Sus lágrimas caían en silencio. Estaba en un callejón sin salida. Sintió que le revisaron el pañal y le besaban la frente. Era la colonia de Draco. ¿Querrían usarlo ahora los dos? El miedo se apodero de él
- Por fin llegaste – escucho decir a Blaise mientras se hundía la cama abajo el peso de los tres
- Tenía que dejar todo en orden – dijo Draco acostándose y dejándolo a él entre sus brazos, y entre él y Blaise – ¿Cómo la pasaron?
- Jugamos un rato al vaquerito – dijo el médico y casi podría jurar que lo hacía con una sonrisa en los labios
- ¡Blaise – reprocho Draco – Roncito aún no estaba listo para eso!
- A mí me pareció que si lo estaba – dijo este acariciándole la mejilla – Te ves agotado
- Lo estoy – dijo Draco quitándose la camisa y acercando su tetilla a la boca del pelirrojo, a quien no le quedó otro remedio que abrir la boca y succionar - ¡es tan hermoso!
- Y es solo nuestro – le respondió el otro hombre
- Prométeme que nadie lo va separar de nosotros – suplico Draco en un susurro
- Jamás – prometió Blaise mientras posaba de manera casual su mano sobre la entrepierna de Ronald que no pudo evitar estremecerse
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Alguna vez alguien dijo “Si solo piensas en el ayer no podrás tener un mañana”, pero para Ron era imposible no pensar en la vida que había tenido. Desde muy niño había demostrado su talento para el futbol, y al ser hijo único y su madre haber muerto en el parto, su padre había renunciado a su carrera en el momento en el que la fama lo llamaba para brillar. Sin embargo, Arthur Weasley en vez de amargarse y culpar a su hijo por este hecho, había volcado todo su esfuerzo para que Ron si lograra la fama. El chico había sido fichado por Watford de Hertfordshire con solo once años. Su talento lo llevo tres años después al Newcastle en donde solo un año después deslumbro a propio y extraños, poniendo todos los reflectores sobre él, al grado de pasar la siguiente temporada al Tottenham por una nada despreciable cifra de 35 millones de dólares. Sin embargo esa temporada Liverpool había subido la apuesta colocando 50 millones sobre la mesa. “Vaya desgracia” ahí había conocido a “su mamá” y la vida se le había convertido en un infierno
Sentado en la oficina de Malfoy vistiendo solo un pañal debido a la estación veraniega, jugaba con sus bloques, mientras el rubio trabajaba en su computadora. Había perdido la noción del tiempo, pero por lo que Malfoy había dicho, Blaise vendría a verlos la siguiente semana por el cumpleaños de Ron.
“Es tu primer año mi amor y lo vamos a festejar como corresponde” había dicho Draco, lo malo era que siempre que el moreno los visitaba, él terminaba tan adolorido que incluso le costaba hacer sus necesidades físicas por varios días. El rubio en esas ocasiones le decía a su pareja “no seas tan brusco con el niño”, sin embargo Blaise solía abrazarlo por la cintura y besarlo de forma arrebatadora haciéndolo olvidar cualquier protesta y terminando en la cama teniendo sexo salvaje entre los tres. En realidad, Ron diría que con “sus padres” violándolo una vez más a él.
Sus lágrimas cayeron sin que él pudiese hacer nada. Los bebes nunca pueden hacer nada para defenderse. Un dedo le limpio delicadamente la mejilla mientras lo alzaban para sentarlo sobre unos muslos. Por instinto se escondió en el pecho firme que se le ofreció.
- Mamá te ama mucho – dijo Draco besándole el cabello – y no me gusta verte triste. Eres lo que papá y yo más amamos en el mundo
- Teno hame mama – dijo Ron buscando la tetilla del rubio y el rubio sonriendo suavemente levantándose el polo verde que traía puesto para acercarle a la boca su tetilla derecha
- Tranquilo mi amor. Nadie te va quitar tu comidita – dijo riendo suavemente Draco acomodándole el cabello – ¿quieres que te cante? – y la melodía suave lo adormeció llevándolo al mundo de los sueños
La puerta abriéndose lo despertó. Se movió y su pañal mojado lo molesto. No le gustaba. Ya por instinto empezó a llorar sin abrir los ojos y al no ser atendido aumento el volumen. ¿Por qué no lo atendían? Lloro más fuerte hasta que al fin unos brazos lo levantaron y por instinto él se pegó a su pecho. Sin embargo ese no era el olor de su mamá, ni de su papá, por lo que abrió los ojos y lo primero que vio fuer una mirada tan oscura como la misma noche que le helo la sangre, casi tanto como cuando llegaba Blaise de viaje
- Hola hermoso – dijo con una sonrisa torcida – te prometí que ante de fin de año estarías bien y cumplí. Veo que tu nueva mami te cuida muy bien
- ¡Vitto! – susurro – tú…
- Tengo un bebe aquí – dijo este –. vine a verlo y aproveche para verte a ti. Veo que tus padres te cuidan muy bien
- ¿po qué? Eddas mi amido – fue todo lo que pregunto. sabía que pelear estaba demás
- Pagan bien – dijo sin dejar de mecerlo – no tienes ideas a cuantos bebes he reunido con sus padres.
- Estash enfemos como elos – dijo Ron justo cuando la puerta de abrió y Draco entraba empujando un cochecito
- Ya llegamos – dijo el rubio mientras Viktor colocaba al chico en el corralito nuevamente
- ¡Apá! – dijo el chico estirando los brazos hacia él
- ¡Mi Cedric! – dijo arrodillándose a su lado y besándolo en la boca, mientras Cedric se abrazaba emocionado a su cuello – ¿Cómo te has portado?
- Es un buen niño – dijo Draco
- ¡Juga apa! – chillo Cedric
- ¿quieres jugar con papá? – dijo colocándole la mano en el muslo y Ron no pudo evitar estremecerse al ver el entusiasmo del chico sentado en el cochecito – entonces vamos mi niño lindo – y se puso de pie – me lo llevare un par de días. Luego volveré al trabajo – le dijo a Draco quien asintió tranquilamente – bueno vamos a Jugar – dijo empujando el cochecito fuera de la oficina bajo la atenta mirada de Ron
- Se llevan bien – dijo Draco mirando el rostro desconcertado del pelirrojo – Cedric pasa aquí algunas temporadas mientras sus padres trabajan buscando más “bebes perdidos”. Hablando de jugar ¿quieres jugar con mami? – dijo acercándose para tomarlo en brazos pero el teléfono sonó – te salvo la campana – y se dirigió a su escritorio para contestar la llamada
Ronald Weasley no podía dejar de ver la puerta por donde habían salido “padre e hijo” y que en un par de días Blaise también llegaría. Un único pensamiento de su mente “Escapar de ese manicomio cuanto antes”
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Quería gritar. Quería correr y no volver a mirar hacia atrás nunca más. Si tenía que renunciar a su nombre, a lo que había logrado hasta el momento, con gusto por borrar los últimos meses de su vida, pero no podía. La vida no viene con un borrador especial para eliminar las partes que no queremos, y ahora él salía al jardín de la casa en brazos de Blaise, vistiendo un vestido rosa inspirado en las hadas de Blanca Nieves que dejaba a la vista parte su pañal. Llevaba una pequeña cinta en el pelo modo de bincha. Todo el lugar estaba decorado con la temática de princesas con el color rosado.
Blaise sentó a Ron en una sillita alta mientras todos comían pastel y conversaban. ¿Cómo había aguantado un año de esa locura? ¿Y si la única salida que existía era el suicidio? ¿Pero cómo si siempre estaba con Draco y Blaise?
- Draco deja de ser mamá gallina – dijo Fenrir Greyback con una carcajada masturbando a un hombre de cara pálida con líneas prematuras y cabello castaño claro que no pasaba de los treinta años, y que acallaba sus gemidos con un chupo celeste en la boca – ¿o tú que crees Remus? Que linda se ve hoy mi niña – dijo el mayor mirando al joven entre sus brazos perdido en la neblina del placer mientras llegaba al orgasmo con un gritillo infantil
- Aun no puedo creer que hubieses secuestrado y…, lo que sea que le hagan a la mente de las personas, a uno de los deportistas más famosos del mundo y al sí investigador más reconocido de Oxford y nadie sospeche – dijo una voz detrás de ellos
- Buenos contactos – dijo Draco dándole de comer gelatina a Ron
- Bienvenida Bella – dijo Blaise – que bueno que nos vistes
- Traje a la chica – dijo esta – págame para que me vaya. No vine a socializar – y el cuerpo de Ron se estremeció cuándo la mirada de la recién se pos sobre él – tu circo me da asco
- Mi circo pagan tus lujos – ataco Blaise sin levantar la voz
- Mi paga – dijo la mujer – aunque… se me acaba de ocurrir que por esta vez fuese en especias
- Él no es parte de nuestros negocios – dijo Draco moviendo el cochecito lejos de la mujer
- ¿te encariñaste con tu nuevo juguete? – pregunto la exuberante mujer con un tono burlón inclinándose hacia el pelirrojo – ¿lindura, no te gustaría ser adulto de nuevo… o ya te quitaron la hombría? Y no hablo de lo de atrás
- No te acerques a mi hijo – exigió Draco sacando un arma mientras Ron y los otros “niños empezaban a llorar” – o te juro…
- Acompáñame – siseo Blaise poniéndose de pie
- Tranquilo mi cielo – dijo Draco tomando al pelirrojo y sentándolo en sus piernas – ya paso. Mamá está aquí
Desde los brazos de Malfoy, Ronald vio como Blaise y la mujer se alejaban hacia la casa, cuando esta giro y clavando su mirada en él, se relamió lo labios. Por instinto, escondió el rostro en el cuello de Draco que le acomodo la cabeza a la altura de su pecho, se abrió los dos primeros botones de la cabeza y acerco la tetilla izquierda a sus labios. Sin pensar, lo tomo y empezó a succionar, mientras un sentimiento de seguridad lo envolvía. ¿Por qué se sentía seguro con Draco a pesar de lo vejámenes a los que lo sometía? Definitivamente tenía que escapar antes que su mente cediera a lo enfermo que estaba ese lugar.