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El dilema de Mark por DenisseZepol

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Bam, bam, bam.


 


No otra vez. Mark gimió y rodó sobre su espalda.


 


Por favor, permíteme estar soñando.


 


—Sé que estás ahí, Mark —una voz fuerte gritó a través de su puerta principal—. ¿Quién diablos era el tipo de esta mañana? 


 


Mark se disparo hacia arriba en su cama. ¿Estaba vigilando Jay ahora su casa? De modo que había estado aquí anoche cuando Jackson estuvo aquí.


 


Mierda. Tiempo para escapar.


 


Siguiendo su rutina habitual de llaves, teléfono celular, y cartera, Mark dio saltitos en círculos mientras metía las piernas en un par de pantalones de ejercicio. Estaba tan cansado de esta mierda. Debería ser capaz de dormir en su propia casa sin tener que preocuparse de que el imbécil loco de su ex tratara de hostigarlo. 


 


La idea para llamar a Jackson cruzó por su cabeza, pero no quería quedarse el tiempo suficiente para esperar a que Jackson apareciera. Además, aunque Jackson se ofreció a ayudar, Mark no quería tener al chico tan profundamente involucrado en su sórdida vida. 


 


¿Y no se había ido Jackson a casa con su esposa anoche? Maldita sea si eso no lo había hecho daño, cuando Jackson le dijo que la amaba. Incluso si no era posible, había jugado con la fantasía de que tenía una oportunidad con Jackson. 


 


Mark se ocuparía de este lío por su cuenta de momento. No era como si no pudiera escapar. Él solo llamaría a Jackson más tarde y que el hombre supiera que estaba en casa de Amber. Eso sonaba como un plan sólido para él. 


 


Colocándose rápidamente un par de zapatos para correr en sus pies y poniéndose una camiseta sobre su cabeza, Mark agarró su chaqueta y huyó por la ventana. Tendría que, sin embargo, llamarle a Jackson para que supiera que no estaba en casa. Sólo esperaría hasta que estuviera en un lugar seguro para hacerlo. 


 


Siberia se veía bien. 


 


Saltando fuera de la escalera de incendios, Mark corrió la distancia al apartamento de Amber. Sólo debería irse a vivir con ella. Pasaba más tiempo allí que en su propia casa. Lo único que lo detenía era el miedo a que Jay averiguara donde vivía Amber, y el llevar su problema a la puerta de ella no era una opción. 


 


El sol de las primeras horas del día era brillante mientras Mark corría hacia la casa de Amber. Dioses, era demasiado temprano. Podía sentir el zumbido en su cabeza por la falta de sueño. Toda la situación estaba comenzando a tener un efecto físico en él. Las ojeras se estaban formando bajo sus ojos, y había comenzado a tomar siestas en el trabajo. Si Nichkhun lo atrapaba, sería despedido en el acto. 


 


Golpeando la puerta de Amber, Mark espero las inevitables bromas de ella. En cambio, ella sólo le indicó que entrara entonces camino como zombi de regreso la cama. Conocía el sentimiento. Tomando su lugar habitual en el sofá, Mark se acurrucó y tiró la sábana sobre sus hombros. Se volvió a dormir en cuestión de minutos. 


 


Mark gimió cuando su teléfono sonó. Sin quitar la sábana de encima de su cabeza, deslizó su mano en su bolsillo y agarró su teléfono. 


 


—¿Eh?


 


—¿Mark?


 


Jackson.


 


Se sentó y se frotó la cara, haciendo todo lo posible para despertar. ¿Qué hora era? Mirando al reloj de pared, pudo ver que eran diez minutos después de las cinco. 


 


Mark se aclaró la garganta. —Sí, soy yo.


 


—No estás respondiendo a tu puerta.


 


¿Era irritación lo que escuchó venir del otro lado del teléfono? Suponía que Jackson tenía todo el derecho de estar enojado. Mark se había olvidado de llamarle a Jackson para que supiera que no estaba en casa. —Eso es porque tuve que correr de nuevo. 


 


—Te dije que me llamaras si regresaba.


 


Definitivamente irritado.


 


Mark se dejó caer contra el sofá y presionó sus dedos en los ojos. El chico estaba tratando de ayudarlo, y Mark no pudo ni siquiera llamarle para que supiera que su localización había cambiado. 


 


—No quise molestarte. Nos quedamos hasta muy tarde. No quería despertar a tu esposa. —El decir esposa en voz alta sólo le hizo a Mark enfrentar el hecho de que Jackson estaba totalmente fuera de su alcance. No estaba seguro de por qué su estómago se hizo un nudo con la idea, pero lo hizo. 


 


—¿Qué? ¿Qué esposa? 


 


Jackson sonaba tan confundido como lo estaba Mark en este momento. ¿Qué esposa? Oh mierda, quizás él lo tenía todo mal. ¿Podría Jackson se gay? —Er, ¿marido? 


 


—No sé de qué estás hablando. ¿Dónde estás? 


 


La cabeza de Mark daba vueltas por la confusión. Si él no tenía una esposa o un marido, entonces, ¿a quién le había dicho yo también te quiero? Estaba demasiado aturdido para los acertijos. 


 


—En casa de Amber. ¿Sabes dónde vive?


 


—Sí. Estoy en camino, así que no vayas a ningún lado.


 


—No es mi intención.


 


Jackson colgó sin decir nada más. Mark se quedó mirando el teléfono por un minuto. Bueno, eso fue simplemente grosero. Lanzando el teléfono en la mesa de café, Mark se acurrucó otra vez por otros cinco minutos más de descanso. 


 


Sólo denme cinco minutos más. 


 


Mark se despertó cuando el sofá se hundió y una mano fuerte golpeó su pantorrilla. Gimió cuando sintió la mano comenzar a masajearle los músculos tensos de la parte baja de la pierna. Eso se sentía demasiado bien. Espera. ¿Quién lo estaba tocando? Movió de un tirón la sabana fuera de su cabeza, Mark se dio cuenta que Jackson lo estaba mirando de una manera extraña. 


 


Oh mierda, ¿había escuchado el gemido de Mark? 


 


Mark miró a su alrededor, Amber no estaba a la vista. Atrapó el gemido esta vez antes de que se escapara de sus labios mientras Mark comenzaba un masaje lento y tortuoso. Este fue desde la parte de atrás de su rodilla y hacia abajo a su tobillo. Por cada caricia que daba Jackson, la polla de Mark se llenaba otra pulgada. ¿Podría alguien venirse sólo con tener su pantorrilla frotada? 


 


Cuando Jackson sonrió, supo que la respuesta era sí. ¡Demonios, si! Esta belleza de pelo negro podía hacer que se viniera con solo esa sonrisa. 


 


—Vamos, dormilón, siéntate. 


 


¿Sentarse? Correcto, ¿y mostrar la tienda en sus pantalones de ejercicio? No lo creo. Mark arrojó las sábanas de vuelta sobre su cabeza. Sólo sabía que iba a morir de vergüenza. Podía sentir el calor subiendo por su cuello y cubriendo todo su rostro. Hasta sus orejas quemaban. 


 


La sábana fue jalada y luego jalada un poco más mientras Jackson lentamente revelaba la cara de Mark. Sabía que estaba más rojo que un camión de bomberos. La sonrisa de Jackson sólo se ensanchó. ¿Le estaba haciendo esto a propósito? De ninguna manera. Sólo estaba tratando de despertar a Mark sin ser brusco en ello, conociendo lo que él había atravesado con su ex. 


 


Eso tenía que ser. Pero si Jackson supiera los efectos que él tenía en el cuerpo de Mark, el tipo probablemente saltaría cruzando la habitación para escapar. 


 


Sentándose, mantuvo la sábana tendida sobre su regazo, colocando sus codos sobre los muslos para cubrir mejor su deseo aparente. 


 


—Levántate. Vamos a tomar una taza de café en la cocina. 


 


Ahora esto era una tortura. Jackson tendría que saber lo que estaba haciendo. ¿Verdad? —Estoy bien, adelántate. —De ninguna manera le iba a mostrar a Jackson lo que un solo toque de sus fuertes manos le estaba haciendo su cuerpo. 


 


—A ambos nos vendría bien una. 


 


Antes de que Mark pudiera protestar, Jackson agarró sus muñecas y lo puso en pie. Maldita sea, si el hombre no era fuerte. La sábana cayó para mostrar una erección de buen tamaño en sus pantalones de ejercicio. 


 


Avergonzado, se apresuró por delante de Jackson a la cocina, deslizándose en uno de los asientos, empujo la parte inferior de su cuerpo bajo la mesa y oculto su humillación. Sabía con seguridad que Jackson la había visto, cuando entró en la cocina con una extraña expresión en su rostro. Mark nunca fue bueno en las expresiones faciales, o la lectura de ellas, así que no tenía ni idea de lo que pasaba por la mente del tipo. ¿Iba a conseguir una sonrisa, o ser golpeado? 


 


—¿Qué pasó? — Jackson preguntó mientras preparaba la cafetera. 


 


Tengo una erección a causa de ti tocándome. Duh.


 


Oh... espera... él estaba hablando de Jay.


 


—Fue esta mañana. Jay llegó a golpear a mi puerta, como siempre lo hace. Esta vez, sin embargo, él estaba gritando. Dijo que te vio en mi apartamento esta mañana. Me escabullí fuera de la ventana de mi habitación y luego bajé por la escalera de incendios y corrí hasta aquí. —Hombre, sonaba como un gran cobarde, incluso para sus propios oídos. Para darse crédito, Jay era un tipo enorme. El hombre vivía en el gimnasio. Mark no era un luchador. Nunca creyó que la violencia resolvía los problemas. 


 


—¿Utilizas mucho la escalera contra incendios? — Jackson llevó dos tazas de la alacena. 


 


—Es mi única salida, aparte de la puerta principal. Nunca contestó la puerta de entrada cuando se que es Jay llamando. 


 


—Bien. No quiero que te enfrentes a él. ¿Tienes un lugar para quedarte además de tu casa, tal vez con tus padres o hermanos? 


 


Desearía. Amber era la única y no había manera de que él llevara su problema a la casa de ella. Ya era bastante malo que la utilizara a ella buscando refugio cuando Jay aparecía. —No, mis padres fueron menos que comprensivos cuando salí. —Eso era un eufemismo. Su padre trató de asfixiarlo hasta la muerte, y su madre gritó que su alma se iba a quemar en el infierno. 


 


Dios bendiga a sus comprensivos padres. 


 


—Lamento escuchar eso. Me gustaría montar vigilancia en tu apartamento. Quiero atraparlo acosándote. Sería bueno comenzar a tener las cosas documentadas. No estaría de más tener un sistema de alarma instalado. 


 


Sirviendo dos tazas, Jackson se sentó justo al lado de Mark en la mesa. No al otro lado de la mesa, sino justo a su lado. Afortunadamente, él hablar de Jay se había hecho cargo de su erección. El tema de su ex novio había desinflado su erección en cinco segundos exactamente. Pero la cercanía de Jackson, su almizclado y varonil aroma tan cerca, la estaba trayendo de vuelta. Era un poco difícil de ocultar el lento crecimiento en sus pantalones de ejercicio ahora. 


 


Mark deslizó su brazo izquierdo bajo la mesa, tratando de colocarlo sobre la tienda de campaña en su pantalón. —No puedo permitirme un sistema de alarma y el propietario es demasiado tacaño para instalar uno. ¿Cuánto me costaría que mantengas bajo vigilancia mi casa? — Mark vivía de cheque a cheque de pago. Y sólo por los costos de mantenimiento del GTO del chico, sabía que los honorarios de Jackson iban a ser condenadamente altos. 


 


—Gratis. Sólo estoy ayudando a un amigo.


 


¿Amigo? —¿Me estás llamando amigo?


 


—Quise decir Amber — Jackson corrigió a Mark mientras sus ojos seguían estudiándolo. Auch. Hablando de abofetear a alguien en la cara. ¿Ni siquiera era digno de la amistad del diez? Mark se sentía inferior al cinco en este momento. 


 


Erección arreglada. 


 


Mark empujó su silla hacia atrás y luego vació su café en el fregadero. Le enfureció pensar que Jackson pensara que era demasiado bueno incluso para llamar a Mark, amigo. De acuerdo, ellos se acababan de conocer, pero aun así. Dando la vuelta para mirar al hombre arrogante, Mark se encogió de hombros. —Tu dinero. Voy a escribir mi horario para que sepas cuando estoy en casa. ¿Hay algo más?, porque necesito volver a dormir. 


 


Estaba actuando como un idiota y lo sabía. Pero no podía detenerse. Estaba totalmente confundido cuando se trataba de Jackson, y la reacción de Mark no tenía ningún sentido. 


 


****** 


 


Jackson vio el dolor y la rabia moverse a través del rostro de Mark. Se sentía como un canalla sabiendo que él era la causa. Lo que no había dicho era que quería más que la amistad del hombre de pelo rubio, pero se le trabó la lengua antes de que pudiera decir las palabras. 


 


No estaba acostumbrado a coquetear y pedirle a un chico salir. Está bien, Jackson coqueteo y le pidió a un chico joder, pero era diferente. Esto era diferente. No quería tratar a Mark así. Él le gustaba y quería darle a esto la oportunidad de algo más serio. 


 


Lo que sea que esto fuera. 


 


Había decidido esta mañana que uno, estaba cansado de estar solo. Y dos, Mark parecía un chico muy agradable con quien él quería salir. 


 


Ahora todo lo que tenía que hacer era preguntar. 


 


Jackson sabía que no debía mezclar los negocios con su vida personal. Pero Mark había provocado una llama de interés dentro de él desde la primera vez que puso los ojos en el chico, una que no parecía consumirse en corto plazo. 


 


Empujando hacia atrás su silla, Jackson se puso de pie y se acercó a Mark. El chico dio un paso hacia atrás, la incertidumbre estropeando su bonita cara. Jackson había tocado a propósito a Mark en el sofá para ver si el hombre estaba interesado. Y vaya, lo estaba sin duda. Esa erección que Mark había revelado lucía como si pudiera martillar clavos. Eso le dio a Jackson su respuesta. Ahora todo lo que tenía que hacer era decir las palabras. 


 


—¿Estás enojado conmigo? — Jackson preguntó mientras se paraba dentro del espacio personal de Mark, pero no lo tocó. 


 


—Un poco. No tenías que ser tan contundente sobre el hecho de que no éramos amigos. 


 


Aw, el chico estaba haciendo pucheros. Para Mark, eso era un aspecto adorable. El chico era todo un hombre, aunque era más bajo que Jackson. Le gustaba la diferencia de altura. 


 


Tomando la oportunidad, Jackson puso las manos en las caderas de Mark, tirando del hombre más bajo, y esos labios carnosos, más cerca para degustarlos. Era algo que había querido hacer desde la primera vez que puso sus ojos en Mark en el club. Bajando su cabeza, Jackson se detuvo justo antes de que sus labios se tocaran. Si Mark quería esto, él cerraría el espacio. 


 


Y lo hizo. 


 


Mark dudó al principio, sólo dándole a Jackson un beso con la boca cerrada. Era gentil, dulce y casto. Jackson quería más. Después de un poco de persuasión y pasando la lengua por los labios sellados de Mark, Mark la abrió amplia para él. 


 


Jackson apretó su agarre en las caderas de Mark, tirando del chico más cerca para saborear su mezcla de café de la mañana y lo que era exclusivamente de Mark. Fue una combinación intoxicarte para los sentidos de Jackson. Su mano se deslizó de la cadera de Mark cuando comenzó a frotar la espalda del hombre, atrayéndolos pecho con pecho. El beso fue duro, mojado y exigente mientras Jackson le mostraba a Mark lo interesado que realmente estaba. 


 


Jackson podía decir el momento en que Mark finalmente se relajó. Su cuerpo se desplomó contra el de Jackson y sus brazos se alzaron y serpentearon por el cuello de Jackson. Girándolos, Jackson inmovilizó al hombre más bajo contra el mostrador con su cuerpo. Cuando Mark comenzó a moler su erección contra la de Jackson, él rompió el beso. 


 


Ambos jadeaban mientras Jackson estudiaba el perfil de Mark. El chico estaba mirando a la otra habitación, como si estuviera evitando mirar a Jackson, pero todo en lo que Jackson podía centrarse era en esos labios hinchados por el beso. Dios, él quería otra probada. 


 


—¿Creí que estabas casado? —El tono de Mark era intenso, con desaprobación mientras miraba a Jackson—. No justifico el engaño y no voy a ser parte de el tampoco. Puso sus manos sobre el pecho de Jackson y le dio un empujón, alejándose. 


 


Jackson agarró la muñeca de Mark tirando del hombre terco de regreso a la cocina. —En primer lugar, ¿de dónde sacaste la idea de que estoy casado? Y en segundo lugar, ese beso dice lo contrario. 


 


Mark apretó su mandíbula, esta vez arrancando su brazo libre. —Me tomaste por sorpresa. Eso no va a ocurrir de nuevo. ¿Porque me besaste, de todos modos? Tú no eres gay. 


 


Jackson sonrió con las ideas equivocadas que Mark tenía sobre él. Si tan sólo hubiera preguntado en lugar de asumir, ellos no estarían teniendo esta conversación. —¿De dónde sacaste esa idea? No estoy casado, sólo para que lo sepas. Lo estaba, pero he estado separado durante más de un año, y oficialmente divorciado por una semana. 


 


Vio la incertidumbre cruzar la cara de Mark. —Entonces, ¿a quién le dijiste “te quiero” anoche? 


 


Ah, así que, ahí es donde obtuvo la idea Mark. Jackson recordó la conversación con Fei, entonces se ríó. Que me aspen. Eso sonó como si le estuviera hablando a su esposa. 


 


—Me alegra que pienses que es gracioso —dijo Mark mientras tiraba de su brazo liberándolo y luego cruzó los brazos sobre su pecho. 


 


Oh, Mark estaba haciendo pucheros otra vez. A Jackson realmente le estaba empezando a gustar ese pequeño lindo puchero. El chico tenía los labios perfectos para hacer pucheros. Agarrando a Mark antes de que se fuera echando chispas de nuevo, Jackson lo tiró en sus brazos. Era bueno saber que el chico no engañaba. Eso era sólo otra buena marca en su favor. Besando otra vez esos labios fruncidos, Jackson aclaró las cosas. —Esa era mi hermana, Fei. Ella estaba trabajando de niñera para mí. Y sí, Mark, soy gay. 


 


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