Vendaval aprisionado, hallando sosiego
El sol no había terminado de dar paso a la mañana cuando el primer grito de horror se escuchó en la plaza, inmediatamente le secundaron varios más y fue más bien poco el tiempo para que el pueblo entero estuviera reunido. Nadie tenía idea de la misión a la que habían sido enviados los soldados salvo ellos mismos, nadie ahí estaba consciente de la verdadera situación de Hachinosu. Marshall envió rápidamente a varios de sus hombres a controlar la exaltación de la gente; una vez conseguido, tuvo que pararse en medio para hablar con la muchedumbre, ya había pensado lo que les diría desde el preciso momento en que los soldados que lograron escapar le habían comunicado las circunstancias; las personas eran muy fáciles de manipular. Abrió su boca para empezar a hablar, otro molesto discurso que tendría que fingir por la incompetencia de sus hombres.
…
-¡No! ¡Por favor! Tengo una familia, una hermosa hija y mi amada esposa esperándome en casa, haré lo que sea, os serviré hasta el final, seré plenamente fiel a su…-
Aquel hombre que suplicaba por piedad cayó al suelo sin haber terminado de realizar su promesa. Marshall no tenía reparos en dispararle a los débiles, eran patéticos
-Os serviré hasta el final, dices- Miraba con desprecio el cuerpo al que acababa de arrebatarle la vida –Si no tuvistes la capacidad para cumplir con tu trabajo anterior ¿por qué habría de creerte ahora? ¿Por qué necesitaría de un cobarde e ineficaz soldado entre mis líneas? Aquellos que solo saben rogar por su vida merecen la muerte, no esperen a que alguien los perdone tan solo llorando- El resto de hombres observaban desde el otro lado de la reja, aterrados. Sabían que no saldrían vivos de ahí y que si vivían, no saldrían; todos los que habían logrado sobrevivir y volver al palacio en la noche estaban confinados en la planta baja del lugar, Marshall no podía permitir que alguien confesara lo que realmente había pasado
-Todo lo que les pedí- se detuvo enfrente de las barreras –fue que disminuyeran ese estúpido clan, ni siquiera pedí que ganaran una batalla, lo único que les encargué fue traer un informe de los hombres que habían quedado luego del enfrentamiento entre sus clanes y destruir sus estructuras, y lo único que consiguieron fue perder penosamente, huir antes de obtener esta información o hacer el mínimo daño a sus edificaciones ¡y encima de todo no pudieron con un solo hombre Roronoa!- Teach estaba furioso, su plan había fracasado estrepitosamente. Destruir las bases, fortalezas y todo lo que los Roronoa pudieran usar para su defensa y ataque en lo que sería su batalla final, era tan simple y lo habían echado a perder. Se dio cuenta de que necesitaría algo más que los novatos que había enviado, que debería planear algo diferente ahora; por el momento, algo distinto a ganarles en combate. Su asimétrica sonrisa apareció de repente mostrando los espacios entre sus dientes, esta vez no fallaría, solo le bajaría la moral a sus enemigos.
*******
(Algunos días después)
-Te recuperas bastante rápido
-Así podrás librarte pronto de estarme cuidando
-Tampoco me molesta- sonrió. En eso tocaron la puerta
-Pase
-Es algo bueno que estéis juntos- Zoro miró a su padre. A pesar de que parecía totalmente sereno, podía notar una leve tensión en su rostro
-¿Todo bien?
-Podría decirse que sí. Tengo que contaros algo muy importante, creo que cometimos un error al no deciros antes todo lo que estaba pasando. No sé ni cómo empezar…
-Solo dilo
El mayor dedicó una mirada afilada a su hijo y después de unos segundos se dispuso a hablar -Zoro ¿recordáis a Momohige?
-¿El viejo con la barba rosa? Había algo en él que no me gustaba
-Sí, él fue mi informante cuando cortamos comunicación con el clan Ashi. El informante de los Ashi se llamaba Gracie
-Bueno… ¿y qué pasa con ellos?
Mihawk dirigió su mirada a Sanji -Joven Kuroashi... Hay alguien que quiere veros y que me ayudará a explicarles todo
En ese momento la puerta rechinó y una figura apareció desde afuera.
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-¿Pero que… - Sanji se había quedado mudo, sus manos temblaban
-Hola, mocoso
-Vi… viejo...- Se sostuvo la cabeza, le dolía mucho. Zoro lo notó de inmediato, la vista del cocinero se perdía
-Hey, cejillas
Sanji no veía bien, trató de pronunciar una palabra pero se empezó a caer poco a poco. Zoro lo tomó de los hombros y lo sacudió suavemente
-¡Cejillas! ¡¿Qué significa esto?!- gritó en dirección a los dos hombres mayores, que permanecían en su sitio -¡Hay que llamar a Chopper!
-Espera, marimo- habló un poco sin fuerzas
-Oe ¿estás bien?
-Necesito una muy buena explicación- declaró Sanji
Zeff tomó asiento y pensó un poco en cómo ordenar la información, hasta que finalmente se dirigió a los dos jóvenes
-El clan Teiko estaba compuesto por 700 personas, 300 de la familia Roronoa y 400 de la familia Ashi. Dracule y yo habíamos descubierto que unos 100 de nuestros hombres eran infiltrados, así que teníamos que deshacernos de ellos, pero al mismo tiempo no queríamos que se enteraran de que los habíamos descubierto. Los teníamos a todos identificados, Momohige y Gracie estaban en esa lista
-Sigo sin conectar del todo lo que acabas de decir con el hecho de que sigas vivo
-Hice una carta falsa- habló Mihawk- Claramente, Akaashi lo sabía. Se la entregué a Momohige para que la hiciera llegar a su villa. Siendo Gracie el informante de Akaashi, ambos habrían leído la carta y pensarían que habíamos roto la alianza y declarado la guerra
-¿La batalla entre nuestros clanes fue un montaje para Kurohige?
-De esa manera podríamos acabar con los infiltrados teniendo una excusa
-Entonces ordené a Gracie preparar a nuestros hombres para la batalla- continuó Zeff -cuando llegamos a la villa de los Roronoa, Dracule tendría que atacar. Unos días antes, yo le había informado a unos hombres de confianza para que fingieran su muerte y Mihawk hizo lo mismo
-Espera… ¿Fingieran?
-Sí, Sanji. No murieron 400 miembros de la alianza en esa batalla, murieron 84 traidores, dejamos escapar a algunos para que fueran de nuevo con Marshall. La idea era que a Teach se le informara que el clan Teiko había tenido una importante cantidad de bajas y se había disuelto. La verdadera cantidad de bajas fue 110, no contábamos con los explosivos que habían puesto los hombres de Teach. En este momento hay 190 hombres conmigo, además de los 30 cocineros del Baratie
-¡¿Ellos lo sabían?!
-No, no quería involucrarlos. Descubrieron hace poco que estaba vivo, lo hice de esa manera para que pudieran seguir con sus vidas alejados de todo esto y así lo hicieron, ahora tienen su restaurante
-¿Entonces por qué los estás contando ahora?
-Porque, aunque no estén activos actualmente, se ofrecieron para ayudar si era necesario
Sanji se quedó en silencio durante varios segundos, entonces pareció entender algo
-Ustedes… el plan fue que yo me quedara con los Roronoa desde un principio…
Ambos hombres se miraron y luego vieron de nuevo a sus hijos
-Sí, así fue. La verdad es que pensábamos buscaros incluso si no fuerais a ocupar el puesto de líder o futuro shogun. Claramente estaríais desprotegido por vuestra cuenta
-Entonces… Daba lo mismo quién fuera el líder… Estoy pensando en que no hace parte de sus planes el hacerse con el trono
-Qué inteligente, berenjena
-¿De qué están hablando?- intervino Zoro
-Nuestro objetivo no es nombrarnos gobernantes, ni de parte del clan Ashi ni del Roronoa, lo que queremos es acabar con la monarquía. Es por eso que pudimos establecer una alianza con los revolucionarios en primer lugar, pues no estarían de acuerdo con coronar un nuevo shogun, sin importar quién fuese o qué tan bueno pareciera
Zoro permanecía callado, miró a Sanji, quien parecía sorprendido y confuso, pero también molesto
-¡Y CON UNA MIERDA!- el rubio se levantó para encarar a su padre -¡¿Qué estaban pensando para ocultarnos eso?! ¡¡¿Tienes alguna idea de lo que he sentido todo este tiempo creyendo que estabas muerto?!!- Estaba muy enfadado, le lanzó una patada a su padre, quien la detuvo con facilidad. Intentó atacar de nuevo pero no surtía efecto, aún no estaba del todo curado, entonces se detuvo y empezó a sollozar mientras se cubría la cara.
Zeff se acercó y le acarició la cabeza -Lo siento mucho, muchacho, de verdad lo lamento, quisimos manejarlo por nuestra cuenta. Los habíamos subestimado
-Esto es una estupidez- respondió Sanji con la voz quebrada. Zeff seguía acariciando los cabellos rubios y de repente sus ojos se cristalizaron, se enderezó, se alejó un poco y terminó de hablar -Ahora mismo me estoy encargando de entrenar a mis hombres. No puedo andar mucho por ahí o pueden descubrir que sigo vivo, así que no nos veremos en un tiempo. Hasta la próxima, berenjena- Y salió
Un silencio sepulcral se había instalado en la habitación ¿en serio se iba así no más?, no podía creer lo desconsiderado que había sido su padre. Maldita sea, ¿en qué mierda estaba pensando?
-Entonces todo esto, desde el principio, desde que se creó el clan, ha sido una fachada… Kuina… Ella me dijo que habría una explosión, ella sabía… Ella lo sabía- Zoro habló tan suave que solo Sanji, que estaba a su lado, pudo escucharlo
-¿De qué hablas?
-La batalla les dio una excusa para matarla. Kuina está muerta- Zoro tomó a Mihawk de la camisa, su ira podía palparse -¡KUINA ESTÁ MUERTA POR SU ESTÚPIDO PLAN!- su padre lo miraba impasible
-Zoro… De verdad no queríamos que eso pasara, pero ahora solo queda seguir adelante, ser más fuertes para no perder a nadie más, es lo que ella seguramente hubiera querido- El peliverde soltó a su padre
-¡QUE TE JODAN!- y salió dando un portazo
Sanji se dispuso a salir tras él
-¿No deberíais permanecer en reposo?
-¿En serio cree que eso importa ahora?- y fue tras de Zoro, dejando a Mihawk en la habitación
…
-Hey… -Sanji se quedó a unos pasos de su amigo, que se detuvo cuando llegó a la tumba de Kuina
-No lo entiendo, ella era muy fuerte
-Tal vez estaba rodeada por demasiadas personas
-Créeme que eso no es suficiente para superarla, nunca había podido ganarle una batalla, ni una sola vez
-¿Lo dices en serio?
- Necesito ir al bosque
-¿Al bosque? ¿Por qué?
-Allá están los abrigos que Kuina me pidió que le quitara a esos hijos de puta, debió haberlo hecho por una razón
…
-Entiendo, entonces la habrán rodeado específicamente a ella porque se dieron cuenta de que conocía sus identidades
-Es la única explicación que encuentro
-Marimo, creo que los encontré- Ambos se agacharon para revisar las prendas, buscaron en los bolsillos de cada una y encontraron varios detonantes y otros dispositivos para cancelar las explosiones consecuentes
-¿Qué fue lo que pasó ese día?
Flashback
-Y bien, señorita ¿creíste que podrías espiarnos y salir viva?
-No hace falta empezar a luchar para saber que les llevo ventaja
-Yo no estaría alardeando si fuera tú. Tenemos un detonante para acabar con los que están en este momento en el campo de batalla, atacas a uno de nosotros y los demás van a activarlos antes de que puedas hacer algo
-Y esperas que me lo trague así no más...
-¿Quieres una prueba?- el hombre dio una orden con su cabeza, y otro de ellos sacó un pequeño artefacto de un bolsillo, presionó un botón y a lo lejos se escuchó una explosión, seguida por varios gritos
Kuina abrió los ojos, asustada, todos sus seres queridos estaban ahí -¿Qué quieren?
-Necesito que sueltes tu katana y pongas tus lindas manitas en la espalda, como eres la única que sabe nuestro secreto, será suficiente acabar contigo solamente… Por ahora
-De todas maneras su plan es acabar con el clan completo ¿por qué me molestaría en dejar que me maten cuando eso no evitará que hagan estallar todo?
-Vamos… Podríamos negociarlo por ahora. Te doy mi palabra, aún hay algunos de los nuestros ahí también
Los hombres buscaron en sus bolsillos y cada uno sacó un arma, para apuntar directamente a la cabeza de la peliazul. Kuina no había visto muchas armas de fuego en su vida, con el emperador de antes nadie las necesitaba y con el actual era casi imposible tener una, pues se habían encargado de ir casa por casa para asegurarse de que nadie tuviera armas en su posesión. En su clan habían forjado espadas y tenían algunas armas de fuego, pero en general su experticia y tradición estaba en las katanas, todos entrenaban con ellas. En el clan de los Ashi se especializaban en la batalla cuerpo a cuerpo, aunque era cierto que una parte de ese clan sí que usaba armas de fuego, sin embargo y por alguna razón, ese día no había visto a ninguno de ellos portando una.
Ella permaneció inmóvil, de todos modos si atacaba activarían la explosión inmediatamente y no estaba segura de poder hacer algo contra tantas pistolas apuntando a su cabeza. Las espadas eran algo muy distinto.
-Suelta tu arma y pon las manos arriba, un solo músculo que se mueva distinto a como te lo he ordenado y mueren todos tus amigos- le ordenó uno de los hombres, ella simplemente la dejó caer y él la pateó lejos. Otro del grupo se había alejado del resto, así en caso de que Kuina atacara, podría tranquilamente activar el explosivo desde la distancia.
-"Maldita sea" pensó -"Debí haberlo previsto"- así no podría atacarlos
Un par de los traidores la inmovilizaron, mientras otro se acercó a ella lentamente y se le puso en frente -No te preocupes- la apuñaló en el estómago
-¡Agh!
-Hay otros de los nuestros que pueden detonar la explosión, así que no faltamos a nuestra palabra
-¡Espera! ¡Ese no era el trato! AÚN HAY COMPAÑEROS DE USTEDES AHÍ
-No es necesario hacer tratos con un muerto y… ¿Crees que eso nos detiene?
-NO!!!
A lo lejos, Zoro escuchó el grito de su mejor amiga.
Fin del flashback