Alguna vez… Vivió una persona tan dulce y amable… Que con solo una mirada, podía encantar los corazones de todos.
Los llenaba de alegrías y una inmensa paz.
Lograba sacarles una sonrisa a aquellos que preferían mantenerse relegados o solitarios, nunca le había gustado ver a nadie sufrir, que padecieran algún mal o dolor.
Buscaba la forma de hacer que esas personas recuperaran la salud, la esperanza y la alegría…
No importaba que tan difícil fuera la situación, hacia todo lo que estuviera en sus manos y más, para traer una inmensa felicidad a todos a su alrededor.
A pesar de que tuviera un título alto en aquel lugar donde alguna vez vivió…
Era capaz de ensuciarse las manos con tal de ayudar en lo que pudiera.
Tal vez, por eso la gente de aquel pueblo siempre lo veía con unos ojos llenos de esperanza, y de admiración… Podían contemplar que el futuro de aquel lugar seria esplendido, ya que ese joven algún día los lideraría.
Tal vez, eso provoco que su fama creciera… Y muchos se fijarán en él, de una forma un tanto egoísta.
Saber que un joven príncipe, pueda ser tan desprendido de las cosas, que fuera capaz de procurar siempre la estabilidad de su pueblo ante cualquier cosa…
Esa sonrisa que muchos empezaron a codiciar, pero que él no deseaba dar a nadie…
Solo quería prestar atención a su gente, a su pueblo, a aquellos que lo necesitaran. Pues no quería involucrarse con nadie de manera sentimental, no aun.
Tal vez eso fue un error… Tal vez el hecho de creer que pudiera hacer su vida alejada de un interés romántico…
Los reyes orgullosos de su hijo, que fuera tan caritativo, y sumamente amable…
Siempre con una sonrisa andaba y saludaba a todos con sumo respeto, todos lo querían…
Llegaba a consolar con su sola presencia el sufrimiento de muchos… Y eso…
Fue algo que todos debieron prevenir, que podría traer el mal sin siquiera pedirlo.
Si bien, el reino era prospero… Pronto… Una epidemia empezó azotar el lugar… Una enfermedad que para esa época no existía cura alguna…
Ver como poco a poco su gente enfermaba y moría…
Lo hizo sentirse tan inútil, ya que era incapaz de hacer algo al respecto…
Y aunque lo intento, llevando alimentos, remedios… Todo lo que se pudiera y creía podría ayudar… Nada surtió efecto…
Cuando eso empezó a ser peor… Sus padres le prohibieron ir al pueblo, no debía exponerse más…
No quería hacerles caso, deseaba cuidar a su pueblo con sus propias manos…
Su gran corazón, lo llevo a desobedecer varias veces, y a quedar en una terrible encrucijada…
Sabía lo que significaba su cruel destino si acepta aquello, pero eso no le impidió hacer caso a su inmensa amabilidad y a la pureza que lleva en su ser…
Un reino vecino, que logro controlar la epidemia y salvar a la mayoría de su gente… Ofreció la cura, a cambio de la mano del príncipe…
Sus padres no aceptaron aquel ofrecimiento, un matrimonio arreglado no deseaban como destino para su único hijo, pero… Sin pensarlo, ni dudarlo un solo segundo, acepto esa propuesta.
Quedando su mano prometida para ese príncipe que deseaba tenerlo, lo codiciaba, por ser alguien con un corazón tan puro, hermoso y maravilloso, ya que sería perfecto para tener hijos apropiados para que así los dos reinos tuvieran prosperidad.
No es que iba a permitir que se rebajaran ante los aldeanos como lo hacía el joven que deseaba, pero al ser hijos de aquel amable y bondadoso ser, sabía que se ganarían la simpatía de los aldeanos…
Conocía lo que su vida significaba para los demás reinos, pero… No le importaba…
Si su gente estaba a salvo, haría lo que fuera por ellos…
Sin embargo, la cura que se necesitaba, no era algo fácil de tener aun con ese trato sellado…
Ya que… No era a base de hierbas y agua pura, sino que consistía en otro método… La magia…
Y eso solo lo pudo tener aquel reino, gracias a un hombre rubio que poseía amplios conocimientos en ese tema, pero… Aunque fuera fiel servidor de la corona… Sería difícil que considerará el dar su medicina especial hacia otros que no fueran los suyos.
Y allí, aquel príncipe, al saber esa parte del pacto…
Que si bien debería ser alguien que influenciara obediencia a ese ermitaño, no se había ganado su respeto para nada.
Aunque fuera el prometido del príncipe de aquel lugar, debía demostrar que lo hacía por un fin mayor, solo por el bien de su gente.
La primera vez que debió ver a ese mago… Sintió miedo tanto al lugar, pero cierta compasión hacia él, ya que lo vio tan desolado, lúgubre, malhumorado… Con ojeras, y su rostro en son de enojo…
No le agradaba ver esto en las personas, pero… No sabía si podría ayudarlo, primero debía pensar en su gente.
Y si bien, se presentó con su nombre y título… Fueron cosas que no le importaron a aquel sujeto.
Que solo al verlo, lo miro de reojo y lo ignoro, considerando que solo era alguien tanto, inocente y muy estúpido, por no saber que condeno su vida por algo que solo son tonterías ante sus ojos.
Pero ese rechazo no le importa al pelilila… Se aferró a la idea de salvar a su gente… Y demostrar su gran amor por su reino.
Se ofreció a hacer cualquier cosa para el mago del reino vecino, con tal de que le diera la medicina para salvar a su gente…
De nuevo no le hizo ningún caso, pero… El príncipe Mu no se dio por vencido ni una sola vez, su voluntad nunca flaqueo ante nada…
Comenzó a limpiar, organizar los estantes y varias mesas de trabajo, trajo luz a esa lúgubre habitación que tenía para sus habilidades mágicas.
Si bien, al principio ese mago se molestó tanto, y si bien no iba a faltarle al respeto al futuro consorte del reino, si lo regaño por no ser un inútil a su ver.
Pero, el pensar que ese joven se intimidaría por él fue su mayor error…
-¡¡¡¿CREES QUE YO QUIERO ESTAR AQUÍ?!!! ¡¡¡¿CREES QUE YO DESEO DESPOSARME CON EL PRÍNCIPE SAGA?!!!- Aunque estaba algo sucio por pasarse el día entero limpiando ese lugar, trayendo luz a ese sitio, estaba ya al borde de la desesperación por mostrarle a ese sujeto que podría hacer lo que fuera por su pueblo y ser digno de la cura por ellos, se rompió su paciencia y grito a todo pulmón -¡¡¡SOLO QUIERO SALVAR A MI GENTE!!! ¡¡¡ELLOS MUEREN, MIENTRAS YO ESTO AQUÍ, INTENTANDO ENCONTRAR UN ANTÍDOTO, LO QUE SEA PARA SALVAROS!!! ¡¡¡POR ELLOS, POR MI GENTE HARE LO QUE SEA, INCLUSO SI DEBO DAR PASOS HACIA UN FUTURO QUE NO DESEO, LO HARE!!!- Por primera vez en todo este tiempo… Se permitió llorar.
Pero no por eso se mostraba derrotado, al contrario… Su ferocidad era algo muy diferente a la amabilidad e inocencia de siempre… Demostraba que estaba tan desesperado, pero no por él, sino por aquella enfermedad que azotaba su reino.
Esas palabras, lo testarudo que ha sido y la determinación que vio en él, logro cautivar a ese mago de una manera que jamás pensó…
Antes de poder decir algo más… Mu se fue, no podía soportarlo más…
Y de nuevo… Un día más en que su gente sufrió, una noche donde al amanecer los muertos se contarían…
Muchas familias se acabaron, muchos cadáveres inundaban los cementerios… Era un horrible escenario y a ese paso, no importaría las riquezas que se tuviera, todo se perdería…
Sin embargo… Tuvo una pronta respuesta…
El príncipe, con el que se había comprometido, le llevo el antídoto, que podría rapdiamente ser repartido entre su gente para salvarlos…
Esas esmeraldas se iluminaron, estaba tan feliz que lloró de alegría… Y abrazo a ese hombre de cabellera azul… El cual se sentía tan orgulloso de ser alguien que pudiera tocar a ese lindo ser, y que con esto pronto seria suyo.
Y pronto su reino volvió a estar saludable, si bien… Muchos pequeños quedaron huérfanos…
Mu no los dejaría solo. Gracias a sus ideas y maneras de ser… Logro tener un refugio para todos, ayudarlos a aliviar su dolor y así puedan llegar a tener un futuro próspero…
Esa amabilidad, por la cual aposto su vida y alma, por una sola cura…
Sus padres estaban felices de que lograra traer salud a su pueblo, y en cierta forma aceptaron aquel matrimonio arreglado.
Como agradecimiento, aunque realmente no debía, ya que lo logro sacarlo de sus casillas, le llevo un presente al mago…
Se disculpó por ser un atrevido al limpiar y ordenar su estudió, le explico que fue algo creía que era necesario para que no tuviera tan mal humor…
Aquel hombre, no quería recibir aquel presente… Simplemente no quería hacerlo…
Por qué… Esa manera de ser del joven príncipe, llego a cautivar su corazón, mas debía callarlo, porque sería el consorte real y no… No podía fijar sus ojos en un ser tan puro y superior a su ver.
Mu insistió en darle aquel presente, y de hecho le pidió que le enseñara algo de magia, medicina, remedios… Todo para poder defender y procurar que tanto su pueblo como a este que tendría también siempre estuvieran a salvo.
Esa sonrisa, es marida, esa amabilidad e inocencia del pelilila, era muy difícil lograr negarle algo… Pero debió hacerlo.
Aun así, fue obligado a enseñarle, pues su príncipe complacía en todo al pelilila, pues lo principal era ganarse su corazón a como diera lugar.
Y al parecer lo estaba haciendo… En cierta forma… Solo su gratitud.
Sin embargo… Era terrible y muy doloroso para ese mago… Pues, no era solo porque comenzó a amar a ese dulce príncipe, pues su bondadoso y gentil ser, logro derretir las cadenas que encerraban ese amargo corazón, ya que… No creía que esto llegara a ser posible.
Menos, por alguien de la realeza, que estaba tan lejos de su alcance, pero…
Allí estaba, a su lado, aprendiendo todo lo necesario para traer conocimientos su prodigiosa mente.
La magia, se puede usar de formas tan maravillosas, trayendo vida, alegría, paz y conveniencia para la prosperidad, pero…
También desgracias…
Fue una tarde, una en donde al estarle enseñando, y estar sumamente cerca…
Sus miradas chocaron, Mu solo le sonrió y esa verde mirada brillo, estaba feliz de aprender un método curativo que podría erradicar algunos males simples.
Su corazón latió, por solo ver esas rosadas mejillas, esa paz e inocencia, el cómo lo trataba tan amable como nunca nadie lo había hecho… Ya que solo conoció el temor ente los ojos de los demás…
No le exigía hablarle con respeto como los demás miembros de la familia real, no le decía que era solo un mago, que debía estar al servicio de la corona…
Mu, muy ponto se metería a la boca de los lobos más despiadados, al momento de casarse con el príncipe heredero…
La luz no puede sobrevivir en medio de la oscuridad, y lo sabe muy bien…
Solo era un corderito inocente e ingenuo, capaz de todo por los que ama… Y ser fácilmente engañado, aunque supiera parte de la verdad, no hacía nada al respecto… Acepto su destino con una gentil sonrisa
No podía permitir que ese fuera el destino de la persona de la que se había enamorado perdidamente.
Así que… Al estar próximos a esa boda, que sería la unión de los dos reinos…
Los preparativos, los vestuarios, el banquete, todos los detalles ya estaban contemplados y listos para el gran día…
Su pueblo se alegró por la noticia, pensando que sería algo favorable y bueno para su amado príncipe.
Le dieron algunos regalos… Lo poco que podían, como muestra de su eterna gratitud…
No importa si fuera común o poco valioso, Mu acepto esos detalles con felicidad y emoción…
Frutas, vegetales, algunos dibujos y cartas, de aquellos que si habrían aprendido a escribir y leer, ya que… Él quería que todos tuvieran buenas oportunidades y prosperidad, así que… Uno de los escribanos de su corte, enseñaba a los más jóvenes…
Todo aquello, era hermoso para el pelilila, pero algo sin importancia para el peli azul…
El cual, aunque trataba de llenarlo de un sinfín de regalos caros y ganarse su atención, notaba que Mu prestaba y disfrutaba más a su gente que a él.
Pero no se daría por vencido de ninguna manera…
Ya que el final, Mu seria suyo y eso estaba bien, ya que nadie lo podría evitar…
Así que… Conociendo ese cruel destino para alguien tan puro, le confeso algo terrible que debió hacer…
-Esa medicina mágica… El remedio que te dio el príncipe Saga… No era eso…-
-¿De qué hablas? Mago… Tu remedio salvo a mi reino, ¿Cómo puedes decir que no?-
-Fue una orden-
-¿Una orden?-
-Como… No hacías caso a las insinuaciones del príncipe… Y sabiendo de tu enorme amor por tu reino. Ideo un plan para tenerte-
-¿Un plan?- Se puso de pie para este punto, alarmado, con el ceño fruncido, juntado tus tikas, asustado por lo que fuera a escuchar -¡¡¡¿QUÉ CLASE DE PLAN?!!!- Sentía una terrible sensación en su corazón ante este momento, que no midió su voz.
Sabía que al momento de decirlo, lo perdería también, no lo podría volverlo a ver, ni escucharlo, porque lo odiaría y jamás lo logaría perdonar, sin embargo, no podía ver que su vida se anclara ante alguien tan malvado y cruel.
-La epidemia… Fue creada con magia, para que no tuvieras más remedio que casarte con él-
-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡ES IMPOSIBLE!!! ¡¡¡NO PUEDE EXISTIR ALGUIEN TAN RUIN PAR E HACER ESO!!!- Sus lágrimas empezaron a brotar. Simple y sencillamente, no podía creer lo que acababa de escuchar y sentirse traicionado, quedando como un verdadero idiota por confiar ciegamente en los demás…
-Saga, quería tenerte a como diera lugar, así que… Me ordeno crear una enfermedad capaz de matar a cientos en poco tiempo, para que no tuvieras opción… Y al saber… Que la misma “Ataco” a nuestro reino y se lograra encontrar una “Cura”… La cual solo es el antídoto del mal que azoto a tu pueblo- Estaba realmente arrepentido, pero entiende que eso no servirá para reparar las vidas que se destruyeron en el proceso.
-¡¡¡¿CÓMO ES POSIBLE… QUE FUERAN TAN CRUELES?!!!- Sus pasos se daban hacia atrás… Intentando alejarse de ese rubio –Shaka… ¿Cómo pudiste…? ¡¡¡¿CÓMO PUDIERON TODOS SER TAN DESGRACIADOS Y MISERABLES?!!!-
-Lo siento… Perdóname… Yo… Solo seguí órdenes, yo…- Quería justiciarse, no podría soportar tener el odio de quien ama.
-¡¡¡¿PERDONARTE?!!! ¡¡¡JAMÁS LO HARE!!! ¡¡¡A NADIE!!!- Salió de aquel lugar… Que se encontraba al fin tan esplendido, bonito y hermoso, donde la luz no solo de la solar o velas se había vuelto única, sino… Que la alegría y sonrisas del pelilila, fue tan grande para inundarla de paz.
Estiro su mano, queriendo detenerlos, atraerlo a él, pero si usaba magia… Sabía que sería peor…
Así, que… Ese mago por primera vez, se sentía impotente e inútil, perdiendo a alguien que lo conoció en realidad y trajo esperanza a su vida.
Esa misma noche… Se presento ante su prometido… Quien creía que sería una agradable velada…
Mu, le dijo que rompía el compromiso…
Estando de pie, digno, fuerte y poderoso, sus esmeraldas ardían en furia, su rostro tan dulce, solo mostraba la decepción y odio hacia ese peli azul.
-¡¡¡¿CÓMO QUE YA NO TE CASARAS CONMIGO?!!!-
-¡¡¡COMO LO OYES, NO VOY A SEGUIR CON ESTO!!! ¡¡¡NO ME IMPORTA EL PACTO QUE HICE CONTIGO!!! ¡¡¡TÚ CAUSASTE ALGO TAN HORRIBLE AL MATAR A MI GENTE CON ESE HECHIZO!!! ¡¡¡MALDITO, NO QUIERO SABER NADA DE TI, NI DE NADIE QUE TENGA QUE VER CONTIGO!!!-
Con lágrimas por la decepción… No, no es que amara a ese príncipe, pero lo creía una buena persona… Dolía mas que su gente sufrir, por la codicia de otros, porque lo quisieran poseer a él.
-No me dejaste de otra-
No respondió, le dio la espalda a ese hombre de cabellera azul… Quería irse, volver a su reino y jamás tener que pisar de nuevo ese lugar…
Sus súbditos estaban listos y esperándolo en aquel lugar, para volver a salvo, pero nadie pudo prevenir lo que sucedería después.
-No prestabas atención a mis atenciones… Querías huir de tu destino, de lo mejor para ti… ¡¡¡NO LO IBA PERMITIR!!!- Ese grito tan potente helo la sangre de todos los presentes, su desesperación comenzó a serse presente… Al igual que un cambio en su cabello, a una tonalidad blanca… Y unos ojos tan rojos que parecen envueltos en llamas.
Mu de inmediato reaccionó ante esa sensación, esto solo podía significar una maldición muy peligrosa… Conoció y aprendió lo que pudo, entiendo como sentir las diferentes vibraciones del ambiente por influencia mágica…
Se giró, pero lo que sintió en su corazón fue terrible…
El sonido fue sordo, sus súbditos no podían creer lo que acababa de pasar, de ninguno reino creían posible esto.
El corazón de aquel príncipe tan amable y bondadoso, que tenía un futuro esplendido y era la luz de los suyos… Fue atravesado por una espada…
¿Cómo se movió tan rápido?
¿Cómo pudo herir de muerte a alguien que se supone deseaba poseer?
-¿Por qué Mu? ¿Por qué me hiciste hacer esto? ¿Porque no solo aceptaste que éramos destinados, y seguíamos como siempre?- Su mirada pedida, aferrándose a ese cuerpo, que le iba arrancado la vida, pues la espada aún seguía perforando ese corazón.
El dolor, las lágrimas, el saber que su vida se perdía lejos de su amado hogar… Sentirse un prisionero… Sus fuerzas se desvanecieron, mientras lo último que veía, mientras intentaba escapar, fue al rubio mago, que de lejos contemplaba con horror lo que ese ruin príncipe había hecho…
El hilo de sangre brotando de su boca, la perdida de la conciencia y la vida se dio…
El príncipe mas amado, codiciado, amable, y puro, había muerto en manos de aquel que decía amarlo, pero solo se obsesiono con él al grado de codiciarlo a muerte.
Era un desastre, una tragedia…
Los subidos de Mu… Atacaron furiosos por este hecho, pero los de Saga intentaron impedirles que continuaran…
Sin embargo a pesar de estar en territorio enemigo ahora, lograron acabar con aquellos, pues su príncipe también era apreciado por ellos…
Aun así… No era suficiente, Saga no los dejaría llevárselo…
Estaba ya muy loco, fuera de sí, que ya era peligroso acercarse a él…
Pero, los soldados no debieron hacer nada…
Shaka, también estaba volviéndose loco por su furia, su enojo, ya que por ese maldito hombre… Perdió a alguien que no creía necesitar…
Prefiera saber que estaba con vida, en su reino, lejos de él, pero bien… A saber que murió a manos de un desgraciado que no lo merecía…
El mago, uso un hechizo, para manipular la sangre de ese desquiciado monarca, alejarlo de del cuerpo de quien podía traer alegría y luz a donde fuera, gracias a su amable presencia…
Ver aquello fue algo aterrador, pero ese hombre rubio, solo les dijo una cosa a aquellos subidos del joven Mu, mientras torturaba al príncipe.
-Llévenselo lejos… Él debe volver a su reino-
Aquellos que aún estaban con vida, sabían que no podrían hacer más… Tomaron el cuerpo del príncipe, y se lo llevaron tan rápido como pudieron de ese lugar…
Y apenas sus pies, dejaron de pisar aquel reino…
Vieron cómo se oscurecía todo, se envolvía en una negrura tan insemina, la tierra que minutos antes habían dejado atrás, se volvía estéril, el cielo de ese lugar dejo de ser brillante, los animales perecieron, todo perdía su color…
Demasiado para procesar en tan poco tiempo…
La gente empezó a dar gritos de dolor… Podían oler la carne putrefacta…
No sabían que era eso… No entendían, solo que… El reino vecino moría y desaparecía ante sus ojos…
Y ellos, como únicos testigos… No harían nada, más que dar la vuelta a tan terrible espectáculo, para llevar el cadáver de su príncipe hacia su hogar.
Dar la noticia a los reyes fue lo peor… Verlos derrumbarse, sentir que el mundo entero de ese reino también se destruía, pues su único heredero, acababa de ser asesinado…
Conocieron la verdad, la maldad de aquel reino… Pero la venganza no era una opción, no porque no pudieron o temieran, la deseaban todos, pero…
Todo en ese lugar desapareció, no quedo ningún habitante con vida, las estructuras cayeron, los animales, el agua, la tierra, los árboles y flores, todos muertos, sin dejar más rastros que huesos y carne podrida…
¿Qué era eso?
Nadia lo supo, nadie conoció la verdad de ese hecho…
Solo que… El reino de príncipe que todos amaban, por ser siempre optimista, que su actitud reconfortaba, consolaba y siempre firme en ayudar, que hacia cualquier día bueno, aunque las nubles fueran grises… También cayó poco a poco… Pues ya nada les importaba a sus reyes, y las riquezas, la prosperidad ya no eran nada ante los ojos de ellos.
La luz que podía traer la armonía y paz a ese reino y los ríenos vecinos… Se apagó y provoco la destrucción de dos mundos…
Mu, no tuvo la culpa, fue una víctima clave para que se destruyera todo… Quería ser el mejor príncipe para que su gente nunca sufriera, pero sufrieron por su ingenuidad…
Solo deseaba el bien común, la proceridad, todo lo bueno para su gente, pero sus deseos, se volvieron la codicia de muchos… Y por tenerlo, se cometieron actos tan atroces…
Quien parecía amarlo de verdad, sabía que debía dejarlo ir… Que fuera feliz e hiciera lo que deseara sin necesidad de nadie, pues Mu demostró que no la necesitaba la ayuda de gente mal intencionada…
Shaka… Condeno a su reino… Provocando que la maldición que el príncipe Saga poseía desde su nacimiento incrementara en aquella noche, para que todos en ese lugar murieran, fueran azotados por el mal contenido en su monarca y así no lograra volver a hacerle mal a nadie más…
Incluso él, sabía que contenía maldad en su corazón y no podía permitirse volverse acerca a quien amo en ese último tiempo y le mostro que la oscuridad no era su destinó…
La pequeña luz que deseo proteger, la mando directamente a la muerte y con eso no podría vivir…
Si, Mu fue asesinado, pero él… Seguirá iluminando al mundo con su sonrisa, pues estará en un lugar hermoso, en cambio aquellos que se obsesionaron con él… Y lo llegaron amar, como codiciar… Permanecerán en un limbo de eterna oscuridad, castigados con solo ver una luz que jamás podrán alcanzar.