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Midnight Love por Rayn Hiwatari Kon

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Notas del capitulo:

Realmente, no tengo perdon para este fic, ni excusas TwT...ya tardé mucho mas de un año en actualizar, pero no quiero dejarlo inconcluso; solo necesio inspiracion u,u...y necesitaba ver One Piece de nuevo D:

Bien, ahorita les dejo este capítulo, tal vez en dos o tres dias suba el siguiente, ahorita que ando de ocio :3!!

 

AVISO!! para los que leen 'FEARLESS', ahora que no tengo vacaciones, lo voy a seguir, n,n! lamento a demora, en serio u,u

Falta de inspiración y tiempo.

 

Sin mas preámbulos...QUE LO DISFRUTEN!

CAPÍTULO 1 Natural Contradictions

Los matices del cielo oscilaban entre colores morado, lila y azul índigo mientras que era bellamente iluminado por los rayos lunares que soltaba la reina de la noche y madre de las criaturas nocturnas, intentando protegerlos a todos, sin conocimientos de que algunos sufrían por estar pasando aquella fase.

Estaba casi en su pleno apogeo, y aquello preocupaba indudablemente a un jovencito de cabellera azabache y ojos ónix, parado donde acostumbraban comenzar sus paseos, cerca de un gran roble, imponente y amplio, jugueteando con el sombrero entre sus manos una y otra vez, sin lograr mantenerse quieto en ningún sitio o momento. Le parecía frustrante… ¿Por qué no había llegado ya?

¿No podía habérsele olvidado fecha mas importante, o si…? Donde ambos comenzaron a ser mucho más que enemigos, superando la barrera de la amistad y atascados antes del término pareja. Tanteó su cabeza, aún con ciertos rayitos de esperanza iluminando su noche; la luna llena estaba pronta a completarse, era cuestión de minutos para que perdiese el control de su mente y cuerpo y se otorgara a la violencia y placer animal de su fase completada.

-Shanks…-imploró el muchacho, entrecerrando sus orbes, con los hilos negros creciendo un poco cada vez más, los colmillos aumentaban su tamaño de una manera inhumanamente posible y sus uñas se convirtieron en enormes y peligrosas garras antes de que pudiera concebirlo.

Devolvió el sombrero de paja a su cabellera y sostuvo el presente que había llevado para el pelirrojo entre sus brazos, estrujándole contra su cuerpo, metiendo su ‘cola entre las patas’ y cayendo arrodillado sobre las hojas descoloridas que crujieron ante el contacto. Le necesitaba, le urgía ver su rostro, sentir sus amplias manos, sus labios fríos contra los propios hirvientes; y su voz convaleciente estamparse contra sus peludas y sensibles orejas, animándole, asegurando que no era necesario estar en su periodo humano para permanecer a su lado; antes de que sus pocos minutos de conciencia llegaran a su fin.

Jadeó nuevamente, con su pecho inflamándose y soltando aire caliente una vez tras otra, cada vez mas acelerado, temblando mientras restringía sus poderes y controlaba sus instintos; algo de lo que eran incapaces los de su raza, especialmente en con tales condiciones. Pero…debía aguardar, unos minutos más y Shanks llegaría. Lo presentía…

Y no estaba muy lejos de tener la razón, aunque Luffy estaba siendo engañado por los trucos de su amado; pues desde hacía ya un buen rato, ese par de ojos carmesí le analizaban y cuidaban meticulosamente, mientras que disfrutaba ver al pequeño retorciéndose y peleando contra su propio instinto sólo para verle.

Era…’ínfimamente’ cruel según él, pero si quieres que el deseo de la persona a la cual deseas ver crezca a puntos exuberantes, la mejor forma es hacer que se torne ansioso; sonrió conmovido y perverso por lo que el menor hacía…Fuese o no un lucano, Luffy era el ser más bello, en todos los sentidos, para él, y no le pertenecía a nadie más que a él.

Las piernas del chico del sombrero de paja le fallaron, precipitándose al suelo, con los espasmos de su transformación aumentando a niveles exuberantes, pero antes de que su cuerpo se estampara cruelmente en la tierra, unos brazos fuertes y posesivos le rodearon, avivando la llama de esperanza en su pecho.

-Sh…Shanks…-la voz del pequeño lobo rebozaba de alegría, que demostraba a pesar de los efectos de la transformación; sus fuertes brazos estrujaron el cuello del vampiro, observándole con anhelo, amor y detenimiento, enroscando sus garras en las hebras carmesíes alzando su rostro con el deseo de encontrarse la boca que hacía tiempo deseaba probar, a la que entregaba todo su ser y a la que daría su sangre si fuera necesario-Viniste…

-Por supuesto, Luffy…-los dedos pétreos recorrieron las finas facciones del rostro ajeno, palpando con deseo y mimo la piel hirviente, disminuyendo la distancia entre sus rostros para ahorrarle el esfuerzo al ‘niño’. Ya había sufrido mucho para una sola noche; ahora su lobito merecía una recompensa-Jamás podría haber faltado a nuestro cienmilésimo aniversario; menos cuando planeo que ésta una noche realmente especial.

Sus bocas se fundieron en un romántico y cariñoso beso, transformándose poco a poco en algo más salvaje, peligroso pero apasionado a la vez. Los sentimientos de tan opuestas criaturas estaban a flor de piel, tal cual sus instintos naturales.

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Por más que hacía el intento, escapar era imposible.

Las manos de aquel hombre se cernían en sus muñecas cuales grilletes forjados especialmente para él; aunque su fuerza fuese incrementándose, ese vástago se acoplaba a su poder en cuestión de nanosegundos y los planes de escape formulados en su cabeza se frustraban mucho antes de ponerlos en práctica.

Gruñó enfadado, mostrando en el acto su dentadura blanca y filosa. La nariz le picaba horrorosamente, el aroma de ese ser era demasiado dulce, empalagosa y penetrante, como el que poseían algunos en su ‘manada’, o grupo de amigos, si gustaban llamarle. Torció el cuello, buscando morderle de alguna u otra manera, ya que sabía que las heridas que él propiciara en esos chupasangres tardaban más en sanar que las que cualquier arma propiciaría, lo mismo que con los de su especie.

Pero Falló.

Como recompensa por su imprudencia, fue volteado abruptamente, con la espalda apoyada en el tronco de aquel árbol, cerrando los ojos por el azote tan poderoso pero silencioso ejecutado a manos de su atacante, hallando a pocos centímetros unos ojos afilados, penetrantes y dorados escrutándole, analizándolo, hipnotizándolo.

Antes de que sucediera cualquier cosa, sintió los blancos colmillos perforarle el cuello, abriendo los ojos estrepitosamente e hincando sus garras en el torso del pelinegro, soltando en respuesta un jadeo sonoro… aunque no podía asegurar que fuese ante el dolor que tal acción le causaba a su cuerpo.

Sus orejas fueron cayendo conforme el tiempo transcurría; su felpuda cola se introdujo entre sus piernas, aferrándose a una de las ajenas; sus labios dejaban salir constantemente pequeños pero provocativos sonidos que incitaban al vampiro a continuar con su placentera tortura. Nunca había permitido que nadie lo tocara más de lo que él permitía, y ahora se estaba rindiendo bajo la boca prendada en su piel, empeñada en arrastrar parte de su vida y dignidad junto con la sangre que drenaba de su cuerpo. Pero era irremediable; se sentía terriblemente bien; ese sentimiento no se comparaba a las mordidas que Sanji le marcaba en su piel durante sus constantes riñas, sin importar el sitio escogido. Esas…esas eran…

-Ahhhh…-Jadeó el lobo inclinando la cabeza al lado contrario del que estaba sumergido el rostro de aquel vampiro, dándole clara autorización de seguir con sus atenciones. No valía la pena luchar en su contra, no tenía la fuerza ni la voluntad para hacerlo; además, sus instintos aumentaban cada sensación que sus nervios esparcieran por su figura, y entre ellas estaba el placer de su carne…

Los ojos dorados brillaron extasiados cuando sus sensibles orejas fueron presas de aquellos sonidos tan exquisitos, a pesar de lo graves, profundos y varoniles que sonaron. Jamás pensó que alguien como él se dejara llevar por el momento, pero no parecía una mala idea, su cuerpo raras veces reaccionaba con alguna víctima suya, y ese muchacho de atractivas orejas felpudas lo estaba consiguiendo sin mucho trabajo ni intención. Ya fuese por la noche de luna llena, sus instintos fisiológicos, o por ese lobo en especial, no deseaba dejar pasar esa oportunidad.

Se apartó de su cuello para evitar que perdiese más sangre, besando y mordisqueando su cuello al descender las manos a su firme parte trasera, sonriendo al ver que no era el único influenciado por el éxtasis, murmurando algunas palabras a los oídos del más joven antes de que este accediera pactando aquello con un beso agresivo y voraz. Aunque no esperaba menos de un lupino…o mejor dicho, de él en especial.

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-¿Creen que Luffy vuelva al amanecer?-a pesar de que él no era precisamente un ser completamente oscuro, prefería mantenerse en vela por las noches y descansar en las mañanas, como varios de sus camaradas. Apoyó el rostro entre las manos, alzando sus orbes oscuros para mirar el techo como si éste tuviese escrito en él todas las respuestas.

-¿Para qué preguntas algo que es obvio?-Franky alzó una ceja en señal de incredulidad, con Robin sentada a su lado, leyendo un libro mientras su compañero se atascaba de su segundo sustento: la ‘Cola’-Sabes que él no llega hasta dos noches después de ver a ese pelirrojo, o más si es que está encantado.

-De seguro se quedará con él un buen tiempo-Chopper parecía contento por su líder, ya que era gracias a ese alborotado lobillo que todos ellos se encontraran y conviviesen juntos-Eso es bueno-sonriendo de lado-Es como su luna de miel, ¿no creen? Posiblemente hoy, o mañana, ‘Cabellera Roja’ Shanks le proponga a Luffy ser su pareja. Es lo que ha estado esperando por mucho tiempo.

-Eso sería realmente bueno para el capitán-animó Brook mientras reía con su común alegría, tomando entre sus dedos el violín y entonando una dadivosa melodía, animando el ambiente más de lo que ya parecía estar-¡Yohohoho! Me gustaría ver su cara cuando regrese. Jejeje, aunque yo no tengo ojos-bromeó deteniendo su música y señalando las cuencas vacías, antes de reír acompañado de Ussop y el renito, ignorando como los brazos de Robin rodeaban el cuerpo de Franky, impidiéndole abalanzarse contra el esqueleto ante sus malos chistes.

-Solo esperemos que las cosas vayan así de bien-El rubio los sacó a todos de sus actividades, observándole curiosos, considerando las demás posibilidades que tenían-Si ese vampiro tarda demasiado en dar el siguiente paso, o de plano no lo hace; a pesar de que Luffy sea invencible físicamente, será difícil de que se reponga de esto con facilidad.

Un sepulcral silencio inundó el cuarto. Era verdad…ninguno de ellos podía decir a ciencia cierta que Shanks no estaba jugando con su amigo; nada podía asegurarles que su pequeño lobezno regresaría con aquella ilusionada cara en su rostro, como siempre. Aunque lo desearan, no podían determinar si ese hombre le mentía o no al chico.

-Si en realidad lo estuviese engañando…-La voz de la elegante vampiresa los sacó de sus reflexiones, al mismo tiempo que cuando ésta cerró el libro y lo colocó sobre la mesa con sus gráciles movimientos de muñeca de por medio-nosotros nos encargaremos de él…además, se que él tiene un buen criterio de selección, pueden confiar en ello-

Su sonrisa alentó a los chicos, aunque no estaban completamente seguros de porque Robin aseguraba aquello con toda seguridad.

-¿Qué no fue él quien nos escogió y nos reunió a todos como compañeros, amigos míos?-Esto los hizo comprender, asintiendo cada uno a su ritmo-A pesar de ser uno de los de nosotros con la menor experiencia, es alguien con sentidos bastante desarrollados y un poder de elección increíble, que él mismo desconoce. Lo mejor por el momento es confiar en él. Hasta ahora, han pasado 100 años y ese hombre no le ha hecho nada; sigamos confiando y esperando que eso ocurra.

-Ju, vas a hacerme sentir celos por hablar así de él-murmuró el vampiro de cabellera extravagante, tomando la mano de su pareja por debajo de la mesa, sonriéndole de par en par, a lo que la joven correspondió.

-Yohohoho, es cierto, ¿por qué mejor no nos concentramos en la celebración de la víspera de Halloween? Eso lo pondría muy feliz

Los dos menores, tanto el hechicero como el renito asintieron animosa y juguetonamente, jalándose las cosas necesarias para comenzar con una celebración, pasando por alto al rubio que se vestía con una gabardina negra encima y con un cigarro en labios, hasta que la puerta se abrió de repente.

-¿Eh, Sanji? ¿No te vas a quedar a celebrar vísperas de Halloween con nosotros?

-No, voy a salir-respondió a Chopper, para volverse a ellos y sonreírles de medio lado-regresaré por la noche, así, al menos entre nosotros y ese estúpido Marimo celebraremos noche de Brujas, debemos dejarle más tiempo con su romance infantil.

-¿A dónde irá, cocinero-san?-preguntó cortésmente la pelinegra, sirviéndole un trago de vino a la copa de su ‘marido’-Si es que puede informarme.

Los ojos azules de Robin encararon los carmesíes del rubio, quien se ruborizó al verse delatado por ella. Sin duda a Robin-chan nunca se le escapaba nada. Bueno…era parte de su encanto.

-¡Ahhhh…! ¡Robin-chwan…! ¡Agradezco que te preocupes por mí!-exclamó intentando a acercarse a ella lo suficiente para tomarle de las manos, pero la mano amplia de Franky y su mirada se interpusieron, empezando otra de sus típicas peleas, a causa de lo cariñoso que era el cocinero muchas veces-Pero esta vez no puedo revelar a donde voy-prefirió dejarlo por la paz aquella noche, en vista de que tenía algo de prisa-Nami-swan sigue arriba, es posible que ella desee celebrar con ustedes. ¡NAMI-SWAN! ¡ME MARCHO~!-avisó meloso y en voz alta, antes de desaparecer por la puerta, secundado de discretas risitas por parte de la vampiresa.

-Suerte…-susurró para sí misma, con Franky mirándole curioso, pero a lo que ella no contestó más que con un beso suave en sus labios, proponiéndoles a los demás regresar a la diversión de la noche; de todas maneras, aún les quedaban bastantes horas por delante.

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-Maldita sea…espero que no sea demasiado tarde…

La figura delgada y ágil del vampiro rubio se colaba por entre los troncos de los árboles de aquel bosque, dirigiéndose a la parte éste, donde se levantaba otro castillo…y otra manada. Sus ojos irradiaban deseo por verle. A pesar de que adorara mimar y proteger a las mujeres, independientemente de su raza, como a Nami o Robin, ese sentimiento no se comparaba en lo más mínimo a los que sostenía por alguien ajeno a su naturaleza.

Si que todos eran tontos…tal vez por ello pertenecían a la misma familia…enamorándose de quienes eran sus enemigos biológicos pero que, de alguna u otra manera, terminaban sintiéndose atraídos.

-Ace…-exhaló para sí solo, con una sonrisa en sus labios, de los cuales resaltaban sus colmillos. Tal vez…lo de ellos era una práctica de puro placer, que se permitía a case de la amistad; pero para él, significaba mucho más de lo que el hermano mayor de su líder pudiese concebir.

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Lo había guiado hacia su habitación con algo de dificultad. La pasión y el éxtasis se habían adueñado de ellos desde el exterior de la mansión, por lo que era complicado maniobrar sin intentar besar, tocar o hacer algo más con el lucano. Su aroma le molestaba de cierta forma; pero había algo que al mismo tiempo le atraía; la calentura de su cuerpo, tanto por el placer infundido como por su propia temperatura natural, que le contagiaba hasta hacer que él perdiera su frialdad natural; sus orejas y cola que, aunque una de ellas estorbaba, seguía haciendo la imagen sensual u provocativa…deseaba tomarle, poseerle, devorarle…aunque no de la manera convencional que aplicaba a sus víctimas. Era extraño. Demasiadas consideraciones para un extraño, un enemigo natural suyo.

Un lobo.

-Ah…Ah…-los jadeos lo sacaron de su ensoñación. Tras aplicar el seguro en la amplia puerta de su cuarto, apenas iluminado por velas, dejó el cuerpo del peli verde recostado en la cama; ahora, lucía su piel morena y rasposa, los músculos marcados, la cicatriz que atravesaba su cuerpo, su vientre plano y apetecible, el comienzo de su entrepierna; todo descubierto, en una pose erótica, que en algún momento podría haber asegurado no era lo su estilo por lo masculino que lucía…pero, al mismo tiempo, indefenso y a su merced.

Que contradictorios podían llegar a lucir los licántropos gracias a aquellas felpudas orejas y curiosa cola. Y pensar que en luna llena se convertían en bestias incontrolables. Shanks debía estar equivocado en cuanto a su información, no sería ya la primera ocasión.

Pero eso no importaba, por el momento. Iba a disfrutar plenamente del exquisito cuerpo de ese lobo; aprovecharse de que estaba en situaciones similares a la suya…sin enterarse que el poseer su cuerpo no le iba a resultar suficiente como para verse satisfecho.

CONTINUARÁ...

Notas finales:

Bien, se que los deje con las ganas XD pero el próximo episodio viene el lemmon de la pareja principal n.n!! el de Sanji con Ace y KLuffy con Shanks los dejaremos para luego.

Bueno, espero que les halla gustado y que me perdonen ;_;

Tengo que terminar el siguiente episodio, así que mientras, espero sus reviews!!

 

JA NE!!!


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