Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una sombra entre nosotros... por Kitana

[Reviews - 101]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Me doy vueltas en la cama lleno de preocupación. Son las doce, Ikky aún no ha vuelto. No tengo la menor idea de donde puede estar. No me ha llamado y tampoco se ha aparecido por el departamento desde ayer. No lo comprendo. Él no hace esas cosas.

Afuera esta lloviendo y hace frío. Miro el reloj de nuevo. Son las doce treinta y él no aparece. Esta espera es asquerosa, duele no saber donde está, duele no saber que esta haciendo o con quien lo esta haciendo. Esta incertidumbre me esta matando. Le he llamado más de una docena de veces a su celular, esta apagado o muy lejos de mí, no sé con exactitud. Solo sé que me muero por escuchar su voz y saber que esta bien.

No supe en que momento me quedé dormido, solo sé que un estrepitoso portazo me despierta.

-¡Hyoga! ¡Hyoga! - es Ikky, me levanto de la cama bastante alarmado. Lo encuentro en la  sala sentado con una enorme sonrisa en los labios y con una botella de licor en la mano. - Hola Hyoga. - dice en tono burlón.

- ¿Dónde estabas? - le digo.

- Por ahí, por ahí, festejando mí triunfo. - dice y levanta la botella a modo de brindis. No entiendo absolutamente nada.

- ¿De que estas hablando?

- De lo feliz que estoy, ¿no te alegra verme feliz? - dice para luego reírse con ganas.

- Estás borracho.

- ¡impresionante! ¡Lo notaste! - dice con un tono que no le conocía.

- ¿Qué te sucede? - digo e intento tomar su mano.

- Sucede que estoy harto de ti, ¿me oyes? ¡Me tienes harto con tus cursilerías y tu maldita y enfermiza dependencia. ¿Es que no te has dado cuenta de que me eres repulsivo? Me das asco. - me quedo sin habla, ¿cómo puede decirme esto? - Por suerte ya no tengo nada que hacer contigo, todo se acabó, ya conseguí lo que quería. Ahora puedo deshacerme de ti.

- ¿De que estás hablando?

- No me digas que no lo sospechas... de verdad que eres idiota Hyoga. - dice y se echa a reír como un demente.

- Tal vez deberías ir a dormir, mañana hablaremos.

- Me temo que eso no va a ser posible. Te digo que estoy harto, te digo que me tienen cansado tus cursilerías y que ya no soporto estar fingiendo ante ti. ¡Me tienes harto! - grita y arroja la botella a mis pies.  Lo veo levantarse y venir hacia mí. - ¿Es que no entiendes que de verdad me das asco? - dice y me sujeta por los brazos, siento que me sacude con fuerza. Estoy confundido y no sé que hacer. - Ya no te soporto. - grita, su rostro me muestra algo que jamás creí ver en él, esta furioso, no entiendo que le sucede.

- ¿Qué te ocurre Ikky?

- Ocurre que no te necesito más... ya conseguí lo que quería, el maldito de Mitzumasa Kido esta arruinado, y todo se lo debo a Julián Solo

--¿De donde conoces tu a Julián Solo? - pregunto lleno de celos.

- Eso es cosa que a ti no te importa Hyoga. Y si lo que estas pensando es si me acuesto con él, ¡noticias! Sí lo hago... y me encanta. - dice para luego echarse a reír burlonamente. No puedo responderle... estoy rebasado por la situación, ¿cómo puede decir esas cosas? No puedo creer lo que veo y oigo.

- No puedes estar diciendo esto en serio.

-¿Acaso me estoy riendo? Además, te recuerdo que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. - añade con un tono por demás burlón. ¿qué esta pasando? Este no es el Ikky que conozco.

- No puedo creer esto.

- Pues créelo, acabo de estar con él, Julián si es un hombre y no un papanatas como tú. ¿De verdad creíste que estaba contigo por placer? Despierta Hyoga, esto solo fue negocio, ¿sorprendido? No deberías, antes de ti hubo muchos otros, y después de ti claro que los habrá. Debo decirte que has sido condenadamente fácil.

- Esto no puede ser cierto...

- Pero lo es, ¡vaya que lo es! - dice y se ríe de una forma que me hace sentir deseos de golpearlo. - ¿Quieres saberlo todo? Aunque no quieras te lo voy a decir.

- ¿Te has vuelto loco?

- Tal vez... no sé, ¿qué más da? Solo quiero que sepas que todo esto, eso de que te amaba, el que me haya metido en tu vida, no fue casualidad. Yo lo planee. Y salió tan perfecto... mi pobre y estúpido hermano debe estar sufriendo como un condenado, ¡es magnifico! Y la cara que tienes ahora bien vale todas las horas invertidas. - se echa a reír de nuevo. Me siento tan confundido, no solo me es infiel, no solo me ha engañado, ¿de quien habla ahora? - No me entiendes, ¿verdad? Eres tan torpe... tan manipulable cisne... Shun es mi medio hermano, me metí contigo solo por fastidiarlo. Y vaya que lo logré.

- No eres capaz...

- ¡Claro que lo soy!- se ríe... solo se ríe... - ¿Quieres saber más? todo el numerito fue actuado, jamás me parecí a tu adorado Camus, ese maldito cadáver al que idolatras.  Te use, use ese recuerdo para manipularte, ¿y sabes algo? ¡Lo disfruté como no te lo imaginas! El esposo del pony fue muy útil sin siquiera saberlo. - lo miro y no puedo creer que él sea el hombre por el que destruí mi matrimonio. - Aldebarán ni siquiera se imaginó para que usamos toda la información que nos dio sobre él.

- ¿Cómo pudiste...?

- De la misma manera que tú pudiste dejar a tu esposo, por puro egoísmo. ¿Sabes? Compadezco a mi pobre hermanito, ¿a que no estabas enterado de que se mata trabajando diez horas al día para darle de comer a tu hijito? No, no creo, estabas muy ocupado pidiéndome que te follara como para fijarte en un detalle semejante. Eres un idiota Hyoga, un pobre títere con el que me entretuve un rato, no eres muy divertido ¿sabes? Mi hermanito tiene mal gusto, no, corrijo, esta mejorando, ese Milo es simplemente exquisito, todo un hombre, ¡no como tú!- estoy furioso, intento golpearlo, pero aun borracho, Ikky es más fuerte que yo, y es él quien me golpea. Lo miro desde el suelo. Confundido, furioso, herido, así es como me siento.  - Supongo que comprendes que quiero que te largues inmediatamente. - no le respondo, simplemente me pongo en pie y me dirijo a la habitación que hemos compartido en los últimos meses. No puedo explicarme la razón de esto... es tan difícil para mí.

Muriéndome de dolor y desilusión empaco mis pertenencias... aun sí él no me hubiera echado, lo mejor para mí sería dejar este lugar.

Ikky solamente me mira con un gesto cargado de exasperación abandonar el departamento... jamás imaginé que algo como esto pudiera sucederme a mí.

Se suponía que nos amábamos, se suponía que él me amaba, ¿cómo pude dejarme engañar?

Lo único que se me ocurre ahora es buscar un sitio para pasar la noche. Dioses... esto es algo que definitivamente nunca esperé...

Por la mañana, después de haber pasado la noche en un hotel, me presentó en la oficina. Es obvio que pasé una mala noche, apenas si dormí unas horas. No pude dejar de pensar en el asunto. Ikky supo como engañarme... vaya que lo supo.

A media mañana Shiryu viene a presentarme la propuesta que vamos a llevar mañana a nuestros clientes. No pudo escoger un peor momento.  Apenas si puedo atenderlo.

-¿Qué te pasa Hyoga? No estás atendiendo a lo que te digo. - dice Shiryu algo molesto.

- Tengo problemas... Ikky me dejó. - él no parece sorprendido. - ¿No te sorprende?

- En realidad no. La gente como él no se queda demasiado tiempo con la misma persona.

- ¿A que te refieres? ¿Sabías que solo jugaba conmigo para dañar a Shun? ¡Respóndeme¡

- No... pero lo sospechaba.

- Dioses... ¿y te dices mi amigo?

- ¿Y qué querías que hiciera? De habértelo advertido seguramente me hubieras dicho que era una locura. Lo conozco mejor de lo que tú podrías llegar a conocerlo.

- ¿Cómo es que lo sospechabas?

- Te recuerdo que lo conozco de antes...

- Dímelo todo Shiryu, te lo exijo.

- No puedo... es algo que no quiero compartir contigo ni con nadie. Solo te diré que no eres al único al que le ha hecho algo semejante, y tampoco vas a ser el último.

- Hablas como si supieras exactamente lo que hace.

- Lo sé... no te imaginas lo bien que sé que es lo que ellos hacen. - dice como si pensara en voz alta. - De cualquier forma, tienes suerte, te ha dejado algo. - dice y se pone de pie para abandonar mi oficina. Shiryu me esconde algo más que la forma de actuar de Ikky, él sabe algo más y no quiere decírmelo. Sospecho que siempre estuvo al tanto de todo.

Me quedo solo en mi oficina esperando que el paso de las horas haga que me tranquilice y deje de pensar en Ikky. Me rompió el corazón... esa es la verdad, me rompió el corazón en mil pedazos. Y sin embargo, no dejo de pensar que lo tengo merecido. Me han pagado con la misma moneda con que yo le pagué a Shun.

Tal vez debería regresar con Shun... tenemos un hijo y otro en camino... es razón suficiente como para intentarlo una vez más. Shun tiene un corazón enorme. Tal vez si lo pido él me acepte de nuevo a su lado.

Sé que es una tontería, pero todo lo que quiero ahora es un poco de estabilidad, tiempo para pensar en lo que haré. Además, debo reconocer que he descuidado cada detalle de  mi relación con mi hijo, cada uno de esas cosas que un padre debe hacer... simplemente no soy un buen padre, y creo que jamás lo seré, pero voy a intentarlo.

Puntualmente a las seis abandono mi oficina, he decidido buscar a Shun. Al menos quisiera intentar arreglar las cosas con él, sé que todo será más difícil para él y nuestro hijo ahora que su padre esta arruinado.

No puedo evitar sentirme ligeramente ansioso conforme mi auto se aproxima al sitio que fue mi hogar durante siete años.  Subo las escaleras en dirección al que fuera también mi departamento hasta hace unos meses.

Toco el timbre y casi de inmediato aparece Shun en la puerta con una radiante sonrisa que se desvanece en cuanto me ve.

- ¿Qué haces tú aquí? - me pregunta con cierto rencor en su voz. La expresión en su rostro me hace pensar que a quien pensaba recibir con esa sonrisa no era a mí.

- Vine a hablar contigo. - parece que esta pensando si debe dejarme entrar o no, se ha mordido los labios, eso solo lo hace cuando está muy nervioso-

- Está bien... entra.  - dice evitando mirarme.  Me da la espalda y deja la puerta abierta para que yo entre.

La misma escena se repite con mi hijo, el niño viene hacia la puerta y al verme su sonrisa se desvanece como por arte de magia. Es obvio que esperaban a alguien más.

- Dan, ve a tu habitación, ¿sí?- dice Shun acariciando con suavidad la mejilla de nuestro hijo.

- Pero, mamí...

- Ve... yo te avisaré cuando sea hora de irnos. - dice con esa sonrisa tierna tan suya.

- Sí mami.- dice el niño con resignación. No me sorprende que en todo este tiempo mi hijo ni siquiera me haya saludado... es lo normal.  Shun se ve nervioso, como si no hallara las palabras exactas para decir lo que siente. En realidad él siempre ha sido así, se queda callado a pesar de que la situación esté rebasándolo.  Lo veo sentarse en el sillón y mirarme como si no lograra comprender el porqué de mi presencia.

- ¿Viniste a pedirme el divorcio? - dice intentando mantenerse sereno.

-No... yo solo... quiero que hablemos.

- No entiendo de qué es que quieres hablar, se supone que no tenemos ya nasa en común. Si es sobre los niños... no hay mucho que decir, mi embarazo va bien, Darien sigue en el colegio y está bien atendido. Fuera de eso, no sé que más decirte.  Mis pequeños y yo estamos bien. - dice y se acaricia el vientre. No sé que decir, no sé que esperaba con esto... pero sí se que él ya esta muy lejos de mi alcance. - Lo único que se me ocurre pensar es que de  verdad quieres divorciarte para poder casarte con tu novio.

- Él y yo... ya no estamos juntos.

- No puedo decir que lo lamento. - murmura con cierto dolor. - Pero eso no responde a mi pregunta inicial, ¿por qué estas aquí?

- Quiero intentarlo de nuevo...

- ¿Estas consciente de lo que me propones?

- Sí... reconstruir nuestro matrimonio, nuestra familia... ¿no te agrada la idea? - lo miro y no puedo creer lo que veo, esta furioso, más que furioso.

- ¿Cómo te atreves...? - siseo furioso, sus minúsculos puños están tan apretados que sus nudillos se han puesto blancos. - Estás loco, ¿después de todo el sufrimiento que me causaste crees de verdad que voy a aceptar estar contigo de nuevo? ¡Por supuesto que no lo haré! Te fuiste porque no me amabas, te fuiste porque habías encontrado a alguien más, alguien que según tú era todo lo que yo no podía ser, ¿y ahora que te ha dejado pretendes que te reciba de vuelta? Olvídalo... yo no puedo hacer eso, simplemente me es imposible. - dice. El timbre de la puerta nos impide seguir hablando. Shun se levanta y va a abrir. Lo escucho  murmurar, y luego la voz alterada de un hombre.

Es Milo... Milo de nuevo irrumpiendo en mi vida y adueñándose de lo que es mío.

- ¿Qué haces tú aquí? - dice y veo brillar la furia en sus ojos, igual que hace años.

- Esta es mi casa, creo que quien debe justificar su presencia aquí eres tú y no yo.

- Te equivocas, esta no es más tu casa, es la casa de Shun porque hasta donde sé, desde que tuviste a bien largarte hace unos meses, ha sido Shun quien se encarga de los gastos porque tú has preferido darle el dinero a tu amante que cumplir con tus obligaciones. - esta furioso, nunca nos llevamos bien, a veces pienso que llegó a sospechar que Camus y yo fuimos amantes.

- Como quiera que sea, tengo más derecho a estar aquí que tú. Soy el esposo de Shun.

- Hyoga... vete, por favor... - dice Shun, pareciera que esta a punto de llorar.

- Shun yo...

- Solo vete... y por favor, no vuelvas.  Ya no te quiero en mi vida...

- ¿Qué tratas de decirme?

- Que ya no hay lugar para ti en mi vida, si deseas ver a los niños, puedes hacerlo. Pero entre nosotros como pareja, ya no hay ni puede haber nada. Espero que lo entiendas. Pronto tendrás noticias de mi abogado. Buenas tardes Hyoga. - Shun no me mira, Milo sí lo  hace y por su forma de mirarme, sospecho que se prepara para golpearme... ¿qué esta pasando? No puedo creer que Shun me haya pedido el divorcio, porque eso fue lo que hizo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).