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Castigo Divino por Mascayeta

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Con el ambiente más llevadero en la casa, con la alegría de ser la primera cacería para muchos, Shinobu subió las escaleras tan pronto como apreció el olor de su Alpha, sabía que no podían encontrarse de otra manera por la situación de peligro a la que podían exponerse él y Takafumi.


El gran lobo negro de pecho plateado y ojos rojos lo rodeó dejándole sentir el suave pelaje, se sonrojó cuando un leve gemido surgió indiscreto de su boca. La caliente lengua del animal se deslizó por la pierna del rubio logrando que el Omega mordiera su puño para evitar descubrir su excitación, algo difícil de hacer cuando ya su pene se mostraba ligeramente levantado.


Haruhiko se regocijó por el estado del joven al frente suyo, aunque hubiese sido muy fácil poseerlo y marcarlo, ya que estaban destinados a ser pareja, no quería que, por una cuestión del oráculo, el futuro de Shinobu se viese afectado. Deslizando su hocico por el pecho del menor, lo obligó a mirarlo para hablar con el Omega.


«Hoy debo evitar que los descubran, por eso es necesario que me des permiso».


Shinobu sabía que no era definitiva, pero le permitiría sentir a Haruhiko como si fueran una verdadera pareja, así mismo su lobo tendría unos cambios por el aspecto del Alpha.


«Esta marca es provisional, desaparecerá en unos días, nuevamente te preguntó ¿estás dispuesto a dejarte marcar y formar un vínculo provisional conmigo?».


Takatsuki afirmó para deleite del Alpha, quien lo observó quitarse la única prenda que el cubría para recostarse y permitir que su pareja accediera con más facilidad al lugar que debía morder. Una vez listo, el Ojos Grises comenzó a recitar el compromiso:


«Eres mi pareja, soy tu Omega, mi cuerpo y mi alma te aceptan, mi lobo se adaptará al tuyo, pero sin perder mi esencia, soy y seré mi dueño, tú eres mi compañero, te acepto y sé que de ahora en adelante lo que hagas es para protegerme porque me amas».


Los colmillos de Haruhiko se clavaron en el interior del muslo del rubio que arqueó su espalda mientras abría su boca tratando de resistirse al placer que de pronto le invadió, sus feromonas rodearon al Alpha, provocando su regreso a la forma humana que le vio con los ojos llenos de lascivia.


«Soy tu Alpha, y me rindo ante ti, mi Omega, te respeto y aceptó como eres, no quiero invadir ni cambiar tu esencia, porque perderla a ella, es perderme a mí; de ahora en adelante todo lo que haga es por y para tu bien, porque te amo y soy correspondido».


Usami lamió con ansia las gotas de sangre sobre la blanca piel, haciendo uso de todo autocontrol, se irguió con dificultad y aprovechó el viento propio de la montaña para aspirar una gran bocada por la ventana que casi no alcanza a abrir, un poco más calmado, cambio de forma nuevamente para salir hacia la Casa de Gobierno.


Una figura se aproximó a Takatsuki cubriéndole con una suave manta que le llenó de calor, uno que extrañaba por sentir lejos a su Alpha, ese con quien acababa de establecer un vínculo. Aferrándose de quien le susurraba palabras que le tranquilizaban y aseguraban que todo estaría bien, permitió que le acostaran en la cama que tenía un ligero olor a cerezas.


Hiroki acarició los cabellos tinturados del menor y pensó en lo que diría el Guardian. 


Unos minutos atrás, mientras Yokozawa y Henmi cubrían las labores de Risako y su grupo de lobas, el aroma de los Usami le llegó con fuerza, revisó con rapidez para darse cuenta de que Shinobu faltaba. Liberó sus feromonas causando que los jóvenes Alpha respondieran instintivamente, el pequeño desorden, le dio el tiempo para encontrarse con el pelinegro cambiando a lobo para huir del lugar.


Cuando estimó que el olor se había disipado, Hiroki se levantó para cerrar la ventana, la manera como se abrió la puerta le dieron los segundos para voltear con su cara de malhumor evitando que cualquier pregunta de quién le sacaba casi diez centímetros fuera hecha con ira.


Yokozawa soltó un suspiró porque sabía que la pelea la tenía perdida con el Caramel, Kamijou era un auténtico demonio cuando era de aferrarse a lo que defendía.


—Esta noche para nosotros es obligatorio salir de cacería, Selene me protege y lo que acaba de hacer con Haru-san lo cubrirá a él —aproximándose con precaución le preguntó lo que podría prender la casa en gritos, pero era su venganza por cubrir a Shinobu—, ¿te arreglarás con los colores de tu Alpha?


—¡Antes muerto! —fue la respuesta de quien parecía haberse echado un pote de pintura roja en la cara.


La risotada de Takafumi solo empeoró la vergüenza, así que le señaló al muchachito que parecía volver en sí para largarse a la casa de Gobierno, ya que los líderes indicarían cuál sería su función.


Hiroki refunfuñó hasta llegar donde ya estaban Akihiko, Risako, Yasuda, Kirishima y Takano. La loba lucía espectacular, un peplo blanco de rebordes dorados, y en su cabeza, el castaño cabello era recogido por cintas del mismo color de los ribetes.


—¿Así que tu pareja no está presente? —el claro tono de burla en la voz de Gou le hizo cambiar la rabia por completa indignación, con la soberbia que siempre trataba a su carcelero le respondió.


—Mi lobo solo se presentará a mi destinado en el momento que yo quiera —la afilada lengua de Yasuda le devolvió el cuestionamiento con el recordatorio de su condena—, estimado señor recuerde las condiciones de mi cambio: El primer celo, la primera cacería, mi destinado y cuando tenga que defender mi vida.


—¡Suficiente! Esta clase de biología me aburre —dijo Kirishima desesperado por la tonta discusión—, te quedaras con mi hija, se ubicarán en el puesto de observación central.


Las demás indicaciones determinaron quienes estarían en los otros tres puntos y si algo sucedía podían avisar o intervenir. Al disponerse a marchar, Zen se arrodilló frente a Hiyori.


—Tu tío Hiroki estará contigo, sé que dará su vida por defenderte, además...«si estas en peligro, verás su lobo».


—No hagas promesas estúpidas —replicó sorprendiendo a Takano que apretó los puños para no reclamarle a sus hermanos, respiró cuando escuchó al Omega gritar—. ¡No tengo que oír tu voz de Alpha para saber lo que estas prometiendo!


El claro gesto de indignación del castaño logró una fuerte risa en la pequeña y que sus hermanos rodaran sus ojos.


Con Hiyori caminaron hasta el lugar indicado, desde lejos verían la ceremonia de inicio, libres de cualquier peligro.


Cuando las citaras y los tambores anunciaron la llegada de los líderes y el pronunciamiento del juramento, el Caramel tuvo que sostenerse con fuerza del barandal de seguridad, el aroma de su destinado le rodeó por completo, y sabía que su lobo respondería por el mismo instinto que el Belewe determinaba.


Akihiko levantó su mano para callar la multitud, no faltaron los suspiros de varios de los presentes, sin embargo, el único que él quería a su lado no se encontraba cerca.


Usagi como representante del poder judicial debía tomar el juramento para comenzar la cacería y dar la bienvenida a los nuevos lobos que pronto marcharían a decidir si quedarse con los humanos o volver a la manada. De igual manera, los que regresaron, esa noche retomarían su futuro con quien debían estar, ese complemento que las leyendas denominaban "la otra mitad".


Somos los descendientes de Licaón, somos los protegidos de su hija Calisto y somos los preferidos de la diosa Selene.


—Somos Lobos protegidos de la Osa Mayor y cuidados por el corcel plateado.


Nuestra sangre llama la tierra, se mezcla con las estrellas y vigila desde el cielo nocturno.


—Es nuestro vínculo con Gea, nuestra alma reconoce el destino y se bendice con el lazo en Aíma.


Dio paso a Haruhiko, dirigente de los Ojos Rojos, luego a Takano y Kirishima que compartían el liderazgo de los Ojos Dorados y por último llamó a Miyagi, cabecilla de los Ojos Amarillos.


—Como representantes de sus clanes ¿conocen el significado de Belewe Moon? —los Alpha asintieron para al unísono responder: "la luna de la traición", la que les obligaba a abandonar su instinto para unirse a su verdadero amor—. Hagan su juramento.


Como lo habían pactado los cuatro recitaron el contrato del vínculo rompiendo con la tradición y haciendo más difícil comprobar la pareja de cada uno, algo que empeoró cuando el peliplata ordenó a los demás Alpha compartir el cántico que afirmaba la alianza; en ese instante, la voz de Usagi resonó en la cabeza del Delta que se hallaba en el primer punto de control, Gou que compartía la vigilancia, lo sostuvo ante la inminente caída en el instante que el castaño oscuro perdió el equilibrio.


El aroma a hierbas aromáticas comprobó lo que desde por la mañana Yasuda presentía, bajo la casi completa luna azul, el rostro de Takahiro lució demasiado tentador, lo único que le interrumpió fue escuchar el nombre en los deliciosos labios:


—Akihiko.


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