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EL EPÍTOME DEL EROTISMO por SonDanSaiyajin

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Notas del capitulo:

:) Gracias por leer

 

   Capítulo 5

—Ven aquí Sasuke.

—Dime padre.

—Necesito que comiences a ayudar a Itachi en la empresa, te quiero hombro con hombro con tu hermano en tu tiempo libre— el autoritario tono que Fugaku usaba, no daba lugar a replicas.

—No lo sé padre yo...—trato encarecidamente de explicar que aún no se sentía preparado para eso, pero su progenitor le quito la palabra.

—De ninguna manera te vas a negar Sasuke... tu hermano comenzó a ayudarme mucho antes que tú y ya he sido muy consecuente contigo, dejaras tus actividades extra al instituto y te dedicaras a aprender de tu hermano.

—De acuerdo padre...— Mecánicamente y como si de un robot se tratara asintió de una manera vacía. Después de todo él era un Uchiha y tenía fabricado su destino.

**************

—Pasa Sasuke.

—¿Y bien? ¿De qué me haré cargo?—Interrogo con pesar  a su hermano mayor mientras entraba a la oficina de este.

—Toma asiento— sonrió tiernamente. —Veras hermanito, por ahora necesitare de tu apoyo en la supervisión del trabajo que harán los Namikaze para la publicidad de la colección de este año— recargo los antebrazos en la mesa y entrelazo sus manos. 

—¿Pensé que te interesaba supervisar a ti directamente eso?— se extraño.

—En realidad ellos hacen siempre bien el trabajo así que no habrá complicaciones, yo tengo otros negocios que atender y lo más importante, tienes que aprender a manejar todas las áreas de nuestra empresa— inevitablemente el azabache mayor se vio renuente a hablar de eso y el menor lo noto.

—¿Es por el verdad? ¿Por eso no quieres trabajar tu directamente con Namikaze Publicity?—una audaz sonrisa se pintó en la cara de Sasuke.

—No se a qué te refieres hermanito— sonrió y fingió indiferencia enfocando nuevamente la vista en su computadora.

—Solo es raro Itachi, tú siempre trabajas con los Namikaze directamente y ahora que el regreso, parece que los evitas a toda costa.

—Estás viendo cosas donde no las hay, tonto hermano menor.

—Si tú lo dices... solo recuerdo que todo fue muy extraño, un día vivían pegados y de pronto pocos meses antes de que se fuera ni siquiera se hablaban ... y a partir de eso tu cambiaste mucho... dejaste de tener esa sonrisa de idiota— explico el menor con un gesto de sospecha, pues si bien no sabía los sentimientos que el rubio artista e Itachi se profesaron alguna vez, si pensaba que eran mejores amigos y por algún motivo habían acabado mal.

—Ya que tienes tanto tiempo libre para imaginar cosas, te daré tu primer trabajo... necesito que vallas a Namikaze Publicity y le lleves estos papeles a Nara Shikamaru para que los firme— explico mientras le extendía el folder.—Son permisos.

—Bien— rodo lo ojos sin disimulo.

—Ten paciencia Sasuke, padre solo quiere lo mejor para ti... aunque sea a su manera.

*********

Con todo el pesar del mundo, el Uchiha menor entro a las instalaciones de Namikaze Publicity a cumplir con la misión asignada por su Aniki. Sasuke aún no se sentía listo para inmiscuirse en los asuntos de la empresa de su padre, si bien aceptaba su destino con resignación, en el fondo no se sentía satisfecho con eso, el adolescente no sabía que anhelaba en su vida futura, pero estaba seguro de que trabajar en la empresa no era precisamente sueño, pero realmente tampoco sabía si tenía alguno.

—Buena tarde ¿En qué te podemos ayudar? —pregunto la recepcionista, inspeccionando al adolescente de abajo hacia arriba, causando en este una mueca de asco. Si bien la hermosa mujer no lo hizo de mala fe, el ego del Uchiha no tenía comparación.

—Busco a Nara Shikamaru, vengo de parte de Uchiha Itachi— le informo mirando hacia otro lado.

—Claro permíteme comunicarme con él— sonrió amablemente.

—Y por favor no me hables de tu, que no nos conocemos— Cruzo los brazos altivamente.

—Cla...claro—tartamudeo nerviosamente la pobre mujer.

Vaya mocoso idiota.

Mientras el menor se dedicaba a inspeccionar el área donde se encontraba, no pudo evitar una mueca de indignación al observar los colores tan vivos que la decoración mostraba, tan... tan escandalosos que ya hasta imaginaba quien había cambiado la decoración sobria por esos naranjas y amarillos chillones.

—Señor Uchiha por el momento no se encuentra el señor Nara... pero si me comunica el motivo de su visita puedo redirigirlo con alguien más.

— ¡¿Qué?! yo no tengo por qué informarle nada ... haber páseme el celular del señor Nara o algo. —haciendo berrinche y rodando los ojos exigió el azabache.

—Lo lamento señor Uchiha pero tenemos prohibido brindar el numero personal de nuestros superiores— ha  estas alturas la mujer estaba descubriendo su gran capacidad para sonreír con amabilidad a ese mocoso tan pesado y se admiraba así misma, realmente cuando en su entrevista le pidieron como requisito la paciencia para con los clientes, se debían referir a esto.

No me pagan lo suficiente. 

—Llame a algún superior o algo ¿Qué nadie me puede atender o qué?— coloco sus manos en su cadera indignadísimo.

—Yo te puedo atender Sasuke-chan—Una voz varonil pero risueña resonó a sus espaldas.

No, no el idiota.

Y ahí estaba el rubio con su gran sonrisa y sus ojos infantiles llenos de travesura, observando al adolescente que vestía con su pantalón formal negro, camisa blanca sin corbata y semi abierta. Ayyy Sasuke era tan "estético" ante los ojos del rubio. No existía otra persona así en el mundo, estaba seguro de eso.

—¿En qué te puedo servir pequeño?— mientras caminaba hacia el para Naruto no había mejor sensación que hacer sentir infantil a Sasuke, pues sabía que esto lo irritaba, y hasta cierto punto le causaba un morbo inexplicable. 

—¿Servirme?—sonrió de medio lado. —Para nada Usuratonkachi y no me llames pequeño, solo vengo de parte de Itachi para la firma de unos permisos.

—Ya, ya pequeño no te enojes ven conmigo'ttebayo— y como ya se la había hecho costumbre paso su brazo por los hombros del moreno y lo fue arrastrando hasta el ascensor mientras este se jaloneaba ya más resignando que nada.

La recepcionista quedaba boquiabierta, su jefe era muy sonriente y carismático con todo el mundo, pero esa sonrisa no se la conocía, y ni hablar de ese infantil jugueteo, casi podía jurar que era un ¿coqueteo?... no, imposible asegurar eso, después de todo conocía a su jefe apenas hace unos meses, en ese corto tiempo sabia de la fama del rubio con las mujeres y ni hablar de que aquel muchacho era muy muy joven.

*******

El azabache le soltaba todo tipo de improperios  para que lo soltara mientras este lo seguía sometiendo con su brazo en sus hombros y una enorme sonrisa hasta llegar a la puerta de su oficina. Abrió con su otra mano  mientras le hablaba a su secretaria la cual miraba sorprendida la escena.

—Hina ¿Me puedes traer un café para mi  y un jugo para el pequeño? —Oh si amaba la emoción que lo invadía haciendo rabiar al adolescente, el cual se limitó a gruñir de indignación pues aún no entendía como terminaba en esas situaciones tan embarazosas e infantiles con el rubio, ¿Acaso el idiota trataba así a todas las personas? ¿Qué clase de empresario era?

—S..sí claro Naruto-san.

Una vez adentro de la oficina el rubio por fin soltó al azabache.

—Toma asiento Sasuke-chan.

—Hm— asintió he inmediatamente extendió el folder con papeles hacia al rubio para después tomar asiento.

Este tomo el folder y sin más dilaciones se puso a leer los documentos.

Sasuke observaba la oficina con curiosidad, cada detalle tan colorido, un enorme ventanal donde se apreciaba una estupenda vista a toda la ciudad, incluso en una esquina había una enorme televisión conectada a una consola de juegos, así como una enorme máquina de arcade, en resumen, todo en ese lugar tenía la personalidad del idiota.

Cuando termino su análisis, bajo su vista hacia el rubio y quedo desconectado de todo. Naruto estaba muy concentrado leyendo los papeles con el ceño levemente fruncido y un rostro tan varonil, tan maduro ... no lo había visto con esa expresión de todo un hombre de negocios analizando la información de una manera tan profesional. Un hormigueo recorrió la punta de los dedos de sus pies y subió rápidamente hasta su nuca sintiendo como su piel se erizaba acumulando un calorcillo en su bajo vientre, su mirada se intensifico y sin pretenderlo algo en su estómago se estremeció.

Mientras tanto el rubio terminaba de leer y analizar los documentos cuando sintió la mirada intensa del Uchiha e inmediatamente levanto la vista descubriendo unos penetrantes ojos negros y profundos observándolo vehemente. Las emociones lo invadieron y sin darse cuenta devolvió la misma mirada con sus determinados ojos azules.

Sasuke tardó en reaccionar, pero cuando en la cara del rubio se pintó una sonrisa atrevida, despertó de su ensoñación y frunció el ceño mirando hacia la ventana como si alguien le hablara desde ahí y Naruto no pudo evitar carcajearse internamente por la reacción del pelinegro.

Firmo los papeles, los volvió a guardar en el folder y se lo extendió al pelinegro de vuelta.

—Listo.

Inmediatamente su puso de pie preparado para huir de ahí, se acaba de dar cuenta que las sensaciones que le causaba el rubio lo hacían sentir expuesto y odiaba eso, nunca lidio con un problema así y no lo empezaría a hacer ahora.

—Me retiro.

El rubio corrió hacia la puerta y se paró frente a esta.

—Sasuke-chan ¿Ya te vas tan pronto'ttebayo?— se toco el pecho en un gesto de fingida indignación. 

—Si dobe, así que quítate— trato de mostrar tranquilidad.

Esa era la oportunidad perfecta para molestar al azabache y Naruto no la dejaría pasar.

—No quiero.

—Quítate Usuratonkashi.

—No quiero— se encogió de hombros como un niño pequeño.

—No estoy jugando.

—No quiero.

La paciencia se le  termino, aventó el folder a la mesa para no dañar los papeles y se abalanzó sobre el rubio.

—¡Que te quites dobe!— trato de moverlo pero la diferencia de fuerza era mucha, mientras tanto el rubio se reía sin control de los intentos del adolescente.

—Pareces un gatito enojado' ttebayo  jajajajaja.

En una de esas, el rubio bajo la guardia al estar carcajeándose y el azabache aprovecho para empujarlo, por lo que este trastabillo cayendo de lado, apartándose así de la entrada, el menor aprovecho y cogió los papeles del escritorio abriendo rápido la puerta, pero justo en ese momento Hinata entraba con una café en la mano y un jugo en la otra colisionando inevitablemente contra el y derramándole ambos líquidos en su impoluta camisa blanca que por cierto no tenía ni una sola arruga. Por reflejo el adolescente alcanzo a tirar los papeles al suelo para no dañarlos.

—Aghhhh ¡¡¡Mira lo que causaste usuratonkashi!!!— se sacudía su camisa del café caliente y el jugo pegajoso mientras fulminaba con la mirada al blondo quien apenas se levantaba del suelo.

—Y..yo...yo lo siento—se disculpo Hinata con la vista en el suelo.

—No te preocupes Hina fue mi culpa... puedes retirarte— indico el mayor.

—Lo siento teme—  con una risa mal disimulada se disculpó el blondo mientras volvía a cerrar la puerta.

—Serás idiota— gruño

—Ya ya, en mi auto tengo una playera, te quedara muy grande pero no te puedes ir así— palmeo su hombro sonriente.

—Aghhh no tengo opción— mascullo.

—Bien, espérame aquí, Sasuke-chan, iré por ella— se apresuro.

Ese idiota

Mientras  bajaba en el ascensor, la emoción y la sonrisa no lo abandonaban, se sentía tan vivo, tan ligero por que hace tanto tiempo que no se divertía de manera sincera, sin fingir, y Sasuke tenía el poder de divertirlo sin proponérselo. De prisa se dirigió al estacionamiento y saco de la cajuela de su auto una playera blanca con un espiral naranja en el centro, inmediatamente regreso a calmar al "pequeño gruñón".

Sin distracciones subió por el asesor y llego a su oficina, pero al abrir la puerta quedo de una pieza.

Mirando hacia la ventana y de espaldas se encontraba Sasuke...pero ya no traía su  blanca camisa puesta.

La espalda atlética era larga y esbelta, pero no como la de una mujer, la suya era fuerte, sus músculos eran tiernos y aun no presentaban la fibrosidad que da la madures, así eran perfectos... tan apetecibles. La piel era tan pero tan lechosa... tan nacarada y tersa. Trazo con fuego en su mirada la hundida línea de la columna vertebral de arriba hasta la espalda baja donde se encontraban 2 hoyuelos de venus terriblemente eróticos. Sus caderas eran estrechas con un trasero  pequeño y levantado. Todo Sasuke era proporcionalmente perfecto, como si lo hubiesen hecho con medidas exactas, tal grado de divinidad no podía ser humana. 

Por si fuera poco, el shock para el rubio, sus manos comenzaron a cosquillear ansiosamente, él sabía lo que eso significaba. Las ganas de pasar sus manos por esa blanca piel era tanta que se asustó de sí mismo, el instinto carnal lo quería consumir ¿Donde rayos había quedado su letanía moral que señalaba la fuerza de la razón sobre el instinto?

Él era un hombre.

Él era un adulto.

Y esos pensamientos no deberían tener cabida.

Sasuke se giró para pedirle la playera, en ese momento Naruto extendió la mano con la prenda y giro su cabeza a otra dirección, no quería comenzar a detallar también el torso del menor.

El menor se vistió de prisa sintiéndose ridículo, le quedaba enorme y el diseño de un estúpido espiral naranja... no podía ser peor.

—Ow te ves tan tierno Sasuke-chan dattebayo— se burlo, pero la realidad es que una ligera satisfacción nació en su orgullo de macho por ver al azabache con la playera puesta, con ese sinuoso cuello de cisne. 

—Cállate idiota, ahora si me retiro.

—¡No, espera! Te llevare a tu casa.

—No gracias— se apresuró a contestar.

—No seas terco teme.

—Te dije que no usuratonkashi— la vena de su cien palpitaba furiosamente.

—¿Cómo qué no?... claro que sí— el rubio hizo amago de querer pasar su brazo por los hombros del joven de nuevo pero esta vez el azabache lo esquivo.

—De acuerdo, pero deja de abrazarme.

Ambos hombres salieron de la oficina, mientras el mayor le dejaba indicaciones a su secretaria.

—Hina por favor recorre la reunión con el señor Tsukiro para dentro de 4 horas y cuando venga Nara le informas que ya me encargué de firmar los permisos de Akatsuki.

—Cla...claro Naruto-san.

—Gracias Hina— sonrió y le hizo un guiño.

La pobre mujer se quería desmayar.

Sin más premura  abordaron el auto y salieron de las instalaciones  rumbo a la casa del azabache. Como anteriormente, el pelinegro solo guardaba silencio y contestaba con monosílabos mientras el rubio parloteaba y parlotea.

—...y debiste haber visto en ese momento todo el refresco se derramo sobre Kiba...— Se carcajeaba, mientras le contaba con toda confianza sus experiencias más graciosas "según él".

—Hm.

—Que amargado eres Sasu-chan dattebayo.

—Que no me llames Sasu-chan.

—¿Por qué no Sasu-chan?

—Bien... solo te ignorare el resto del camino— se cruzó de brazos y se giró hacia la ventana.

—Sasuke...

—...

—Sasuke.

—...

—Sasuke.

—...

—Sasuke Sasuke Sasuke.

—Aghhhh demonios ¿Qué quieres? ¿Acaso no sabes guardar silencio?— se encontraba exasperado, nunca en su corta vida había tenido la necesidad de convivir con alguien así.

—No me gusta el silencio'ttebayo— fingió inocencia mientras miraba de reojo al adolescente sin perder ninguna de sus expresiones.

—Pues te aguantas.

—Teme amargado.

—Dobe inmaduro.

—Mocoso grosero.

—Viejo baka.

Después de terminar con su repertorio ofensivo, ambos hombres llegaron a la casa del menor.

—Servido Sasuke-chan.

—Hm— Se disponía a bajar del auto cuando Naruto le hablo.

—Espera—el rubio sonrió seductoramente lo que desconcertó al Uchiha.

Inesperadamente  comenzó a acercarse y el adolescente se congelo, veía en cámara lenta como el rostro del rubio se aproximaba más y más, su corazón latió frenético, le sudaron las manos, sintió de cerca el cálido aliento de cítricos y por instinto cerro los ojos con fuerza, esperando el contacto, pasaron los segundos y este nunca llego, abrió los ojos cuando escucho un click que indicaba que la puerta del auto estaba abierta. El maldito rubio solo se estiro para poder abrirle la puerta y él ya se estaba imaginando no sé qué cosas, el pobre se sentía estúpido, más cuando al abrir los ojos vio a Naruto con una risa ladeada como si se hubiera dado cuenta lo que Sasuke pensó.

—Adiós Sasuke-chan.

—Adiós usuratonkashi.

*******

—¿Puedo preguntar?

—No.

—¿Ese era Naruto-san? ¿Y por qué traes esa playera con el remolino Uzumaki? — Interrogo a su ototo cuando este se quitaba los zapatos en el recibidor.

—Te dije que no— le paso el mentado folder. —Aquí están los permisos ya están firmados.

Itachi los recibió e insistió. —¿Y entonces hermanito?

—No empieces Itachi.

—Jajajaja estas más irritable de lo usual ¿Te hizo enojar Naruto-san?

—No— el menor recordó lo que pensó cuando el rubio se acercó mucho en el auto y se sonrojo, lo cual no pasó desapercibido para Itachi quien no se inmuto, pero por dentro estaba sorprendido, su pequeño hermano menor no se sonrojaba nunca, ni siquiera las veces que él lo intento abrazar.

—Oh veo que Uzumaki te cae bien ... vaya quien lo diría— metería el dedo en la llaga para molestar a su hermanito, era tan satisfactorio.

—A mi ese usuratonkashi con complejo de niño no me cae nada bien.

—Jajajaja Sasu tiene un nuevo amigo— comenzó a bailar en su lugar levantando los brazos mientras el menor se cruzaba de brazos.

—Aght eres tan idiota como él— con grandes zancadas desapareció de la estancia.

El mayor se quedó riendo por las reacciones de su hermano,  era todo un deleite sacarlo de su eterno equilibrio y eso le gustaba por que más allá de hacerlo por molestar la realidad era que Itachi sabía que la educación que Fugaku les había dado era muy estricta, por tal motivo no se sentía feliz de ver que su hermano no vivía su adolescencia como los demás ya que debido a la presión ejercida por su padre tuvo que madurar de prisa, el sabia lo cerrado que era Sasuke y por ese motivo trataba de hacerlo reaccionar. La mejor manera era sacarlo de sus casillas y para su sorpresa había descubierto que Naruto lo lograba con más facilidad que el mismo Itachi, realmente esto le dio gusto.

El mismo había convivido muchos años con uno de los hermanos Namikaze y sabia de lo que eran capaces. Brindando cariño a diestra y siniestra, obligándote a sacar lo mejor de ti, llenándote con su luz aplastante, cambiando tu vida sin que te pudieses percatar de ello, al menos eso le paso a él con Deidara, quien marco un parteaguas en su existencia.

Naruto, aunque mayor tenía alma de niño y tal vez podría forjar una bonita amistad con su hermano menor que lo ayudara a acabar con ese encierro físico y mental autoimpuesto.

Lo que el inocente Itachi no se imaginaba, es que los lazos que se comenzaban a forjar entre el rubio y su hermanito no eran precisamente de amistad...

*******

Entro a su habitación arrastrando los pies como si le pesaran, cerró la puerta tras de sí e hizo algo que nunca se había permitido porque lo tachaba de infantil... se aventó a su cama con un gran salto. Enterró su rostro en una almohada y suspiro de una manera sonora.

Sasuke no era tonto...no era de esas personas que dicen estar confundidas y no saber lo que sienten, para él eso era excusas patéticas de quienes no quieren enfrentar sus sentimientos y para desgracia él tampoco quería enfrentarlos, pero no por eso negaría el hecho ante sí mismo. Él lo sabía muy bien.

A él no le caía bien Naruto.

A él le gustaba.

Le gustaba mucho.

Le gustaba tanto como para dejar que pasara su brazo por sus hombros cada que se le daba la gana.

Le gustaba tanto como para haber deseado que le besara cuando le abrió la puerta del auto.

Le gustaba tanto como para encontrarse en ese mismo momento buscando su aroma en la playera que el rubio le había prestado.

Le gustaba ese idiota infantil usuratonkashi.

Y se sentía enfadado consigo mismo, siempre pensó que él era diferente y que esos problemas amorosos nunca se presentarían en su vida, eso lo hacía sentir superior y ahora resultaba que era como cualquier vulgar humano idiota y sentimental.

Pero ¿Por qué él? eso era lo único que no entendía. Dejando de lado que ese hombre al menos le sacaba 14 o 15 años, lo más intrigante era que el dobe tenía todas las características que le desagradaban de la gente reunidas en una sola persona. Sabía que su físico le atraía como nunca le había pasado, su piel que al menos para él era el color más bonito que había visto, era naturalmente bronceada y ni hablar de sus ojos con mirada fiera y determinada a veces juguetona e infantil.

¿Qué lo hacía tan diferente? ni el mismo lo sabía, ya no lo quería pensar más porque se encontraba agobiado dándole vueltas a los últimos acontecimientos una y otra vez cuando de improvisto el sonido de su celular lo saco de sus cavilaciones.

¿Si?

Sasuke Sasuke—contestaron animadamente en el otro lado de la línea.

¿Qué quieres?

Oh vamos Sasuke siempre tan seco.

Habla o cuelgo.

Bien bien no te enfades... queríamos invitarte a la inauguración de un nuevo lugar esta noche.

—Ya sabes algo tranquilo con Karin, Juugo y yo, ¿Qué dices?

No puedo.

Por favor, Sasuke, llevamos años de conocernos y solo has salido 2 ocasiones con nosotros, en la primera tu hermano te obligo y en la segunda te amarramos... vamos no seas aguafiestas.

Iré.

No seas así siempre te tenemos que rogar Uchiha.

—...

—...

¡¡¡¿Qué?!!! ¿Escuchaste lo mismo que yo Karin?— gritaba Sugeitsu

Mandame la dirección por mensaje y colgó

Si bien de momento se negó, sentía que necesitaba despejarse, aunque sea con esos idiotas, no quería quedarse en su casa a pensar estupideces sobre cierto rubio.

*******

Después de haber dejado al Uchiha menor en su casa, Naruto regreso a la empresa a atender sus asuntos, pero sus propios pensamientos lo tenían bastante aturdido por lo que decidió irse temprano a su hogar.

Acostado a lo largo de su cama con ambos brazos tras la nuca y mirando el techo,  reflexionaba sobre su actuar y por primera vez se sentía asustado de su propio sentir. El no era una persona que controlara sus impulsos, pero a lo largo de los años había aprendido a sobrellevar su enérgica personalidad, en los últimos días sentía que su adolescencia había regresado.

La culpabilidad que traía encima tenía nombre.

Sasuke Uchiha.

Cada que estaba cerca del menor, no podía controlar sus impulsos, le gustaba verlo reaccionar, le embargaba una emoción indescifrable donde sentía correr la adrenalina sintiéndose completamente vivo. Buscaba el contacto físico apropósito, trataba de acercarlo a su cuerpo y oler su aroma. Se sentía tan enfermo en ese momento, la culpa lo estaba matando ¿Cómo podía desear tanto a un hombre que aparte era muy joven? Ya no quería pensar y sin darse cuenta se abandonó al sueño.

*********

Se encontraba sentado en la orilla de la cama.

La luz de la luna se filtraba en la estancia iluminando todo el lugar.

 Ahí se encontraba de pie su erótico  tormento dándole la espalda. Vistiendo una bonita yukata blanca con hilos negros  que acariciaban  suavemente su deliciosa figura.

Su corazón dio un vuelco cuando  "el" comenzó a abrirse la prenda y la dejo deslizar sobre sus blancos hombros derechos y perfectos. La prenda descendió  en cámara lenta por su piel, acariciando su espalda hasta caer a sus pies. 

La caliente vista hizo su miembro palpitar cuando se dio cuenta que bajo la Yukata no traía nada, dejando a la vista los exquisitos glúteos.

Lo miro sobre el hombro con ese perfil perfecto y sus mechones azabaches acariciándole la piel de la nuca... sonrió arrogantemente.

El fuego invadió su cuerpo e intento levantarse de donde se encontraba sentado, pero no podía moverse.

Déjame tocartesollozo en un ruego desesperado.

No debes.

Por favor—suplico presa de la excitación.

Es prohibido.

Se incorporo de golpe quedando sentado sobre su cama llevando sus manos hacia su rostro en señal de frustración. Se encontraba completamente sudado y su corazón latía rápidamente.

—Por dios... fue un sueño.

—Esto está mal... está muy mal— Repetía una y otra vez.

Soñó con el... soñó con Sasuke y se sentía terriblemente culpable.

Qué pensaría la gente si supiera que deseaba a un adolescente siendo el ya un adulto. La erección que presentaba entre sus piernas era muy dolorosa y palpitaba exigiendo atención. Sin más se levantó y se dirigió a la ducha fría para calmar su problema y también sus pecados. Al terminar su larga y fría ducha, salió del baño aun con la toalla en las caderas  y sin pensar tomo su celular de la mesita de noche para marcar un numero.

Alo ¿Naruto?

Hola Preciosa ¿Cómo estás?

Muy bien Naru... que milagro, traté de comunicarme contigo desde la última vez que salimos y nunca pude localizarte.

No te preocupes, estas de suerte, déjame recompensarte dijo en un tono coqueto.

¿Ah sí? ¿Qué propones? pregunto lasciva.

Podríamos salir por ahí esta noche y después tú sabes... relajarnos.

Suena bien.

Paso por ti a las 8.

Así es... Naruto acababa de tener un gay panic.

                                            continuará...

 

Notas finales:

Spoiler del siguiente capitulo ya se viene el Lemon. 


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