Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido amigo por Cris fanfics

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Se habían reunido en el salón tras que el agente Marshall se los ordenara.


Todos los chicos se encontraban ya allí, sentados en unas sillas que los adultos habían colocado allí improvisadamente para que hubiera sitio para los once.


Rhona, Dylan y Jordan se sentaron juntos en segunda fila y estuvieron hablando —ignorando el barullo de sus compañeros— hasta que los adultos irrumpieron en la sala e hicieron un llamamiento al orden para poder empezar.


— Hemos decidido que no podéis quedaros en el hostal —explicó el agente Marshall, sin irse por las ramas—. Es poco práctico permanecer en un único sitio cuando vais a tener que viajar por todo el país y, además, os hace un blanco fácil para Schiller.


Hubo silencio.


— En aproximadamente una semana tendremos disponible un autobús y empezaremos a recorrer Japón en él —la mujer terminó de dar la información por su compañero.


— Entonces… ¿vamos a abandonar este lugar? ¿Sin más?


Los tres agentes parecieron replantearse la pregunta de la adolescente antes de contestarla.


— Sí, pero estará disponible por si más adelante lo necesitamos. Podéis dejar las cosas que no os resulten indispensables aquí. —Era una auténtica tontería por parte del adulto decir algo así cuando los chicos habían llegado allí con lo puesto y todo de lo que habían disfrutado en su breve estancia en Shibuya había sido gentileza del gobierno (desde ropa hasta alguna que otra cosa para pasar los ratos muertos).


— ¿Y qué vamos a hacer en las fábricas ahora que padre sabe lo que estamos haciendo?


— Seguiremos actuando como la última vez, pero con más cuidado. No hay otra cosa que podamos hacer sin alterar el plan en el proceso.


A base de preguntas estuvieron unos cuantos minutos más reunidos; aunque no había mucho que añadir. Tan pronto como se acabaron las dudas, los más jóvenes se fueron del salón… Menos Jordan y Dylan.


El agente Marshall se imaginaba el porqué.


— Agente… ¿Qué pasa con nosotros?


— Hasta que no recuperéis vuestras capacidades normales sois una carga para el grupo. Si resultáis útiles de nuevo antes de marcharnos venís, si no os quedaréis aquí —sin nada más que añadir, él también se marchó de la estancia.


A Dylan no le afectaba demasiado lo que les acababan de decir, seguramente estaría recuperado antes de la partida, pero para Jordan era otro cantar.


El chico moreno dejó caer su flequillo sobre la frente, tapándose los ojos, desanimado y frustrado.


— Todo irá bien, no se irán hasta dentro de unos días así que tú solo preocúpate por recuperarte para poder ir con nosotros —tartamudeó entre susurros en un vano intento de animarle.


Jordan abrió los dedos para mirarse las palmas de las manos.


— No se trata solo de que esté débil, Dylan. ¿Qué pasa si no puedo usar supertécnicas nunca más?


El más pálido desvió la mirada. Sabía por lo que su amigo estaba pasando pero no era capaz de ponerse en su lugar y, por lo tanto, tampoco darle un consejo útil o unas palabras de aliento que realmente le dieran fuerza para sobreponerse a las circunstancias.


Antes incluso de que Jordan intentara hacer uso de sus capacidades por primera vez tras días enfermo, notó algo extraño en sí mismo, algo que una persona que no sabía usar técnicas nunca notaría pero que para alguien que las usabas con asiduidad y se había visto desprovisto de ellas era muy obvio:estaba vacío. Y se avergonzaba profundamente de ello.


El agente Taylor, que había estado escuchándolos, se acercó a ellos.


— No le des más vueltas, Jordan. Uno no pierde este tipo de capacidades tan fácilmente y sin motivo aparente; volverás a rendir como siempre, tal vez incluso mejor, si te das un poco de tiempo.


— Pero mientras tanto mis compañeros seguirán ensuciándose las manos. Y yo lo único que podré hacer será quedarme sentado de brazos cruzados…


— Si fueras con ellos no solo retrasarías la marcha sino que también los pondrías en peligro, ¿es eso lo que quieres? ¿O es que no deseas seguir colaborando con nosotros?


— ¡No! ¡No es nada de eso!


— Bien, pues ya sabes lo que toca. Tus compañeros estarán fuera un buen tiempo mientras viajan por Japón; nosotros los acompañaremos o estaremos ocupados atendiendo las peticiones del primer ministro; y tú te quedarás aquí guardando el fuerte. Si lo que nos dijiste de Schiller es cierto y sabe dónde habéis estado ocultos no está de más que alguien eche un vistazo por aquí.


Era evidente que aquello no era más que una excusa para que no se sintiera mal por quedarse atrás. Y para hacer que esa excusa tuviera validez para Jordan el agente se había valido de las propias declaraciones paranoicas del adolescente, a las cuales no habían hecho caso en un principio y habían etiquetado de esa forma a causa de la falta de pruebas sobre lo que afirmaba.


Pero el chico ya no sentía la misma preocupación y urgencia que antes por demostrar que había dicho la verdad, y por eso no había insistido más en el tema. Después de todo, habían pasado días enteros desde el incidente y los hombres de Schiller no habían ido a por ellos en todo aquel tiempo. Si querían detenerlos y sabían dónde estaban no entendía qué motivos podía tener su padre para no hacer nada.


Sin embargo, en el fondo sospechaba que era porque tenían algo planeado para la próxima vez que fueran a una fábrica, y eso le resultaba aún más preocupante aunque, a la vez, le quitara un peso de encima.


Porque, a pesar de todo y por muy egoísta que sonara, Jordan no quería decir nada sobre Xavier y los encuentros furtivos de ambos al abrigo de la noche. Y las palabras del pelirrojo eran lo único que podían respaldar sus avisos.


Metido de lleno en sus pensamientos, apenas fue consciente de que el adulto los había dejado solos.


— Jordan… ¿Me estás escuchando?


— ¿Eh? ¿Qué?


— Que deberíamos irnos a dormir. Tal vez, si descansas, mañana ya hayas recuperado alguna de tus supertécnicas. Además… en caso contrario, que no nos recuperemos para cuando nos marchemos, siempre podemos insistir para poder ir con ellos en el autobús, me parece una tontería que no nos dejen acompañarles, sinceramente.


— Tú seguro que estás como nuevo para ese entonces, pero dudo que yo me recupere y si es así casi prefiero no ir, me sentiría fatal siendo un peso muerto para el equipo —sonrió con cansancio, poniendo rumbo al pasillo con su amigo a rastras—. Dylan, hay algo que no me gusta de todo esto, cuando vayáis a la próxima fábrica ten mucho cuidado y no te quedes solo en ningún momento, ¿me oyes?


— Si sabes algo que nosotros no, deberías decirlo. —Le miró con seriedad, como si los pensamientos de Jordan fueran un libro abierto para él.


El chico de pelo verde se puso pálido, viéndose descubierto, pero se negó a responder de todas formas.


Dylan, indignado, apoyó todo el peso de su cuerpo en Jordan para obligarle a detenerse.


— Pensé que por lo menos a mí me lo dirías, creía que confiabas en mí.


— Y lo hago, es solo que esto… —Hizo una pausa, dándose cuenta de que no estaba abordando bien el asunto pero sin saber cómo explicarle que, en resumidas cuentas, no quería contárselo— Es privado.


— ¿Algo que tiene que ver con la Alius te parece privado? —Frunció el ceño—. ¿Algo que te preocupa tanto como para querer ocultarlo tan desesperadamente no te parece que debas compartirlo?


Una vez más, Jordan prefirió no contestar. No sabía cómo explicarle todo lo que le estaba pasando ni tampoco si, aún haciéndose a entender, Dylan lo aceptaría.


— Está bien, si no cuentas conmigo para cosas como estas… no me consideras tu amigo de verdad. —Se notaba la decepción en su voz.


— Eso no es verdad. Eres mi mejor amigo, significas mucho para mí. —Y no mentía, en cuanto a lealtad el chico tartamudo había superado a Xavier por mucho; además de que este último había acabado siendo para Jordan algo más que un amigo, así que ya no podía etiquetarle de la misma manera que a cualquiera de sus amistades.


Dylan le miró con tristeza, soltándose de su hombro y apañándoselas para mantenerse en pie agarrándose al marco de la puerta.


— Aunque quiera no puedo decir lo mismo de ti. Me niego a ser amigo de alguien que me oculta cosas o me miente; para mí la confianza es algo que no puede faltar en ningún tipo de relación. —Respiró hondo antes de decir—: Estoy cansado de que me subestimen, que me crean incapaz de digerir la verdad y me oculten cosas para protegerme. Comprende que no quiera estar con nadie que no sea honesto conmigo.


Jordan tenía los ojos brillantes por las lágrimas contenidas.


— ¿Y ya está? ¿Solo por no querer contarte un secreto ya decides que soy un mentiroso? Te he dicho que no quiero hablar contigo de ello porque es privado, ¿qué más quieres que haga?


— Si fuera solo eso no te pondría en este compromiso —le taladró con la mirada—. Ese secreto te preocupa, y de alguna manera está relacionado con la Alius, no es tan simple como algo íntimo que no quieres compartir con nadie. Y por eso me duele que lo ocultes incluso a quien afirmas que es tu mejor amigo.


Jordan entendía su punto, pero aún así no estaba de acuerdo con tirar toda una relación de amistad y compañerismo solo por aquello.


— Entonces no hay más que decir —refunfuñó entre dientes mientras se acercaba a Dylan para ayudarle a llegar hasta su cuarto y dejarle allí.


— No hace falta, puedo solo.


— De acuerdo. —Se encogió de hombros y empezó a subir a su habitación.


A mitad de escaleras, Dylan le llamó:


— Si quieres contarme la verdad no tendré problema en escucharte.


«No puedo, no es tan fácil» pensaba el otro con aprensión mientras seguía su camino, sin responder en voz alta.


Cuando Jordan desapareció de su vista, Dylan recostó la espalda contra la pared y empezó a dejarse caer con lentitud.


No había pasado ni un minuto tras todo lo ocurrido y ya se arrepentía de lo que había hecho… Aunque sabía que había actuado bien; no tenía porque aguantar algo que no le agradaba.


Permaneció un buen rato mirando a la nada, dándole vueltas a cómo podría haber afrontado aquella situación sin romper la amistad con el que había sido su primer amigo auténtico.


Y con aquellos pensamientos martilleándole la cabeza no le dio importancia a que Rhona —que lo acababa de encontrar en aquellas circunstancias— se sentará a su lado sin decir nada, solo haciéndole compañía con la esperanza de que el no estar solo le ayudara a sentirse mejor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).