Se derrumba sobre la cama con las extremidades laxas y pesadas, su pecho asciende y desciende en una respiración irregular y su vientre aún cosquillea. Tanto su mente como su cuerpo entran en un estado de letargo. No está seguro de haber escuchado bien, pero entonces sus ojos negros se desvían hacia su mano izquierda y el dedo anular luce un precioso anillo de oro blanco coronado con un zafiro, cuyo color es igual a los ojos de Naruto. Aún escucha el resuello del mayor, quien al igual que él intenta regular los recientes espasmos del orgasmo.
Una película de los momentos con el rubio se proyecta en su mente y cuando esta finaliza, comienza una nueva donde se muestran los nuevos momentos a vivir. La universidad, la graduación, trabajo, viajes, peleas, reconciliaciones, un perro y un gato, en todas las escenas el otro sostiene su mano... Pero es la última escena en su cabeza la que le hace calentar el pecho.
Él cuidando de Naruto en la vejez.
Una sonrisa limpia, pura y anhelante se dibuja en sus dulces labios rosas, los ojos se cristalizan cuando le llega la imagen de un Naruto universitario que poco a poco se ha comenzado a quedar calvo, la piel bronceada del rostro se muestra llena de finos surcos, las marcas zorrunas ya apuntan hacia abajo al igual que los labios carnosos lucen caídos y agrietados, los orbes de cielo están opacos, pero con la misma mirada determinada y llena de fuego, entonces la ternura se anida en su corazón. Las contadas lágrimas que ya han comenzado a caer se convierten en un llanto profuso similar al de un niño pequeño cuando comprende hasta dónde llega el amor por el otro, la infinita devoción que él mismo desconocía. No le importa el momento en el que pierde el autocontrol e incluso su nariz chorrea vergonzosamente.
—¡Discúlpame! ¡Discúlpame! — la aflicción tiñe su voz— No... No era mi intención, yo entiendo que no quieras—ruega desesperado —No llores Sasuke por favor'ttebayo.
El otro no para de sollozar y entre berridos logra verbalizar—Ay ca... Cállate dobe—sorbe por la nariz—No lloro por eso.
—¿No? —el alma regresa a su cuerpo y se acerca lento para estrecharlo por la espalda.
—No—talla sus ojos hinchados y sonríe como puede—Estoy feliz.
—¿Eso quiere decir que...?
—Si... Naruto— voltea para enfrentarlo, acuna las golpeadas mejillas de caramelo con sus largos dedos—Me quiero casar contigo—besa su nariz—Quiero verte anciano.
—¿Eh? —sonríe como idiota y pregunta enternecido —¿Te seguiré gustando aun anciano?
—Me seguirás gustando de cualquier manera usuratonkashi.
—Me casaré contigo cuando finalices la universidad—lloriquea—Así que date prisa no quiero esperar tanto teme.
Ring ring
—Mamá
—Cariño ¿Cómo están? ¿Cómo está Sasuke? ¿Cómo están tus golpes? —indaga con preocupación maternal.
—Estamos muy bien—ríe mientras acaricia la espalda del otro.
—Estábamos muy preocupados—confiesa—Mañana nos reuniremos con Fugaku y Mikoto—suspira pesado— Los esperamos temprano.
—Bien—réplica cansino—Ahí estaremos, Sasuke y yo tenemos algo que informarles—sonríe cómplice.
—¿Ah sí? Puedes decirlo ahora'ttebane—curiosea—Tu padre también está escuchando.
—No ... Lo siento no puedo, será mañana—no les da tiempo a indagar más—Adiós.
—No reuniremos con mis padres y los tuyos—juguetea con la mano blanca felicitándose a sí mismo por lo bonito que le quedó el anillo a su chico—Claro, si es que estás listo—besa los nudillos ajenos.
—Estoy listo—argumenta seguro.
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—No vino hoy.
Está preocupada y tiene la mente hecha un nudo. Quiere hablar con la otra y el temor de que esta le aleje la mantiene con el pecho apretado. Sakura siempre ha estado ahí, y no logra concebir su vida cotidiana sin su amistad mezclada con rivalidad, menos ahora que ha descubierto sentimientos nuevos.
La noche anterior ha llegado a casa de Ten Ten con la consciencia pendiendo de un hilo. La culpabilidad se la ha estado comiendo y no por haber engañado a su novia, sino por el hecho de no arrepentirse. Sabe que, si volviera a pasar, volvería a besar a Sakura sin duda alguna.
La sensación que tiene de que todo es tan irreal la consume. La clase ha empezado y ella no está prestando atención. Sonríe con nostalgia cuando recuerda la primera vez que conoció a Sakura, el mismo día se declararon enemigas por el amor de Sasuke y se jalaron del cabello, recuerda también que durante el nivel primario la peli rosa dejó crecer su hermoso cabello hasta la cintura y una niña de un grado superior le pego chicle, Sakura corrió a llorar al sanitario y ella entró a decirle lo bonita que se vería con su cabello corto, claro que después de haber cacheteado a la malhechora que le hizo eso a su rival. Una lágrima solitaria se desliza por su mejilla cuando sus ojos azules se desvían hacia su bento, que hoy no podrá compartir con Sakura como lo hacen usualmente. Se la imagina sentada en el vacío asiento de a lado con la cálida sonrisa que le da todos los días.
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Todos y cada uno de los músculos de su cuerpo le duelen como si le hubiesen dado la paliza de su vida. Comienza a abrir los ojos lentamente y el techo que encuentra no es el de ninguna habitación conocida. Mira hacia un lado y en el enorme ventanal de lo que parece ser un hotel, refleja cálidos rayos de sol. Un poco más despierto siente un peso en su abdomen, alza la ligera sábana y encuentra un brazo largo sobre este, recorre desde la mano ajena hasta dar con el cuerpo del intruso y lo que encuentra le hace querer gritar. Unos felinos ojos negros le miran traviesos acompañados de una sonrisa de oreja a oreja.
—Buenos días— le habla suave mientras le acomoda un mechón rubio tras la oreja—Rapunzel.
—No te pases Uchiha hmn—advierte—¿Qué pasó ayer? —pregunta lo obvio a pesar de ya haber reparado en su propia desnudez.
—¿Qué parte quieres saber exactamente? —musita sínico mientras besa descarado el cuello ajeno.
—¿Qué pasó después del desastre de nuestros hermanos? —consigue preguntar con dificultad, pues el otro no le deja concentrar.
—Mmmm salimos del hotel juntos—ahora le da pequeños besos en el hombro—Y decidimos ir a tomar un trago por ahí.
—¿Y... Y después?
—Después terminamos aquí— sonríe contra su piel.
—Para... Para ya Uchiha...estás comprometido—reclama.
—De eso nada—se le encima—Si con alguien me voy a comprometer es contigo.
—¿Qué dices? —se revuelve inquieto.
—Lo que escuchaste Dei—lo apresa más y le mira a los ojos—Esta vez no te dejaré huir.
Ring ring
—¿Dónde estás? ¿Por qué no nos has llamado? —le regaña.
—Oh lo siento madre—mira mal al otro quien no lo deja de apretujar—Estoy bien.
—¿Estas con Itachi verdad? —interroga risueña.
—Si—responde con pena.
—Qué bueno encontrarlos juntos'ttebane—espeta emocionada—Les quiero a ambos aquí a las 10:00, nos vamos a reunir con Fugaku y Mikoto.
—No es buena idea mamá —chillotea.
—Lo haremos Deidara... Hay muchas cosas que tú también me tienes que explicar.
—De acuerdo—acepta compungido.
—Adiós cariño.
—¡Suéltame ya! — la patada lo arroja fuera de la cama.
—Ayyy—se soba la cabeza—¿Por qué estás tan enfadado?
—Tenemos mucho que aclarar Itachi—lo señala acusatorio.
—Creí que todo se había aclarado entre las sábanas—sonríe altivo y un almohadazo se estampa en su rostro.
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Las ocho personas están repartidas en la acogedora sala, los cuatro sillones están ocupados por cada pareja. En el centro de la estancia hay una pequeña charola con té y bocadillos. Llevan 5 minutos sentados y nadie se ha animado a hablar.
—Pues ya estamos aquí—toma la palabra Kushina y carraspea—Estamos reunidos para aclarar el percance de ayer—trata de sonar severa.
—Así es, creo que nos exaltamos y dijimos cosas que no queríamos—acusa Minato mirando fijamente a Fugaku.
—Sasuke, Naruto—la pelinegra los mira seria—Creo que podemos comenzar con ustedes.
Todas las miradas caen sobre ellos, Sasuke está a punto de tomar la palabra, pero Naruto lo detiene colocando una de sus manos sobre su rodilla a lo cual Fugaku le mira rencoroso.
—Señores Uchiha—expresa en un tono varonil—Sé que la manera en que descubrieron esto, no fue la más idónea, pero tampoco negaré lo visto—afirma muy seguro—Estoy profundamente enamorado de Sasuke—le da una enternecedora sonrisa a este y vuelve la vista a los padres—Y mis intenciones con él, son las mejores.
—No es lo que parecía mientras tocabas el trasero de mi hijo de esa manera—confronto entre dientes el progenitor Uchiha.
—¡Fugaku! —regaña su esposa.
—¡Papá! —espeta su hijo avergonzado, no recuerda estar tan expuesto en sus 18 años de vida.
—Yo lamento eso'ttebayo—esboza una risita nerviosa y se rasca la nuca— Pero... pero es que... Es que a mi Sasuke me gusta mucho y pues ustedes saben... él es muy hermoso... Y su cuerpo es tan sexy...Ayyyyyyyyyyy—un pellizco en el muslo lo saca de su ensoñación.
—Lo que Naruto quiere decir es que somos pareja y esa clase de cosas son normales—informa con un tono que no deja derecho a réplicas.
—No tenían derecho a ocultarlo—reclama Mikoto—Yo tenía derecho a saberlo... Y no confiaron en mí—el reclamo se traduce en tristeza.
—Lo lamento Mikoto-san—el rubio se disculpa—Por eso quiero demostrar que esto no es ningún juego para mí—toma la mano izquierda del otro y besa el anillo de compromiso para luego dirigirse a todos los presentes—Yo me voy a casar con Sasuke.
—¡¿Qué?! —se exalta—¡Mi hijo es muy joven!
—Tengo que darle la razón a Fugaku—verbaliza calmadamente—Sasuke es aún muy joven—el gesto de Minato es apacible.
—No será ahora—el menor toma la palabra con su conocida frialdad—Será al finalizar la universidad...
—¡¿Escuchaste eso Mikoto?! —la bermeja se incorpora de un salto irrumpiendo al pelinegro—¡Tenemos una boda que preparar!
—¡Oh por dios! — la otra exclama emocionada—Mira esto Kushina—han jaloneado a Sasuke y toman su mano para mirar su anillo—Es tan hermoso.
—¡Mikoto estamos hablando! —regaña a su mujer.
—Ya ya ... Se van a casar ¿Qué más quieres escuchar? —hace un gesto despreocupado con la mano mientras sigue cuchicheando con su amiga.
Se rinde ante el desinterés de su esposa y mira acusador a su hijo mayor—¿Y tú? ¿Algo que decir?
—Soy gay— tan despreocupado.
—Me lo aclaraste anoche—ahora se centra en el otro joven—¿Hay algo entre ustedes?
—¡No! —asegura Deidara.
—¡Si! —asegura Itachi.
—Yo también quiero saber esa historia'ttebane—interviene la mujer con los brazos en jarra mirando a su hijo menor.
—No hay ninguna historia hmn.
—Si la hay—suelta el otro sonriente—Deidara y yo fuimos novios desde los 12 años hasta que se fue de Konoha.
—¡¿Qué?! —Kushina, Mikoto, Fugaku, Minato, Naruto y Sasuke preguntan lo mismo.
—Deidara ¿Por qué no nos dijiste nunca? —indaga su progenitora en un gesto confundido.
—Yo estaba muy asustado hmn—admite con tristeza—Aun era muy joven, temia las consecuencias y la desilusión que les causaría, más cuando Naruto comenzó a tener tantas novias y yo me odie por estar enamorado de otro hombre... Por ello me fui del país.
—Siempre nos contábamos todo'ttebayo—se queja el rubio indignado—Pudiste recurrir a mí.
Kushina y su cónyuge se acercan a su hijo mayor y lo abrazan con cariño—Debiste decirnos hijo, te hubiésemos apoyado de cualquier manera.
Sasuke se dirige a su hermano—Ahora comprendo ese cambio tuyo, cuando él se fue tú te entregaste al trabajo de la empresa día y noche—recordó—¿También te gustan idiotas y escandalosos Aniki?.
—Hijo debí darme cuenta de tu cambio—se acerca al primogénito Uchiha y lo toma de las manos—Lo siento... Estuviste sufriendo y yo no me di cuenta.
—Yo...Yo también lo lamento—Fugaku apoya su mano en el hombro de su hijo—Sasuke ven.
El menor se acerca a su familia y el progenitor se dirige a ambos con vergüenza—Hijos yo... Lo que dije ayer... Yo no lo creo realmente—agacha la mirada—Yo estoy muy orgulloso de ambos y la persona que elijan será bienvenida a mi familia.
Continuará....