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Gongpo (공포) por Helsic

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Notas del capitulo:

Nota de Helsic: Me alegra infinitamente que les esté gustando el fic ^^ al principio estaba un poco insegura, pues quería hacer algo diferente a lo de siempre, una serie centrada en el amor entre dos chicos >3 y bueno, aunque esta historia sigue siendo yaoi, aún así quiero incluir nuevos elementos que la puedan hacer más interesante.

 


 

Gongpo

(Miedo)

3

 

 

Eran veinte fotos en total, las primeras tomadas con una exquisita técnica y con los encuadres cuidadosamente elaborados. Costaba imaginar cuanto tiempo la chica había pasado escondida para capturar una buena toma como aquella o si llevaba consigo una excelente cámara profesional, al fin y al cabo sólo tenía 16 años, pero el hecho es que las fotos mostraban una infinita paciencia y una gran dedicación, debió esperarlos durante horas escondida quien sabe en donde, para poder hacer esas capturas, pero progresivamente las fotos se iban transformando cada vez más en manchas borrosas para finalmente terminar con la nefasta fotografía del rostro de LeeTeuk mirando por la ventanilla con la mitad del rostro borroso y confuso, con ese terror reflejado en los ojos como si estuviera a punto de morir. Era como si toda la foto pronosticara que la muerte deambulaba cerca. Como una premonición.

 

“Ella murió por qué quería tomarnos una foto”

 

LeeTeuk notó que sus manos temblaban incontroladas mientras seguía contemplando las fotos, las metió en el sobre con torpeza, no quería seguir mirando su rostro, no quería seguir imaginando a la chica escondida entre los arbustos asechando como un felino. No quería tener nada más que ver con ella.

 

- Kang…In… - Murmuró con voz entrecortada, con la garganta seca - ¿Qué significa esto…? Está aquí… porqué es nuestra culpa… ¿verdad? – Logró decir, su voz amenazaba con quebrarse pero no por el llanto, era la misma angustia que parecía entumirle la lengua.

 

KangIn lo miró unos instantes sin saber que responder. ¿Cómo iba a poder responder aquella pregunta? ¿Quién demonios había puesto ese maldito sobre dentro del auto si él era él único con las llaves? Nada tenía sentido, pero lo único que KangIn tenía ahora en su mente eran las palabras de Hangeng, “Se que parece estar bien pero… por favor KangIn, bríndale tu apoyo” si, LeeTeuk siempre parecía estar bien, siempre. Aunque la mitad de las veces estuviera mal, él siempre tenía que estar bien, porque era el gran hyung ¿no? Eso tenía sentido. Pero cuando se detuvo a observarlo, notó el temblor en sus manos, notó sus pupilas dilatadas que se movían con rapidez de un lugar a otro, su rostro pálido como un papel.

 

Él no estaba bien, LeeTeuk no había superado aún el trauma causado por el accidente con KyuHyun…

 

- ¿Y que voy a saber yo? – Gritó KangIn arrebatándole de los brazos el sobre – ¡A la mierda con esto! ¿Acaso importa? – Esta vez su voz sonó casi como un chillido, tenía que aceptarlo, estaba a punto de volverse loco. KangIn tiró el sobre por la ventana y hundió su pie en el acelerador, el auto se puso en marcha de inmediato y salieron del parqueadero. LeeTeuk no dijo nada sobre el sobre, se quedó mirándose las manos pensativo, el corazón de KangIn latía con velocidad, porqué aunque el sobre no estuviera ahí, la sensación si continuaba ahí.

 

- Por favor… conduce con cuidado – Murmuró con timidez cuando pararon en un semáforo y una hilera de gente pasó frente a ellos por la cebra. LeeTeuk realmente parecía asustado. No más accidentes por favor, no más gente muerta, no más esa sensación. Todo aquello estaba resumido en su mirada. KangIn asintió con la cabeza levemente y aminoró el paso.

 

***

 

 

Llegaron al apartamento al anochecer, KangIn se había tomado todo el tiempo del mundo para regresar y habían tardado casi el doble en llegar y por consiguiente tenía hambre. El hambre siempre terminaba por ponerlo de mal humor. En el apartamento no había nadie, extrañamente nadie. Aunque aquel incidente no tenía porque afectar la agenda de Super Junior, quizás ambos deseaban encontrarlos a todos allí, el apartamento estaba lleno de vida con el bullicio de todos, encontrarlo solitario y silencioso, era como contemplar un cadáver.

 

LeeTeuk abrió con sus llaves, entró en la sala y prendió la luz. Aunque estaba nuevamente en la seguridad del apartamento y aunque KangIn hubiese botado las fotos en un arranque irracional tan típico de él, cada una de aquellas imágenes seguían estando en su mente, llegando una y otra vez como las olas del mar. Por más que intentaba encontrarle un sentido al asunto de las fotos, sólo la macabra idea de que ella no estuviera tan muerta como ellos creían llegaba a su mente. Una idea descabellada que le hacía erizar los vellos de la nuca.

 

Arrastrando los pies se tiró en el sillón frente al televisor y lo encendió en cualquier canal, tenía que distraerse y pensar en otras cosas, quizás si dejaba de pensar en ello esa espantosa sensación de culpabilidad se esfumara.

 

KangIn (a quien el estomago se le revolvía exigiéndole algo de comer) estuvo a punto de decirle que si pedían algo a domicilio, pero LeeTeuk continuaba con esa expresión abstraída que comenzaba a odiar, la mirada perdida en parajes a los que no podía acceder, esa pastosa tranquilidad, ese no era el LeeTeuk de siempre, parecía un muñeco de porcelana allí sentado en el gran sofá mirando descuidadamente un canal donde pasaban un combate de Taekwondo. De nuevo a su mente las palabras de Hangeng llegaron con reproche. Y bien KangIn ¿Qué Harás por tu Hyung?

 

- ¿No tienes hambre Hyung? – Comentó aún de pie, LeeTeuk asintió con la cabeza sin dejar de mirar el televisor. – Prepararé algo… - Agregó KangIn y el líder volvió a asentir con la cabeza. LeeTeuk realmente estaba afectado por la estúpida situación. Debía aceptarlo él también se encontraba perturbado pero realmente era rabia lo que sentía, pero viendo a su Hyung allí tirado en el mueble con esa expresión tan impropia de él no podía adivinar que tanto le afectaba.

 

LeeTeuk se había quedado tumbado sofá de la cama con la mirada fija en el televisor y a la vez en ninguna parte, había  un torneo regional de principiantes, que era transmitido por una de las cadenas locales para impulsar a los jóvenes a conservar la tradición de aquella arte marcial.

 

Entonces KangIn se dirigió a la cocina, iba a preparar algo rico, algo para su Hyung. Había llegado el momento de recompensar todo el apoyo que LeeTeuk le había dado en el pasado, siempre había estado protegiéndolo, dándole consejos o regaños cuando lo necesitaba y ahora se invertían los papeles. Mientras KangIn abría la nevera y sacaba los ingredientes para preparar Kimbap*, se sentía como un verdadero Hyung en aquella situación, Puso a cocer un vaso de arroz con dos vasos de agua.

y Preparó una zanahoria y un pepino, cortándolos en trozos largos , le hecho sal encima y los guardó en un recipiente mientras continuaba con lo demás, un buen Kimbap tenía la zanahoria y el pepino reposados en sal durante un rato.

 

Mientras batía el huevo y preparaba el aceite para freírlo, pensaba en que haber cocinado un ramen o una sopa instantánea hubiera sido mucho más fácil (y rápido) o haberlo pedido por teléfono, pero tenía que hacerlo, después de todo cuando haces las cosas con amor, todo sale bien ¿no? Eso siempre le decía su madre cuando lo pillaba haciendo los deberes de mal humor. Así que con todo el esmero del mundo se dispuso a preparar el mejor Kimbap del mundo, además porque entre otras cosas era una de las tantas comidas que le gustaban a su Hyung. Sin darse cuenta estaba tatareando una canción, debía parecer un idiota a ojos de terceros y deseaba fervientemente que ni SungMin ni Ryeowook se aparecieran a revolotear por ahí, seguramente le encontrarían todos los defectos a su receta.

 

Pasó casi una hora antes de que LeeTeuk finalmente se levantara del sofá extrañado por la ausencia de KangIn, su mente estaba en un lugar muy lejano a Soúl cuando miraba la televisión y ahora que quitaba sus ojos del aparato sentía como si hubiera regresado al mundo real. Se levantó con las piernas entumidas, notando lo hambriento que estaba.

 

- KangIn – Llamó perezosamente, pero no recibió respuesta. Dio un par de pasos y quedó de frente al corredor que conducía a la cocina. De repente el murmullo del televisor era un gorgoteo moribundo y lejano, era como si estuviera sólo en el apartamento, con esa típica sensación de hormigueo en todo el cuerpo como si en cualquier momento alguien pudiera ponerte una mano por la espalda. Se giró levemente hacía atrás para cerciorarse de que no había ninguna mano en su espalda, realmente deseó no encontrar nada en su espalda.

 

Y afortunadamente no había nada, pero la espantosa sensación de ser observado por todos lados continuaba ahí.

 

- ¿KangIn…? – Volvió a llamar esta vez con cautela y avanzó por el pasillo que conducía hacía la cocina de repente parecía más largo, casi infinito, ya no escuchaba el televisor y el silencio era tan abrumador que le retumbaba en los oídos como una especie de zumbido. Las puertas de la cocina al estilo del viejo Oeste (si de esas que empujas) se veían muertas permaneciendo juntas y estáticas, a LeeTeuk nunca le gustaron, pero SungMin era el dueño de la cocina y no existía poder humano que lo convenciera de usar otra puerta, cada que alguien entraba o salía de allí, el líder se imaginaba que estaban en un restaurante de pasta italiana o en una tienda country de los estados unidos. Además chillaban de manera espantosa y ahora que lo pensaba, no entendía porque nadie se había detenido a ponerle un poco de grasa en las bisagras.

 

- ¿KangIn…? – Volvió a llamar y esta vez su voz sonó aguda como la de un niño de cinco años y eso era justo lo que era LeeTeuk en aquel momento un niño que está a punto de abrir la puerta del armario donde aguarda un terrible monstruo sin ojos y con los dientes muy filudos como una piraña. Acercó lentamente su mano hasta que sus dedos tocaron la puerta débilmente, estaba sudando y sus manos temblaban como hojas al viento. ¿Por qué de repente sentía que algo húmedo se arrastraría por sus tobillos desnudos y se pasaría por entre los dedos de sus pies? No quería mirar hacía abajo para comprobarlo y de repente el tacto de la alfombra en sus pies desnudos se volvió desagradable. ¿Por qué no respondía KangIn? ¿Por qué estaba repentinamente sólo?

 

Empujó la puerta y esta chilló ensordecedoramente desgarrando el silencio como un cuchillo y LeeTeuk se encontró con la cocina vacía. Había rastro de comida y platos sucios, pero KangIn no estaba. Entonces la sensación de ser observado se incrementó tanto que se hizo audible y escuchó las suaves pisadas de un depredador que se acerca al acecho por la espalda.

 

Lentamente las pisadas acortaban la distancia hacía él, pero aunque sentía el instinto primario de salir corriendo, sus pies continuaban estáticos. ¿Hacía donde iba a correr si estaba de frente a la cocina? No quería mirar hacía atrás, no quería sentir una mano en su espalda, no quería seguir escuchando las suaves pisadas que se acercaban.

 

Entonces súbitamente se detuvieron y el hormigueo en su espalda fue insoportable, los ojos se le empañaron por las lágrimas. No eran lágrimas de tristeza, nada de eso aquello era auténtico miedo. Entonces sintió algo tibio que se posó sobre su hombro, ¡La maldita mano!, era ella, tenía que ser ella. Lo sabía. LeeTeuk entró en pánico y con un movimiento involuntario de su mano se giró y trató de alejar lo que fuera que hubiese tras de si.

 

Los ojos de la chica lo miraban demasiado hundidos en sus cuencas y era natural si ya llevaba dos días de muerta, su cabello seguía igual de oscuro, pero ahora se veía sucio y se le esparcía por el rostro como una pegajosa mancha.

 

Un gemido afónico salió de su garganta y Kimbap voló por los aires y calló a la alfombra al igual que el plato que se hizo pedazos al dar contra el suelo. KangIn se quedó absolutamente perplejo al contemplar la mascara de horror en la que se había convertido el rostro de su Hyung, tenía la piel perlada por el sudor y sus pupilas dilatadas se movían de un lado a otro con una velocidad que le producía nauseas.

 

- ¡Hyung! – Lo llamó, pero él continuaba en un extraño shock y lo miraba sin verlo realmente, parecía estar viendo algo que había atrás de su espalda, KangIn tuvo la tentación de girarse para comprobar que no había nada atrás suyo pues ya comenzaba a sentir esa sensación de hormigueo insoportable. Frunció el ceño y tomó a LeeTeuk por los hombros y lo sacudió con fuerza mientras gritaba – ¡HYUNG!-

 

Las pupilas de LeeTeuk volvieron a la normalidad después de la sacudida, pero su respiración era rápida y dispareja.

 

- ¿KangIn? – Murmuró al fin con una voz débil, lejana como si hubiera estado metido bajo el agua mucho tiempo y apenas lograba respirar por primera vez.

 

- ¿Quién más iba a ser? – Dijo casi con un grito y entonces fue consciente de que también le temblaban las manos y de que casi le enterraba los dedos en los hombros a LeeTeuk que parecía un frágil muñeco de trapo entre sus garras. LeeTeuk tenía los ojos vidriosos y sonrió con una extraña mueca que lejos de ser una sonrisa, más bien parecía una mueca de llanto.

 

KangIn lo atrajo contra su pecho y le aplastó la nariz con el abrazo. Las piernas de LeeTeuk perdieron fuerza, pero sus manos se asieron a la espalda de KangIn para evitar caer, el menor pudo sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho, demasiada fuerza, casi retumbaba en sus oídos. Aquella expresión de LeeTeuk realmente lo había asustado.

 

- Lo siento… ¡Arruiné el Kimbap! – Susurró con tristeza el líder cuando reparó los rollitos esparcidos por la alfombra.

 

- Vamos… a limpiarlo – Murmuró KangIn con voz grave y demasiado baja, mientras se agachaba para recoger los pedazos de la cerámica rota.

 

 

***

 

 

Pasadas las 9 de la noche, el apartamento se comenzó a llenar de vida una vez más, escucharon las risas de DongHae y EunHyuk desde el vestíbulo de la entrada, probablemente gracias a un chiste de ShinDong, luego escucharon la voz de Yesung que venía canturreando una canción y luego un ‘Shhhh ¡basta ya!’ de Ryeowook, SungMin rió al fondo porque Yesung elevó el tono y continuó con la segunda parte de la canción. Entraron despreocupadamente en la sala y lo primero que vieron fue a LeeTeuk acostado cuan largo era en el sillón con la cabeza en las rodillas de KangIn, quien estaba sentado mirando distraído la televisión. Había una vocecilla que hablaba en inglés en la pantalla, un programa donde mostraban una señora muy gorda que cocinaba al lado de un hombre de bigote que mostraba una licuadora muy moderna que prometía hacer mil cosas para las amas de casa.

 

Aunque el rostro de LeeTeuk parecía tranquilo, todos advirtieron que estaba pálido como la leche y sus ojos parecían dos canicas negras hundidas. Por otra parte KangIn parecía muy serio frunciendo el entrecejo mientras descuidadamente paseaba su mano por el cabello de LeeTeuk enrollándolo entre sus dedos, miraba el televisor con suma atención, como si estuvieran diciendo las respuestas a todos los interrogantes del universo.

 

- ¡Jelou! – Exclamó EunHyuk entrando en la sala con una simpática pronunciación del inglés. Ninguno de los dos respondió, todos entraron pero se quedaron mirando con curiosidad el televisor esperando encontrar una interesante película o algún curioso documental, pero se encontraron con que el señor de bigote ahora promocionaba una maravillosa aspiradora que aseguraba llegar hasta el último rincón de la casa. Lo peor de todo es que todo estaba en inglés y no había subtitulos en Coreano y todos sabían que el inglés de KangIn y LeeTeuk era tan fluido y extenso como su conocimiento en Japonés o Chino. Es decir, los escasos saludos.

 

- ¡H-O-L-A!  - Gritó esta vez DongHae parándose en frente del televisor, entonces KangIn dio un leve brinquito y se percató de su presencia.

 

- Hola…- Dijo sin sonreír, giró el rostro y reparó en el resto – Hola – Repitió a los demás que seguían a la expectativa. LeeTeuk se levantó con lentitud, casi parecía un anciano.

 

- ¡Por fin!- Dijo cuando terminó de levantarse y estiró los brazos sobre su cabeza – Por fin podremos irnos a dormir – Agregó con un sonoro bostezo. Todos se quedaron mirando con infinita sorpresa en sus rostros. ¿Por qué habrían de esperarlos para dormir? Ambos arrastraron los pies y se metieron al cuarto sin decir nada más ante las atónitas miradas de todos.

 

KangIn y LeeTeuk compartían habitación desde que el líder había sido dado de alta del hospital hacía un par de meses, antes KangIn había compartido habitación con ShinDong, pero los ronquidos y las repentinas frases incoherentes que soltaba en medio de la noche habían terminado por hartarlo, LeeTeuk había estado durmiendo con KyuHyun desde hacía ya varios meses, pero cuando ocurrió el accidente y ambos estuvieron hospitalizados, ninguno se atrevió a ocupar esa habitación, porque al contemplar sus camas vacías e intactas era la única forma de guardar el recuerdo y sobreponerse al vacío, ese vacío que era de ellos dos. Un vacío que nadie tenía derecho a ocupar. Entonces KangIn había estado durmiendo con SungMin y Ryeowook, luego con DongHae y EunHyuk y finalmente se la pasó durmiendo en el hospital con LeeTeuk.

 

La apretada agenda sólo le permitía visitarlo de noche, por esta razón siempre terminaba a altas horas de la noche el hospital, una amable enfermera le permitió usar la cama continua a la de LeeTeuk, que estaba vacía porque su ocupante, un anciano con Derrame cerebral, había muerto hacía un par de semanas. KangIn había dormido allí aunque al principio se sintió algo consternado, pero su hyung sonreía lleno de tranquilidad cuando él se quedaba toda la noche. Realmente lo hacía por esa sonrisa, porque odiaba los hospitales. Así que cuando LeeTeuk finalmente regresó al apartamento decidió que KangIn se quedaría en la habitación que antes ocupaba con KyunHyun, todos sabían muy a su pesar que el menor no volvería en buen tiempo. La razón por la cual se la pasaban cambiando de habitación no era ninguna en especial a decir verdad estaban tan acostumbrados a vivir juntos desde hacía ya más de dos años, que se conocían perfectamente los caprichos y nimiedades personales. En realidad si cambiaban de habitación regularmente era para variar nada más.

 

Una vez cerrada la puerta, KangIn se dejó caer en su cama con la ropa aún puesta y LeeTeuk se quitó la camiseta con expresión pensativa, pensaba el Kimbap. El Kimbap que con tanta dedicación KangIn había preparado y él había tirado por una estúpida sensación que no tenía sentido. Tiró la camisa por los aires y esta calló a un lado del nochero, la palidez de su pecho deslumbró con la mortecina luz amarilla de lámpara de cabecera con forma de vaca que una fan le había regalado a KangIn hacía mucho tiempo. KangIn permanecía en silencio mirando el techo, encontrando figuras imaginarias en la madera.

 

- KangIn… - Comenzó a decir con timidez y rápidamente notó que sus mejillas estaban calientes, se giró en contra de la luz para evitar que lo viera – Lo siento… -

- ¿Eh? ¿Por qué? – Preguntó KangIn distraído. LeeTeuk se ponía el pantalón del pijama color miel y se sacaba las medias sentado en el borde de la cama.

 

- Por arruinar el kimbap… realmente no quise… - Agregó cada vez más avergonzado.

 

- Tonto… de todas formas no había quedado tan bueno – Murmuró KangIn volviendo su mirada al techo de nuevo, pero debía aceptar que aquella conversación lo hacía sentir incómodo. Sus mejillas se sonrojaron también, así que se giró hacía la pared. – La próxima vez me prepararás algo mejor y entonces cobraré mi venganza – Agregó sin volver el rostro por lo que no vio la sonrisa que se había formado en el rostro de LeeTeuk.

 

- Esta bien… - Respondió el líder y se metió bajo las cobijas de su cama – Buenas noches – Agregó sin dejar de sonreír. Se sentía bien sonreír. La primera sonrisa del día.

 

- Buenas noches – Respondió KangIn escondiendo su rostro entre la almohada por lo que sus palabras sonaron ahogadas, luego apagó la lámpara y la habitación se sumió en una absoluta y desagradable oscuridad. LeeTeuk se enrosco en las cobijas sin desear cerrar los ojos, se sentía vulnerable en medio de todas las amenazadoras sombras que de repente se habían formado a su alrededor.

 

- KangIn… - Llamó casi en un susurró - ¿Puedo…? – Pero se arrepintió y no termino la frase, tenía que afrontar ese estúpido miedo, intentó dormir y cerró los ojos, pero 15 minutos después sintió el cuerpo tibio de KangIn deslizándose en silencio en su cama y sentándose a su lado. Suspiró feliz, al día siguiente se lo echaría en cara y sería muy divertido ver su reacción y escuchar las mentiras que probablemente se inventaría para justificar sus acciones.

 

Se hizo el dormido pero con el rabillo del ojo vio cuando KangIn se quitaba la camiseta y se pasaba la mano por el cabello revolcándolo, en medio de la oscuridad pudo apreciar el débil contorno de la espalda ancha de su compañero, cosa que nunca antes se había detenido a observar y se sintió como un fisgón fetichista, así que procuró taparse el rostro con la cobija rápidamente. KangIn se puso el pijama y finalmente se metió bajo las cobijas intentando no hacer ruido, no fuera que LeeTeuk se despertara, mañana ya se inventaría algo para justificar como había llegado hasta ahí. Tenía que aceptarlo, no quería dormir sólo.

 

Media hora después de que KangIn y LeeTeuk hubiesen caído en los brazos de Morfeo, SungMin descubrió en la basura el Kimbap casi entero y los pedazos de la cerámica, reprimió lo que hubiera podido ser un grito enojado, era una preciosa vajilla que había comprado con Ryeowook la semana pasada cuando a HeeChul se le había metido en la cabeza que tenía que comprarse esa chaqueta negra con bordes de plumas rojas “Le encantará a Jay” dijo y se acercaba su cumpleaños. SungMin odiaba que le cogieran sus cosas y peor aún que se las rompieran, sin embargo de la rabia llegó la preocupación y la incertidumbre, pues resultaba demasiado extraño.

 

En primer lugar el Kimbap. ¿LeeTeuk el perezoso haciendo un laborioso trabajo como el de la preparación del Kimbap? Simplemente absurdo. Ahora, ¿KangIn quien siempre solucionaba todo con un ramen, preparando Kimbap? Resultaba aún más ilógico. Y si lo habían comprado en una tienda ¿Por qué estaba en la basura? Y para completar el cuadro, el plato roto. A uno se le caen los platos por dos razones o por descuido mientras los lavas o por nerviosismo. Estaba claro, había algo del accidente que KangIn y LeeTeuk sabían y ellos no.

 

¿No había sido un simple accidente fortuito verdad? Allí había algo más, podía olerse en el aire, podía verse en sus miradas, todo el lugar apestaba a algo inimaginable que SungMin estaba lejos de entender. Sea lo que fuere era una lástima porque se veía realmente bueno el Kimbap y botar la comida era inconcebible. Mañana les daría un buen regaño por muy Hyungs que fueran, lo iban a oír, por supuesto que si. SungMin salio de la cocina con expresión inocente, pronto se acostaría también, en la mañana tendrían un performance muy importante en un programa de Mnet.

Deseaba que KangIn y LeeTeuk estuvieran en el performance. Pero SungMin ignoraba que haber ido al Performance había resultado tan mala idea como haber botado las malditas fotos por la ventana.

 

 

Continuará

 

 


 

 

Notas finales:

Notas de Helsic: UJUJUJUJU todos se van a moriiiiiir!!! *Corre como loca por la habitación*

Ya en serio… ¿Qué les pareció? ^^’ A mi me gustó escribir la parte del corredor y la escena cuando Teuk tira el Kimbap >33

 

Tuve que buscar en Internet como se preparaba el Kimbap para describir la escena de KangIn ;_;’’’

 

Kimbap: también llamado Gimbap es un plato típico Koreano idéntico al Sushi Japonés. De hecho la preparación es muy similar o_o’ son esos rollitos de arroz con cosas adentro xD

 


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