hacerlo por completo porque te amo."

Los ojos de Isaac se iluminaron ante una confesión que estaba cerca de la resignación.

"Entonces, ¿Por qué no nos aceptas y ya? ¿Por qué no solo... Nos amas?"

"¿De verdad quieren eso?"

Isaac asintió así que, Lee Taek, que había estado callado todo este tiempo, también se acercó y se aferró a su padre.

"Si decimos que lo sentimos y hablamos con toda la verdad ¿Nos puedes perdonar? Nosotros no... Estábamos desesperados, mi amor. Me arrodillaré frente a ti y me disculparé por todo lo que quieras. Lo prometo, lo prometo de verdad."

Kim San, quien palmeó la espalda del hijo que lo había abrazado justo como un oso, se levantó después de dar un suspiro que sonó desgarrador. Se acercó a los niños, se puso a su altura, y les mostró una sonrisa amistosa por primera vez desde el incidente.

"Vamos a casa ¿Bueno?"

Los jóvenes, que estaban preocupados de que su padre se escapara, aliviaron su estado de alerta ante las palabras de su padre que habían versado que todavía los amaba mucho. Además, por temor a lastimar un cuerpo que estaba cargando a su bebé, ni siquiera intentaron hacer algo y simplemente parecieron rondar muy de cerca.  Aunque habían sido crueles con él, todavía eran niños lindos y encantadores. Y cada vez que veía este tipo de comportamiento en ellos, de hecho hasta caía en cuenta de que todavía eran sus pequeños de 21 años. Tontos, inexpertos y con miedo. Sin embargo, mientras caminaba por el sendero oscuro de regreso a casa, los recuerdos de lo que les había sucedido a sus pequeños bebés, florecieron y empujaron el recuerdo feliz de ellos hasta que lo enterraron muy en la distancia. De pronto, incluso solo recordaba la manera en que lo habían forzado a tener sexo y quedar embarazado.

Los niños corrieron y se rieron como lo hacían cuando eran pequeñitos, pero Kim San no pudo hacerlo otra vez. Pensó que si movía un poco la cara, incluso iba a ponerse a llorar.

Cuando llegaron a casa, Isaac empujó a papá al sofá y lo besó suavemente en la boca. Kim envolvió sus brazos alrededor del cuello de su hijo y lo atrajo hacia él como para darle la bienvenida a su lengua. El niño gimió, pareció un poco sorprendido con su comportamiento tan inusual pero igual abrazó con fuerza la parte superior del cuerpo de su padre. Luego, él sostuvo la dura parte superior del cuerpo de su hijo, que era como un ladrillo, y apoyó la cara en su cuello mientras lo escuchaba jadear igual a si le faltara el aliento. Aparentemente su hijo había tenido una erección por su padre biológico. No pareció ser intencional.

"Creo que voy a explotar… Lo siento."

"Ponlo dentro."

San Kim tocó el pene de su hijo y luego hizo lo mismo con el suyo. Los ojos de Isaac revolotearon ante la seca tentación y luego, incluso pareció quedarse completamente en blanco. La razón por la que no quería hacerlo ahora, era porque estaba embarazado de su bebé. No quería hacerle daño así que pareció entrar en conflicto con su instinto y su mente.

"No puedo, cariño. Papá está embarazado ahora."

"¿Entonces con la boca?"

Kim San preguntó, tocando los genitales de su hijo con una cara que pareció un tanto inexpresiva. El niño finalmente dijo que sí.

Papá se arrodilló y se acomodó entre las anchas piernas de su niño. Sacó la lengua, como un gato, y lamió su pene hasta que pareció comenzar a gotear de semen. El joven estaba tan emocionado solo por eso, que movió la cadera en su dirección una y otra vez hasta que incluso la punta tocó su uretra.

"Ah, ah, por Dios ¡Ah, papá!"

Kim puso los testículos del niño en su boca y los hizo rodar con la lengua hasta que el rostro de su hijo comenzó a pintarse de un hermoso color rojo brillante. Luego, Isaac se tapó con el dorso de la mano y dejó escapar un gemido que se mezcló de inmediato con sus lágrimas. Era como si se tratara del primer estímulo real que había experimentado después de mucho tiempo. Bueno, esto porque en primer lugar, solo se había estado concentrando en ponerlo, ponerlo y ponerlo dentro de su ano como si fuera un demente.

Kim San, que estaba pensando en el pasado mientras chupaba descuidadamente los testículos y el pene de su hijo, sonrió. Miró a Isaac desde abajo y se tragó su carne otra vez hasta que le llegó más abajo de la garganta. Era demasiado grande ¿Cuándo creció así su bebé? Solía ​​ser demasiado pequeño y endeble. Una criaturita a quien confundían con una niña.

San lo chupó como si fuera un helado y, cuando finalmente aplicó presión en su verga y se envolvió alrededor de su pene, Isaac cerró los ojos y lloró tanto como le vino en gana. Estaba tan excitado, tan feliz, que hasta agarró el cabello de Kim San con fuerza y lo aproximó para que continuara haciéndolo justo de la misma manera. Kim frunció el ceño ante el dolor de su cuero cabelludo desgarrándose entre sus manos.

"Padre… Ah, mmm... Esta muy, muy bien. Ah, es tan bueno."

Kim San movió la cabeza para succionarlo justo como lo quería su hijo. Inmediatamente después, Lee Taek, que estaba observando la escena desde el arco de la puerta, se acercó a los dos mientras se masturbaba los genitales:

"Papá, el mío también."

La voz de Lee Taek se elevó por toda la habitación así que, Kim San, con los ojos un tanto entrecerrados, miró el gran pene de su hijo, extendió la mano y finalmente lo tomó entre sus dedos también.
Tenía el pene de Isaac en la boca y el pene de Lee en la palma por lo que Kim San-eun se echó a reír al verse a si mismo tan concentrado en un trabajo que antes lo hubiera hecho llorar.

"Ah, padre. Ah, ah, papá..."

Mientras chupaba su pene, Isaac no pudo soportarlo más y eyaculó directo en su boca. Kim frunció el ceño, pero se tragó el semen de Isaac rápidamente de todas maneras. No podía escupirlo porque los niños le daban tanto de eso en casa que se acostumbró a hacerlo justo así para evitar un castigo. Además, sus labios se hincharon tanto por chupar los genitales de Isaac que Taek no soportó la tentación de acariciarlos utilizando su glande.

Kim San cerró los ojos, no dijo nada, y ahora pasó a chupar el pene de su otro hijo.

"Padre… Ah, es tan agradable. Es muy bueno que finalmente nos estés haciendo caso."

Kim San, que escuchó las palabras de Lee Taek, se concentró completamente en chuparle la verga. Tosió a causa de la sensación que habían llegado al interior de su garganta pero, igual se acomodó lo suficiente como para poderlo manejar.

"Papá, chúpame las bolas también".

Lee Taek sonrió con picardía y levantó un poco más su cuerpo para que le hiciera caso. San lo miró por un momento, suspiró, y luego abrió la boca para hacer justo lo que le había pedido. La piel de sus testículos era suave, caliente, y también era un tanto pesada. Sacó la lengua, junto un poco los labios, y lamió los pequeños pliegues en su carne de arriba para abajo, lo besó, luego Lee Taek dijo: "Ah, es muy bueno" Y, justo como su hermano, comenzó a tomarlo del cabello. La diferencia era que se portó mucho más amable que Isaac.

"Oh, mierda. Maldita sea. ¡Eres perfecto, mi amor!"

Cuando puso ambos testículos en su boca, como chupando un caramelo y luego los hizo rodar, Lee Taek no pudo soportarlo más y finalmente eyaculó en su garganta. Kim cerró los ojos y finalmente levantó la mano para limpiarse la cara. Incluso sacó la lengua y lamió todo lo que había quedado en sus comisuras.

"¿Está bien así?"

Preguntó Kim San, así que sus dos hijos asintieron de inmediato.

Isaac abrazó a su padre y susurró: "Eso significa que has decidido vivir con nosotros. ¿Verdad?"

"Sí..."

En respuesta a la voz impotente de Kim, el niño besó los labios hinchados de papá y le dijo que "definitivamente no iba a arrepentirse de su decisión".

Al final, Lee Taek se sentó en el sofá con su padre, e Isaac fue a la cocina para preparar algo que pudiera comer. Gran parte de la cautela de los niños se alivió con la confesión y el sexo oral así que, en ese momento, no se dieron cuenta de que Kim San, sostenido en los brazos de su hijo como una muñeca, estaba viendo fijamente a la terraza.

No podía aceptarlo.

Quedó embarazado del bebé de alguno de sus bebés y ahora lo estaba haciendo crecer dentro de él. Tener sexo con sus hijos ya era lo suficientemente loco así que definitivamente no iba a aguantar algo más. Ahora, después de tanto sufrimiento, era tiempo de liberarse.

"Papá, espera un minuto. Encontraré el control remoto. ¿De acuerdo?"

Lee Taek se movió desde la distancia y comenzó a buscar el control. Kim siguió sentado en el sofá pero, luego, muy discretamente, miró a su alrededor y notó que Isaac estaba sosteniendo un cuchillo de cocina para rebanar los vegetales. Taek buscaba debajo del sillón, luego Isaac encendió la estufa...

Ese fue el momento.

Kim San se levantó y caminó hacia la terraza. 

El ritmo lento se hizo más rápido y, de todas maneras, la puerta no se abrió correctamente al primer intento. Estaba bloqueada así que jaló y jaló y al final abrió el cristal de par en par con un crujido que no fue percibido por ninguno. 

Caminó hacia la baranda del balcón

El viento de la tarde lo estaba atrayendo. A lo lejos, había una oscuridad que se extendía por todas dirección y que pareció abrir sus brazos para darle la bienvenida a este nuevo momento de liberación.

Las piernas de Kim lo llevaron a la orilla.

"¡Papá!"

Tan pronto como una de las piernas de Kim San cruzó la línea, se escuchó una voz temblorosa desde atrás. Estaba preocupado, igual a si se hubiera quedado sin aliento de golpe y luego, como una persona que intentaba soportar todo el dolor del mundo, se escuchó una voz reprimida gritando:

"¡Papá! Joder, joder ¡Hermano! ¡Hermano!"

Lee Taek gritó y llamó a Isaac.

"¡Hermano! ¡Ah! ¡Hermano! ¡Hermano! Padre…  Papá, es papá. ¡Papá está en la terraza!"

"¿¡Qué...!? ¿Cómo qué...? ¡Papá! ¡¡Papá!!"

Isaac lo llamó, llorando y gritando.

No, no podía mirar atrás. Si se debilitaba y miraba en su dirección, entonces estaría encerrado para siempre con ellos ¿Quería tener a sus hijos y vivir así toda su vida? Kim San se preguntó esto innumerables veces, pero la respuesta no apareció jamás. Era como si hubiera sido ella quien cayo por la terraza en lugar de él.
Kim San miró fijamente al frente y respiró. La vida que había vivido hasta ahora se desplegó como un panorama aterrador y le mostró todas esas emociones contenidas que siempre se precipitaban en su dirección como una marea turbulenta.

Desafortunadamente, cuando volvió la cabeza un centímetro y el viento lo llevó a la realidad, encontró que había una cantidad exagerada de sangre goteando del lugar donde Isaac estaba parado. No sabía qué había pasado exactamente porque el niño estaba inclinado, pero de todos modos, su hijo estaba sangrando tanto que lo último que vio de él, fue la manera en la que vomitaba un enorme chorro rojo. Aparentemente, en la desesperación y tratando de que papá bajara de la terraza y regresara con él, justo como lo había hecho cuando se lastimó la muñeca, Isaac se hundió el cuchillo muy profundo en el estómago.

Lee Taek tembló al ver a su padre tratando de suicidarse y a su hermano mayor agonizando en el suelo. Sin embargo, después de pensar, Lee Taek corrió, bajó a Kim San de la terraza de un jalón y lo metió a la sala sin importarle la manera tan brusca en que lo hizo. Luego, Taek, que cerró la puerta del balcón, fue de inmediato a ayudar a su hermano mayor. Estaba vomitando. No podía dejar de vomitar y hacer un sonido de asfixia que terminó en gorgoteo. Puso los ojos en blanco y la cabeza se le fue completamente para atrás.

"No Isaac. No Isaac... Maldita sea, maldito loco. No me hagas esto. No me hagas esto, hermano. No íbamos a actuar así... Mírame ¡Mírame Isaac!"

Kim San ​​cayó al suelo y se agarró el estómago.

"¡Mierda! ¡¡Mierda, maldita sea!!"

Se escuchó el grito de Taek. Sin embargo, no notó que Kim San rascó el suelo con dolor como si le estuvieran desgarrando el estómago en varios pedacitos. Le estaba doliendo mucho la panza, tanto y tanto que no podía llegar al hijo que estaba allí con la cabeza levantada y la cara repleta de sangre. Isaac estaba jadeando por respirar, Lee Taek estaba llamando a una ambulancia y Kim San estaba en el suelo con un dolor insoportable.

Sus pantalones estaban llenos de sangre.


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