CAPITULO 4º Un bebe para cuidar 2º Parte
Atobe agradecía que Keikun siguiera dormido, podría ser dañado sicológicamente si veía esto, ni él siquiera supo como se le ocurrió llegar a esa oficina llena de tonos púrpuras y violetas, bueno en realidad Ore-sama si sabia, que justamente su decorador de interiores desapareciera del país era una de las razones y la otra era que no tenia ni el tiempo ni la paciencia para buscar a alguien mas y no tubo otra opción que venir aquí, uno de los decoradores mas extravagantes del mercado, Mizuki Hajime.
No mejoro nada cuando el susodicho llego vestido con una camisa púrpura con una rosa gigante estampada en el centro. Seguía dando gracias a Kami-sama que el bebé no estaba apreciando esa abominación.
-Atobe...- ronroneo Mizuki cuando se sentó tras el escritorio en su silla de cuero... violeta-No me digas que es el ultimo grito de la moda traer un bebé a cuestas, definitivamente prefiero los abrigos de pieles-
-Aprecio tu sentido del humor Mizuki pero no vine a escuchar tus chistes- Ore-sama tenia paciencia pero con Mizuki ni hablar.- Necesito que decores una habitación de mi departamento-
-¿Tu departamento?...- una sonrisa afectada se formo en los labios de Mizuki, el siempre había querido conocer la decoración que había escogido Ore-sama para su nido de amor, a pesar de todos su intentos ni siquiera pudo llegar al piso en que se encontraba.- Y específicamente que lugar...-
-No te hagas ilusiones Mizuki, es una habitación que no utilizamos pero quedaría perfecta para Keikun-
-¿Keikun?-
-El bebé- dijo fastidiado
-Quieres que decore una habitación para el Bebé- dijo con cara de horror, el quería entrar a la habitación de la feliz pareja.
-Eras mi última opción-
-Gracias por la confianza- saco una carpeta- muy bien aquí tengo algunos modelos que yo mismo he diseñado, son muy vanguardistas-
-Son... púrpura-
-Si ese color es fascinante cierto-
-Podría ser pero en realidad esperaba algo más tradicional, como blanco y celeste-
-Pero eso es muy aburrido- reclamo Mizuki
-Eso es lo que quiero- Atobe formo una de sus sonrisas afectadas- Además es un niño, quiero todos los muebles de color blanco, sin excepción y las paredes de un color de un celeste pastel con estrellitas en algunas partes, no por todos lados, la alfombra también tiene que ser blanca al igual que el techo, las cortinas mmm... bueno las cortinas las ves tú, pero intenta que no desentonen-
-Atobe para que viniste si tu pensaste en todo, no me necesitas para decorar la habitación- dijo algo enfadado
-Oh! Claro que te necesito, tu serás el que lleve todo y lo decore tal y como te dije, te pagare bien no te preocupes-
-Y para cuando lo quieres, en un par de días, la próxima semana- dijo mirando su agenda.
-Hoy en la tarde-
-¡¿Qué?!-
-Muy bien me retiro, vas a mi departamento el conserje lo abrirá y te dirá donde esta la habitación, no te preocupes le dije que te vigilara y que no te dejara solo ni un instante, te recomiendo que no lo hagas enfadar estoy seguro que antes de ser conserje era un yakuza, tiene ordenes expresas de no dejarte entrar a cualquier otra habitación- Atobe se levanto con cuidado de no despertar a Keikun- Gracias por tu tiempo Mizuki y espero que hagas un buen trabajo, la elección de los muebles te lo dejo a ti, se que tienes un buen gusto, adiós- sin mas Atobe se fue sonriendo triunfalmente, la cara de Mizuki valía esa tortura.
Atobe siempre había pensado que los carritos que tienen asientos especiales para bebes en los supermercados eran tontos, pero ahora tenia que reconocer que era gran un invento. Keikun lo tenía en el rango de vista desde que despertó y parecía feliz con el paseo. El ex-capitán de Hyotei no estaba acostumbrado a ir al supermercado, en realidad jamás había entrado a uno hasta el día que fue arrastrado literalmente por Tezuka a ese lugar, pero hoy no era un día normal, así que compro todo lo que estaba en la lista y alguna que otra cosita para él, después de todo solo había comido una manzana y de eso ya había pasado bastante rato.
-Keikun...- Atobe suspiro.
Ya había terminado las compras y las había guardado todo en su auto, decidió pasear un poco a pie, hasta que al poco andar llego al centro comercial, y pronto recordó que debía comprar una de esas sillas para llevar a Keikun en el automóvil, después de todo la que había estado usando era de su vecina.
No pudo llegar a la sección de seguridad... ya que se encontró con otra...
-Fascinante...- murmuro sorprendido.
Había una cantidad inimaginable de ropa para bebé, de todos los tamaños y colores. Atobe comenzó a temblar, esto era... ese... impulso... de comprar todo lo que estuviera a su paso... y todo era tan Kawaii que Keikun se vería divino. Keikun lanzo una risita que lo saco de su deslumbramiento.
-No creo que algo de ropa te haga mal, cierto- le hablo al bebé que solo se limito a reír un poco mas.- Además no puedes estar solo con la ropa que tienes puesta...-
-Puedo ayudarlo señor- pregunto un amable vendedor.
-Si, acompáñeme-
El pobre vendedor después de unos minutos parecía burro de carga por la cantidad de ropa que estaba comprando.
-Llevara todo esto señor- dijo algo desesperado en que no se cayera todo lo que tenia en sus brazos.
-Si, pero aun no termino, donde esta el calzado para bebes y accesorios uhm también juguetes-
-Un poco mas allá- ya ni siquiera podía maniobrar bien sus pasos.
Después de escoger algunas cosas y uno que otro juguete que le llamo la atención.
-Listo!- exclamo feliz, siempre era bueno cuando hacia una buena compra.
-Llevare todo esto para que pague- dijo el abrumado vendedor mientras otro le ayudaba con las demás cosas.
-Que bebé tan bonito!!!- exclamo una anciana que pasaba por ahí- Tan bonito como el padre- dijo mirando a Atobe y al Bebé
-Gracias- Atobe sonrió y extrañamente no rectifico a la señora
-Es adorable!- la señora parecía fascinada con Keikun- De seguro cuando crezca será muy popular -
Atobe simplemente le siguió sonriendo a la señora, hasta que ella se despidió del bebé y se fue.
-Bien Keikun, creo que es hora de ir a velar por tu seguridad- cuando iba a pagar por las cosas, Keikun empezó a hacer un pucherito, Atobe comprendió que eso hacia antes de ponerse a llorar.- Tranquilo- Atobe lo meció un poco lo que logro tranquilizarlo al instante en que regreso el vendedor.
-Ya esta todo esta listo solo tiene que ir a pagar-
-Gracias, eh... puede sostener al bebé unos instantes creo que tiene
Hambre-
-Claro- El vendedor puso su mejor sonrisa al recibir al bebé y el llanto de Keikun no se hizo esperar. -Señor al parecer no le gusto el cambio-
-Al parecer- Atobe volvió a recibir al bebé dándole su biberón al instante- Solo tenia hambre... ya esta...- Atobe miro a la pared detrás del vendedor- Tienes una talla para Keikun de eso- Apunto como pudo al traje.
-EH?...- miro un poco extrañado- si creo que si...-
-Entonces también quiero uno y por favor el que esta al lado también, creo que es un pijama cierto-
-Si, lo es-
Después que le consiguieron lo que había pedido, pago por todo lo que compro para después ir a buscar una silla para bebe, al encontrar una que satisficiera sus gustos, y una que otra cosa más, pidió que le llevaran todo a su casa hoy mismo, le aseguraron que todo estaría allí.
Una vez en el auto, Keikun se volvió a quedar dormido mientras Atobe conducía hacia su departamento, había sido un largo día pero no tan desastroso como había pensado, hasta le agradaba el pequeñito, después de todo quizás la idea de adoptar un hijo no era tan mala.
El bebé era algo extraño, bueno nada sobre que preocuparse, pero a Atobe le llamaba la atención que Keikun se diera con él tan naturalmente, después de todo el también era un desconocido
Atobe le sonrió unos instantes al bebé.
-Keikun...ya pronto llegaremos a casa-
XXXXXXX Fin Capitulo 4º XXXXXXX