Draco comenzó feliz el día porque sería la presentación de su primer vestido de boda "transformable", una idea de cómo este atuendo podía convertirse en un elegante traje de cóctel y no quedarse metido dentro de una caja para el recuerdo.
Alistó a Zmeya quien escuchó con atención las recomendaciones que le hacía de cómo comportarse durante la celebración, fue claro en que debía permanecer en la silla que le sería asignada, que tan pronto pasarán a la fiesta, como diseñador debía acompañar a la recién casada a cambiarse, mientras él, se dirigiría al jardín para esperarlo. Estaría solo unos veinte minutos, así que debía pasar desapercibido y tan pronto como volviesen al hotel , se pondrían a empacar para al día siguiente salir a Los Ángeles.
Draco se vio abrazado por su cachorro que de inmediato lo llenó de besos dándole las gracias por adelantado, recién era cinco de noviembre, y los días anteriores a su cumpleaños irían a Los Ángeles para visitar los parques temáticos de las grandes empresas de cine, luego viajarán a Miami donde se encontrarán con la abuela Sev y Vanko, para celebrar el onomástico en Disney.
Draco devolvió las muestras de afecto a su cachorro, hace un año le prometió que su cumpleaños número diez sería inolvidable, tanto por los lugares que visitaran, como por la revelación que debía hacerle, un tema que si no trataba a tiempo, le explotaría en la cara con la dichosa Ley de Herederos, el regreso al mundo mágico y la identidad del padre de Zmeya.
Mientras Draco terminaba de recoger lo que necesitaban, Zmeya Prince revisaba su morral confirmando que llevase su equipo para dibujar.
Al ser hijo de Inari Prince o Draco Malfoy, Zmeya creció rodeado de cámaras desde los cuatro años cuando su mamá participó en ese concurso dando a conocer la ropa que hacía. Sin embargo, aún podía fastidiar la gente que se acercaba a saludarlo y agarrarle el cachete para después preguntar dónde estaba su "padre" y si sabía que tan ocupado se hallaba para hacerles un traje.
Por eso, cuando entró al Kentucky Horse Park, sus ojos no podían separarse de los establos y los señores de la policía montada, le gustaban los animales, pero las mascotas no eran una posibilidad con su estilo de vida, quizás la tendría cuando comenzará a estudiar.
Acompañó a Draco hasta la habitación de la novia y se sentó en donde le dijeron, sacó su tablet y empezó a dibujar, desde que pudo hacerlo, su abuela Sevy le facilitó los materiales de arte, también los instrumentos musicales de los que se antojaba haciendo que los espacios de ocio y aprendizaje se turnaran sin importar donde se encontrasen.
Zmeya hablaba inglés, francés y griego, este último lo aprendió para entender a la familia de Vanko. Tocaba piano y guitarra clásica, dibujaba y pintaba con distintas técnicas, siendo su preferida la acuarela. A sus nueve, casi diez años, era considerado como un prodigio, pero cuando tienes a Severus Prince y a Sloven Dutyo como tus tutores, el aprendizaje era parte intrínseca de tu vida diaria a todos los niveles.
Físicamente se parecía mucho a su mami, aunque decían que era más la copia de Lucius Malfoy, lo único diferente eran sus ojos, grises con vetas verdes y un delgado aro negro rodeando el iris que crecía cuando estaba de mal humor luciendo completamente negros como los de su abuela Severus.
Zmeya de estiró un poco cuando Inari Prince, el alter ego de Draco, anunció que la novia estaba lista.
Bajó de la mano de su madre al salón donde se sentaron para la ceremonia.
En la siguiente hora procuró no cabecear por la monótona voz de quién celebraba la unión, tal vez la boda de sus padres fue igual. Zmeya se distrajo pensando lo poco que sabía del señor que lo ayudó a engendrar, cada vez que preguntaba por él, Draco le decía que las cosas no funcionaron entre ambos y que "San Potty" tenía otra familia con alguien que llamaba "comajedrilla", desde mucho antes de que se casaran.
No era tonto, eso significaba que ese señor engañó a su mami, Zmeya asumió que era porque sus abuelos tenían mucho dinero y el poder del Clan de Invierno como le decía Sloven, por lo visto, su padre quería aprovechar eso con sus mejores amigos.
Zmeya oyó a los presentes aplaudir, y junto a su mami salieron del lugar. A las cinco Draco le dijo que dentro de unos treinta minutos se irían, sonrió y se fue al jardín cumpliendo lo dicho por su madre antes de salir de casa.
Lo que no esperaba es que dos hombres, que reconoció como magos, se aparecieran diciendo que buscaban a Draco Malfoy y su vástago.
Con cuidado, Zmeya se ocultó entre los matorrales, agradeció ser más pequeño que el promedio de niños de su edad, eso hacía que muchos dijeran que se manifestaría como Omega, el sonido de las botas pasó varias veces cerca suyo, cuando los hombres se iban a marchar, la voz de un tercero lo hizo asomarse. Lo que vio, provocó que soltara un gemido alertando a los otros dos que lo sacaron de inmediato de su escondite.
Zmeya escuchó la orden en su cabeza, el Sigma respiró profundo elevando su temperatura corporal, y haciendo que varias de las ramas secas comenzarán a chispear, los atacantes se descuidaron apuntando a donde aparentemente se formaría el fuego, tiempo suficiente para que el cachorro se soltara y corriera hacia el bosque.
Zmeya evitó el sendero principal tratando de ganar tiempo, cuando los sintió muy cerca, se desvió saliendo a un camino en el que tropezó con un gran caballo blanco, pronto un chico de ojos lindos bajó de la montura y lo abrazó prometiendo que lo salvaría. Su corazón se aceleró sonrojándose más de lo que ya estaba por la carrera, dos manos le tomaron la cara y obligándolo a mirar a quien seguía susurrando, acató la orden y se aferró a él sin importar nada.
Ahora seguían en una posición similar, tras ser salvados por sus padres, fueron llevados a la oficina de gerencia donde los interrogaron, los tres hombres fueron trasladados a la estación de policía, Zmeya observó cómo el señor Potter colocó en los individuos un hechizo que Ariel le explicó en un susurro era para inactivar la magia.
Cuando determinaron que podía ser un posible secuestro para pedir dinero a los señores Prince y Makris, Inari bufó por la circunstancia.
Agradeció sabiendo que no podía hacer más, los tipos desaparecerían de la celda lanzando un Obliviate para que no recordaran sus caras, por eso solicitó que nadie se enterara del suceso, su madre y pareja arreglarían la situación.
Eso último llamó la atención de Harry que se había mantenido callado hasta el momento.
—Señor Prince, le recomiendo vaya al hotel con un escolta, pueden haberle seguido y repetir el atentado.
—Ya he llamado a Vanko y a mi madre, ellos llegarán al hotel en el transcurso de la noche, gracias.
El detective estrechó la mano del diseñador y pidió a Potter que le acompañara a la estación, ya que él era necesario para el papeleo, más cuando aseguró conocer a los maleantes.
Antes de marcharse Harry se acercó a su hijo que sostenía al pequeño rubio.
Ariel le oyó la explicación diciendo que debía quedarse con el oficial Dunkan mientras regresaba, el chico asintió, pero Zmeya no aceptó la propuesta. Separándose del azabache corrió hasta donde se encontraba el Sigma y lo jaló para que él propusiera una solución. Resignado Draco habló.
—Potter, el niño puede quedarse conmigo en el hotel, avisa a tu Omega para que ella y su otro cachorro no se asusten.
—Mi papá no tiene Omega, ella nos abandonó cuando tenía tres años, y yo soy su único hijo —la respuesta de Ariel sorprendió a Draco, el niño se colocó de pie y estiró su mano para presentarse apropiadamente—. Mucho gusto señor Prince, soy Ariel Potter Potter, adoptado por sangre por mi padre, tal vez me conoció cuando mi nombre era Arthur Henry Potter Weasley.
La expresión de Draco corroboró lo dicho por Harry en la mañana, su hijo era más Slytherin que Gryffindor.
—El placer es mío joven, gracias por salvar a mi pequeño.
Fueron las palabras de Draco que se presentó como Inari Prince.
Harry vio subir a Draco con los dos pequeños en un auto que distaba mucho del lujo que un hombre con su riqueza tendría. El coche se alejó mientras él iba a la comisaría, los hombres no decían nada, cansado el detective Morrison iba a trasladarlos a una celda, cuando varios agentes que se presentaron como del Departamento de Justicia Francés, solicitaron que se les dejara la custodia de los sospechosos.
Horas después nadie recordaba con claridad lo acontecido, sólo que el diseñador Prince había sido atacado y que el guardaespaldas logró detener el secuestro de su hijo.
Potter vio la hora con desesperanza, era demasiado tarde para ir por Ariel y muy temprano para cualquier actividad que no fuese dormir.
Decidió enviar un mensaje al celular de su hijo para que lo viera cuando despertara, e irse a su apartamento, con suerte descansaría tres horas y a las siete recogería a su cachorro, aunque siendo sincero también deseaba hablar con Draco.
Al final decidió ir al hotel, conocía a Malfoy y debía estar esperando noticias, entregó las llaves al valet, en la recepción dio su nombre y a quien buscaba, sin comunicarse con la suite fue direccionado ya que lo esperaban.
Avanzó por el pasillo mirando el lujo de la decoración, únicamente lo mejor para un Malfoy, el príncipe de hielo seguía igual en cuanto a sus gustos.
Tocó en la puerta que tras pocos minutos fue abierta por Teddy que le abrazó dándole la bienvenida, el molesto zumbido le indicó a Harry que habían puesto un Muffliato, era de esperarse, las voces eran altas y con tonos que demostraban pelea, distinguió las feromonas de dos Alpha y el olor de un Omega diferente a Lupin, lo extraño fue no percibir el aroma de Draco, sabía por la voz que se estaba ahí, entonces ¿Por qué no podía sentirlo?
—¡No lo acepto! Lo siento, pero no.
—Esto no es una propuesta Inari, ya he tomado la decisión y la empresa del señor Potter se ocupará de la seguridad tuya y de mi nieto.
Vanko abrazó a su pareja que parecía haber entrado en shock por la manera fría y calculada con que Teski siseó recordando a una serpiente.
Harry tosió para llamar la atención, fue cuando vio la posición en que un Alpha —a quien no conocía— protegía a Draco, apretó los puños y al igual que esa tarde, sintió que su lobo dejaba de estar en vigilia, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no caer por la manera en que éste luchaba por salir.
—Agente Emerald, ¿Qué datos logró obtener?
James notó las feromonas que se desprendían de su hijo, la situación ameritaba la sorpresa, más no creyó que el Alpha de Harry al fin hiciera presencia.
El mencionado devolvió el saludo procurando mantener el tono profesional al exponer lo ocurrido en la jefatura.
—Para los muggle fue un intento de secuestro del hijo del diseñador Inari Prince, y para la MACUSA, intentaron asesinar al heredero de Harry Potter por el vínculo con las familias Malfoy y Lestrange.
El aroma de Draco se manifestó haciendo que Teski le llamará la atención con un chillido particular de los Omega.
—Considero que el día ha sido demasiado largo, y merecemos descansar —sugirió Vanko a sabiendas que los dos Prince tendrían una discusión en privado—, agradezco su tiempo señor Potter, las decisiones que se tomen serán comunicadas en horas de la mañana.
Cuando James iba a responder, Harry intervino.
—¿Y usted es?
—Vanko Makris, el Alpha de Inari.
El azabache gruñó por la declaración, las voces de Zmeya y Ariel los obligaron a mirar hacia el fondo de la suite donde los niños salían de la habitación tomados de la mano.
Severus y Teddy fueron los primeros en reaccionar, cada uno se apersonó de un cachorro, la mirada entre los Omegas era de complicidad por la oportuna aparición de los menores, Harry siempre fue demasiado posesivo, así como Vanko que estaba a la defensiva por la aparición del esposo de su dragón.
James estuvo de acuerdo con la propuesta, su cabeza dolía demasiado, sabía que eran los efectos de los recuerdos tratando de deshacer el Obliviate que años atrás pidió a Draco le aplicara, avanzó hasta donde Severus y lo abrazó solicitando una reunión privada, como siempre, el pocionero respondió con el tono sedoso y despectivo que lo caracterizaba, cargó a Ariel y se marcharon con un enfurruñado Harry al que Draco no se dignó a ver por hallarse escondido en el pecho de Makris.
Esa madrugada pocos lograron dormir, pero sólo uno se mantuvo cuidando a quien se convirtió en su familia, Vanko sabía que los días felices habían terminado con la aparición de Harry Potter.