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Una falsa historia de Amor por Mascayeta

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Notas del capitulo:

6/6

 

Lucius entró a la casa dispuesto a preparar todo para el viaje, Severus jugó la carta más alta para que la charada terminase rápido. Ir a Noruega equivalía mostrar a su lobo, confirmar que eres un Malfoy a través de la herencia de cambiaforma, ninguna transformación animal era igual a otra.


¡Maldita sea!, vaya que ahora sí comprendía el papel de Granger en el Trío Dorado, si la tuviese... suspiró dejando caer la ropa en la maleta que llevaría, se sentó sobando su frente.


Con pena debía reconocer que la chica lo hubiese sacado del lío, algo inventaría, y después de una noche sin dormir, ahí le haría entrega de una poción o lanzaría el encantamiento para camuflar al Gran Blanco, al que, por cierto, hace mucho tiempo no sentía.


Bufó enojado consigo mismo, desde que comenzó su recuperación no pensó en su Alpha, estaba más ocupado tratando de planear la venganza contra Dumbledore y los Potter, que olvidó por completo su herencia de lobo, una que resolvería más tarde. Resignado y sabiendo que no tenía más opciones, se levantó para buscar entre los contactos del móvil que Lupin le compró, antes de marcar vio la hora, eran las tres de la mañana, corría el riesgo de ser ignorado, lo que significaba perder minutos valiosos para llegar antes que Severus y que los Dutyo lo cubrieran, porque el Consorte sería acusado de su regreso por las barreras. No quería dar explicaciones, menos después del encuentro de esa noche, la charla la reservaría para cuando cayeran sus enemigos.


Presionó el botón de llamada, el teléfono sonó hasta mandarlo a buzón, intentó dos veces más, la desdicha de sentir afecto por los orgullosos, pensó Lucius, si en algo se parecían Severus y Hermione era en que guardaban el rencor por la ofensa de la que fueron víctimas hasta que pudiesen devolver el golpe.


—¿Así que es verdad? El gran Lucius Abraxas Malfoy cambió a su Omega por la Alpha que quiere la muerte de mi protegido.


El platinado se arrodilló de inmediato dando la bienvenida al protector del Clan, Loki lo observó con decepción.


—Levántate, no me sirve una inclinación cuando en tu ser no hay nada que te recuerde nuestro vínculo.


Los puños de Malfoy se apretaron, se irguió para ver al dios de las mentiras, el cabello negro del hombre y sus ojos verdes recordaban la razón de su caída, confiar en Harry Potter.


—¿Por qué debía seguir guardando fidelidad a alguien que me olvidó? Casi muero por la maldición de Bellatrix, quieren borrar mi legado y quitarme la fortuna de mis antepasados, y la única ayuda la recibí de esa mujer, una escéptica que me ha hecho reevaluar donde debo poner mis lealtades.


Loki analizó en la expresión de Lucius la prepotencia de quién no tiene nada que perder. Por eso, las emociones volvían débil a los hombres cuando han sufrido demasiado, los convierten en seres extremistas, y eso lo supo aprovechar Hermione Granger.


Lucius admira la sabiduría, pero se equivocó al creer que podría manipularla, la chica provenía de una familia de squib, sus padres descendientes de la Dama del Lago, una ninfa que con suave voz y agudeza mental siempre supo sacar ganancia de los hombres, incluso Merlín se rindió a sus palabras para obtener a Excalibur.


—No hables de lo que ignoras Lucius, estás lleno de ira y celos de pensar que otro disfrutó a tu Omega, que lo preñaron y que las historias retorcidas de los mortifagos eran verdad, perdiste la confianza en Severus.


Malfoy era consciente de esa realidad. Noches enteras bebió preguntándose si su pareja prefería a Voldemort, se debilitó, olvidó incluso a Draco exponiéndolo a riesgos innecesarios tratando de convencerse que era por el bien que más tarde obtendrían.


—Años de esperar que me llamarás, que pidieras mi ayuda recordando el legado del Clan, pero despertaste y tu mente se dejó llenar de dudas y confiar en las palabras melosas de quién te traicionará al igual que lo hizo con Dumbledore.


—Tu me olvidaste primero —repuso Lucius con frialdad—, ocho años en una maldita cama son la muestra de ello, y ¿vienes a exigir fidelidad? Loki, hablas de mentiras ¿Cuándo eres el rey del engaño?, ¡Pues alégrate!, sigo vivo, y quizás ella es mi verdadera compañera y no ese Alpha imperfecto al que convertiste en Omega.


—Con esa frase acabas de negar también a tu hijo Draco.


Lucius abrió los ojos, era verdad, rechazar a Severus lo desligaba de su descendencia.


El dios sonrió con lástima, la ira no le permitió a Malfoy medir las consecuencias de sus palabras. Agradecía que sumó el "quizás" a la oración evitando que fuese un decreto, pero el daño ya debía estar haciendo efecto en el cuerpo del Omega.


Cuando Loki eligió a los Malfoy como los líderes de su clan vio en ellos inteligencia, ambición y el saber cómo mantener el poder sin ser la cara de este, sin embargo, lo que más le gustó fue la lealtad al concepto de familia, eran capaces de dar todo, incluso su vida por sus seres queridos. Como humanos cometieron errores, Voldemort fue la equivocación de Abraxas y con el que condenó a tres generaciones. El de Lucius era la soberbia, una que evitaba que viese la verdad. El de Draco amar demasiado.


—La maldición de Bellatrix fue Āṉmāviṉ maraṇam, un hechizo de las antiguos habitantes de Sri Lanka, el efecto es literalmente su traducción, la muerte del alma.


Lucius escuchó sin inmutarse lo que buscaba su "querida cuñada", el resultado era la desaparición de este mundo y del de los espíritus, nadie lo recordaría y aquellos con su esencia o unidos a él por el voto del Clan, también morirían en el olvido, nadie recordaría el legado Malfoy y lo que significaron en el Consejo de Lobos.


Loki hace mucho aprendió que a veces hay que contar lo que se hace por los otros para que estos entiendan que no todo es lo que parece, por eso, habló de lo ocurrido ese día de la Batalla de Hogwarts.


—El gran Blanco te protegió, tiempo suficiente para que yo modificará el desenlace. Un coma mágico que terminaría al completar el ciclo de nueve años —Malfoy enarcó una de sus cejas procurando entender el significado de la cifra, a su mente llegó la mitología nórdica. Nueve el número mágico que se unió a muchas de las historias de vida, muerte y triunfo de los dioses del séquito de Odín y sus hijos.


La voz de Loki lo hizo colocar su atención nuevamente en el pelinegro.


—...pero el ciclo se vio interrumpido, despertaste antes por todo lo que tu amante y el hijo de Vali hicieron.


—¡No la rebajes así!


Loki hizo un gesto de desagrado, Lucius estaba confundido por la ira, el dolor y deseo de venganza. El gran Blanco yacía encadenado como lo estuvo su hijo Fenrir, su alma moría en la soledad y el olvido, extrañando a su Omega, uno que fallecería cuando él lo hiciera.


—Esto es ridículo, estás obcecado por la ayuda tangible que te brindaron —el cambio de actitud de Loki obligó a retroceder a Lucius cuando éste avanzó hacia él—. Considero que podré decirle a Zeigler que ignore tu petición en contra de Granger ya que has decidido aceptar "su cariño" al nombrarla como la compañera perfecta.


—Yo no he... —El platinado fue silenciado por el ademán de Loki.


—Me remito a tus palabras «quizás ella es mi verdadera compañera y no ese Alpha imperfecto al que convertiste en Omega». —el desconcierto en el rostro de Lucius le causó gracia al dios, para lo que seguía debía hablar con Severus y prepararlo para la visita inesperada y las consecuencias que seguramente traería—. Tráela contigo al Refugio junto con el descendiente de Vali. Te ayudaré a cambiar al lobo que ahora serás, mantendrás algunos de tus dones como descendiente real, pero al unirte a ella debes saber que lo único que te quedará es la fortuna Malfoy, no podrás acceder al Clan por haber negado de tu descendencia, esa noche Draco Malfoy-Prince dejará de existir para tomar su nombre como un Princeson.


Lucius escuchó lo que pareció una sentencia. Su Alpha moría por haber sido despertado antes de completar el ciclo sagrado del nueve. Por tal motivo, el Gran Blanco desaparecería la noche de la revelación de subgéneros, la misma en que Severus sería ayudado por Lady Magia y Anubis a la transición del vínculo roto.


—Severus ¿Qué pasará con él?


Loki se burló de su preocupación.


—Vivirá con una nueva marca, la que lo mantendrá por encima de cualquiera de los líderes que tenga el Clan.


Lucius vio desaparecer al dios, Severus se salvaría con la mordida de otro Alpha. Llevó la mano a su pecho percibiendo algo que no le gustó. Con rapidez desabrochó la camisa para ver la mancha negra que comenzaba a aparecer en los bordes de la mordida. Eso no podía estar sucediendo.


Intentó llamar a su lobo, el lejano lamento embargó de dolor su corazón, se había equivocado. Parecía que una venda cayó de sus ojos, cinco años en los que se sumergió en la autoconmiseración olvidándose de su estirpe, una que podía perder en el plazo de dos noches, el nombre ya no importaba, estaba muerto para el mundo mágico, pero como Armand Malfoy II, ¿Quién era?


Se burló de sí mismo, el teléfono sonó y vio el nombre del menor de los Creevy, contestó pidiéndole que se reunieran con él a las ocho de la mañana, debía traer a Vanko y los amigos de Draco.


Colgó viendo el reloj, si el chico se comunicó con él era porque todavía no estaba perdido. Era tiempo de descansar, en la mañana tomaría decisiones.


 


 


Severus terminó de empacar la maleta con lo que necesitaba, en el Refugio tenía ropa y sus objetos personales. Por las funciones de su cargo, cada cambio de estación visitaba Noruega, diciembre era el lapso más largo que pasaba en el lugar, bien fuera solo o con Draco y Zmeya, algo que esperaba cambiase desde ese año, ya que Makris se marchó de la vida de sus cachorros.


Eso condujo los pensamientos de Severus a Potter.


La magia de Draco se comportaba cada vez más rebelde, un simple hechizo lograba un efecto masivo, la liberación del fuego y el hielo se controlaban por el equilibrio de las almas, sin embargo, el regulador de su hijo rompió el lazo hace años, Vanko ayudó, pero al igual que Potter, lo abandonó. No lo culpaba, Draco era consciente que eso podía pasar en cualquier momento, al menos nunca se dejó morder.


Sirvió un poco de coñac y se dirigió al baño, el elfo doméstico que le acompañaba había preparado el agua a su gusto. Encendió las velas aromáticas que le recordaban el olor de Lucius, desvistiendose entró al agua. Se sumergió debajo de la espuma, su cuerpo reaccionó a la poción relajante permitiéndole pensar en su único Alpha.


Con cuidado se acarició al aplicar el jabón líquido, en el encuentro con Armand o Lucius, trató de detectar su aroma y su Omega llamó al Gran Blanco, pero el Alpha parecía adormilado, es más, podría jurar que moría. El dolor que sintió fue demasiado fuerte, eso hizo que obligará a su lobo a apartarse, momento en el que percibió las feromonas de Granger. La tristeza fue reemplazada por ira.


Los recuerdos de las conversaciones que sostuvieron sobre cómo la sabelotodo serviría a la causa de Draco, regresaron a su mente. Nunca estuvo de acuerdo, pero Lucius parecía fascinado por la nacida muggle, más de una vez recalcó la astucia y habilidad de la chica para sostener al imbécil de Weasley y al torpe de Potter en el camino correcto hacia la muerte de Voldemort, tal vez fueron las únicas ocasiones en que felicitó a Dumbledore por hacerse de un aliado.


Para Severus, Granger era como un camaleón, si le daban la oportunidad sin duda sería Ministra. Aunque desconocía muchas de las cosas esenciales del mundo mágico, supo camuflarse entre las familias de mestizos y sangre pura de Gryffindor, aprendió a competir contra los Slytherin descubriendo a través de la observación sus puntos débiles, se mostraba dócil y cariñosa ganando la confianza de quienes le rodeaban como una representante de los tejones, y leía y trataba de aprender tanto como un Ravenclaw.


Si le preguntaban, lo único que no mostró fue ambición, pero no por no tenerla, sino que era astuta y supo esconder sus pretensiones. Además, en ese instante Granger poseía algo que él, a pesar de ser Omega, ya había perdido, la belleza y la lozanía de la juventud. Otro punto a favor de Lucius y su nueva identidad de Armand, con Hermione podía moverse en círculos donde Severus no tendría acceso.


Se sumergió por completo en el agua para salir y tomar el shampoo que aplicaba para mantener su cabello, el tiempo en que se veía grasoso por el encantamiento de protección para que el humo de las pociones y el hollín de los calderos no se le pegarán, había pasado.


Descolgó la ducha de mano y quitó la espuma del producto, mientras lo hacía pensó como aprovechó su rol de Consorte para que Lucius lo enfrentase y se sincera con él, empero, lo que encontró fue las huellas del rechazo y la duda por la desconfianza. Los sentimientos hacia él eran diferentes, había anhelo y nostalgia, pero sobre todo, decepción y dudas, demasiadas. A Severus no le extrañó, era una de las posibilidades por lo acontecido con el Lord Tenebroso en la Manor.


De repente el ardor en su mordida lo obligó a llevar la mano a esta, el ardor y el aroma a podredumbre inundó el lugar, su cuerpo elevó la temperatura drásticamente hundiendolo por completo en la tina donde el líquido sofocó el grito de dolor y desesperación. Lucius estaba rompiendo el vínculo. Cerró los ojos dándole el control al Omega.


Cuando volvió a tener conciencia de su entorno el baño se hallaba cubierto de un denso vapor por el agua que el calor que la magia descontrolada provocó, Severus abrazó sus piernas para continuar con el llanto que comenzó sin darse cuenta.


Las frías manos que se deslizaron sobre su piel le dieron un poco del descanso que buscaba.


—¿Desde cuándo sabes que está vivo?


—Un año, quizás más —repuso con la voz quebrada dejando que el suave toque calmara el ardor del lazo de unión que lentamente se rompía—. ¿Aceptó a Granger como su pareja?


Loki no contestó, qué podía decirle cuando él venía a anunciar el permiso que acababa de otorgar. Era consciente que ver a Lucius con otra aceleraría el daño corporal en Severus, pero era necesario para el fin que Loki requería.


—Al amanecer salimos para el Refugio, Draco está por llegar, nos reuniremos para que sepan lo que sucederá en dos noches —el Guardián del Clan se separó de Prince pasándole una toalla para que se secara y conversar en el estudio.


 


 


Potter cayó con poca gracia en el suelo de la sala de la que parecía ser una de las casas Potter.


Oteó el ambiente encontrándose con olores conocidos, y uno que ligeramente se confundía con el de Hermione.


Draco esperó que Ariel se marchara para colocar un hechizo de silencio y hablar de lo que esperaba de él en el Refugio. Para Harry, el que el ojigris recalcara que era su escolta y quién dirigía el equipo de seguridad de sus hijos, le dejó en claro que el rubio no le estaba dando una oportunidad para reconciliarse, por el contrario, colocaba límites definidos que los separaban por completo.


El frío que llenó la estancia obligó a Draco a terminar la conversación, le recomendó a Potter hablar con Teddy que estaría con Zöke y los niños, ellos servirían de guía sobre sus funciones y lo que debía alistar para el viaje.


Aunque era su casa, Harry en muy pocas ocasiones había estado allí, así que Draco tuvo que acompañarlo hasta donde dijo. Antes de salir le advirtió no perder el tiempo, en dos horas a más tardar saldrían para Noruega.


El ojiverde lo vio cerrar la puerta y percibió el hechizo de candado, se aproximó a la puerta para abrirla y seguir a Malfoy, la curiosidad por el cambio repentino de actitud despertó ese instinto posesivo que siempre tuvo con el rubio. Sacudió la cabeza porque era como esos niños que no les gustaba que tocaran sus juguetes, pero tampoco jugaba con estos.


—Detente Harry, hazle caso y demuestra que puede volver a confiar en ti.


—Teddy quién es el dueño de esa magia, no creo que sean Hermione y el tal Armand.


El Omega suspiró sentándose al lado de la maleta en la que Zmeya trataba de embutir ropa, libros e instrumentos.


—No, es del Guardián del Clan, Severus invitó al recién aparecido señor Malfoy al Refugio para comprobar su linaje.


Explicó el castaño mirando a Ariel entrar con una mochila de campamento abultada, uno menos para empacar suspiró Teddy, así que le pidió a su nieto colaborarle al pequeño rubio que seguía lanzando cosas al baúl y sobre la cama.


El Omega salió con su amigo al balcón libre de nieve por el hechizo que mantenía la casa caliente.


—En el Refugio serás testigo de algo hermoso y de la presencia de los Guardianes.


Harry se burló expresando que los cuentos de niños no se hacían realidad en Navidad, demasiado crecido estaba para creer en Santa Claus.


Teddy negó con la cabeza.


—Es diferente y muy real. La magia es el centro del Clan, Draco y Severus son los protegidos de Loki, Zmeya es de Anubis, sin su ayuda, Dragón hubiese fallecido durante el embarazo.


—¿Quién es el padre del cachorro?


—Eres demasiado lento para unas cosas, y muy ágil para otras, lo único que te puedo decir, es que aproveches el tiempo que estarás allá, no acoses a Draco, todavía hay demasiado rencor por las mentiras.


Harry quería preguntar más, pero el fuerte remezón del choque de magias hizo temblar la casa, apenas tuvo la habilidad de sostener a Teddy.


Entraron a la habitación para ver a los dos niños abrazados, Harry abrió la puerta y salió guiándose por el residuo de la onda mágica, reconocía la sensación que tuvo cuando Draco envolvió a Zmeya en el hotel, empero, había otra magia que pugnaba por sobreponerse.


En el salón encontró lo que buscaba, Severus ardía —literalmente— mientras Draco trataba de contenerlo en algo similar a una urna de hielo, las pocas frases en las que reconoció los nombres de Lucius y Hermione. Las cosas empeoraron cuando el azabache fijó sus ojos en él, la ira pareció crecer y el grito reclamando por el engaño y dolor causado a Draco estalló provocando que el ojigris cayera y perdiera concentración.


«Ayuda al Dragón, eres el único que puede»


La imagen difusa de una tercera persona pasando a su lado se perdió entre la oración y un segundo embate de Severus.


—¡Madre, escucha!


Draco lucía desesperado por no el descontrol de poder de Severus, y no poder detenerlo, la habitación empezó a quemarse y pronto se extendería a toda la mansión si no hacían algo. El cuerpo del heredero Prince pareció ganar altura permeando con cada paso sus emociones, al ver que quería salir, Harry actuó.


Potter se colocó detrás de Draco, tomó su mano y lo obligó a mirarlo.


El Sigma puso la palma que sostenía el ojiverde y la otra la apuntó hacia el Omega pelinegro.


El estudio se congeló sofocado parte de las llamas, Harry rodeó la cintura del Sigma dándole soporte en lo que estaba creaba una brisa helada alrededor de Severus sofocando el fuego por la falta de oxígeno.


El cuerpo desmadejado del Consorte cayó al suelo, Draco corrió en su ayuda mientras Harry vio la mano de alguien que le ofrecía para levantarse.


Casi cae de la impresión, ¡Mierda! Todo lo dicho por Teddy era cierto.

Notas finales:

Nos vemos en la próxima actualización.


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