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MY SWEET ALPHA por SonDanSaiyajin

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Notas del capitulo:

hello

—¿Sasuke-kun?


—Haruno—saluda con la mano.


—¿Qué haces aquí? —curiosea.


—Yo también vine a ver a Naruto—manifiesta firme.


El rostro de la chica es de sorpresa, pero a los pocos segundos esboza una tierna sonrisa, pues puede notar el bochorno de su orgulloso amigo—¿Ah, ¿sí?


—Hmn—asiente indiferente.


—Bueno—se dirige a los tres presentes—Mañana le daremos de alta.


—Gracias Sakura—enuncia la bermeja madre—¿Puedo verlo?


—Sí, claro—hace un ademán con el brazo indicando que siga—Adelante.


La mujer es guiada hacia la habitación del niño áureo, dejando a solas al rubio alfa y al altivo omega.


—Yo...—habla apenado —Quisiera saber que desencadeno la crisis de Naruto—no mira los ojos del otro.


El padre niega con la cabeza resignado—Realmente no lo sé—soba sus sienés—Él había tenido ataques de ansiedad antes, pero nunca habíamos llegado hasta el hospital por eso.


—Ya veo—aprieta el borde de su abrigo—¿Puedo verlo solo un momento?


—Supongo que si—le sonríe con ternura—Sasuke.


—¿Sí?


—Perdona a Kushina, pero ella sabe que Naruto no es como los demás y teme que le puedan hacer daño—se resbala sobre el asiento con pesades—Él ha sufrido mucho aunque trata de ocultarlo, mi esposa y yo sabemos que se siente una carga.


—Yo nunca le haría daño—se toca el pecho ofendido.


—Entiendo lo que quieres decir—declara pacífico—Pero... Quiero que entiendas que lidiar con Naruto no es fácil...


—Lo sé—mete las manos dentro de su abrigo—Itachi me dijo lo mismo.


—¿Has hablado con tus padres al respecto?


—Aún no—niega cabizbajo—Quería decirlo cuando pudiera presentar a Naruto.


—Es mejor que les expliques la situación antes, para que puedan asimilarlo.


La bermeja sale del pasillo pediátrico con un enojo bastante notorio y caminando a zancadas de elefante se para frente al omega.


—Oe tú—mira con indignación hacia otro lado mientras le habla—Te quiere ver, date prisa.


Y como impulsado por un resorte se incorpora con una leve sonrisa en los bonitos labios pálidos, ignorando el mal humor de la otra. Camina por el pasillo hasta llegar a la habitación. Respira profundo mientras toma la manija de la infantil puerta. Se siente estúpido por estar tan nervioso y su vientre revolotea cuando le llega el aroma del menor. Sin más premura se interna en la habitación. El pequeño rubio, quien yace inclinado sobre la cama de hospital, le mira y sonríe de esa manera tan única que Sasuke piensa que tiene. A él nunca le gustaron los niños, ni le parecen tiernas sus sonrisas, claro que para él todos los infantes son desagradables y molestos a excepción de Naruto.


—¡Sasuke! —exclama emocionado.


Y Sasuke se derrite.


—¿Cómo estás Naruto? —indaga ocultando la inestabilidad que le provoca el otro.


—Ya estoy bien—responde despreocupado—Sasuke.


—Mmm—el mayor aún se mantiene a una distancia considerable de la cama del pequeño.


—¿Te puedes acercar? —y la carita se tiñe de carmín dulcemente—Es que no puedo olfatearte bien hasta allá.


—S...si—balbucea torpe mientras da algunos pasos hasta quedar junto a la cama.


Sin plena consciencia de sus acciones, el futuro alfa olfatea el aire causando bochorno en el omega, quien siente su piel erizar cuando el inocente se inclina tanto que aspira sobre su cuello.


—Naruto—le mira anhelante y algo más que el aún inocente niño no sabe identificar —Si me lavo las manos, ¿Puedo sostener la tuya solo un momento?


—¡Sí! —clama entusiasta.


El moreno rodea la cama y entra al bañito dispuesto para el paciente, lava por varios minutos sus manos con esfuerzo y dedicación. No recuerda haberse esforzado tanto nunca en una acción tan simple como esa. Seca sus manos perfectamente bien y con el corazón golpeando su pecho se sitúa nuevamente junto a la cama.


Lentamente acerca su temblorosa mano a la del niño y la toma con suavidad. Una descarga eléctrica recorre desde la punta de sus dedos hasta el último de sus cabellos. La sensación de tocar a tu destinado es incomparable con cualquier otro sentir que haya vivido antes.


Por otro lado, lo que el niño siente también es bastante abrumador, su pecho late muy rápido y siente las mejillas calientes, las sensaciones son similares a los síntomas que le dan antes de un ataque de ansiedad, pero lejos de sentirse ansioso, bienestar y tranquilidad se arremolinan en su infantil pecho. Ha decidido que le gustan las manos del omega. Pronto los pensamientos que le habían rondado durante esa misma noche, se hacen presentes en su mente, haciéndolo bajar la mirada azulina con tristeza, pero sin soltar la reconfortante y pálida mano.


—Oe Sasuke—le llama visiblemente desanimado—Tú...tú ¿Crees que soy raro? —los orbes de mar le miran suplicantes.


—¡No! —asegura ceñudo—¡Tú no eres raro Naruto! Y te prohíbo volver a decir algo como eso.


La efusiva respuesta del bonito omega, le llena el pecho con calorcito y hace su estómago revolotear.


—Yo... Yo te prometo curarme—aprieta firme el agarre de su mano—Para ser un gran alfa y poder cuidar de ti—Y el fuego en los ojos azules le asegura que esa promesa será verdadera.


—Naruto...


La mano bronceada le jala y un sonoro beso es depositado en su blanquecina mejilla, dejándolo inmóvil en el acto y con el rostro rojo hasta la punta de sus orejas. Si el rubio le descontrolaba de esta manera siendo un inocente mocoso ¿Qué sería cuando se presentará como alfa?, una imagen de un Naruto adulto empotrándolo contra la pared posesivamente pasa por su mente causando que inconscientemente suelte feromonas.


—¿Interrumpo algo? —la doctora entra con el ceño levemente fruncido y se acerca al oído del Uchiha—Ten cuidado Sasuke-kun, estás soltando feromonas.


—Lo siento—se disculpa muerto de vergüenza deshaciendo el contacto con la mano ajena.


La bella peli rosa le sonríe cálida al menor—Es hora de dejar descansar al paciente.


Continuará .....


 

Notas finales:

bye


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