Gongpo
(Miedo)
10
Como si el tiempo se hubiera detenido para él. LeeTeuk se quedó estático contemplando los rostros apesadumbrados de sus compañeros, había lastima en la mayoría lo que lo hizo sentir peor, era como su de repente una bomba que tenía dormida en su interior fuera a explotar, llevándose consigo todo lo que había a su alrededor. Estaba tan sorprendido que ni siquiera podía preguntar un simple ‘Por qué’ y cuando reunió fuerzas desde lo más profundo de su garganta y entre abrió la boca, una mano que se cerró fuertemente en su brazo lo hizo girar con brusquedad.
Era KangIn.
Con el ceño fruncido con una expresión de infinita seriedad que parecía demasiado ajena a lo que él era en realidad. Todos se quedaron mirando con atención, pensando quizás como decirle un ‘Lo siento’ a KangIn también sin lastimarlo. Entonces sin ni siquiera saludar o decir palabra alguna, el menor arrastró del brazo con fuerza a LeeTeuk, sacándolo de la habitación frente a la mirada atónita de sus compañeros. Inclusive Siwon los siguió hasta la puerta e intentó evitar que se fueran, pero KangIn ya había metido a LeeTeuk al ascensor sin decir nada.
Nuevamente volvían a estar solos. LeeTeuk soltó su mano levemente del agarre de KangIn y este fue consciente de lo fuerte que le había aferrado. Se giró y observó el rostro de su Hyung, pálido y desvalido, era el reflejo de una persona que había perdido todo tipo de esperanzas, de alguien que no tenía una razón por la cual vivir. Sintió mucha pena por él, deseó tanto abrazarlo y dejar que su cabeza descansara sobre su hombro, deseó tanto decirle en un susurro que ‘todo iba a estar bien’ que él lo protegería, que esta vez si podía hacerlo. Pero el ascensor abrió sus puertas en el garaje y la oportunidad se perdió.
- Ven conmigo – Le dijo una vez afuera.
- A donde – Respondió LeeTeuk con un hilo de voz. KangIn abrió la puerta del auto y el mayor se subió como un autómata. Realmente odió verlo en esa actitud tan sumisa, tan extraña y ajena en él. Arrancó el auto sin decir nada.
Salieron del edificio y se sumergieron en el tráfico de Seoul que maravillosamente no estaba congestionado a esa hora. Iba muriendo la mañana y calléndo la calle lentamente. Manejó por un rato con la mirada fija en el frente sin atreverse a mirar a su compañero directamente , aunque de vez en cuando lo miraba a través del retrovisor. Él lucía como un muñeco de cera olvidado.
- ¿Por qué no contestaste el teléfono? – Le preguntó finalmente. LeeTeuk desvió su mirada por la ventanilla.
- No quiero hablar de eso – Dijo con desgano.
- Tonto… era una llamada importante – Explicó en un suspiro – Esta mañana fui citado con el señor Lee –
- Así que… tu también sabías – Dijo cortante.
- Para eso te llamaba – Respondió KangIn odiando el tono de LeeTeuk en la conversación ese hielo que había en sus palabras cuando generalmente lo caracterizaba la dulzura. No quería que las cosas con su Hyung continuaran así, realmente añoraba tenerlo cerca, sentir su calor. Aquel beso seguía presente en su mente, finalmente se había dado cuenta de que le gustaba todo de él.
- Demasiado tarde – Murmuró LeeTeuk bostezando, habían pequeñas lagrimas incipientes en sus ojos.
- Todo es una farsa Hyung – Comenzó a decir – El señor Lee quiere que mintamos a los medios – LeeTeuk giró su rostro con una expresión de sorpresa.
- ¿Qué? ¿Estás diciendo que no seremos suspendidos? – Preguntó, su rostro volviéndose a iluminar repentinamente.
- No… no he dicho eso. Me temo que si seremos expulsados – Cortó KangIn mientras giraba en una esquina para coger la calle que lo conduciría directamente al apartamento. – Hay fotos en Internet en donde estamos saliendo de un bar, todo el mundo está pensando que íbamos ebrios en el auto –
- Eso es absurdo… esa noche no bebimos… ¡la policía nos examinó esa noche! – Exclamó LeeTeuk a la defensiva.
- Lo se, pero él señor Lee dice que la gente piensa que la policía nos favorece porque somos artistas, las fotos hacen pensar lo contrario – LeeTeuk iba a abrir la boca para quejarse de nuevo, pero KangIn continuó – También… creen que estás consumiendo drogas… que lo que pasó en el performance fue culpa de eso –
LeeTeuk se giró tan bruscamente que logró sorprender a KangIn quien finalmente frenó en la esquina del edificio de apartamentos. El rostro de su Hyung era una completa máscara de furia e indignación.
- ¡Pero que estupidez! – Chilló manoteando en el aire – ¡Los médicos y la policía dijeron que podía ser un caso de homicidio! ¿Porqué iba a querer hacerme daño a mi mismo? Es absurdo–
- Lo se, lo odio también, odio está estúpida situación… - LeeTeuk se quedó mirando a KangIn sus puños estaban cerrados en el volante con fuerza y los nudillos se habían puesto blancos.- Pero el señor Lee, quiere que admitamos nuestra culpa en una rueda de prensa, para evitar más rumores, que nos disculpemos y nos piensa suspender un mes, mientras las cosas se calman –
- Manchar nuestra imagen con tal de no manchar la de la empresa… - Murmuró el líder llevándose una mano a la cabeza con frustración. – Un mes… esto es el fin de nuestras carreras artísticas ¿verdad? Es como una sentencia de muerte por anticipado… drogas y alcohol… los fans jamás nos perdonarán algo así -
- Habrá una audición pública no se que día – Comentó KangIn apagando el motor del auto y por primera vez el mayor se percató que habían llegado al apartamento.
- ¿Qué vamos a hacer? – Preguntó LeeTeuk su rostro volviendo a tener esa expresión ausente y autista.
- Por ahora… entra al apartamento y no pienses en eso – Dijo KangIn y le sonrió por primera vez desde que se vieron en el estudio. LeeTeuk desvió la mirada huyendo de esa maravillosa sonrisa que le partía el alma en mil pedazos. – Yo te protegeré… - Logró musitar finalmente, sus manos temblaban sobre el volante ahora. Una bola gigantesca se atoraba en su garganta – Te lo prometo – Agregó.
- Que estás diciendo… ¿Cómo vas a lograr eso? No hay nada que puedas hacer – Murmuró nervioso y molesto.
Entonces inesperadamente KangIn lo tomó por la espalda y lo atrajo fuertemente contra su cuerpo en un extraño abrazo incómodo por la palanca de cambios del auto que estaba en medio de los dos. Ambos corazones latían tan ensordecedoramente que ahogaron el bullicio de la carretera en el exterior.
- No lo se, no se como lo haré, sólo se que te protegeré – Musitó KangIn entre el cabello de LeeTeuk aspirando su aroma suave a lavanda. Lo apretó con más fuerza como si fuera a perderse en una fractal infinita si lo dejaba ir. Él líder sintió los fuertes brazos rodeándolo y momentáneamente sintió una efímera sensación de felicidad y tranquilidad. Correspondió el abrazo como pudo, incluso cerró los ojos para apreciar con más claridad el tibio calorcito que emanaba el cuerpo de su mejor amigo. ¿Estaba aceptando que le quería?
Se safó del abrazo avergonzado, sus mejillas encendidas pero con una estúpida leve sonrisa adornado su rostro. Iba a ser suspendido de SM y se sentía feliz por un abrazo y una promesa.
- Gracias… pero debería ser yo quien cuidara de ti… soy tu Hyung – Murmuró bajando la cabeza, sus mejillas coloradas como dos cerezas.
- Precisamente por esa razón, ya que no puedes hacerte cargo de mi como un buen Hyung, entonces lo haré yo – Exclamó KangIn dándole un golpecito amistoso en el hombro, LeeTeuk se giró inflando los cachetes con desaprobación.
- ¿Estás queriendo decir que no soy un buen Hyung? – Se quejó. Finalmente el hielo se había roto de nuevo. KangIn rió con ternura y le dio una palmada en la cabeza que resultó demasiado fuerte. LeeTeuk se llevó las manos a la cabeza adolorido y en medio de su descuido, KangIn le robó un beso.
Un beso rápido y fugaz, como un corrientazo eléctrico inesperado. Como el fugaz sabor dulce de una Piña Colada antes de convertirse en amargo sabor del alcohol. LeeTeuk abrió mucho los ojos y se quedó observando a KangIn sin saber que hacer o que decir.
- No me mires así, vete, apúrate, rápido, sube al apartamento – Dijo KangIn casi inmediatamente como si el beso no hubiera pasado, en realidad muerto de la vergüenza y de miedo a lo que su compañero podría pensar, lo empujó y le abrió la puerta del auto.
- Espera… ¿A dónde vas? – Preguntó el líder una vez afuera, KangIn ya encendía el motor otra vez.
- Espérame en el apartamento, tengo que hacer algo importante – Respondió pisando el acelerador.
- ¿Algo? ¿Que? ¡Espera! KangIn ah! – Gritó, pero el auto ya se había puesto en marcha. El mayor vió como el auto se fue hasta perderse en una esquina y con una estúpida sonrisa se dispuso a subir las escaleras para ir al apartamento.
***
Habían pasado dos horas ya y KangIn no regresaba. Pero las mariposas continuaban revoloteando en su estomago. ¿Qué había sido ese beso fugaz? Lo había abrazado y besado en el auto. Había sido rápido y también lindo. LeeTeuk agarró uno de los cojines del mueble donde estaba sentado y lo abrazó cual quinceañera enamorada, se quedó viendo el televisor encendido en donde comenzaban a emitir el Star King y se sintió infinitamente tonto, pero feliz. Era increíble como una pequeña cosa pudiera hacerlo sentir de esa forma, cuando estaba a punto de echar su vida profesional a la basura. Pero KangIn lo había abrazado, le había dicho que lo protegería y lo había besado. Abrasó más fuerte el cojín y cerró los ojos sonriendo como un estúpido.
“¿Qué estás haciendo idiota? KangIn es tu amigo y es un hombre”
Le habló repentinamente su conciencia, “Si lo se” se respondió así mismo “Se todo lo que implica” le repitió, pero su consciencia le respondió casi en un grito “¿Entonces que haces abrazando ese cojín como un idiota?”
LeeTeuk soltó el cojín y se levantó de un brinco del mueble. No había nadie en casa, todos continuaban en el estudio. Ni una llamada siquiera, al parecer ninguno encontraba palabras para expresarse respecto al tema y eso inclusive era mucho mejor. Caminó hacia la cocina pues con tanta espera le había dado hambre.
“Prepararé algo rico” Se dijo así mismo volviendo a sonreír “Algo dulce… para cuando llegué KangIn…” sacudió la cabeza sintiendo que era traicionado por sus propios pensamientos una vez más. - Para mi mismo – Dijo en voz alta y abrió la nevera, como siempre DongHae se había tomado toda la leche y habían algunas gotas sobre las naranjas, seguramente la había regado. Sacó unas fresas, la crema de leche y un poco de harina y las puso al lado del lavaplatos, un exquisito postre de fresas, ese que le había enseñado a hacer Ryeowook hacía ya un par de años.
Cortó un par de fresas a la mitad con cuidado y entonces sintió en su espalda aquella desagradable sensación de ser observado por un depredador que está a punto de atacar. “Imaginas cosas LeeTeuk, no seas idiota” se dijo así mismo y continuo cortando, pero la maldita sensación continuaba y comenzaba a subirse por sus tobillos como una caricia gélida, la piel del cuello se le puso de gallina antes de que se girara en redondo.
Entonces el rostro de ella con una sardónica sonrisa dibujada en su rostro y con aquellos desagradables ojos hundidos en sus cuencas lo observó por unos segundos antes de poner sus manos sobre el rostro del joven que ahora se encontraba paralizado por la impresión. Un olor que jamás había percibido, demasiado penetrante subió por su nariz y llego a su entrecejo nublándole la vista, un repentino mareo se apoderó de todo su cuerpo y sus rodillas se doblaron inexplicablemente como la gelatina. LeeTeuk calló al suelo perdiendo paulatinamente el conocimiento y lo último que alcanzó a ver antes de entregarse a la oscuridad, fue la mano que empuñaba un cuchillo casi apuntándole a la cabeza, también una sonrisa llena de sevicia como la de un animal a punto de devorar su presa.
Continuara