Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido amigo por Cris fanfics

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Xavier abrió los ojos, acunado por la suave brisa que entraba por la ventana.


— ¿Jordan…? —llamó, sintiéndose súbitamente solo.


Nadie le respondió.


Intentó incorporarse, pero un fuerte pinchazo de dolor le convenció de que no volviera a esforzarse en hacerlo.


Los recuerdos de la noche anterior hicieron que se estremeciera de pies a cabeza. A pesar de haber sido la primera de ambos no había estado nada mal; aunque los nervios y la inexperiencia hubieran roto la atmósfera unas cuantas veces… muchas veces, realmente.


Abrigó su cuerpo desnudo con la funda, disfrutando el momento de intimidad que la ausencia de Jordan le había dado pero también añorando la compañía de este.


La puerta corrediza se abrió, dando paso al susodicho.


— Bu-buenos días —saludó con timidez, sujetando con fuerza la bandeja que traía entre las manos.


— Buenos días —le sonrió.


Jordan rehuyó el contacto visual, claramente nervioso.


— Te he traído el desayuno —se arrodilló al lado del otro chico y dejó la comida a su alcance.


— Muchas gracias.


Xavier hizo un esfuerzo e ignoró su malestar para ponerse en la misma postura en la que se encontraba su compañero.


Pero hubo un momento en el que no pudo aguantar un gemido a causa del dolor.


— ¿Te duele? —se acercó a él, claramente preocupado— ¡No! Quiero decir… ¿Estás bien?


El otro chico le agarró de la mano con suavidad, intentando calmarlo.


— Bueno… por tu culpa no puedo levantarme —dijo con un tono cómico, quitándole hierro a la situación.


Pero, por la cara que puso Jordan, no parecía haberse tomado la broma como lo que era. Con preocupación, puso un brazo alrededor de él y con los dedos de la otra mano le acarició con mimo los labios.


— Lo siento mucho, no quería hacerte daño.


— Tranquilo, no es para tanto —aquella vez lo dijo en serio—; me duele un poco al intentar ponerme de pie o sentarme, pero es solo malestar, no te preocupes.


— ¿En serio?


— En serio.


Jordan pareció quitarse un gran peso de encima.


— Me alegro mucho.


Xavier le apretó entre sus brazos, contento de que no estuviese preocupado por él y de que no le fuera a dar vueltas a la cabeza al pensamiento de que se había sobrepasado cuando no había sido así.


— Fue muy bonito —le susurró, sacándole los colores.


— Sí, a mí también me lo pareció… Aunque si nos lo hubiéramos tomado con más paciencia podría haber sido mucho mejor. Tal vez deba practicar más y, ya que estamos, también tomar ejemplo de cuando te toque a ti —le dirigió una mirada pícara y muy significativa, ansiando que su novio le dijera un inmediato sí.


Xavier le devolvió la mirada antes de tirarse sobre él y empezar a besarle.


— No hay forma de que pueda decir que no a semejantes ofertas —le susurró en la oreja, sonriente.


El moreno gozó durante unos segundos de la buena vista que era tener a su novio desnudo encima de él antes de volver a a disfrutar de la dulzura de sus labios y acariciar aquella espalda pálida que tan suave resultaba al tacto.


Pero se tuvieron que separar para coger aire, y fue entonces cuando Jordan se dio cuenta de que había algo más que, a pesar de la vergüenza, deseaba añadir respecto a la noche anterior.


— Hablando en serio, perdona. Me hubiera gustado que fuera mejor… por mucho que digamos que fue bonito no se puede negar que también fue un auténtico desastre.


— No me importa —se abrazó a él de nuevo, buscando cariño.


Lo que el pelirrojo no dijo en voz alta fue que había necesitado de verás pasar una noche como aquella; que Jordan hubiera aceptado su propuesta y le tocara como lo había hecho ayudó a que se sintiera mejor tras todo lo ocurrido… Pero aunque no lo dijera con palabras, su pareja sabía que él no se ponía a llorar y aparecía de aquella forma tan apoteósica por nada.


— ¿Quieres contarme qué te ha ocurrido? —preguntó sin aflojar el abrazo ni moverse del sitio.


— Sí. Pero no ahora, no quiero romper este momento.


— De acuerdo, cuando quieras hablar no dudes en pedírmelo —le hizo cosquillas en la nuca, intentando hacerle reír.


— No quiero hablar de eso, pero sí de otras cosas que son importantes —puntualizó.


Jordan alzó la ceja, a pesar de que sabía que era un gesto inútil porque Xavier no le estaba mirando.


— ¿Eso no es romper el momento?


— No, porque creo que esto te va a gustar —se separó de él con una pequeña sonrisa en los labios y empezó a desayunar—. Quiero ayudarte a encontrar una solución pacífica a todo esto.


— ¿Quieres decir lo que creo que quieres decir?


— No voy a trabajar más con pa… —no pudo terminar la frase.


Jordan había vuelto a abrazarse a Xavier, con una felicidad contagiosa y restregando su moflete contra el de él.


— Sabía que tomarías la decisión correcta. Gracias, ¡muchísimas gracias!


— ¡No me has dejado acabar! —rió—. Imagínate que ahora te digo algo que no tiene que ver con lo que estás pensando, ¿entonces, qué? Encima yo quedo como el malo por darte ilusiones...


La carcajada de Jordan coreó a la del pelirrojo.


— Te amo, tonto.


— Yo también a ti —le dio un beso en la mejilla—. Pero ahora volvamos al tema, tengo la sospecha de que hay un sitio en el que podemos encontrar información acerca de las motivaciones de padre, sería buena idea ir a echar un vistazo… juntos.


— Es raro que no hayas ido por tu cuenta, ¿necesitas mi ayuda de verdad?


— No, es que quería que vinieras conmigo, es lo justo teniendo en cuenta que fue a ti a quien se le ocurrió la idea. —No mencionó que también, y sobre todo, lo hacía porque sabía de sus problemas de autoestima, que no habían hecho otra cosa que hacerse mayores desde que se había quedado solo en aquel cuchitril, y deseaba ayudarlo.


— Gracias.


— No hay de qué —le zarandeó el flequillo con cariño.


— ¿Y qué lugar es al que vamos a ir? —preguntó con la ilusión de un niño pequeño— ¿Nos infiltraremos en la base de la Alius?


— Me temo que no es un sitio tan interesante… Ve a por mi pantalón, y registra en los bolsillos.


— ¿A parte del preservativo trajiste algo más? Qué chico tan eficiente.


— Los preservativos de marca no se obtienen mágicamente. Hay algo llamado dinero con lo que puedes comprar cosas, además… no lo compré ayer, precisamente.


Jordan se dio la vuelta un momento para dedicarle el arqueamiento de ceja que aquel último comentario se merecía.


— Esa forma de explicar lo obvio como si el resto fuéramos estúpidos es impropia de ti, Xavier Schiller —dramatizó mientras empezaba a buscar lo que su novio le había encargado, encontrando una cartera llena de monedas—. ¿Querías que te alcanzara el dinero?


— Sí, ahí hay más que suficiente para que vayas a comprar dos tickets de tren.


— Vale, ¿de dónde a dónde tengo que comprarlos?


Xavier se acomodó en el sitio, intentando no volverse a provocar un pinchazo de dolor, y le contestó:


— De Tokio hasta Nagoya —sonrió—. Volvemos a casa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).