- Si - respondió Eärlindë alegremente - Es el día en que la marina y los piratas dejan de lado todas sus rencillas, ocurre una vez al año
- ¿Y eso por que? - preguntó el espadachín aun escéptico
- Es una leyenda muy antigua... - comenzó la morena
- Tampoco es tan vieja - interrumpió el tabernero - y tu misma lo has dicho, sólo es una leyenda... lo que a vosotros os interesa es que esta noche os van a dejar en paz, incluso a muchos marinos les agrada el grupo ese que va a venir pese a que sean piratas - argumentó toscamente el más viejo
- Antigua o no, yo quiero oírla - insistió el alegre capitán
- Si queréis os lo cuento de camino al concierto... quiero llegar antes de que empiece -
- No es más que una leyenda - agregó el viejo con la vista perdida - sólo una leyenda...
Los cuatro muchachos abandonaron la taberna y caminaron hacia el puerto escuchando atentamente las palabras de su nueva amiga
- Os contaré la versión resumida... cuenta la leyenda que hace mucho tiempo un grupo de piratas llegó a esta isla en busca de riquezas, pero la base de la marina pareció cohibirles y pensaron en descansar antes del asalto.
Cuando todos los piratas estaban ya dormidos en su barco; un enorme estruendo les obligó a levantarse del catre y salieron todos a cubierta, allí se toparon con más de diez monstruos marinos que habían abandonado el mar para destrozar la ciudad.
Todos los piratas alzaron sus armas en busca de la aventura por orden de su capitán y al bajar a tierra para llamar la atención de los monstruos y evitar que fueran a la ciudad se vieron rodeados por unos marines de bajo rango.
Dicen que la convicción del capitán pirata cautivó a los marines y decidieron, sin que sirviera de precedente, trabajar juntos para salvar la villa.
Con la ayuda de los marines, los piratas no tardaron en deshacerse de la horda de monstruos que trató de acechar la ciudad en ese momento.
Los marines llevaron a la ciudad a los piratas para que fueran honrados como merecían por el buen gesto que habían tenido hacia la villa
Pero allí el marine encargado de esta diputación les mandó capturar expulsando de la marina al hombre que argumentó a su favor; algunos marines se alzaron incluso contra sus propios compañeros con el fin de ayudar a aquellos piratas de buen corazón sin éxito.
Los piratas fueron ajusticiados pero el capitán logró escapar gracias a sus compañeros y los pocos marines rebeldes que sobrevivieron, huyendo de la ciudad
Uno de los pocos marines que sobrevivieron navegó solo por los mares en busca de la diputación general de la marina para informar de la terrible injusticia que se había cometido... los shichibukai de la época decidieron honrar el viaje y la causa de ese hombre creando la noche blanca en honor a la banda de piratas que nos defendió y a los hombres buenos que cayeron - la muchacha sonrió alegre - pues eso es lo que se cuenta del origen de esta fiesta, diga lo que diga mi abuelo, yo creo que es cierto
Los ojos de Luffy brillaban por la historia de esos piratas, le pareció muy injusto lo que les ocurrió pero la causa del marine rebelde le había encantado; esos eran los hombres de verdad, los que velaban por la justicia pese a las consecuencias, y, gracias a Kami, el estaba rodeado por gente así en su tripulación
Escuchando a la joven morena habían perdido la noción del tiempo y habían llegado al puerto sin apenas darse cuenta, frente a ellos se alzaba un enorme barco en el que un hombre colgado de una cuerda se dedicaba a repasar la O de SAUROM, el resto de los miembros se dedicaban a montar los instrumentos y a darles unos retoques al enorme barco-escenario
La joven Eärlindë se adelantó corriendo hacia el barco y saludó a voz de grito a los componentes del grupo recibiendo a su vez las voces que la saludaban desde el barco. El muchacho colgado soltó cuerda llegando así al suelo para poder, tras una enorme sonrisa, abrazar a esa gran amiga que llevaban tanto tiempo si ver
Zoro, Luffy y Nami fue presentados por la sonriente Eärlindë a los miembros de la banda; el muchacho junto a ellos era el batería del grupo y todos le llamaban Donovan, era un muchacho algo más bajo que ellos con el pelo largo, de un tono rubio oscuro y con una leve barba en la cara que le daba un aspecto algo más adulto que el que aparentaba debido a su altura; el resto de los integrantes del grupo bajaron del barco y fueron debidamente presentados también
El primero en presentarse fue Narci, un muchacho de pelo castaño y también muy largo pero bastante más alto que su compañero Donovan, Narci se encargaba de las guitarras, coros, gaita, flautas, etc, (vamos, todo un multiusos); Raúl, el guitarrista, fue el próximo, su larga coleta castaña resaltaba en su piel frente al cabello rubio de Jose que llevaba cortado a media melena, las gafas en su rostro le daban un aspecto algo más serio que el que sus compañeros y se dedicaba a tocar el bajo, Santi era el teclista y también encargado de los coros del grupo y tenía el cabello oscuro y corto y por último Migue fue presentado, él era el vocalista principal y el guitarra de apoyo y llevaba su pelo castaño a medio rapar y el cabello restante recogido en una coleta
Los muchachos de sombrero de paja ayudaron al grupo a montar lo que les faltaba y la gente comenzó a llegar
El concierto estaba a punto de comenzar
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Caminaba por las calles de la ciudad buscando pistas sobre la banda de piratas a la que tenía por presa; a cuenta de las prisas, olvidó preguntar de quienes se trataban, pero siendo una ciudad no muy grande, no tardaría en encontrar alguna evidencia de los piratas
Sus pasos firmes resonaban en la acera, se detuvo de pronto al ver a un hombre que creyó familiar; tan obsesionado estaba con el peliverde que hasta veía a sus compañeros por las calles de la ciudad. Cerró los ojos hastiado por no poder siquiera controlar a su mente, ese espadachín hacía que incluso su disciplina fallase... apretó los puños y decidió continuar su camino con la firme intención de comprobar si realmente había visto a un miembro del sombrero de paja en la ciudad o había sido una mera ilusión
Sus pasos le llevaron a la calle comercial de la isla, cientos de tiendas de todas clases se alzaban ante él procurándole un cansado suspiro ante el gran número de puestos y el tropel de gente que los invadía.
Comenzó a caminar entre la gente con un paso ágil mirando a su alrededor buscando el rastro del tirador de sombrero de paja que creía haber visto
Un corro en mitad de la gran calle llamó su atención y allí estaba, realmente le había visto; por lo que Roronoa estaba en la ciudad. Sabía que era lo peor que le podía pasar en ese momento pero también sabía que necesitaba de su presencia
Se acercó aún más al bullicio procurándose un buen sitio desde el que comprobar si el peliverde estaba allí sin éxito; un hombre rubio que le resultaba familiar pateaba a los molestos marines que trataban de alcanzarle con sus espadas mientras el que él recordaba como el tirador de sombrero de paja se movía escudado por el rubio con un gran número de bolsas en sus manos
- Ne, Sanji... vámonos rápido Nami nos matará si descubre que la marina nos descubrió -
- La culpa es tuya por ir predicando que eres un "gran pirata" - bufó el rubio mientras se deshacía con una patada giratoria de los marines que trataban de cercarle
- Pero es que soy el gran capitán Usopp - argumentó el de la nariz larga con orgullo mientras se apartaba del recorrido de una de las espadas
- preparen los fusiles - Gritó uno de los marines
- Mierda, Usopp, ¡corre! - interrumpió el rubio
Las armas estaban cargadas pero antes de que pudieran apretar el gatillo una espada partió el cañón de las susodichas
- Noche blanca - pronunció el Shichibukai con tranquilidad ante la atónita mirada de los presentes
Usopp abrió los ojos desorbitadamente
- Hay que irse de la isla YA - pronunció con las rodillas temblándole más de lo normal
- Y ahora que demonios te pasa - protestó el rubio apartando la vista de una muchacha que observaba la escena
- Él es Juraquile Mihawk, es un shichibukai y la última vez partió a Zoro en dos - argumentó el tirador
Sanji volvió la vista hacia donde Usopp señalaba y recordó al hombre y cómo había derrotado al espadachín
Soltó el humo del cigarro y asintió al tirador con convicción
- Hay que avisar a los demás -
Para cuando Mihawk se volvió en busca de los tripulantes de sombrero de paja ya se habían ido, pero ahora la cosa se complicaba, al fin y al cabo Roronoa y él no sólo eran rivales; eran enemigos
Uno de los marines del grupo se acercó al shichibukai temeroso de las reprimendas pero con valor le pidió que le acompañara
Consciente de que volver a localizar a los piratas no sería fácil aceptó aun a regañadientes seguir al hombre hasta llegar nuevamente a la oficina del alférez
- Juraquile-sama, ya he sido informado de su actuación con respecto a los piratas, me gustaría pedirle, si no es mucha molestia, que no volviera a interferir en el trabajo de mis soldados -
- Entonces enséñales modales, piratas y marines convivirán en paz durante la noche blanca - recitó antes de abandonar nuevamente el despacho haciendo caso omiso a las palabras de Shabe
Un cartel le llamó la atención y sonrió de medio lado, el impulsivo sombrero de paja estaría allí y era muy probable que con él estuviera su primer oficial por lo que puso rumbo al puerto en el que se celebraría el concierto seguido de cerca por Kale y parte de sus soldados que sabían la forma de actuar del capitán pirata