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Una falsa historia de Amor por Mascayeta

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Notas del capitulo:

Tres capítulos serán publicados cada semana (o antes).

Gracias a todos los que la leen.

Harry Potter se agachó tratando de tranquilizar su respiración, las semanas de juerga que tuvo con Dudley en el Londres Muggle le estaban pasando factura

El Gran D tenía una pandilla reconocida en las peleas callejeras y las carreras ilegales de motocicletas, aunque sabía defenderse, las primeras le traería graves problemas por tener que mantener la imagen de "niño bueno" que debía ser como El Elegido del mundo mágico, así que mientras Piers y los otros se encargaban de las apuestas, Dudley pelaba, y él participaba en los piques, de esa manera ganaban lo que se gastaban en comida, cerveza y cigarros.

Llevaban dos años en eso, tía Petunia y Vernon eran tan permisivos como Lily y James, así que fue fácil engañarlos, lástima que las vacaciones se acabaron una semana antes de lo presupuestado por los síntomas que anunciaron la expresión de su segundo género.

Se bañó y vistió con una túnica negra con ribete dorado y el escudo de los Potter, Lily carecía de emblema por ser nacida de muggle, así que para todos él poseía el título de Lord por la casa de su padre, al igual que por padrinazgo, el de los Black.

Retocó los detalles, amaba la atención que las personas le daban ahora por su subgénero y no por ser quien derrotó a Voldemort, exhaló cansado recapacitando que con cada enfrentamiento lo único que lograba era sentirse estúpido ya que lo tenían como un héroe sin cerebro. A veces quería gritarles que de esa noche sólo recordaba un rayo verde chocando contra algo transparente, y caer al suelo.

Con los dementores se hicieron más claras las imágenes, él encima de Lily, Sirius y James entrando, gritos y la aparición en San Mungo.

De resto nada, tras cuatro años de enfrentamientos con el Lord Oscuro, aún no comprendía porque le tenían tanta admiración, en esos instantes pensaba que el mote de el-niño-que-vivió ...«para ser un idiota».

La chillona voz de Draco Malfoy concluyó la frase en su cabeza, aunque esa no era la finalización que le iba a dar, había momentos que tenía que darle la razón al Slytherin.

Harry no entendía que esperaban para atacar a el Lord Tenebroso, si todos sabían que habitaba en Malfoy Manor. La satisfacción que le quedaba era pensar en la paliza que le daría al fastidioso platinado cuando lo desenmascara como mortífago.

Esas vacaciones Voldemort marcó a Draco según la información que Narcissa llevó a la Orden del Fénix, una ventaja de ser la amante de Remus Lupin.

Cansado de no darle forma a su cabello, lo dejó en el mismo desorden de siempre, lo tenía decidido, cuando creciera lo suficiente se cogería una coleta, adoptaría un estilo hipster tan pronto saliera de Hogwarts.

Volvió a detallar su imagen, creció por lo menos un palmo, adiós el escuincle de 1.65 m, ahora su cuerpo reflejaba el ejercicio de Quidditch, sus facciones se endurecieron demostrando que era un Alpha dominante

Harry arrugó el ceño recordando las consecuencias de su primer celo, tan pronto llegó, Lily trató de emparejarlo con la que —hasta el momento— consideró cómo un "amigo con falda", Ginevra Weasley.

La chica un año antes se reveló como Omega, esto causó gran expectativa en Molly y su madre, una que culminó en la mejor puesta en escena que terminó con un Desmaius lanzado por Remus, y muy a su pesar, un acuerdo prematrimonial por el agravio.

Harry torció la boca al pensar en la fabulosa idea de Dumbledore para apaciguar la ira de Molly y Arthur Weasley.

Todo fue tan calculado que podía jurar que él lo planeó. Patéticamente cayeron en la dispuesta celebración en La Madriguera, la sorpresiva llegada de su celo cuando estaba programado para una semana antes de entrar al colegio, Ginny yendo a su habitación con un vestido veraniego que apenas cubría hasta la mitad de sus muslos, y lógico, las feromonas que tan pronto como el Alpha percibió el olor de la Omega, se le lanzó encima.

No podía catalogar si la experiencia fue buena o mala, porque no la recordaba, tuvo que meterse a un Pensadero para librarse de un matrimonio por magia, ahí se vio a punto de anudar y clavando los dientes en la base del cuello de Ginny, un fuerte golpe en la puerta y la luz de un hechizo lanzado por Remus.

Al despertar un día después, James le contó cómo al llegar a casa tanto él como Remus sintieron el aroma al celo, algo en lo que no pensaron Lily y Molly ya que ambas eran Betas. Envío a Moony a buscarlo en lo que él retenía a las dos mujeres que eran conscientes de lo que sucedía.

Desde ese día el matrimonio de sus padres se terminó de derrumbar, siempre los escuchó discutir por la manera como Lily parecía seguir a ciegas las órdenes del director Dumbledore, pero cuando oyó a James gritar que no permitiría que le diseñarán la vida tan pronto como la Guerra terminara, se quebró la poca confianza que poseía en la mujer que Harry llamaba madre y en los señores Weasley.

Eso facilitó que James lo mantuviese en el Ministerio entrenando con los Aurores para la Batalla final, pero también la oportunidad de acercarse aún más a su padre y ganar la confianza de que cuando decidiera marcharse, tendría el apoyo de él. Además, Harry Potter no se casaría jamás con Ginevra Weasley, él no necesitaba a su lado una manipuladora como Lily o una "reproductora" como Molly, sin demeritar a la chica que también tenía grandes cualidades.

Sin embargo, el perfil que buscaba Harry difería de Ginny.

Él quería unirse mágicamente a alguien espectacular, una persona inteligente, atractiva, con la que entrara a un lugar y todos se los quedarán viendo. Una que fuese su segundo en los negocios, que pensara por sí misma, no que buscará siempre complacerlo, que le planteara los pro y contra de tomar una decisión, y que lo sedujera con pequeños detalles de tal manera que siempre deseara atarla a la cama y que no se levantará de allí a menos que fuese para seguir complaciéndose mutuamente.

Sí, una persona así era la que él merecía, y muy a su pesar, Ginny creció con él y sabía que nunca obtendrían la libertad como pareja, ya que siempre intervendrían todos los pelirrojos y Lily en cada uno de sus movimientos y decisiones.

Miró el reloj, James estaba en una reunión con el Ministro, así que fue a la cafetería para comer alguna cosa antes de ir por los materiales para el sexto año en Hogwarts. Eligió pocas asignaturas, seguiría con las que mejor le fue en los T.I.M.O.S, es decir, Encantamientos, Transformaciones, DCAO, Herbología, Astronomía y por obligación, Historia de la Magia, lo único que le emocionaba era que James pagó para tomar el curso que le daría la licencia de Aparición,  era corto y con la ayuda de Remus en menos de un mes la obtendría. Así mismo, sería el capitán del equipo de Quidditch ahora que Angelina se graduó, por lo que tendría suficiente tiempo para relajarse ya que no se apuntó a clases extracurriculares, y tampoco a Pociones. Adiós murciélago de las mazmorras.

Lo otro a lo que le dedicaría tiempo sería a su transformación a lobo, hacía unos días que pudo convertirse en un Lobo Rojo, una subespecie de los Grises de América. Agradeció por ser un cambiaformas, ya que según pudo entender en conversación con Hermione y Ron, no todos poseían esa capacidad, solo unas pocas familias y como siempre, la mayoría Sangre Pura o con un linaje como el de Lupin.

Se preguntó cómo sería el lobo de Draco, mínimo un cachorro mimado blanco y esponjoso, de imaginarlo le dieron ganas de abrazarlo como un peluche, de inmediato se regañó, ¿Qué diablos fue eso?

Saludó al mesero sirviéndose del buffet para ir a la mesa que le permitía observar a los demás, pronto oyó los suspiros de algunas personas, siempre pasaba lo mismo y eso le gustaba. Alzó la cabeza para sonreír a sus admiradores, y fue cuando lo vió.

Draco Malfoy se encontraba con Lucius saludando al jefe del Wizengamot, cuando sus ojos se chocaron, el platinado le regaló una mirada despectiva, tuvo el impulso de ir y arrancarle la soberbia sonrisa con un puñetazo, pero los suspiros de las personas a su alrededor lo detuvieron recapacitando que eso sólo traería mala fama.

Devolvió el gesto a Malfoy, quiso demostrarle que él era mucho más Alpha, y lo mejor era conquistar a una de las mujeres en el lugar. Eso le pareció una buena idea hasta que escuchó a una de ellas, la charla le dejó helado.

—El Príncipe de Hielo, le queda demasiado bien el título.

El apodo de Malfoy, se suponía que era por su actitud en Hogwarts, algo dijo la otra, pero se lo perdió por andar distraído.

—....odio a esa mujer, no puede llamarse madre. Fíjate que querer unirlo al Lord por poder como nos lo contó Yaxley.

—Ella ¿Busca hacer efectivo lo del compromiso de Dominante-Sumiso?

En esos instantes Harry quiso golpear a Dumbledore y su fanatismo por las cosas muggles, se sintió ignorante ante lo que hablaban, ¿Qué era ese compromiso? ¿Por qué Malfoy iba a hacer uno, y con Voldemort? ¿A qué jugaba Narcissa?

—...lobo de invierno, aún no pude saberlo.

—La ignorancia es atrevida, pero como su amante es un seguidor de Dumbledore —afirmó una de las mujeres con asco—. No comprendo cómo puede cambiar a Lucius Malfoy, el líder del Clan de Invierno por Remus Lupin.

Harry oyó como respuesta un gruñido y percibió un aroma ligeramente ácido demostrando la desaprobación por el hecho.

—Imagínate lo que debe vivir el Maestro Snape, él es...

Harry no pudo oír más, el ingreso del equipo de Quidditch de Inglaterra generó un desorden que le hizo perder de vista a las mujeres.

Aburrido por lo que pasó, recogió los platos y fue al ascensor, ¿Qué iban a decir de Snape?

¿Qué diablos era un Lobo de Invierno?

Los clanes no le importaban, su familia no poseía una vinculación a uno, algo que se supone era más para los Sangre Pura clasista, pero con los años supo que personas como Cédric Diggory, Seamus Finnegan pertenecían a los clanes Silvanos, y que los Creevy que eran hijos de muggle, estaban asociados al Clan de las Montañas.

No obstante, lo que hablaban de Malfoy determinaba que la jerarquía de este era diferente, si le decían príncipe era por algo, y significaba poder, y sin duda, dinero, ya que ellos eran el brazo económico de Voldemort.

Pronto se vio en la oficina de James, saludó al asistente y siguió hacía el despacho de este, la puerta estaba entreabierta y la voz de Lupin se oía un poco molesta.

—¿Qué vas a hacer cuando Dumbledore se entere? No le va a gustar que una de las fichas que tiene en el Ministerio renuncie.

—Lo aceptará, a ese viejo sólo le importa quién financie la Orden, y como Lily no hace sino hacer desembolsos sin detallar cuánto queda, podrás imaginarte.

Remus sonrió dándole la razón a su amigo, era cierto, por eso querían con Narcissa deshacerse de Albus, lógico, sin ensuciarse las manos.

—¿Cuándo piensas retomar la dirección de Potter Potion?

—En unos tres meses —repuso James explicando que debía hacer el empalme con Robars que lo sucedería.

En ese mismo tiempo los duendes de Gringott harían el avalúo de la empresa y empezarían los arreglos, estipulando el plazo del pago del crédito.

Lo que le preocupaba era poder mantenerse él y su familia en ese tiempo. Sabía que Lily debió gastar una fortuna con los Weasley, ya que hacía años prácticamente mantenía a Arthur, a Molly y sus vástagos, por ser "parte vital" de la Órden del Fénix según Dumbledore.

Dio gracias que la cuenta de Harry para sus estudios se la abrió su padre, Fleamont Potter, antes de que la Omega que tenía por madre cometiera la locura de unirse a Albus para evitar las habladurías.

Remus escuchó la situación de la familia que lo recibió en su niñez, Lily era una constante en los problemas de Prongs, pero él se lo buscó con la obsesión que la Beta le provocó desde que se conocieron.

—La fortuna de Sirius —mencionó Remus obteniendo de James una negación.

—Esa posibilidad planteada por Dumbledore es una mentira. Sirius luego de saber que yo eché a Regulus de la casa, repudió nuestra amistad —James cargaría esa culpa hasta la muerte.

El mayor de los Potter creyó en algún momento amar a Regulus, quizás si el Omega no hubiese adorado a Sirius entregándosele por completo sin importar que fuese su hermano, lo habría marcado.

A James aún le dolía recordar cómo llegó a la mansión tras enterarse de que casi asesina a un inocente por culpa de Lily, que la burla de Snape fue porque la mujer estaba embarazada, y que con la pelea perdió la posibilidad de obtener el cargo que quería en el Clan de Invierno, y que le fue dado a Canuto.

—La ira me consumió Remus, llegué y lo saqué de la casa sin importar que estuviera en celo, lo deje lejos de las protecciones a merced de cualquiera.

Un año lo buscaron, Sirius rechazó el trabajo con el líder de Invierno por Regulus, se dedicó a hallarlo y cuando lo hicieron, James quiso morir.

Regulus no se acordaba de ser mago, tenía múltiples marcas, era un prostituto de un burdel Muggle, le cortaron la lengua y arrancaron su útero.

Tres meses después de ser internado en San Mungo, se suicidó.

—¿Cómo se enteró Sirius?

—Lily le contó a Dumbledore y este en una reunión de la Orden sacó el tema cuando Sirius se negó a ceder Grimmauld Place para las reuniones.

Remus ignoraba lo ocurrido, para esa época estaba en una de las manadas del sur solicitando apoyo.

—De la fortuna Potter no queda un knut, nos mantenemos con mi sueldo Moony, sólo un milagro me salvaría y ...

La voz de Amelia Bones saludando a Harry detuvo la frase del Auror, ojalá el chico no hubiese escuchado nada de la conversación.

El mejor ingresó preguntando a James si se demoraba, quería comprar los útiles de Hogwarts y tratar de llegar al colegio un día antes para hablar con Minerva de su futuro académico.

Amelia le pareció estupendo lel compromiso de Potter comparándolo con la falta de interés de su sobrina, con rapidez explicó el porqué de su presencia, para luego marcharse deseándoles una feliz tarde de hombres.

Esa noche mientras Harry oía los reclamos de James a Lily por comprar a los Weasley menores y a Granger todo lo que necesitaban para su año escolar, y además de gastar en Ginny una suma estrafalaria dándole ropa, joyas y maquillaje.

Harry se quedó pensando en como ayudar a James de esa ladilla, gran parte de los gastos que tenía se debían a él y su relación con los Weasley, de pronto una frase de lo que escuchó en el comedor le abrió una alternativa para deshacer el acuerdo prematrimonial y recuperar su fortuna.

Un nombre y un contrato, debía hablar con Andrómeda, y si se la encontraba, con Narcissa.


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