Capítulo 15
Desde la puerta del sanitario Naruto sale disparado y cae de culo al suelo, se toca el labio inferior y se da cuenta de que esta partido y está sangrando profusamente. Se comienzan a escuchar gritos de los empleados del lugar que hacen que las personas de la mesa se acerquen a la raíz del problema.
—¡TE VOY A MATAR DESGRACIADO!
El reciente ajetreo lo hace respirar con dificultad a causa de su falta de voluntad para defenderse. Trata de ponerse de pie, pero su contrincante lo empuja para hacerlo caer de nuevo.
—¡TE ABRÍ LAS PUERTAS DE MI CASA CONFIANDO EN LA EDUCACIÓN QUE TE HABÍAN DADO TUS PADRES! —los puños volaban de aquí para allá repartiéndole golpes en la cara. —¡Y TÚ TE APROVECHASTE DE MI HIJO!
—¡PADRE SUÉLTALO! — la desesperación invade al adolescente mientras sujeta a su padre del brazo.
—¡CÁLLATE SASUKE! —esputa exaltado, aventándolo y haciéndolo caer en el proceso—CONTIGO HABLARE DESPUÉS.
—Señor Uchiha—su boca sangrante lo hace hablar con dificultad—No trate a Sasuke de esa manera—advierte apretando los dientes y deteniendo por primera vez el golpe.
En ese momento Itachi y Minato sostienen a Fugaku de ambos brazos, levantándolo de las piernas de Naruto, donde este se mantenía propinándole puñetazos. Los murmullos alrededor no cesan y todos los miembros de esa cena presencian conmocionados la escena. Sasuke se acerca a auxiliar al rubio tomándolo del brazo para que se incorpore.
—¡Suéltenme! ¡Suéltenme! —el hombre de edad se remueve furioso para zafarse de sus captores.
—Padre tranquilízate por favor—Itachi trata de conciliar.
—Fugaku vamos a hablar tranquilamente—el tono condescendiente de Minato lo hace estallar.
El Uchiha mayor encara al progenitor Namikaze—No le enseñaste nada a tu maldito hijo—masculla entre dientes—Es un maldito enfermo—y los ojos de Minato reflejan el dolor de su amistad de años, siendo destrozada—Y tú—acusa a su primogénito—¿Cómo puedes apoyar esta asquerosidad?
La palabra asquerosidad resuena en sus oídos, recordándole lo que el mismo es—¿Tanto te afecta que mi hermanito este enamorado de otro hombre? —confronta a su padre por primera vez en la vida.
—¡¡Por supuesto!! —clama indignado—Nunca ha habido un homosexual entre los Uchiha.
—¿Nunca? —ríe sarcástico— Lamento decirte que aquí tienes uno señor Uchiha— con ambos pulgares se señala así mismo.
—¡¡Cállate!! —grita frustrado—¡¡Mientes!! —un puñetazo estampa el pómulo de su hijo.
—Fugaku, ¿Qué rayos significa esto? —el señor Amegakure No, pide explicaciones.
—Este muchacho no sabe lo que está diciendo—aprieta los dientes a manera de advertencia.
—Lo sé más que nunca padre—con su mano sostiene el golpe propinado por su progenitor—Tu hijo brillante y prodigio es homosexual y lleva años perdidamente enamorado del hijo menor de los Namikaze.
Todas las miradas caen sobre Deidara, quien abre los ojos cuáles platos, no sabe qué hacer y comienza a sudar frío, siente la boca seca y por inapropiado que parezca su pecho late con fuerza por tal declaración pública, está a punto de decir algo, cuando el padre de Konan lo interrumpe.
—Entonces te estás burlando de mi hija—toma a Itachi de las solapas amenazadoramente.
El Uchiha lo toma de las muñecas y lo empuja agresivamente, sacando con agilidad un sobre blanco del bolso interior de su saco y lo avienta en la cara del señor Amegakure No, quien procede a romper el empaque y lo que encuentra lo deja sorprendido. Son fotos comprometedoras de su hija con distintos hombres. El rostro se pone rojo de la ira y a paso firme se dirige a la muchacha tomándola del brazo y arrastrándola en el proceso.
—¡Nos largamos!
La escena es dramática por donde se le vea, todo es un caos total.
Una frágil Mikoto llora en los brazos de Kushina, quien la consuela con cariño dándole palabras de aliento.
Fugaku e Itachi continúan la discusión y Minato trata de interceder.
Ino y Sakura hace pocos minutos han abandonado el lugar.
Deidara sigue estancado en el suelo, mirando a todos y a la vez a nadie.
Suigetsu, Karin y Jugo se acercan a los causantes de todo el embrollo para dar su apoyo a Sasuke quien se encuentra con la cara enterrada en el pecho del rubio, negándose a ver el desastre.
Naruto besa cariñosamente su coronilla y acaricia su espalda con paciencia olvidándose que el mismo está hecho un desastre. Su labio inferior partido y manchado de sangre le escose, su ojo izquierdo hinchado punza dolorosamente y sus mejillas moreteadas las siente quemar por el ardor, su camisa esta semi desabotonada con la corbata chueca y a pesar de todo eso, lo único en lo que puede pensar es en la estabilidad emocional de Sasuke. Imagina lo que el otro siente cuando su padre se refirió a lo suyo como "asquerosidad" y le duele en el alma verlo tan indefenso. Si bien esperaba que las cosas fuesen bastante duras, no creyó que Fugaku los fuera a atrapar en medio de un tórrido y fogoso beso, en el que sus manos vagaban vulgarmente en el trasero de su hijo, apretándolo a conciencia. Hasta él lo aceptaba, esa no era la mejor imagen para darle a su suegro.
Con delicadeza alza su barbilla, y lo mira como si no hubiese nadie más a su alrededor—¿Quieres salir de aquí? —besa su frente.
Asiente débil—Llévame Naruto... Llévame contigo.
Con el musculoso cuerpo maltrecho, toma al orgulloso teme cuál princesa en brazos y camina a la salida del hotel, los largos brazos del joven se enroscan en el cuello bronceado y su rostro se esconde en el fuerte pecho. El camino está lleno de miradas anonadadas, algunas acusatorias y algunas embelesadas. Un Fugaku histérico, grita a sus espaldas mientras es sostenido por Itachi y Minato nuevamente. Y contra todo pronóstico, están tranquilos y sienten en sus espaldas la ligereza de haberse quitado un peso de encima.
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—¿Te sientes mejor? —muerde su hot dog, sentada en la acera de una tienda 24 h.
—Si— da un trago a su café de máquina—¿Te confieso algo?
—Mju—masculla con las mejillas llenas.
—Lo supe desde qué conocí al señor Namikaze—se ríe de sí misma—Pero me negué a verlo... La mirada de Sasuke era tan intensa cuando lo veía y la del señor Naruto... —hace una pausa para suspirar resignada—Imposible competir con un amor tan grande.
—Es tan bueno verte bien—toma la mano de su amiga—Y no te ofendas, pero... Son tan adorables juntos.
Sakura resopla una risita y asiente divertida—Es verdad... —coloca una mano tapando su boca y se sonroja por lo que está pensando—¿Te imaginas a Sasuke...
—¡Dios mío!, estaba pensando lo mismo—bufa divertida—Ya sabes, Sasuke es tan... Donperfecto y simplemente no puedo imaginarlo en el plan sexo.
Ambas chicas se sueltan a reír abiertamente, hasta que el estómago les duele. Y mientras ve a su amiga tocarse el vientre por los espasmos, piensa en que todo es mejor junto a Ino.
¿Alguna vez sentí tanta seguridad de reírme de esta manera?
Sabe que no. Con Ino todo es cómodo, se puede mostrar tal y como es.
¿Hubiese podido reír así con Sasuke?
Ríe más fuerte de tan solo suponerlo... Imposible, con el todo hubiese sido guardar las apariencias.
¿Qué demonios vio en Sasuke?
Ya no lo sabe.
Y la revelación llega.
Con ella el tiempo se detiene como justo ahora, cualquier pensamiento negativo o preocupación vuela lejos de su mente, como si fuese una simple hoja arrastrada por el viento. Y ese sentimiento de que todo está bien, la invade. Se siente comprendida y apoyada en todo momento.
Me siento protegida.
Ino sigue parloteando y especulando respecto a la sexualidad de Sasuke y Naruto, pero ella ya no la está escuchando, está perdida en la bruma de su pensamiento. No sabe en qué momento su cuerpo no conecta con su mente y toma a su amiga por la muñeca.
El contacto de las yemas calientes contra la fría piel de su muñeca, hace a la rubia parar de hablar y mirar directo a los brillosos ojos verdes. Su boca se abre ligeramente porque sabe lo que viene y está perpleja. Sakura se aproxima de manera pausada e inevitablemente junta sus labios con la boca abierta contraria. Los mueve lento y dulce, los roza una y otra vez. Es su primer beso y decide que la boca tibia de la rubia le gusta. Dos manos blancas y de finos dedos toman sus mejillas incitándola a inclinar un poco su cabeza y encajan ambas cavidades de manera armoniosa.
Una mano abandona su mejilla y se desliza hacia su fino cuello. La otra ha tomado el control porque sin darle tiempo la lengua húmeda invade su boca de manera deliciosa. Su rubia amiga-rival es dominante, y le encanta descubrirlo. Los cabellos rosas de la nunca se erizan ante las sensaciones que le provocan la lengua caliente de la otra. Una mordida en su belfo inferior, envía una descarga hacia su húmedo sexo haciéndolo palpitar, en un acto reflejo aprieta las piernas aumentando la sensación. Con las mejillas rosadas jadea en busca de aire vital y la sonrisa maliciosa que ve en el hermoso rostro de Ino casi la hace gemir, ¿Esa era la misma Ino-puerca de siempre? ¿Es la misma con la que hace unos momentos reía despreocupadamente?
El sonido de un celular las saca de la atmósfera de tintes eróticos.
—Si diga—trata de serenar su respiración.
—Ino... ¿Qué pasa? Te estoy esperando.
—Oh... —la realidad le cae encima—Ten Ten.
—¿Dónde estás? —indaga curiosa.
—Yo... Yo estoy con mi amiga—mira a la Haruno quien tiene el rostro viendo hacia otra dirección.
—Bien cariño—contesta risueña—Te espero.
La otra no la mira y pasados unos segundos decide hablar—Sakura...
Es interrumpida de manera abrupta—Ino—la voltea a ver con la sonrisa más falsa que le ha visto jamás—Gracias por acompañarme... Eres una gran amiga, es mejor que regrese al hotel, mis padres deben estar esperando.
Se incorpora rápidamente sin dejar ese falso gesto alegre—Nos vemos en el instituto—le da la espalda y los tacones resuenan a su paso mientras se aleja.
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Enciende la luz con trabajo, pues aún sigue cargando a su bulto humano. Se descalza y descalza al otro con dificultad. Se acerca al sillón y toma siento dando un profundo suspiro de alivio.
—¿Cómo te sientes? —interroga amoroso.
—Estoy bien Naruto—contesta falsamente enfadado, pues desde que salieron del hotel no se ha bajado de los brazos del rubio.
—No me hagas puchero—advierte meloso.
—Hm—voltea el rostro berrinchudo.
—Ah... Con que esas tenemos—toma con suavidad su barbilla rígida y el otro se niega a voltear la cara.
Naruto ríe malicioso y da un lametón a su cuello que se expone en esa posición, lo que hace al menor girarse para verlo indignado. Le encanta como el altivo Uchiha se convierte en un mimado cuando está en sus brazos.
—Caíste—lo dice antes de besarle aferrándolo fuertemente a sus brazos.
Comienza a desabotonar la camisa de su juvenil adoración.
—Ven aquí teme—se incorpora nuevamente con su bebé en brazos—Te quiero dar un baño caliente—susurra incitante en su oído.
—Mmght—un pequeño gemidito se escapa ante la expectación.
Continuará muajajaja