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Castigo Divino por Mascayeta

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La procesión avanzó por el sendero rumbo al altar de la alianza, allí cada una de las parejas oficializaría el vinculo que la noche anterior habían establecido con su destinado.


Yokozawa caminaba en el grupo de los que cerraba la comitiva, a pesar de la distancia podía ver claramente a Shinobu, a su lado se hallaban Misaki que por estrategia decidió no unirse para seguir manteniendo la fachada de ser el posible Elegido, y el Gamma, ya que pocos habían visto a Louis cuando llegó al campamento, así que fue fácil explicar su presencia por la excepción que se hacía con aquellos jóvenes que aún no sabían si quedarse con los humanos o volver a la manada.


En la parte superior de la montaña cubierta por nieve se encontraba la pila con el agua sagrada, aquella que relejaba en su totalidad la imagen de Selene y que era bendecida por lo rayos azules de la luna llena. Esto ocurría una vez cada dos años, la consagración de los matrimonios perfectos, decía la madre de Takafumi, con un suspiró movió la cabeza, nadie mejor que él para saber que no siempre ese vínculo aseguraba el amor verdadero.


Avanzaron hasta quedar en la parte superior del risco, una bella escultura natural que permitía ubicarse como en un anfiteatro. Luego los más jóvenes y en el círculo central al lado del altar, los Beta macho, las y los Alpha y Delta, a la derecha con mantos plateados de arabescos blancos. A la izquierda se ubicaban los Beta hembra y Omegas de los dos géneros. Alguna vez se vistió como ellos, una capa dorada que brillaba con intensidad.


El Consejo de Mayores estaba representado por Fuyuhiko Usami, como años atrás habían asistido Isaka-sama, Onodera-sama y Takatsuki-sama, los cuatro representantes de Japón se turnaban la labor de unir a las parejas en Belewe y Aíma; aunque el líder y representante ante los Supremos -el grupo conformado por los gobernadores de las Manadas de los Cinco Continentes-, era Isaka... Yokozawa se preguntó si el hombre conocía los peligros que estaban corriendo ellos y los demás Resguardos que esa noche celebraban la misma ceremonia. Sin embargo, si era cierto lo que le había contado Henmi, alguien muy cercano era quien mantenía a los Rebeldes informados de la presencia del Elegido en ese lugar.


El número par de las parejas era roto por Henmi que lucía una sotana azul celeste sin adornos e indicaba que era el garante de la unión, una labor que los Mayores otorgaban como un premio a quienes demostraban su compromiso con el bienestar de la Manada, siempre era dado a Omegas, y tenían la oportunidad de ser ayudados por dos lobos seleccionados por ellos que protegían al grupo y en ocasiones, también se ligaban en la ceremonia.


Con pasos seguros Hemni caminó hacia el altar para inclinarse ante Fuyuhiko saludándole con respeto, al levantarse se despojó de la capucha, la exclamación de los asistentes fue suficiente para que el Ojos Grises y el Gamma intercambiarán una mirada de triunfo por la manera como engalanaron al Nephrite. Aunque normalmente Kazuma podía pasar desapercibido, algo indispensable en su trabajo de Inteligencia, esa noche debía dejar sin palabras a Yasushi y demostrarle su equivocación, ambos concordaron que el Alpha estaba enamorado de una ilusión, pero el orgullo de el Nephrite era demasiado.


Usami-sama sonrió por la imagen y se satisfizo al ver el aura del Omega, el lobo rojizo de ojos marrón rodeó al militar que desprendió levemente el olor a Yuzu, recibiendo con un movimiento de la mano el permiso para iniciar la ceremonia.


La voz de Henmi sonó suave y embelesadora, era la profecía la que pronunciaba el Nephrite:


"Cuando Zeus castigó a Licaón y su sangre, se olvidó al volver a la vida a Arcas su hijo con Calisto, que él también tenía el linaje que maldijo; por eso la Osa Mayor solicitó a la Selene que protegiera a su especie de la condenación.


La diosa concedió la petición con una profecía que se cumpliría el día que un Omega cuidado por cuatro, se uniese con el Híbrido de la sangre primigenia, y cuando el quinto guardián, que se creía extinto se mostrará, Selene hecha humana resarciría lo hecho por Zeus debido a la ira y el dolor.


Recordad descendientes de Licosura: El amor sana las heridas, la unión de la sangre pura de lobo con la de un híbrido producto del amor de nuestra raza con un humano, solo ellos podrán sanar las heridas, que la sed y el hambre desaparezcan, volviendo a ser reconocidos por quienes piensan que somos mitología y sin escondernos".


El aroma a sándalo se liberó con fuerza al final del discurso, si era verdad que Henmi y Yasushi eran destinados, su lobo respondería, sino esa misma noche Calisto y Selene borrarían la marca, algo que los Ojos Grises y Miyagi conocían por las enseñanzas en la Manada de Yokozawa, y que de ser así Henmi y Tsumori notarían al día siguiente. Ese era un regalo que se daba únicamente en Belewe a quienes, consumidos por el deseo del Celo, cometían el error de unir sus vidas.


Ante la presentación de su superior, las parejas mostraron sus rostros tomando el lugar que les correspondía. Cerrando el grupo estaban Ritsu y Takano, para Fuyuhiko esto no fue una sorpresa, el romance de ellos no pasó desapercibido para nadie del Consejo cuando Onodera-sama casi muere al enterarse que su hijo huyó para con un nombre falso entrar a las Fuerzas Especiales.


El patriarca Usami inició la ceremonia como Sumo Ministro, cada par hizo el juramento de compromiso y recitó el cántico que los liberaba si no podían ser marcados en Aíma, así ambos quedaban en libertar de encontrar con quien ser feliz. Al final bebían ambos del cáliz tallado con el escudo de Licaón.


Tomados de la mano, Onodera y Takano sintieron que sus pasos se debilitaban mientras subían los escasos peldaños, si cumplían con el ritual no solo sufrirían ellos sino también su supuesta pareja.


-Takano Masamune ¿a qué has venido frente a este sagrado altar?


-A solicitar conceda permiso para mi vínculo y el del Omega que me acompaña -el castaño asintió mostrando un poco de nerviosismo por la posible respuesta del Ministro.


-Omega ¿por qué lo acompañas?


-A solicitar se me conceda unirme con mi destinado, así como este Alpha lo hará con el suyo.


El Ministro los observó y con una exhalación llenó el cáliz y pidió al Alpha que bebiera, la voz del hombre sonó en la cabeza de los dos, era la orden que esperaban, así cada uno tomó de la copa nombrando a su destinado, no se desilusionó al escucharlos, pero antes de que bajará Masamune lo detuvo para abrazarlo, mientras susurraba a su oído:


-Hiroki es como otro de mis hijos, búscalo y tráeme al maldito que osó herirlo.


Al mirar al cielo, Fuyuhiko vio a la luna posarse en lo más alto, la pareja del descendiente de Licaón debía formular sus votos, y a diferencia de los otros, bien podía decidir -si lo estimaba conveniente-, marcar inmediatamente a quien se le asignó como consorte. Entre ellos no importaba el destino ni el amor, esta alianza era un contrato social que daba equilibrio a la Manada.


Shinobu apretó la mano de Misaki, si su hermana aceptaba el compromiso la marca que en pocos días desaparecería se perdería como la promesa de amor de Haruhiko. Sabía que era necesario para protegerlo, pero su corazón negaba la opción de entregar a quien desde siglos atrás se le había designado como su amante.


Louis se aproximó al menor pidiéndole calma, estaba sin querer lanzando sus feromonas y bien podría atraer la atención de más de uno en la gradería. El temor por dañar todo lo que habían hecho por él Yokozawa, Misaki, y los que en ese instante podría considerar sus amigos, hizo que el rubio bajará la cabeza y respondiera con un casi inaudible "lo siento".


En el altar los dos Alpha se ubicaron frente a la pila y escucharon las palabras del Ministro, Haruhiko formuló sus votos y Risako procedió a recitar los suyos. Bebieron del recipiente, y al devolverlo, la solicitud del hibrido repicó en el silencio de la noche.


-Es tu derecho como hijo de Licaón -contestó Fuyuhiko proclamando las palabras que bendecían la marca y la daban como eterno lazo entre el macho y la hembra.


En su mente Haruhiko sentía miedo por la posibilidad de lo sugerido por Akihiko y Kirishima no funcionara, antes de salir para la ceremonia buscó la voz de la razón en Takahiro, el Delta lo escuchó colocando los pro y contra en una balanza mental, para al final contestar con la misma frase de los Alpha, «yo no me juntaría con esa arpía, piensa que la decisión puede explotarte en la cara».


Demasiado tarde para arrepentirse, pero necesario si quería acabar con ese compromiso sin levantar sospechas por parte de los asesinos que les perseguían; las consecuencias más graves eran el odio que Risako le profesaría y, para ella, el rechazo y exilio de la manada.


La Alpha quitó la capa dejando ver la delicada piel que brillaba perlada por la iluminación, la piara inició el cántico de Aíma, los caninos de Haruhiko crecieron para aproximarse lentamente al cuello de quien sería su pareja de por vida, ante el roce de la boca de su prometido, la castaña cayó desmayada.


El público grito dando la sentencia: Selene rechazaba la unión.


La sonrisa de alivio y satisfacción en su rostro no paso desapercibida para su padre que le ordenó mantener la compostura.


Desafortunadamente, no fue el único que notó el gesto, una confirmación para el infiltrado de los Rebeldes, de que Haruhiko Usami sabía quién era el Elegido.


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