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Gongpo (공포) por Helsic

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Gongpo

(Miedo)

5

 

 

 

Un par de horas después, cuando los primeros rayos del sol despuntaban en el alba, KangIn se despertó luego de que la droga hubiese hecho efecto. Abrió los ojos bruscamente e intentó levantarse como acto reflejo, pero el pinchazo en su mano derecha lo hizo retroceder, entonces vio la aguja que probablemente conducía suero insertada en su vena. Frunció el entrecejo y de inmediato recordó todo lo sucedido con una claridad que hubiera deseado no tener. Recordó como LeeTeuk se dejaba caer como un muñeco y como la sangre vertía de sus labios. Recordó la sensación, esa espantosa sensación de incompetencia y el terrible miedo a perderlo que se acumuló en su garganta como una bola de pelos gigantesca.

 

Había perdido el control de si mismo, ahora recordaba haber gritado como un loco y haber hecho un vergonzoso show frente a miles de personas, pero eso era realmente lo que menos le importaba en esos momentos. Giró su cabeza con lentitud y divisó a LeeTeuk a su lado, que parecía seguir dormido. La languidezente luz que se filtraba a través de las cortinas blancas, alumbraban su pálido rostro casi haciéndolo ver como un vampiro. La sangre se había secado en la comisura de sus labios y KangIn no pudo evitar extender su mano hacia la de él y rozarla con las yemas de sus dedos. Sintió esa suavidad y suspiró.

 

"Gracias a Dios..." Pensó mientras lo acariciaba tímidamente, realmente había creído que moriría. Realmente... se detuvo unos segundos y retiró su mano, esta vez si se levantó teniendo cuidado de no halar la aguja en su brazo, se sentó en el borde de la cama. Vestía una bata color verde, debía verse ridículo con ella, pensó unos instantes antes de volver su vista hacía su compañero. Y de nuevo los pensamientos sobre la muerte llegaron a su cabeza.

 

- Quizás nosotros debimos morir en aquel accidente - Comenzó a decir en voz baja, pero habían muerto ese muchacho y esa chica inocentes. Pensó apesadumbrado - Ahora la muerte nos perseguirá los talones hasta matarnos como es debido - Volvió a decir - Como en aquella película... - Agregó, una película Americana cuyo nombre había olvidado.

 

Se levantó arrastrando la vara de hierro que sostenía la bolsa con Suero y se cercó a la cama de su Hyung. Tenía el cabello revolcado sobre su cabeza y se podía apreciar las cicatrices en su frente del accidente anterior, esas cicatrices que LeeTeuk siempre ocultaba bajo el flequillo. KangIn pasó unos dedos temblorosos por la piel magullada, ahí donde los vidrios se habían enterrado aquella terrible noche y revivió todo el horror que para él había significado. La llamada de EunHyuk que lo había despertado de repente, las lágrimas de este y sus palabras que casi le hacen salir el corazón por la boca.

 

- Tuvimos un accidente... KyuHyun esta inconciente... Teuki tiene mucha sangre... su rostro... No se que hacer KangIn... - Había dicho EunHyuk llorando como un niño pequeño. Ahora mientras KangIn contemplaba el rostro apaciblemente dormido de su Hyung, reflexionaba acerca de lo que podría estar sintiendo el líder. Dos experiencias terribles en muy poco tiempo.

 

Sin saber por qué lo hacía, acercó su rostro al de LeeTeuk, sintió su respiración cálida en su mejilla, sintió su aroma suave mezclado con el olor a medicamentos y alcohol. Y le beso la frente.

 

Se sintió como un adolescente otra vez y sus mejillas tomaron esa leve tonalidad carmesí que débilmente le permitía su estado de salud. ¿Pero y por qué se sentía avergonzado? Por favor KangIn, es sólo tu amigo, no... es más que eso, es tu hermano. Un beso fugaz en la frente no significa nada ¿Verdad?

 

Pero aunque su mente le dijera esto, KangIn se acostó de nuevo en su cama y ocultó su sonrojado rostro entre las cobijas.

 

 

***

 

 

A las 8 de la mañana, mientras una coqueta enfermera le ofrecía el desayuno, el doctor que vagamente recordaba haber visto la noche anterior, entró con paso seguro en el consultorio, saludó a KangIn con una venia, puso una mano en el cuello de LeeTeuk y le tomó el pulso mirando el reloj, luego examinó la máquina a la cual estaba conectado, revisó el estado de la bolsa de suero que estaba a punto de acabarse y finalmente volvió su mirada a KangIn.

 

- ¿Cómo se siente hoy señor Kim? - Le preguntó. KangIn tragó el contenido de lo que parecía una sopa de verduras.

 

- Mucho mejor - Respondió, el doctor sonrió con expresión amable.

 

- De hecho, se ha recuperado de una manera estupenda, por eso hoy mismo podrá salir del hospital, sus padres están haciendo el papeleó y estimo que en un par de horas podrá irse - Explicó anotando un par de cosas en unos papeles que tenía agarrados a una tabla de madera.

 

- ¿Y mi compañero...? - Preguntó casi inmediatamente.

 

- El señor Park... deberá quedarse un poco más - Explicó - Le estamos haciendo un proceso de desintoxicación, pues no queremos que vestigios de esta sustancia queden allí, es un proceso lento, ha dormido demasiado probablemente por la anestesia, pero esperamos que hoy despierte y de acuerdo de lo que diga y recuerde, podremos saber si su estado esta estable -

 

KangIn desvió su mirada hacia LeeTeuk una vez más. No quería irse y dejarlo allí, porque de alguna manera... también era su culpa. Era su accidente, ella había muerto porque también quería tomarle fotos a él ¿verdad? era su muerto.

 

- Quiero quedarme... - Susurró y la enfermera le embutió algo que parecía pure de patatas, el médico abrió los ojos y arqueó las cejas mientras KangIn tragaba el bocado - Quiero acompañarlo - Agregó.

 

- Podrá quedarse en el horario de visitas por supuesto...- Explicó el medico sonriendo de nuevo.

 

- No... yo quiero quedarme a acompañarlo - Repitió con más convicción.

 

- En ese caso hay un problema... la señora Park también querrá hacerlo, es su madre y por derecho ella... Hable con ella – Agregó al ver el ceño fruncido de KangIn. En ese preciso instante un medico más joven entró en la sala, intercambió un par de palabras con el médico mayor y ambos salieron de la habitación, unos minutos después la enfermera también se fue.

 

KangIn se quedó unos minutos más mirando el vacío aún recostado en su cama, con las sábanas blancas y almidonadas cubriéndole hasta la cintura. ¿Y que esperabas KangIn? ¿Ser mejor compañía que la propia madre de LeeTeuk? Por favor. Se sintió ligeramente estúpido y volvió su rostro hacía su compañero que yacía dormido como un auténtico ángel caído, ese que siempre había pretendido ser.

 

Con cuidado se bajó de la cama y se puso las sandalias, arrastró el suero y se sentó en la pequeña silla que había para las visitas al lado de la cabecera de la cama, donde dormitaba el líder. Lo contempló embelezado, totalmente embriagado con su rostro que de repente era más hermoso que de costumbre.

 

Entonces paulatinamente los ojos de LeeTeuk se fueron abriendo, dejándose ver inicialmente como un par de pinceladas negras hechas con descuido, lo primero que vio al volver de su letargo fue el rostro borroso de KangIn que lo miraba con atención. Abrió la boca para decir algo, pero ningún sonido surgió de allí, la volvió a cerrar e intentó tragar saliva, la garganta le ardió espantosamente como si lo hubiera aruñado un gato. Frunció el ceño al sentir el dolor, volvió a posar su débil mirada en KangIn quien ahora esbozaba una luminosa sonrisa.

 

- Buenos días Hyung – Susurró KangIn con los ojos a punto de derramar lágrimas, ahí estaba de nuevo, el tonto sentimental que siempre había sido. Pero por momentos había creído que jamás despertaría y que jamás volvería a escuchar su voz. LeeTeuk intentó corresponder el saludo, pero un ligero gemido afónico salió en vez de palabras, de nuevo ese ardor en su garganta. KangIn se agachó un poco y quedó a la altura de su rostro, el líder divisó que KangIn vestía una bata de hospital y también notó que tenía una bolsa de suero que entraba en su vena derecha a través de un tubo de plástico transparente.

 

¿Por qué estaba KangIn en el hospital con él? Se preguntó entornando los ojos preocupado, no podía recordar muy bien lo sucedido, de hecho la pesadilla de la chica muerta era lo único que podía recordar, su mirada desorbitada y la sangre que se acercaba a él en la tarima, recordaba eso como si lo hubiera acabado de vivir, seguramente se había desmayado para haber despertado en un hospital como aquel, bonito espectáculo el que probablemente habría montado cayendo desmayado en medio del performance, recordó también que KangIn le había sujetado en brazos, había visto su rostro preocupado pero luego todo se había tornado borroso, los sonidos inteligibles y finalmente había caído en la oscuridad.

 

Pero si KangIn estaba allí, vestido con aquella bata y usando suero, sólo podía significar que él también había sufrido una especie de ‘ataque’, ella lo había atacado… entonces no era sólo una pesadilla. Sintió ganas de llorar y lloró, con una sorprendente facilidad los ojos se le pusieron acuosos y un par de lágrimas resbalaron silenciosas por sus mejillas.

 

- ¿Qué te pasa Hyung? ¿Te duele algo? – Se apresuró a decir KangIn alarmado al ver las lágrimas – Llamaré al médico… - Pero entonces LeeTeuk negó con la cabeza suavemente, sus ojos estaban llenos de una tristeza que KangIn no recordaba haber visto jamás en LeeTeuk.

 

El líder abrió la boca con la intensión de preguntarle a KangIn sobre el motivo de su estancia en el hospital, un terrible temor se había apoderado de él en ese instante, estaba preocupado por él y tenía demasiadas dudas, pero una vez más al intentar hablar nada salió de su garganta adolorida. Entonces abrió mucho los ojos y sus pupilas se dilataron. ¡No podía hablar! ¡No tenía voz!. Una angustia desorbitante se apoderó de él. ¿Por qué no podía hablar? ¿Por qué? Su voz… no su voz, cualquier cosa menos su voz.

 

KangIn pareció leer su mente, porque lo miró tan angustiado como él, pasó su mano por las mejillas del líder y le limpió las lágrimas, aunque unas nuevas volvían a salir en ese llanto mudo, lo levantó ligeramente en la cama y con cuidado le acomodó la almohada, notó que no podía hablar y temió lo peor. Pero no podía decírselo ¿verdad? No podía simplemente decirle “Es que alguien quiso envenenarte y a lo mejor el veneno te destruyó las cuerdas vocales”

 

Ambos se quedaron mirando y la tentación de llorar también fue increíble para KangIn, pero debía ser fuerte, el pilar en el cual pudiera apoyarse su Hyung, pasara lo que pasara.

 

- No te angusties – Fue lo que dijo finalmente haciendo un gran esfuerzo por parecer calmado – La voz… ya volverá… - Agregó ante los ojos húmedos del líder – Lo importante… es que estás bien y yo… yo me quedaré a tu lado… - Finalizó acariciándole el cabello con suavidad.

 

 

***

 

 

 

Como era de esperarse en la tarde, la habitación se llenó de personas, los padres de LeeTeuk habían acudido a verlo luego de enterarse que había despertado, los padres de KangIn también habían ido a verlo, luego algunos integrantes de Super Junior habían ido y uno que otro miembro del staff. Ya se imaginaba KangIn que estarían siendo la comidilla de medio Korea, con el asunto del envenenamiento que probablemente ya habría sido transmitido por la televisión.

 

Una noticia deliciosamente morbosa para periodistas y críticos. Casi podía leer los titulares “LeeTeuk, líder del popular Super Junior fue envenenado, la policía aún investiga el posible agresor” también imaginaba a las fans histéricas, llorando e inundando la Internet con comentarios indignados acerca de la situación. Todo el asunto resultaba tan molesto y tan insultante, en cierta forma que KangIn no había querido tan si quiera mirar las noticias en Internet desde su móvil, de hecho agradecía que las fans, con su amor incondicional los apoyaran, pero toda su atención estaba ahora puesta en LeeTeuk, al diablo el resto del mundo.

 

Ryeowook había aparecido con un delicioso postre de calabazas dulces en la tarde, KangIn se lo había comido con el mayor de los gustos, parecía haber sido preparado en compañía de SungMin, porque tenía ese sazón suave de las comidas preparadas por SungMin. También sabía a Ryeowook. Le ofrecieron a LeeTeuk quien aún no podía articular ninguna palabra, sólo gemidos poco audibles, sin embargo se comió una buena porción del postre aunque sintiera morirse cada que un pedazo bajaba por su garganta adolorida. Nadie quería decir nada sobre la voz del líder, todos estaban tan sorprendidos y temerosos que ni se atrevían a mencionarlo delante de él.

 

El medico había dicho que ya se lo esperaba, que la sustancia había podido estropear su garganta y que la sangre que trasbocó en el escenario y posteriormente, podía haber lastimado la laringe. Todavía era pronto para hacer un diagnóstico sobre su voz, pero el médico creía que con reposo y medicamentos, el podría volver a hablar. Sin embargo no descartaba la posibilidad de que el daño fuera directamente en las cuerdas vocales y de ser así, no volverían a escuchar la voz de LeeTeuk nunca más.

 

Nadie había dicho nada en presencia de LeeTeuk, pero era muy probable que él ya lo supiera, también sobre el envenenamiento, era muy complicado tapar el sol con un dedo ¿verdad?.

 

- Bueno hijo… - Había dicho el padre de KangIn – Volvamos a casa – Agregó con gesto abatido, era hora de dejar el hospital.

KangIn tuvo una idea tonta, pero no había otra salida. Frunció el entrecejo y tosió apresuradamente, llevándose una mano al pecho, puso un rostro insufrible, como si estuviera a punto de morir. “Vamos KangIn, ya has actuado antes, puedes hacerlo ahora también” Sus padres se acercaron preocupados y lo sostuvieron por los hombros, KangIn tosió con más fuerza y agregó quejidos a la tos. Al cabo de uno rato llegó la enfermera alarmada pues el padre había ido a buscarla.

 

KangIn se sentó en la cama y se dejó tumbar con gesto abatido, como si su vida dependiera de ello y aunque en realidad no sentía nada, toser apropósito le estaba haciendo arder la garganta. Finalmente para completar el show dijo que también le dolía la cabeza. Que no podía respirar muy bien y que sentía un extraño malestar en todo el cuerpo.

 

El doctor se mostró incrédulo pero fueron los mismos padres de KangIn quienes insistieron en que debía quedarse una noche más en el hospital. KangIn se acomodó en la cama como a regañadientes, pero cuando les dio la espalda no pudo evitar sonreír mientras se desabrochaba la chaqueta para ponerse nuevamente la ridícula bata. Giró su rostro y se encontró con que LeeTeuk lo miraba, había notado su sonrisa pícara, también sonreía. Parecía decir gracias con la mirada, gesto que hizo sonrojar a KangIn levemente.

 

Pero valió la pena, hacía las 10 de la noche la habitación estaba tan sola como un cementerio. Luego de que una enfermera muy comedidamente le hubiera ofrecido agua para que se tomara un relajante muscular y un par de aspirinas a KangIn este yacía sentado en el borde de la cama con la cabeza de LeeTeuk sobre sus piernas, le acariciaba el cabello con suavidad, lentamente, deslizando sus dedos por entre las finas hebras. LeeTeuk sonreía. Cómo LeeTeuk no podía hablar, KangIn estuvo hablando la mayor parte del tiempo, le contó lo que habían dicho los médicos y posteriormente los policías, teniendo cuidado en no hablar de más. Sabía que LeeTeuk se lo agradecería.

 

Cada vez más, el líder perdía la calidad de ‘amigo’ para convertirse en algo más parecido a una necesidad, una cosa que no podía explicar en palabras pero que sentía que hacía parte de su vida. Mientras le acariciaba el cabello tranquilamente, sintió ganas de besarlo una vez más. Pero este pensamiento le llenó de miedo, un miedo diferente al que había sentido en los últimos días, este era un miedo que a la vez lo emocionaba.

 

¿Cuántas veces no se había acercado a su Hyung con la intensión de abrazarlo o besarlo sólo para que las cámaras capturaran ese momento y las fans gritaran como locas? Recordó en esos instantes, todas aquellas veces en las que le abrazó con cariño y se mostró dulce y hasta romántico con él, sólo para dar de que hablar en los fanfics y en los foros de Internet, todo aquello había sido un juego. Algo que le divertía sobre manera y que sabía que a LeeTeuk también le hacía gracia, por lo que se permitía repetirlo una y otra vez. Pero en esos momentos mientras pasaba las yemas de sus dedos lentamente por su oreja derecha y le retiraba los mechoncitos de cabello sedoso que caían libres, el fanservice le pareció tan irreal y a la vez, tan vergonzoso que agradeció que el líder no estuviera viéndole el rostro, que sus mejillas rojas como tomates estuvieran ocultas en medio de la oscura habitación.

 

Bajó su mirada y notó que LeeTeuk se había girado hacía él, pero ahora tenía los ojos cerrados, parecía haberse quedado dormido, sonrió al ver su rostro tranquilo, ojala pudiera borrar todo rastro de esos terribles recuerdos que rondaban por su cabeza, ojala pudiera protegerlo de ese enemigo invisible que se atrevía a atormentarlo.

 

- Mi pequeño Hyung – Murmuró dejando de acariciarle el cabello. Entonces nuevamente el deseo de besarlo y el impulso que le hacía temblar las manos levemente lo llenó de golpe. Era como volver a sentirse adolescente, era la misma sensación que cuando estás a punto de romper la barrera de la timidez frente a un excitante mundo de posibilidades. “Esta dormido… ¿Qué puede pasar?” se dijo así mismo y torció la boca en una nueva sonrisa. Un beso en la frente… No es nada ¿Verdad? Es como los besos que un hermano mayor te puede dar para expresar su aprecio, no había nada de raro en eso.

 

Pero si era un poco raro, KangIn lo sabía, aquello no era fanservice, aquello no era para complacer a nadie, si lo besara era porque le nacía hacerlo, porque quería hacerlo.

 

Lentamente arqueó la espalda e inclinó su cabeza para besarle el la frente. Cerró los ojos, posó sus labios sobre ella y aspiró el suave aroma que despedía su cabello, se quedó allí unos segundos disfrutando del débil rose y entonces notó que el rostro de LeeTeuk repentinamente se movía. Abrió un poco los ojos y notó que el líder continuaba con los suyos cerrados, pero movía su rostro, entonces sintió la respiración de su hyung cercana a su nariz y posteriormente a sus labios.

 

Contuvo el aliento, estaba demasiado cerca. ¡Aquello era una locura!, KangIn cerró los ojos con fuerza y sin darse cuenta se encontró posando sus labios sobre los de LeeTeuk. Aquel era el primer beso de verdad que le daba a LeeTeuk, porque anteriormente ya le había robado alguno en la mejilla, pero todo bajo la excusa del fanservice, todo para alimentar el morbo de las fans, pero ¿Y Ahora? Ahora lo estaba besando por que quería. Tan simple como eso. Quería besarlo, quería mostrarle con ese beso que lo apoyaba incondicionalmente y siempre estaría para él, era una forma de comunicarse sin palabras.

 

LeeTeuk abrió un poco los labios resecos y sintió la humedad de los labios de KangIn, como una jugosa y tentadora cereza, pero no se atrevió a moverse o a profundizar aquel extraño beso. KangIn era KangIn, su mejor amigo, su compañero de trabajo. ¿Cómo se iba a permitir besarlo? Pero lo estaba haciendo y sabía muy bien porque, LeeTeuk en el fondo no encontraba otra manera de decirle ‘gracias’ sin palabras. Deseaba con todo su corazón, decirle a KangIn lo importante que era para él que se hubiera quedado a acompañarlo.

 

Si no podía decírselo con palabras, aquel intimo beso extraño, era la única forma. Así que se permitió quedarse allí disfrutando del ligero roce, intentando controlar todas las mariposas que de repente revoloteaban como locas en su estómago, tratando de olvidar todas las cosas horribles que había visto y vivido para disfrutar de esos segundos de paz. Se dejó llevar por la sensación y comenzó a permitir que el beso se hiciera cada vez menos lento y cada vez más apasionado, con una rapidez que él nunca imaginó, aquel beso se convirtió en una salvaje demostración de deseo, su corazón latía con tanta fuerza que lo escuchaba retumbar por toda la habitación como un enorme tambor.

 

“¿Qué demonios estoy haciendo?”

 

Esta pregunta que se dibujó en las cabezas de ambos, los hizo detener abruptamente el beso, ninguno de los dos pudo determinar con seguridad quien fue el que detuvo a quien o quien fue el que primero puso una mano para empujar al otro lejos. Fue un extraño movimiento simultaneo, porque aquello, simplemente no podía ser. KangIn se levantó de la cama apurado, con la respiración aún acelerada, tratando de disimular su agitación y lo que era peor, que entre sus piernas se hubiera manifestado también un interés por continuar aquello. Frunció el ceño enojado, notando como su miembro se hacía notar por encima de la bata del hospital.

 

LeeTeuk por primera vez se sintió agradecido de no poder hablar, porque de haber podido ¿Qué hubiera dicho? Era mejor quedarse allí callado, con la excusa de no poder hacerlo para no tener que decir nada, suficiente era con tratar de calmarse así mismo como para pensar en que debía decir en un momento como aquel.

 

KangIn se metió en su respectiva cama y le dio la espalda al echarse las sábanas encima. De repente todo se salía de control con una velocidad vertiginosa. Se quedó muy quieto y cuando creyó que su respiración volvía a la normalidad murmuró un leve “Buenas noches” casi audible. LeeTeuk no contestó, se quedó boca arriba mirando el techo oscuro de la habitación lo que le pareció una eternidad hasta que se quedó dormido.

 

 

Continuará

 


Notas finales:

Notas de Helsic: OMG! Casi no termino este capítulo! Estaba sin inspiración ;_;

Pero bueno finalmente aquí está… realmente no pasó nada en este cap xD pero la escena del beso me gustó *0*


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