Los dedos que cavaron a través de su agujero comenzaron a sentirse excepcionalmente largos. Era la mano de Taek. Kim San arrugó las cejas ante las puntas que alisaron las arrugas densamente acomodadas en su ano e incluso después de aplicar el gel, de repente le pusieron toda la mano al mismo tiempo así que no fue extraño que comenzara a sentir muchísimo dolor.
Kim San se acomodó contra el cuerpo de ese hombre. Podía oler el perfume que Choi Hee-seo siempre llevaba encima así que, sin darse cuenta, volvió a despertarlo esa imagen de que estaba besando al padre de sus niños y que esos mismos niños eran los que le estaban abriendo el culo. El calor subió por su cabeza, dejó de escuchar e incluso sintió que sus ojos habían comenzado a arderle.
"Ah, ah, ah..."
"Te gusta más estar conmigo ¿Verdad, mi amor?"
Lee Taek sonrió y metió dos dedos. Los sacó hasta que que las uñas se le vieron de nuevo y luego los empujó de una sola vez con un impulso tan fuerte, que hasta pensó que le iba a meter el dorso de la mano. Además, Hee-seo Choi lo estaba tratando lo suficientemente suave y lento como para no poder compararlo en absoluto con los movimientos bruscos de Lee Taek. Hee-seo era tan bueno que lo dilató casi sin que se diera cuenta.
"Eres hermoso..." Choi Hee-seo dijo esto mientras besaba el largo cuello blanco de su antiguo amante "Me gustaría poder tomarte con calma..."
"Oh, no podemos hacer eso. A diferencia de ti, papá siempre nos da gusto."
Lee Taek definitivamente no quería perder. Los dedos de Choi Hee-seo todavía estaban adentro de papá, pero el pene erecto de Taek ya había comenzado a acercarse. Y mientras frotaba su perineo de arriba para abajo, con el glande, San Kim tembló y abrazó a Choi Hee-seo como si tuviera bastante miedo. Hee-seo suspiró y movió las manos. Luego comenzó a quitarse los pantalones.
"Papá, ¿Qué hay de mí?"
Isaac se estaba masturbando frente a él, así que Kim San lo escuchó con la cara completamente enrojecida.
Isaac se subió a la cama, agarró la cabeza de Kim San y frotó el glande contra sus labios mientras tiraba de su cabello un poquito más para adelante. Kim, que miró la carne dura y de color rojo oscuro, acercándose hacia él, abrió la boca igual a si de verdad estuviera muy acostumbrado a eso o como si le hubieran dado una domesticación perfecta. Luego San, que chupó su glande, cerró los ojos y suspiró de un modo increíblemente pesado. No había nada malo con el tacto contra su lengua o en el sabor de su semen. Y agarrando suavemente la parte de la raíz con la mano, la chupó y la mamó igual a si fuera un caramelo en lugar de un pene. Incluso trató de llevarlo más profundo dentro de su garganta.
Isaac acarició el cabello de su padre con una suave sonrisa en su rostro. Al mismo tiempo, se rió tan fuerte que hizo que Kim San levantara la cabeza.
Entonces se encontraron cara a cara.
Había amor en los ojos del hijo que saboreaba a voluntad la boca de su padre.
Los genitales de Isaac perforaron rápidamente bajo su úvula y entraron hasta el fondo de su garganta. No obstante, era solo el comienzo y ya estaba sintiendo el cansancio comenzar a caer encima de él a pasos realmente agigantados. ¿Era irrazonable tratar con tres personas a la vez? Kim San, que había estado pensando en ello, con la cabeza en blanco, endureció su cuerpo y se asustó ante los genitales que comenzaron a entrar ahora por abajo. Dos personas habían tratado de aflojarlo con los dedos, pero su agujero igual pareció ser demasiado estrecho porque sus piernas todavía no estaban completamente extendidas.
"Ah... Um."
A pesar de que Kim San quería llorar, no pudo hacerlo debido a los genitales que ahora estaban en su boca. ¿Era Taek Lee o Hee-seo Choi quién lo estaba penetrando? Sin embargo, estaba sin aliento y por eso mismo tampoco podía pensar.
"Soy yo, cariño, ¿Puedes sentirlo?"
Hee-seo Choi se tumbó y movió su mano, tanteando y tocando el pecho de Kim-san muy lentamente en pequeños circulitos perfectos. Por supuesto, Kim no pudo responder a esto porque todavía estaba muy ocupando chupando una verga para poder satisfacer a su hijo.
Le dolía la mandíbula, también le dolía la garganta y el estómago le había comenzado a punzar. La inserción de los dos había sido demasiado rápida para que él la siguiera y luego, se sintió un poco como volver a la primera vez en la que tuvieron sexo. Choi Hee-seo empujó su pene y tocó lentamente la cara de Kim San. Le secó las lágrimas y le soltó el cabello.
"Déjame ver a que sabe mi hijo."
Choi Hee-seo entonces lo besó.
Lee Taek, que había estado acariciando el agujero de su padre todo este tiempo, pareció muy molesto por lo que acababa de hacer. E incluso Isaac, que estaba complaciendo a su padre de otra manera, pareció tan celoso de ese hombre que hasta olvidó la manera en la que se estaba moviendo para penetrarle la boca. Cuando los hijos se cruzaron de brazos y los miraron atentamente, casi como si quisiera matarlos a los dos, Choi Hee-seo sonrió y se levantó un poquito para poder tener un mejor rango de movimiento. El extraño deseo de ganarle a esos "bastarditos" se encendió y al mismo tiempo, ese hambre infantil por escuchar sus nombres de boca de Kim San comenzó a bullir dentro de los pechos de los dos.
Cuando su verga entró desde abajo, tan fuerte como para emitir un sonido de "chapoteo", Kim San torció su cuerpo y gritó incluso aunque pareció algo difícil de hacer con tanta presión. Isaac se acercó y separó al hombre de su padre cuando notó que estaban bastante cómodos el uno con el otro. Se rió:
"¿Qué? ¿Estás celoso?"
Choi Hee-seo murmuró esto mientras salía de dentro de él, colocando al hombre en posición vertical sobre la cama y luego, con las piernas sobre los hombros, insertando sus genitales lo suficientemente profundo como para tocar su vello púbico con su trasero. Kim San respiró hondo e Isaac, que no quería quedarse fuera, se aproximó y le hizo sostener su mano.
Kim, quien sujetó los dedos de su hijo, levantó los ojos y miró a Isaac. Lee Taek se sentó junto a la cama y acarició el cabello sudoroso de su padre mientras le decía cosas que sonaban como frases muy genéricas para hacerlo sentir mejor. Por supuesto, no hubo consuelo aún así, por lo que Kim San solo se conformó con suspirar.
"No sabía que mis hijos eran tan agresivos. Supongo que algo tenían que sacar de mi."
Hee-seo Choi los llamó deliberadamente "hijos" y se rió de eso. Le acarició las mejillas rojas con el pulgar y le limpio las lágrimas con las uñas.
En un instante, la cara de Choi Hee-seo cambió drásticamente. Como si se quitara una máscara, apareció una grieta sutil en su rostro suave y elegante y luego, su boca, que había mantenido cerrada todo este tiempo, se abrió por completo. Con los ojos nublados, respiró hondo y sonrió mientras sentía que estaba a punto de eyacular:
"San-ah, yo sí estoy celoso. Hay mucha gente que te ama aquí contigo. Me gustaría haber sido tu único para siempre".
"¡Carajo!… Cállate. Ah, solo cállate."
Choi Hee-seo sonrió brillantemente ante las malas y duras palabras mezcladas con llanto. Kim San volvió a agarrar la mano de Isaac con fuerza.
"¡Ummm!"
Cerró los ojos con fuerza y se puso a temblar. Su pene era tan malditamente grande y duro que pareció como si fuera a partirlo por la mitad. Y el problema era que, como había dicho antes, todavía era solo el comienzo. Isaac y Lee Taek no eran de los que se detuvieran fácilmente una vez que comenzaban con el sexo así que pensó ¿Seré capaz de llegar hasta el final? Era imposible. Completamente imposible, pero ya había aceptado.
Choi Hee-seo cubrió la mejilla de Kim San con una mano y hundió sus genitales de nuevo muy dentro de él. La parte superior de su cuerpo subía y bajaba repetidamente y el gel pareció comenzar a gotear hasta llegar a la cama. Y como si Choi Hee-seo estuviera feliz con la idea de dejarlo embarazado por segunda ocasión, sonrió igual a un niño pequeño y gimió cuando llegó a ese lugar muy profundo y cálido dentro de él. Quería bajar las piernas, pero la mano que sostenía su cintura no se lo permitió.
"Papá, espera un minuto. Ahora yo te haré saber que soy el mejor".