¿Cuántas veces odiamos al mismo amor porque alguien nos engaño?...
-¡Milo!...déjame- le rogaba, estaban tirados en el piso. El moreno aun tenía al pelirrojo dominado. Las energías se le agotaban junto con su voluntad.
No quería eso, lagrimas brotaban de sus ojos… Ya no podía más…
Pero aun así lo apreciamos porque nos mintió y nos hizo felices…
Cerró sus ojos para que su “novio” terminara lo que estaba apenas empezando, constantemente repetía unas palabras débiles.
-no… Milo déjame por favor- decía por última vez ya cansado. Se resignó totalmente cuando de repente siente que el chico ya no estaba encima suyo, oyendo un golpe en seco, abrió los ojos y vio que una mano se le ofrecía para ayudarlo a levantarlo ¿Era Milo? No, era Saga que lo levanto enérgicamente del suelo. -¿te encuentras bien?- preguntó mientras acomodaba unos mechones que estaban en la cara de Camus. Este último giro su rostro para buscar a Milo que estaba tirado en el piso . -¿E-esta muerto?- preguntó apunto de un estado de shock, miro al mayor y este se acerco al moreno y lo toco en el cuello.-¿Q-qué le hiciste?. -lo lancé hacia un lado, pero al parecer se pego muy fuerte en la cabeza y se desmayo…probablemente despierte en unos quince minutos- explicó levantándose y viendo al pelirrojo con melancolía.-…estuvo apunto de violarte, escuche cuando me asomé por la puerta.- Aún seguía en su mirada azulina esa melancolía. El francés se acerco pero a tan solo a unos pasos de llegar al mayor, cayo al piso de rodillas bajando el rostro.
-G-gracias...yo..., me salvaste de hacer algo que...-decía pesadamente, Saga se agachó y le acarició el hombro-...de lo que no me podía negar por mismo- su voz tembló por unos momentos; se sentía tan débil..
Tan estúpido e insignificante...
Pensando que estaba en las manos de Milo, que este podía hacer cualquier cosa con el sin que el pudiera negarse.
-Vamos pequeño...tranquilízate-Lo tomo por los hombros y lo levanto- mejor salgamos; cuando despierte te va a estar buscando- le dijo y el chico salió del apartamento a paso lento. Saga recogió el libro que estaba en el piso y siguió a Camus.
Los dos caminaban juntos sin decir ni una sola palabra, el bello pelirrojo se desvió hacia la entrada de un parque, en donde se sentó en una banca siguiéndole después el peliazul. Este ultimo suspiro mirando hacia un punto no exacto.
- ¿por qué dices que tu solo no te podías negar a el?-la pregunta sorprendió a Camus, pero mas aun le sorprendió cuando no supo que responder.
¿Será que se convirtió en necesidad estar con el?¿tanto lo necesitaba?.
Sonrió irónicamente cuando se dio cuenta de esto, tomo aire y le respondió a Saga.
-Creo que... aun estoy muy atado a el- le costaba decirlo ya que lo ultimo que quería era "depender" emocionalmente de alguien. El mayor comprendió estas palabras a la perfección, aun sin que le explicaran.-... es irónico que cuando uno mas quiera no depender de alguien, siempre pasa...
Interrumpiendo- no es que sea la vida...- El ojiazul por primera vez en ese rato miro a la cara al greco quien miraba el cielo de la tarde-... es que con tu miedo a que suceda lo atraes- Sonrió aun mirando el cielo para después dirigírsela al pelirrojo que ya se estaba empezando a relajar.
-Veo que tomaste el libro...metí un papel con mi número de teléfono por si lo quieres.
-que bueno, gracias...sabes, ahora que lo pienso menos mal que me llamaste- Camus afirmo con la cabeza, tratando de olvidar lo de hace rato- Si quieres vamos a mi casa, no con mi tía, en mi verdadera casa para no quedarnos aquí o ¿quieres ir a tu casa ya?.
Negando con la cabeza-no, creo que iré a casa de Aioria, vive cerca de aquí - le dice y al final lo abraza haciendo que el propio Saga se sonrojara-...gracias, amigo.- Pero cuando el menor dijo esto ultimo se decepciono un poco, haciendo que devolviera el abrazo con fuerza... El pelirrojo se separo y dándole un beso en la mejilla al otro se fue trotando en dirección a la casa de su amigo.
El chico mayor se le quedo mirando hasta que lo perdió de vista, se levanto pesadamente con el libro en la mano y empezó a caminar en dirección a su casa lentamente pensando que ya era definitivo que el bello pelirrojo le gustaba pero obviamente que este no lo estaba de el; suspiró fuertemente mientras llegaba a la puerta de su casa, entrando en ella al rato.
-¡Ya llegue!-le gritó a su hermano que de seguro andaba haciendo "cosas" con otro nuevo amiguito en el cuarto.
-¡¡Hooola Saguita!!- le saludó animadamente desde la cocina embarrado de crema chantilly; con la cara sonrojada y una expresión rara- no preguntes...
Con una gota en la cabeza-... tranquilo que no lo iba a hacer.- le dijo mirándolo con resignación, a veces se preguntaba si su hermano no pensaba que ahí era donde su madre les cocinaba...
Aunque conociéndole eso no le importaba.
Su madre les había dejado esa casa después de que contrajo nupcias con un hombre un poco mas joven que ella y se fue a Inglaterra. Al principio no estaban de acuerdo pero su padre había muerto y su madre no era muy vieja que digamos.
Se encerró en su cuarto y se echó en la cama, tomo el libro para estudiar un rato cuando ya estaba terminando, un pequeño papel cae del libro; lo toma y ve que son los números de Camus. Los miró por unos cinco minutos y después tomo su móvil para llamarlo -Obviamente al celular- pero al marcar los últimos números dudo un poco pero lo llamó.
-¿Hola?-contestaron al otro lado del celular.
-¡Camus! Es Saga...-dijo un tanto quedo mientras se acomodaba en su cama, tumbando el libro de medicina en el intento-...me preguntaba si estas en la casa de ese amigo tuyo.-Preguntó, a lo que se pudo escuchar el ruido de unos autos y personas; estaba en la calle.
-eh, pues si, tranquilo estoy aquí con el.
-Camus, no mientas...mira para mi no hay problema que estés en mi casa- le dijo como cualquier padre regañando a su hijo- ven para mi casa, hasta ay una habitación sobrante. ¿No te iras a quedar en la calle o si?
::::
8pm
Camus pensó en la propuesta de Saga, la hubiera rechazado si no fuera porque con el apuro se le había quedado la billetera.
-Bueno esta bien... dame la dirección- dijo resignado, vaya que ese chico era necio.
¿Por qué diablos Aioria no podía estar en su casa? Pensaba mientras caminaba apresurado a la casa de Saga, podía volver a su casa pero las probabilidades de que Milo estuviera allí eran muchas ¿Cuántas veces no lo había esperado cuando andaba de juerga? SIEMPRE se quedaba en casa de alguien, sin excepción.
Sin darse cuenta ya había llegado a la zona residencial, se veía muy bien tenían cabina de seguridad y también guardias, que por cierto lo estaban mirando raro, pero no quedaba tan cerca como esperaba de su apartamento; si tomaba el bus tardaría como 20 minutos, tendría que tomar el metro con ese montón de gente pero llegaría mas rápido.
Una figura se acercaba trotando, al parecer era el "necio" que venia con una chaqueta azul marino, y unos jeans claros.
-Hola Camus- le dijo un poco cansado a lo que el otro le miraba un poco serio.
-hola NECIO.- Se pudo ver el color carmín abarrotar las mejillas del mayor.
-Jeje...bueno. Ven vamos...- Se giro y camino despacio para tomar un poco de aire. Miro a su lado y vio a Camus con cara de chiquillo caprichoso- Hm... ¿en donde ibas a dormir?.
-No lo se- dijo con un gran puchero de molestia en la boca, a veces era caprichoso cuando lo deseaba- ¿siempre eres así de necio?.- pregunto con un gesto de incredulidad a lo que el peliazul solo pudo reír.
-Digamos que fue algo que aprendí en el hospital...- saco las llaves de la casa de su bolsillo y siguió caminando- le gente se resiste para muchas cosas y a veces tenemos que insistir e insistir hasta el cansancio.- Llegaron a una linda casa de color blanco y tejado de madera, con un mini jardín de puro césped.- espera aquí un tantito...- le dijo el mayor y se adentro a la casa agudizando su oído esperando escuchar algún ruido causado por su querido hermano y su "amiguito" (N/A. hermanos...por eso los queremos tanto jaja) regreso y le indico al menor que entrara, prendió sigilosamente la luz y se quitó la chaqueta, quedando solo con una delgada camisa de color gris.- en el fondo hay tres puertas, la del medio es la de mi habitación, la de la izquierda es de mi hermano...y la que sobra es la tuya- dijo animadamente a lo que el ojiazul se moría de la curiosidad por ver toda la casa que se veía muy bonita.
- ven, acompáñame y te muestro- recogió la chaqueta y se dirigió con el chico atrás suyo a su dormitorio. El mayor entro y tiro la chaqueta encima de un sillón, se dirigió al closet y apenas lo abrió un montan de ropa cayó encima de el.
Camus al principio se rió un poco pero cuando vio a Saga con un montón de ropa encima de el, se rió mas ampliamente.
-eso... no me lo esperaba.-decía el chico recogiendo la ropa.- disculpa el desastre jeje.
-deberías organizar mejor el closet ¿no crees?
-si...creo que sí, es que me la he pasado estudiando y haciendo otras cosas que no me ocupe de esto. Bueno, vamos al otro cuarto- dijo tirando la ropa encima de su cama, al salir vio que el pelirrojo enfrente de un retrato y lo miraba con detenimiento.
-¿Tienes un hermano gemelo?- preguntó incrédulo, ¡eran dos gotas de agua!.
-Si, somos iguales físicamente pero mentalmente...nada que ver.- Abrió la puerta del cuarto de huéspedes, invitando a Camus a pasar a un cuarto totalmente sencillo de color azul claro con armario, alfombra gris y una cama donde a lo mejor cabían 2 personas.- en el armario hay unas ropas que creo que te deben quedar, si vas a dormir horita te sugiero que cierres la puerta con seguro.
-¿Por qué?- pregunto mientras sacaba una camisa para dormir del armario.
-Mi hermano es sonámbulo y le gusta andar por la casa...-le dijo, pero no dio la información completa.
-bueno...voy a dormir- el pelirrojo dio un gran bostezo a lo que Saga entendió.
-ok, hablamos mañana- el mayor ya iba a cerrar la puerta cuando siente que el pelirrojo lo llama.-dime.
- hem...gracias por todo-agradeció cabizbajo mientras sus ojos le hacían punzadas reclamando que dejara salir las lágrimas. El mayor sonrió, entro al cuarto y abrazo al chico; quién puso su cabeza en el pecho de este sintiendo su calor y los fuertes latidos de su corazón.
¿Saga estaba nervioso? ¿Por qué?
-No me des las gracias...- decía sutilmente mientras acariciaba los cabellos rojos, delicadamente- olvida, olvídalo a el y estaré tranquilo- desvió su mano para acariciar el rostro de Camus, quién no entendía nada pero sentía que su corazón golpeaba su pecho con fuerza... Podía sentir que a Saga también se le aceleraban los latidos.
¿Por qué estaban así? O mejor dicho ¿Por qué sentía de nuevo a su corazón latir con tanta fuerza?... Pensaba que ya había dejado de latir.
El peliazul alzó el rostro de su acompañante y se acercó para decir:
-No te estoy presionando...- le decía mirándolo a los ojos- solo que eres alguien muy valioso para estar así por ese.-Se acercó más, el bello chico solo cerró sus ojos dejándose llevar por el momento. - "El que en realidad te merezca no te hará llorar"- dijo y beso la frente del pequeño quien se quedó muy pensativo sobre esto, Saga lo miró y lo abrazó por última vez en esa noche.
Se dio la vuelta saliendo, dejando al pelirrojo pensando.
Cerró la puerta con seguro y se tiró en la cama, se desvistió quedando en bóxer negro y una camisa que agarró del armario.
-Tal vez Saga tenga razón... Milo ya me ha hecho llorar mucho.-Pensó y enseguida recordó algo que el mismo Milo le había dicho...Cómo dolía.
Sus ojos se aguaron pero hizo un esfuerzo sobrehumano para no llorar... tomo su móvil y lo puso para que lo despertara a las 5am, y después durmió profundamente...
Soñando con los recuerdos de su aun, lamentablemente, amado Milo.
Recuerdos...
...De amor
...De felicidad
... Y de promesas rotas
"Yo nunca te haré llorar mi ángel..."
Recordó el pelirrojo entre sueños, mientras una lágrima traicionera salía de sus ojos